sábado, 18 de mayo de 2024

Santos Mártires Pedro, Dionisio, Andrés, Pablo, Cristina, Heraclio, Paulino y Benédimos (s.III)

Versos: 
Para Pedro: "Pedro fue herido por medio de la rueda, partiendo hacia donde no cesa la rueda de la vida".

Para 
Pablo, Dionisio y Andrés"Tres piedras con firme fe fueron aplastadas, Pablo, Dionisio y Andrés, con piedras".
Para Heraclio: "En la lucha Heraclio fuiste a la espada, ocultando todas las luchas de Hércules".
Para Paulino y Benédimos: "Véame Paulino O Benédimos, decapitado sí Paulino decapitado contigo".
Para Cristina: "Presente ante Cristo enteramente brillante, tu sangre oh virgen Cristina".El día dieciocho los campeones entraron al cielo desde la tierra.
Todos estos Santos fueron martirizados durante los años del emperador Decio (249-251 d.C.). Aunque no todos están asociados entre sí, recibieron la corona del martirio el mismo día. Pedro era de Lámpsaco, y cuando le trajeron ante el gobernador Optimino para ofrecer sacrificios a la diosa Afrodita, él se negó y confesó con valentía a Cristo.
Luego le golpearon por todo el cuerpo con cadenas y palos y le colocaron sobre una rueda diseñada para la tortura, entregando así su espíritu a Dios.
Pablo y Andrés eran de Mesopotamia, y eran soldados del emperador Decio, bajo las órdenes del comandante Daknon. 


 
 


Santo Mártir Pedro 






Cuando fueron enviados a Atenas, arrestaron y encarcelaron a dos cristianos confesores, Dionisio y Cristina. Entre ellos también había un hombre llamado Nicómaco, quien apostató y fue al templo pagano y ofreció un sacrificio. 
Esto hizo que cayera en un frenesí y muriera, después de que Cristina, de dieciseis años, al escuchar su renuncia a Cristo, le dijo: "¡Maldito y perdido hombre! ¡Aquí, en lugar de una hora de sufrimiento, has obtenido un tormento eterno indescriptible!"
El gobernador escuchó estas palabras y entregó a Cristina a Pablo y a Andrés. Cuando Pablo y Andrés vieron a la bella virgen Cristina, que en ese momento tenía edad para contraer matrimonio, la propusieron hacer compañía con ellos, pero ella rechazó sus solicitudes. 
 
 
 
 



Santa Mártir Cristina


 
 
 
 
 
En lugar de permitirles hacer tales cosas, ella los convirtió a través de sus sabias exhortaciones a creer en Cristo, por lo que se unieron a Cristo en lugar de a su lujuria, y esto llevó a su arresto. 
Después los dos soldados, junto con Dionisio, fueron llevados al lugar de su ejecución y apedreados hasta la muerte, y la santa virgen Cristina fue decapitada.
Los Santos Heraclio, Paulino y Benédimos eran de Atenas. Luchaban duramente contra la herejía de la idolatría y contra los filósofos que atacaban la fe cristiana. 
Tras ser denunciados, fueron arrestados y castigados con diversas torturas. Después fueron llevados ante el gobernante principal de la ciudad de Atenas, quien les intentó convencer para que volvieran a la idolatría. Pero ellos se negaron, por lo que fueron arrojados en un horno de fuego. Resultando ilesos por el poder de Dios, finalmente fueron decapitados y recibieron las coronas del martirio.
 
 
 
 


 
Santo Mártir Andrés






Santos Pedro de Lampsaco y compañeros, mártires. (251 P.C.)
 
De las Vidas de los Santos de Butler 
 
Durante la persecución de Decio vivía en Lampsaco del Helesponto un joven
cristiano de carácter altivo y noble presencia, llamado Pedro. El procónsul Olimpio, ante el cual compareció, le mandó que ofreciese sacrificios a Venus.
Pedro se negó y atacó hábilmente el culto a la licenciosa divinidad. En las
"actas" de su martirio se citan sus propias palabras. San Pedro fue decapitado,
tras de haber sido torturado en la rueda. Poco después, el mismo procónsul
juzgó a otros tres cristianos: Nicómaco, Andrés y Pablo. 
 
