jueves, 8 de febrero de 2024

El Profeta Zacarías (+520 a.C.)

Versos:
"Viste ángeles inteligentes como caballos Zacarías, Quien te elevó hacia el Cielo sin caballería".
En el octavo día de este mes [febrero], conmemoramos al Santo Profeta Zacarías.


Cuando recibió la visión, ella dejó una marca indeleble en su alma temerosa de Dios. Y cuando salió del trance de la profecía se adentró en las calles abarrotadas de Jerusalén para decirle a todo aquel se encontraba a su paso sobre la terrible imagen que su “mirada interior” acababa de presenciar.

Posteriormente, describiendo su visión, el Santo profeta mostraría una aterrorizadora imagen de una inmensa guadaña de acero barriendo la tierra y eliminando a todos aquellos que blasfemaron contra el Verdadero Dios de los Israelitas con robos o calumnias o adorando dioses falsos.
Su nombre es Zacarías y fue el décimo primero de los Doce Profetas Menores; y en los 14 capítulos de su Libro del Antiguo Testamento nos muestra una vívida imagen de la revelación. Nacido en Caldea, residiría en Palestina. Era "hijo de Berekías hijo de Idó" (Zac 1:1,7), (del gr. “Βαραχας”, [Barajías] y “᾿Αδδώ”, [Adó]). Su abuelo, Adó, probablemente era principal de familia de jerarcas, de la tribu de Leví.










 
 
Durante su juventud y eventualmente llegaría a ser amigo y colega de Ageo, otro Profeta Menor. El visionario Zacarías (cuyo nombre significa “Yahveh es Reconocido”) vivió durante el Siglo Sexto Antes de Cristo y fue uno de los últimos profetas del Antiguo Testamento que predijo el eventual nacimiento y la crucifixión del Redentor Santo enviado para liberar a este mundo de la muerte y del pecado.
Zacarías, tuvo desde su nacimiento el extraordinario don de ver el futuro. Posteriormente, en su notable vida, profetizaría la humilde llegada de Cristo Jesús a Jerusalén al tiempo que describía una jornada inolvidable: “He aquí que viene a ti tu rey: justo él y victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino, cría de asna”. (Zacarías 9,9). Quinientos años antes de que sucediera ese evento describiría, con increíble precisión, como el Apóstol Judas Iscariote traicionaría -en primer lugar- al Hijo de Dios recibiendo un pago sórdido por su pérfida acción: “Ellos pesaron mi jornal: treinta siclos de plata”. Para Zacarías, predecir el futuro de esa manera, tan detalladamente, llegaría a ser una manera de vivir.
 









La época en el que este valiente visionario vivió fue el del revuelto mundo de Jerusalén y sus alrededores durante los últimos años del Cautiverio de Babilonia. En las ruinas de la gran capital los residentes de la Antigua Jerusalén se lamentaban diariamente por la destrucción del antiguo Templo de Salomón del que sólo quedaban escombros. Tiempo atrás el Templo de Salomón había sido un lugar construido con el oloroso cedro, bronce y el oro brillante. Pero esos días ya eran parte del pasado y lo único que permanecía en pie eran unas ruinas decadentes de la gloria que alguna vez había irradiado la antigua Casa de Dios desde Jerusalén.
No se equivoquen: la Ciudad Santa de Dios era un lugar lamentable durante la mayor parte de la vida de Zacarías… Pero cuando ese largo período de agonizante esclavitud finalizó, alrededor del año 510 a.C. y se les permitió a los jubilosos Israelitas regresar a Palestina, este profeta, nunca cobarde, insistió inmediatamente en que sus compatriotas comienzasen la construcción de un Segundo Templo con la finalidad de alabar a Dios, quien los había liberado del yugo de la servidumbre hacia los Babilonios. Acompañado por Ageo, su compañero Profeta, Zacarías se dirigió hacia los gobernantes Judíos de su época – Zorobabel y el sacerdote Josué– y les demandaron que comenzasen lo más pronto posible la restauración de la Casa de Adoración.
El Santo Profeta Zacarías recibió su recompensa eterna durante el reinado del Emperador Persa Darío Histaspes, alrededor del año 520 a.C.. 




