Versos:
"Seguiste a Pablo de aquí para allá*, Aristóbulo, y bailas con Pablo en los Cielos".
Aristóbulo fue uno de los Setenta Apóstoles,*1 y un seguidor del Santo Apóstol Pablo, con quien predicó el evangelio de Cristo en varios lugares, y le ministró.*2 Fue ordenado por Pablo como Obispo de las Islas Británicas, lo cual estaba habitada por un pueblo muy belicoso y feroz.*3 Por ellos fue azotado a veces, ya veces arrastrado a la plaza del mercado, y a través de sus sufrimientos y tormentos convenció a muchos de ellos a creer en Cristo. Habiendo establecido una Iglesia, y ordenado Diáconos y Presbíteros, el bienaventurado reposó en paz.*4
"Seguiste a Pablo de aquí para allá*, Aristóbulo, y bailas con Pablo en los Cielos".
Aristóbulo fue uno de los Setenta Apóstoles,*1 y un seguidor del Santo Apóstol Pablo, con quien predicó el evangelio de Cristo en varios lugares, y le ministró.*2 Fue ordenado por Pablo como Obispo de las Islas Británicas, lo cual estaba habitada por un pueblo muy belicoso y feroz.*3 Por ellos fue azotado a veces, ya veces arrastrado a la plaza del mercado, y a través de sus sufrimientos y tormentos convenció a muchos de ellos a creer en Cristo. Habiendo establecido una Iglesia, y ordenado Diáconos y Presbíteros, el bienaventurado reposó en paz.*4
San Aristóbulo, un querido hermano del original Apóstol Bernabé.
Este audaz Palestino llevó la Buena Nueva de la muerte y resurrección de Cristo hasta la región más occidental del continente Europeo, al tiempo en que se esforzaba por convertir cada vez más personas entre las feroces tribus de Bretaña.
De espíritu valeroso y dispuesto a tomar riesgos, este miembro de Los Setenta, Aristóbulo, nunca se acobardó en su misión de proclamar el Santo Evangelio –aún a pesar de que la región plagada de pantanos, ciénagas y páramos cubiertos de neblina de Bretaña era considerada durante el Siglo Primero después de Cristo, sin lugar a dudas, como uno de los lugares más primitivos y peligrosos.
De espíritu valeroso y dispuesto a tomar riesgos, este miembro de Los Setenta, Aristóbulo, nunca se acobardó en su misión de proclamar el Santo Evangelio –aún a pesar de que la región plagada de pantanos, ciénagas y páramos cubiertos de neblina de Bretaña era considerada durante el Siglo Primero después de Cristo, sin lugar a dudas, como uno de los lugares más primitivos y peligrosos.
En los días en que Jesús caminó junto al Mar de Galilea y realizó milagros a lo largo de Palestina, el reino que ahora conocemos como “Gran Bretaña” era una tierra primitiva de ciénagas y pantanos traicioneros, ocupada por feroces tribus guerreras.
En ese distante pasado de 2000 años atrás -mucho antes de que los primeros Anglo-Sajones llegaran alrededor del año 700 después de Cristo– la vida en esta gran isla que los romanos llamaban “Britania” era violenta, peligrosa y usualmente corta. De hecho estos nativos belicosos eran tan feroces que aún las valientes Legiones Romanas fueron vencidas, eventualmente, por ellos… quienes abandonaron en masa la Isla Británica, dejando tras de sí un sencillo y gran monumento de su intento fallido de colonizar: la gran valla de piedra que habían construido en la mitad de la isla principal (hoy día Inglaterra) conocida por la historia como el “Muro de Adriano.”
En ese distante pasado de 2000 años atrás -mucho antes de que los primeros Anglo-Sajones llegaran alrededor del año 700 después de Cristo– la vida en esta gran isla que los romanos llamaban “Britania” era violenta, peligrosa y usualmente corta. De hecho estos nativos belicosos eran tan feroces que aún las valientes Legiones Romanas fueron vencidas, eventualmente, por ellos… quienes abandonaron en masa la Isla Británica, dejando tras de sí un sencillo y gran monumento de su intento fallido de colonizar: la gran valla de piedra que habían construido en la mitad de la isla principal (hoy día Inglaterra) conocida por la historia como el “Muro de Adriano.”
