Osio (Venerable) Joaquín (del gr. "Ιωακείμ", [Ioakím]) el Nuevo ("ο Νἐος", [o Néos], utilizado como distintivo ante otro santo o santos anteriores con el mismo nombre), el Portador de Dios ("ο θεοφόρος", [o Zeofóros], aquel que lleva el logos de Dios en él, de modo que sus palabras son inspiradas por el mismo Logos).
San Joaquín nació a mediados del siglo XVII (o según otras fuentes a finales del siglo XVI), en la aldea de Skiadás, situada en las estribaciones suroccidentales del Monte Erimanto, en la zona actual de Tritaia , en la provincia de Acaya.
A una edad temprana y contra su voluntad, se comprometió con una piadosa joven, proveniente del mismo pueblo. Pero Joaquín, ardiente de deseo por llevar una vida monástica, abandonó a sus padres y a su comprometida y se hizo monje en el Monasterio de "Panaghía Jrisopigís" ( "Παναγἰα Χρυσοπηγής", Toda Santa de la Fuente del Oro), que se encuentra sobre el pueblo de Lampeia de la zona de Elías en Acaya.
San Joaquín nació a mediados del siglo XVII (o según otras fuentes a finales del siglo XVI), en la aldea de Skiadás, situada en las estribaciones suroccidentales del Monte Erimanto, en la zona actual de Tritaia , en la provincia de Acaya.
A una edad temprana y contra su voluntad, se comprometió con una piadosa joven, proveniente del mismo pueblo. Pero Joaquín, ardiente de deseo por llevar una vida monástica, abandonó a sus padres y a su comprometida y se hizo monje en el Monasterio de "Panaghía Jrisopigís" ( "Παναγἰα Χρυσοπηγής", Toda Santa de la Fuente del Oro), que se encuentra sobre el pueblo de Lampeia de la zona de Elías en Acaya.
En dicho monasterio, el Santo llegó a una gran altura de virtud y santidad, de tal modo que fue considerado digno de recibir el gran cargo del Sacerdocio. Viviendo así humildemente en medio de la hermandad, fue elegido higúmeno o abad tras la dormición del anterior. Después fue al Monasterio de la Dormición de la Madre de Dios, en Notenón ("Νοτενών"), Acaya, que se encuentra cerca de su ciudad natal. Allí fue también el higúmeno. Sin embargo, no pasados muchos años, y siguiendo su deseo por la paz y la "hesiquia" ( serenidad, tranquilidad, calma, silencio, sosiego), renunció a su cargo de abad, y se retiró a una cueva que estaba cerca del monasterio.
En aquella pequeña cueva, el Santo se ejercitó de un modo severo, con constantes oraciones, ayunos y vigilias, soportando cada dificultad de la áscesis, buscando limpiarse a sí mismo de los pazos o pasiones para convertirse en un recipiente digno de recibir el Espíritu Santo.
Su comida consistía en tortas de harina hervida con miel o hierbas salvajes hervidas.
Sus grandes luchas espirituales las mantenía en secreto, pues sabía que "la virtud mostrada se pierde, así como el tesoro que se enseña, se roba".
En aquella pequeña cueva, el Santo se ejercitó de un modo severo, con constantes oraciones, ayunos y vigilias, soportando cada dificultad de la áscesis, buscando limpiarse a sí mismo de los pazos o pasiones para convertirse en un recipiente digno de recibir el Espíritu Santo.
Su comida consistía en tortas de harina hervida con miel o hierbas salvajes hervidas.
Sus grandes luchas espirituales las mantenía en secreto, pues sabía que "la virtud mostrada se pierde, así como el tesoro que se enseña, se roba".
Así todas las noches dormía de pié, colgado con cuerdas de sus axilas, teniendo frente a él abierto el libro de la Santa Escritura con los Cuatro Evangelios. Aunque no tenía ningún tipo de estudio, llegó a tal grado de comprensión de la Santa Escritura y de los textos de los Santos Padres, que el Metropolita de la ciudad Partenio V (1750-56 y 1759-70 d.C.), quien tenía gran formación en en la sabiduría helénica, le pedía que fuese donde él para aconsejarle.
De este modo vivió y luchó durante cada día de su vida San Joaquín, hasta llegar "a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" (Ef. 4,13), a mediados del s. XVIII. A continuación, previendo la hora de su partida de este mundo, llamó a los padres del monasterio y les aconsejó sobre cómo vivir y convivir en paz, consigo mismos y entre ellos. Después, tras hacer la señal de la cruz, dijo: "En tus manos, oh Cristo, entrego mi espíritu", y expiró. Fue enterrado con honores en el nártex de la iglesia del monasterio.
De este modo vivió y luchó durante cada día de su vida San Joaquín, hasta llegar "a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" (Ef. 4,13), a mediados del s. XVIII. A continuación, previendo la hora de su partida de este mundo, llamó a los padres del monasterio y les aconsejó sobre cómo vivir y convivir en paz, consigo mismos y entre ellos. Después, tras hacer la señal de la cruz, dijo: "En tus manos, oh Cristo, entrego mi espíritu", y expiró. Fue enterrado con honores en el nártex de la iglesia del monasterio.
Tres años después de la dormición del Santo (o diez años después según otras fuentes), el Metropolita de Patras quiso realizar la exhumación de sus Reliquias. Pero uno de los que estaban llevando a cabo tal obra, descuidadamente, arrancó el brazo derecho. Entonces todos se sorprendieron y comenzaron a retirar cuidadosamente la tierra de la tumba hasta que el resto del cuerpo del santo salió completo, repleto de fragancia, y de alguna manera permaneció de pie, como el de San Espiridón.
A continuación, la fama de la Santa Reliquia se extendió por todas partes y muchos cristianos acudieron a reverenciarlas, pidiendo curaciones tanto corporales como espirituales, recibiendo su tratamiento de inmediato. No solo cristianos, sino también muchos turcos musulmanes acudían y eran curados por el Santo.
A continuación, la fama de la Santa Reliquia se extendió por todas partes y muchos cristianos acudieron a reverenciarlas, pidiendo curaciones tanto corporales como espirituales, recibiendo su tratamiento de inmediato. No solo cristianos, sino también muchos turcos musulmanes acudían y eran curados por el Santo.
Al cabo de unos años, durante la invasión de turco- albaneses musulmanes en Morea (nombre del Peloponeso en aquellos años), después del fallido levantamiento de la revuelta de Orlov (1770 d.C.), las Reliquias desaparecieron y el cráneo fue robado junto con otros objetos preciosos del Monasterio.
Hoy en día en el Monasterio de Notenon se salvan unas pocas reliquias de los restos de Osio Joaquín el Nuevo. Despiden un celestial perfume y hacen distintas curaciones a los fieles, mientras que enfrente del monasterio, en la cueva en que se hallaba en ascesis, se ha construido una iglesia en su nombre. Su memoria se celebra el 3 de julio.
Fuente: saint.gr
Hoy en día en el Monasterio de Notenon se salvan unas pocas reliquias de los restos de Osio Joaquín el Nuevo. Despiden un celestial perfume y hacen distintas curaciones a los fieles, mientras que enfrente del monasterio, en la cueva en que se hallaba en ascesis, se ha construido una iglesia en su nombre. Su memoria se celebra el 3 de julio.
Fuente: saint.gr