"Ο ΠΡΟΦΉΤΗΣ ΖΑΧΑΡΊΑΣ"
[O Profitis Dsajarías]
EL PROFETA ZACARIAS




 
 
El Profeta Zacarías durmió en el Señor a avanzada edad. Posteriormente fueron descubiertas sus reliquias en una villa cercana a la ciudad Palestina de Eleutheropolis (actual Beit Gubrin), alrededor del 415, luego de que su espíritu se le apareciera a un poblador llamado Calemurus con información sobre la ubicación de su tumba. Luego fue enterrado cerca de Jerusalén junto con su amado amigo y compañero profeta Ageo, pero sus reliquias fueron transferidas eventualmente a la Iglesia de San Santiago, el Hermano del Señor en Bizancio, la Capital de Constantinopla. Posteriormentel emperador Teodosio el Grande ( 379-395 d.C.) construyó un templo dedicado al Profeta Zacarías en el monasterio de Santa Dominica en la misma ciudad. También existió un templo dedicado al profeta en la montaña de Afxentiou en un lugar denominado "Théatro" (del gr.«Θέατρο»).
Como profeta visionario que no tenía miedo de desafiar a las autoridades con sus atrevidas visiones de un mundo que algún día sería transformado por el Mesías, Zacarías, el Portador de la Hoz, delineó el significado del antiguo término griego para aquellos que compartieron su mismo llamado. Traducida al Español, la palabra Griega profeta significa literalmente: “el que habla antes” o alguien que les “dice” a los otros acerca de los acontecimientos antes de que sucedan. Por el hecho de que su corazón era obediente a Dios Todopoderoso, a Zacarías se le permitió usar su don –y él no dudó en hablar en voz alta acerca de lo que veía.





El Profeta Zacarías. Menologio de Basilio II, s.X



A través de los ojos y de la voz de este proclamador de la verdad, el mundo supo con precisión y detalle sobre del drama de la muerte sacrificial así como de la muerte que se avecinaba en los siglos siguientes. De la vida de este humilde profeta aprendemos como la fidelidad y la obediencia son los primeros pasos en el camino de “ver” lo que necesitamos ver, con la finalidad de recibir la salvación eterna de un Dios tierno y amoroso.


 
Ἀπολυτίκιον Ἦχος δ’. Ταχὺ προκατάλαβε.

Τὴν κλῆσιν κατάλληλον, δείξας τοὶς ἔργοις σοφέ, ταμεῖον ἐπάξιον, τῆς ἐπιπνοίας Θεοῦ, Ζαχαρία γεγένησαι, ἔχων γὰρ ἐν τῷ βίῳ, συλλαλούντας Ἀγγέλους, ὤφθης τῶν ἐσομένων, θεηγόρος Προφήτης. Καὶ νῦν ἠμῶν τᾶς αἰτήσεις, ἄνωθεν πλήρωσαν.
 
 
 

Otro apolitiquio tono 

Al celebrar la memoria de Tú Profeta Zacarías, Oh Señor, te rogamos que, por su intercesión, salves nuestras almas. 
 
 
 
Κοντάκιον. Ἦχος δ’. Ἐπεφάνης σήμερον.
 
Ἐμπνευσθεὶς τοῦ Πνεύματος τῇ ἐπιλάμψει, Ζαχαρία ἔνδοξε, τρανῶς προέγραψας ἡμῖν, ὥσπερ λαμπάδα πολύφωτον, τὴν τοῦ Σωτῆρος, ἀπόρρητον κένωσιν.
 
Condaquio tono 4º

Como una lámpara brillante que ha sido iluminada con los rayos rojos del Espíritu, Oh reconocido Zacarías, prefiguraste con claridad al gran Salvador y nos lo mostraste sin ningún aire de superioridad. 



Μεγαλυνάριον.
 
Χάριτος ἀΰλου ἐμφορηθείς, .ωφθης τῶν μελλόντων, θεηγόρος προμηνυτής· σὺ γὰρ Ζαχαρία, συμβολικῶς προλέγεις, τὴν πρὸς ἡμᾶς τοῦ Λόγου, ἄρρητον κένωσιν.
 
 
 
 
Fuentes consultadas: *Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury.  *apostoliki-diakonia.gr