Apóstol Aristóbulo de los Setenta. 15 de Marzo |
Dentro de este reino oscuro y primitivo sólo los más intrépidos viajeros se atrevían a aventurarse. Un viajero de ese tipo era el Apóstol Aristóbulo –uno de “Los Setenta” apóstoles que habían sido elegidos por los Doce Originales para predicar el Santo Evangelio a través del mundo conocido en las décadas inmediatamente después de la Crucifixión y la Resurrección de Jesucristo.
Nacido en la Isla de Chipre, el Apóstol Aristóbulo fue el hermano de Bernabé, también uno de Los Setenta. Estos dos hermanos jugaron un papel importante en el crecimiento de la Iglesia primitiva. Ellos eran hijos de padres judíos, quienes pertenecían a la tribu de Leví… junto con las bien conocidas figuras del Antiguo testamento como Moisés, Aarón y Samuel.
Aunque sucedió que estos dos Apóstoles nacieron en la gran isla que se encuentra cerca de las naciones de Grecia y Turquía, sus orígenes se encuentran en Palestina, en donde sus padres poseían grandes granjas de orquídeas en las afueras de Jerusalén, antes de haber sido desplazados de la región por las continuas guerras.
Aunque sucedió que estos dos Apóstoles nacieron en la gran isla que se encuentra cerca de las naciones de Grecia y Turquía, sus orígenes se encuentran en Palestina, en donde sus padres poseían grandes granjas de orquídeas en las afueras de Jerusalén, antes de haber sido desplazados de la región por las continuas guerras.
Como exilados adinerados, ellos fueron capaces de enviar a sus hijos lejos de casa con el fin de que pudieran tener la mejor educación que el dinero les pudiera permitir… lo cual significa que el joven San Aristóbulo terminaría estudiando con su hermano Bernabé bajo el gran tutor judío Gamaliel en una reconocida academia en Jerusalén. Fue ahí, mientras dominaba los textos y las leyes hebreas de su cultura antigua, que ambos, San Aristóbulo y San Bernabé, llegaron a ser amigos de una figura carismática que jugaría un enorme impacto en sus vidas. Su nuevo amigo se llamaba Saulo… aunque su nombre se cambiaría posteriormente por Pablo, tras su conversión al Cristianismo.
Y fue con este mismo San Pablo, el gran codificador y maestro de los principios básicos, que San Aristóbulo pasaría muchos de sus años de adulto viajando ida y vuelta y -de aquí para allá- a lo largo de Medio oriente en una lucha continua por propagar el Santo Evangelio del Señor.
Mencionado
por San Pablo en su Epístola a los Romanos (Rom. 16, 10), el dedicado y
notablemente valiente San Aristóbulo sería eventualmente enviado a
predicar en Britania, en donde convertiría a cientos de nativos
guerreros mientras soportaba grandes persecuciones por la causa del
Evangelio.
Era tan efectivo llevando el logos de Dios a los habitantes bárbaros que muy prontamente San Aristóbulo fue ordenado por el mismo San Pablo como el primer Obispo de Bretaña. Describiendo el mundo violento y brutal que enfrentó el recién ordenado obispo en Britania, el historiador Griego Herodian lo señalaría en su clásico "Historia del Imperio Romano" (escrito en el Siglo Tercero):
“La mayoría de Bretaña es un pantanal porque está inundada por las continuas mareas del océano. Los bárbaros nadan usualmente en esos pantanos o corren a lo largo de ellos, sumergidos hasta la cintura. Por supuesto ellos están prácticamente desnudos y no les importaba el lodo pues para ellos les era extraño el uso de ropas. Ellos adornan sus cinturas y cuellos con hierro como expresión de prosperidad de la misma manera como otros bárbaros valoran el oro. Ellos también tatuaban sus cuerpos con varios patrones y dibujos de todo tipo de animales. He aquí la razón por la cual no usaban ropas, para no cubrir las figuras en sus cuerpos. Son luchadores muy feroces y peligrosos, protegidos sólo por un escudo delgado y una lanza, con una espada cubriendo sus cuerpos desnudos. Ellos no están familiarizados con el uso de pectorales y cascos, los cuales consideraban como un impedimento para cruzar las ciénagas. Debido a la densa neblina que emergía de los pantanos, la atmósfera en esta región siempre se veía bastante pesimista.”