 
 
 
 
 Martirio de San Andrés
 
 
 
 
 
Durante la tortura, Nicómaco abjuró de la fe. Entonces Dionisia, una joven de dieciséis años que se hallaba presente, lanzó un grito de horror. Fue arrestada, se la interrogó y confesó que era cristiana. Como se negase a sacrificar a los dioses, fue condenada a morir al día siguiente, con Andrés y Pablo; también se le anunció que iba a pasar la noche con dos jóvenes licenciosos, a quienes se autorizó para hacer de ella lo que quisiesen. Pero la misericordia de Dios preservó a Dionisia de sus ataques. A la mañana siguiente, Andrés y Pablo fueron lapidados en las afueras de la ciudad por la turba. Dionisia, que deseaba morir con ellos, los siguió hasta el sitio del martirio; pero el procónsul la obligó a volver y la mandó decapitar dentro de la ciudad.

NOTA (A.Butler):

Las actas de esos mártires (Acta Sanctorum, mayo, vol. ni) son bastante sospechosas; sin embargo, el Hieronymianum los menciona. Véase el comentario de Delehaye, p. 256. Apenas se puede dudar que el martirio de uno de ellos, por lo menos, haya tenido lugar en Lampsaco.
 
 









Apolitiquio tono 4º  (MODELO: Ὁ ὑψωθεῖς ἐν τῷ Σταυρῷ [O Ιpsozís en to Stavró], El elevado en la Cruz)
 
Ἀπολυτίκιον  (Κατέβασμα) Ἦχος δ’. Ὃ ὑψωθεῖς ἐν τῷ Σταυρῷ.
 
Τῶν ἀθλοφόρων τὸν ὀκτάριθμον δῆμον, μαρτυρικοὶς ἐγκωμιάσωμεν ὕμνοις, Παυλῖνον Διονύσιον καὶ Πέτρον ὁμοῦ, Ἀνδρέαν καὶ Βενέδιμον, τὸν θεόφρονα Παῦλον, Ἡράκλειον τὸν ἔνδοξον, καὶ Χριστίναν τὴν θείαν οὗτοι καὶ γὰρ πρεσβεύουσιν ἀεί, ὑπὲρ τοῦ κόσμου. Χριστῷ τῷ θεῷ ἠμῶν.

 
Apolitiquio tono 4º

Los ocho atletas comunes numerados a través del martirio nos permiten elogiar con himnos, Paulino, Dionisio y Pedro, Andrés y Benédimos, el piadoso Pablo, el glorioso Heraclio y la divina Cristina, porque ellos siempre interceden por el mundo a Cristo nuestro Dios.
 
 
 
Κοντάκιον Ἦχος δ’. Ἐπεφάνης σήμερον.
 
Διαφόρων πόλεων ἐξωρμημένοι, οὐρανίου πόλεως, πολῖται ὢφθητε σεπτοί, χορόν λαμπρόν συγκροτήσαντες Μάρτυρες θεῖοι, Τριάδος ὑπέρμαχοι.

 
Condaquio tono 4º

Habiendo venido de varias ciudades, santos, demostrásteis ser ciudadanos de la Ciudad Celestial. Como mártires divinos, formaron un ilustre coro, campeones de la Trinidad.







Fuente: από το βιβλίο: Αγίου Νικοδήμου Αγιορείτου Συναξαριστής των δώδεκα μηνών του ενιαυτού. Τόμος Γ´. Εκδόσεις Δόμος, 2005, apostoliki-diakonia.gr, saint.gr, aktines.blogspot.gr, naosagiasbarbaras.gr, Vidas de los Santos de A.Butler.

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