El mundo de Bretaña durante los tiempos Bíblicos era un lugar oscuro y peligroso. Sin embargo a pesar de los obstáculos que enfrentó el ingenioso Aristóbulo continuó haciendo conversos hasta su muerte en Britania alrededor del año 80. Su vida fue un testimonio de la gracia de Dios, la cual fue una gran fuente de consuelo a lo largo de sus muchos años en un mundo que lo probó hasta el límite de toda resistencia humana. Mientras se enfrentaba a las luchas inevitables de la vida, muchos de nosotros encontramos fácil quejarnos de que nuestra situación es muy difícil de soportar y que representa un gran peso el que debemos cargar. Cuanto podemos aprender de este valiente e incansable apóstol de Cristo, quien fue capaz de soportar todo porque confiaba totalmente en la ayuda del Señor.
San Aristóbulo de Gran Bretaña como modelo para nuestras vidas
Por el Protopresbítero P. Jorge Papavarnavas
San Aristóbulo era considerado hermano del Apóstol Bernabé y miembro del coro de los Setenta Apóstoles de Cristo, al igual que su hermano. Además, fue compañero de viaje del Apóstol Pablo, quien lo menciona en su Epístola a los Romanos, donde escribe: “Saludad a los de la casa de Aristóbulo”. Viendo sus diversas dotes, y especialmente su celo misionero y valentía espiritual, el apóstol Pablo lo ordenó obispo de Gran Bretaña, país que, como veremos más adelante, tenía muchas peculiaridades y dificultades.
De hecho, desde el primer momento de su traslado a Gran Bretaña, San Aristóbulo enfrentó muchas tentaciones de un pueblo conocido por su crueldad y poseído por muchas supersticiones. San Nikodemos el Hagiorita escribe que los entonces habitantes de Gran Bretaña eran "gente bestial y salvaje" y "de ellos (el Santo) a veces fue golpeado, a veces arrastrado por el mercado y con otros tormentos y torturas similares logró llevar a muchos a la fe en Cristo." Sin embargo, a pesar de las adversidades, "las penas y los sufrimientos", San Aristóbulo se mantuvo fiel a su obra. No abandonó el rebaño que Dios le confió a través de la Iglesia, y el resultado fue verdaderamente milagroso. Por la Gracia de Dios, que siempre lo fortaleció, fortaleció y consoló, reconstruyó varias iglesias santas y ordenó sacerdotes selectos, quienes se convirtieron en sus colaboradores y apoyos en su cuidado pastoral.
San Aristóbulo era considerado hermano del Apóstol Bernabé y miembro del coro de los Setenta Apóstoles de Cristo, al igual que su hermano. Además, fue compañero de viaje del Apóstol Pablo, quien lo menciona en su Epístola a los Romanos, donde escribe: “Saludad a los de la casa de Aristóbulo”. Viendo sus diversas dotes, y especialmente su celo misionero y valentía espiritual, el apóstol Pablo lo ordenó obispo de Gran Bretaña, país que, como veremos más adelante, tenía muchas peculiaridades y dificultades.
De hecho, desde el primer momento de su traslado a Gran Bretaña, San Aristóbulo enfrentó muchas tentaciones de un pueblo conocido por su crueldad y poseído por muchas supersticiones. San Nikodemos el Hagiorita escribe que los entonces habitantes de Gran Bretaña eran "gente bestial y salvaje" y "de ellos (el Santo) a veces fue golpeado, a veces arrastrado por el mercado y con otros tormentos y torturas similares logró llevar a muchos a la fe en Cristo." Sin embargo, a pesar de las adversidades, "las penas y los sufrimientos", San Aristóbulo se mantuvo fiel a su obra. No abandonó el rebaño que Dios le confió a través de la Iglesia, y el resultado fue verdaderamente milagroso. Por la Gracia de Dios, que siempre lo fortaleció, fortaleció y consoló, reconstruyó varias iglesias santas y ordenó sacerdotes selectos, quienes se convirtieron en sus colaboradores y apoyos en su cuidado pastoral.
Su memoria también se celebra el 31 de octubre, junto con otros cuatro Apóstoles del coro de los Setenta, a saber, Stachys, Apelles, Narcissus y Amblias.
A pesar de que su vida fue considerada turbulenta y atormentada, sin embargo, "el bienaventurado reposó en paz".
Su vida y conducta nos dan la oportunidad de enfatizar lo siguiente:
Primero, cuando uno se compromete a realizar una obra divina, entonces, como es natural, encontrará dificultades y tentaciones, como escribe el sabio Eclesiástico en el Antiguo Testamento: Esto se hace porque "el eterno enemigo del hombre", es decir, el el diablo, "por diversos medios y con las personas", sobre las que tiene poder y las usa como instrumentos suyos, "le combatirá con fiereza", porque las personas bien intencionadas se benefician y son conducidas al arrepentimiento ya la salvación. Sin embargo, el diablo es débil y tienta a las personas tanto como Dios lo permite; y como dice San Isaac el Sirio, "Dios permite que sus santos sean tentados con toda dificultad, para que en estas pruebas reciban su ayuda y providencia, y adquieran sabiduría y prudencia y no se vuelvan ignorantes".
Por lo tanto, hay que orar, ser paciente y no desistir de la lucha, por muchas dificultades que se enfrenten. Una solución fácil, en tiempos difíciles, es salir, "escapar". En realidad, sin embargo, no "escapa", ya que las dificultades y las tentaciones lo seguirán por todas partes y siempre, hasta la tumba. El levantamiento de la cruz que Dios permite a cada uno de nosotros, con una disposición de glorificación hacia Dios hasta el final, conduce a la santificación y salvación no sólo de sí mismo, sino también de todos los que se inspiran en su valentía y en su brillante ejemplo.
A pesar de que su vida fue considerada turbulenta y atormentada, sin embargo, "el bienaventurado reposó en paz".
Su vida y conducta nos dan la oportunidad de enfatizar lo siguiente:
Primero, cuando uno se compromete a realizar una obra divina, entonces, como es natural, encontrará dificultades y tentaciones, como escribe el sabio Eclesiástico en el Antiguo Testamento: Esto se hace porque "el eterno enemigo del hombre", es decir, el el diablo, "por diversos medios y con las personas", sobre las que tiene poder y las usa como instrumentos suyos, "le combatirá con fiereza", porque las personas bien intencionadas se benefician y son conducidas al arrepentimiento ya la salvación. Sin embargo, el diablo es débil y tienta a las personas tanto como Dios lo permite; y como dice San Isaac el Sirio, "Dios permite que sus santos sean tentados con toda dificultad, para que en estas pruebas reciban su ayuda y providencia, y adquieran sabiduría y prudencia y no se vuelvan ignorantes".
Por lo tanto, hay que orar, ser paciente y no desistir de la lucha, por muchas dificultades que se enfrenten. Una solución fácil, en tiempos difíciles, es salir, "escapar". En realidad, sin embargo, no "escapa", ya que las dificultades y las tentaciones lo seguirán por todas partes y siempre, hasta la tumba. El levantamiento de la cruz que Dios permite a cada uno de nosotros, con una disposición de glorificación hacia Dios hasta el final, conduce a la santificación y salvación no sólo de sí mismo, sino también de todos los que se inspiran en su valentía y en su brillante ejemplo.
Santo Apóstol Aristóbulo, Primer Obispo de Bretaña |
Por el contrario, quien abandona su lucha y rehúsa llevar la ligera carga de la Cruz de Cristo, se convertirá entonces en instrumento del demonio, quien, aprovechándose de sus pasiones, lo cargará con su propia y pesada locura y con la pensamientos apasionados de blasfemia, duda e incredulidad.
Cristo, al permanecer en la Cruz, a pesar de que sus crucificadores lo invitaron a descender, para creer, como decían, que es el Hijo de Dios, en cambio enseñó a sus discípulos, a lo largo de los siglos, a no dejar de llevar su cruz. Cristo, con su crucifixión, "condenó al pecado en su carne", "engaño" a la muerte, y abolió "al que tiene el poder de la muerte", es decir, al diablo, y salvó al género humano. La Cruz de Cristo es la fuente de la verdadera vida y de la verdadera alegría. Y las llagas de la Cruz son el "sello de autenticidad" para todos los que creen en Cristo.
En segundo lugar, es un dicho importante de San Nikodemos el Hagiorita, que San Aristóbulo con los dolores y sufrimientos que soportó "persuadió a muchos a creer en Cristo", porque revela la gran verdad, que un ejemplo brillante es el sermón más ardiente, que mueve a las personas y las conduce a la verdadera fe y al modo de vida que ella implica. En otras palabras, muchas de estas personas "duras y sin pretensiones", a las que estaba llamado a pastorear, creyeron en Cristo, influenciadas por su brillante ejemplo. Es decir, cuando le vieron afrontar las torturas, las humillaciones, los dolores insoportables y las penas con admirable valentía, valentía y paciencia, mansedumbre, paz y tranquilidad, no quedaron impasibles. Y seguramente, cuando lo miraran, verían su rostro resplandeciente, ya que estaba inundado por la Luz increada de Dios. Al ver todo esto, las personas bien intencionadas creyeron en el verdadero Dios od y con el Bautismo se hicieron miembros de la Iglesia, que es el verdadero Cuerpo de Cristo, y con la Crismación recibieron la Gracia del Espíritu Santo. Y algunos de ellos, como se dijo, se convirtieron en pastores y maestros de la Iglesia.
Esto debe ser un ejemplo para todos nosotros y enseñarnos a no desilusionarnos por el pecado y la incredulidad que existe en el mundo, y en general por el alejamiento de Cristo y de la Iglesia de muchos jóvenes. Porque, si queremos llevar hasta el fin la ligera carga de Cristo, entonces, por la Gracia de Dios, nuestro ejemplo resplandeciente inspirará y enseñará y, sin duda, serán muchos los que serán movidos a amar a Cristo y a los Iglesia y encontrarán el camino de salvación y santificación a través del arrepentimiento.
La misión más eficaz, como enseña san Serafín de Sarov, es la que se realiza con la intensidad de la oración y del ejemplo.
Cristo, al permanecer en la Cruz, a pesar de que sus crucificadores lo invitaron a descender, para creer, como decían, que es el Hijo de Dios, en cambio enseñó a sus discípulos, a lo largo de los siglos, a no dejar de llevar su cruz. Cristo, con su crucifixión, "condenó al pecado en su carne", "engaño" a la muerte, y abolió "al que tiene el poder de la muerte", es decir, al diablo, y salvó al género humano. La Cruz de Cristo es la fuente de la verdadera vida y de la verdadera alegría. Y las llagas de la Cruz son el "sello de autenticidad" para todos los que creen en Cristo.
En segundo lugar, es un dicho importante de San Nikodemos el Hagiorita, que San Aristóbulo con los dolores y sufrimientos que soportó "persuadió a muchos a creer en Cristo", porque revela la gran verdad, que un ejemplo brillante es el sermón más ardiente, que mueve a las personas y las conduce a la verdadera fe y al modo de vida que ella implica. En otras palabras, muchas de estas personas "duras y sin pretensiones", a las que estaba llamado a pastorear, creyeron en Cristo, influenciadas por su brillante ejemplo. Es decir, cuando le vieron afrontar las torturas, las humillaciones, los dolores insoportables y las penas con admirable valentía, valentía y paciencia, mansedumbre, paz y tranquilidad, no quedaron impasibles. Y seguramente, cuando lo miraran, verían su rostro resplandeciente, ya que estaba inundado por la Luz increada de Dios. Al ver todo esto, las personas bien intencionadas creyeron en el verdadero Dios od y con el Bautismo se hicieron miembros de la Iglesia, que es el verdadero Cuerpo de Cristo, y con la Crismación recibieron la Gracia del Espíritu Santo. Y algunos de ellos, como se dijo, se convirtieron en pastores y maestros de la Iglesia.
Esto debe ser un ejemplo para todos nosotros y enseñarnos a no desilusionarnos por el pecado y la incredulidad que existe en el mundo, y en general por el alejamiento de Cristo y de la Iglesia de muchos jóvenes. Porque, si queremos llevar hasta el fin la ligera carga de Cristo, entonces, por la Gracia de Dios, nuestro ejemplo resplandeciente inspirará y enseñará y, sin duda, serán muchos los que serán movidos a amar a Cristo y a los Iglesia y encontrarán el camino de salvación y santificación a través del arrepentimiento.
La misión más eficaz, como enseña san Serafín de Sarov, es la que se realiza con la intensidad de la oración y del ejemplo.
Ver Cristiandad Celta, por el Hieromonje Crisóstomo del Monasterio de Koutloumousiou en el Monte Athos.
NOTAS:
*1 Se dice que Aristóbulo era judío de Chipre y hermano del apóstol Bernabé. Como Bernabé, acompañó a San Pablo en sus viajes y fue ordenado obispo por Pablo o Bernabé. Algunos
creen que fue uno de los asistentes de San Andrés Apóstol, junto con
Urbano de Macedonia, Staquis, Ampliato, Apeles de Heraklion y Narciso de
Atenas, quienes juntos se conmemoran el 31 de octubre. Sin
embargo, aunque algunos eran asistentes de San Andrés, su asociación
más probable es que Pablo los menciona a todos en su epístola a los
Romanos.
*2
Según Dorotheos, obispo de Tiro (ca. 255–362): "Aristóbulo, a quien
Pablo saludó, escribiendo a los romanos, era obispo de Gran Bretaña". San Pablo escribe en Romanos 16:10: "Saludad a los de la casa de Aristóbulo". Si este es el mismo Aristóbulo, entonces puede ser que Aristóbulo viviera o tuviera familia en Roma.
*3
Se cree que antes de esto, predicó el Evangelio a los celtas del norte
de España, es decir, celtíberos, mientras se dirigía a Gran Bretaña. Se dice que trabajó en la parte de Gran Bretaña ahora conocida como Glastonbury y Gales; y
el distrito de Arwystli (se dice que lleva el nombre de Aristóbulo) en
Montgomeryshire en el río Severn conmemora una de las áreas en las que
trabajó. Arwystli más tarde se convirtió en un pequeño reino británico
medieval y continúa hasta el día de hoy como un distrito, o más
precisamente, un cantref dentro del condado de Powys, Gales.
*4 Otras fuentes y la tradición local en Gran Bretaña dicen que fue martirizado allí.
*5 De aquí para allá. Las locuciones adverbiales de acá para allá o de aquí para allá tienen valor locativo; se utilizan con el sentido de ‘ir de una parte a otra sin permanecer en ninguna’ (Diccionario de la lengua española, 2001)
Apolitiquio tono 3º
Oh Santo Apóstol Aristóbulo, intercede ante el Dios misericordioso para que El le conceda a nuestras almas el perdón por nuestras ofensas.
Condaquio tono 4º
Habiendo sido iluminado por los muchos milagros que hiciste, la Iglesia te tiene como su estrella más radiante. Oh Apóstol Aristóbulo. Dondequiera que invocamos a Cristo: salva a aquellos que honran a Tú Apóstol, oh excelso, grandioso y misericordioso.
Fuentes consultadas: *udep.edu.pe * Del libro "Una nube de testigos"-Santos y Mártires de Tierra Santa: Texto publicado con autorización y bendición del
autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury. *saint.gr *synaxarion.gr *johnsanidopoulos.com *orthodoxy-rainbow.blogspot.com