Versos:
"Bonifacio buscando los huesos de los mártires, se encontró a sí mismo como un mártir decapitado por la espada".
En el decimonoveno Bonifacio fue decapitado.
Este santo vivió durante el reinado del emperador Diocleciano (284-305), y fue el sirviente de una mujer senatorial llamada Aglais, hija de Akakios, el procónsul de Roma. Siempre estaba dispuesta a ayudar y hacer contribuciones a los pobres.
Bonifacio era el secretario y supervisor de la fortuna de Aglais. Como Aglais, él era también bondadoso y filántropo. Manejó la fortuna de Aglais con mucha honradez, siendo misericordioso y hospitalario.
"Bonifacio buscando los huesos de los mártires, se encontró a sí mismo como un mártir decapitado por la espada".
En el decimonoveno Bonifacio fue decapitado.
Este santo vivió durante el reinado del emperador Diocleciano (284-305), y fue el sirviente de una mujer senatorial llamada Aglais, hija de Akakios, el procónsul de Roma. Siempre estaba dispuesta a ayudar y hacer contribuciones a los pobres.
Bonifacio era el secretario y supervisor de la fortuna de Aglais. Como Aglais, él era también bondadoso y filántropo. Manejó la fortuna de Aglais con mucha honradez, siendo misericordioso y hospitalario.
Pero en la medida en que era un hombre, con lo que nadie está libre, excepto nuestro Redentor, del pecado, Bonifacio fue conquistado por el vino y el amor apasionado por su amante; Aglais y Bonifacio vivieron juntos una unión ilegal.
No obstante, él era generoso con los pobres, hospitalario con los de fuera, y compasivo con aquellos que caían en el infortunio. Aglais, motivada al oír las historias de los Mártires, creyendo en el poder de sus intercesiones para obtener la misericordia de Dios, envió a Bonifacio a Tarso para obtener las reliquias de los santos Mártires.
No obstante, él era generoso con los pobres, hospitalario con los de fuera, y compasivo con aquellos que caían en el infortunio. Aglais, motivada al oír las historias de los Mártires, creyendo en el poder de sus intercesiones para obtener la misericordia de Dios, envió a Bonifacio a Tarso para obtener las reliquias de los santos Mártires.
Antes de que él partiera, le preguntó en
broma a ella: "¿Y si ellos devuelven mi cuerpo como las reliquias santas?". Ella le respondió: "No es el momento de bromear".
Bonifacio partió entonces con algunos esclavos para Cilicia con doce sirvientes y mucho oro, donde los santos estaban siendo martirizados. Cuando Bonifacio se encontró entre los Mártires, los animó y les dio fuerzas para soportar los dolores.
Bonifacio partió entonces con algunos esclavos para Cilicia con doce sirvientes y mucho oro, donde los santos estaban siendo martirizados. Cuando Bonifacio se encontró entre los Mártires, los animó y les dio fuerzas para soportar los dolores.
Luego se presentó ante el gobernador y, habiendo confesado ser cristiano, fue colgado boca abajo y su cuerpo fue azotado. Luego le metieron cuñas afiladas bajo sus uñas. Luego fue puesto dentro de plomo fundido, y después en un caldero lleno de brea fundida. Pero el santo se mantuvo ileso por la gracia de Dios, mientras que cincuenta hombres comunes quedaron lisiados. Por último, le cortaron su honorable cabeza. Y tras ser decapitado, de una manera extraña salió leche mezclada con sangre. En ese momento cincuenta hombres llegaron a creer en Cristo. Esto tuvo lugar en el año 290 d.C.
Mientras tanto, sus compañeros sirvientes pensaron que lo iban a encontrar bebiendo vino en una taberna, como era su costumbre, y ellos fueron a buscarle. Tan pronto como se enteraron de lo que pasó con los soldados, encontraron su cuerpo, y cayeron encima llorando, besándole con ternura y pidiendo perdón por su acusación previa. Lo compraron por quinientos florines, y se lo llevaron a su amante. A ella le había sido notificado de antemano la llegada de sus reliquias después de la revelación de un santo ángel.
Con alegría Aglaia recibió las, las veneró de una manera muy honrosa y las enterró aproximadamente a seis kilómetros de la ciudad de Roma. Posteriormente, ella construyó una iglesia en su nombre en medio de la ciudad, que en belleza y material era de lo más brillante. Allí, diariamente, brotaba un manantial de agua curativa.
A
partir de ese momento, pasó su vida de una manera venerable y agradable
a Dios. Vendió todos sus bienes, dando lo obtenido a los pobres. Se
ocupó de un ascetismo tan severo, que se hizo digna de recibir la gracia
de hacer milagros. Entonces ella entregó en paz su espíritu al
Señor. San Bonifacio es invocado para ayuda contra la pasión de beber.
Ἀπολυτίκιον Ἦχος δ’. Ταχὺ προκατάλαβε.
Μαρτύρων
τὴν εὔκλειαν ἰχνηλατήσας θερμῶς, Χριστὸν ὡμολόγησας ἐπὶ ἀπίστων
στερρῶς, σοφὲ Βονιφάτιε· ὅθεν καθάπερ πλοῦτον ἀδαπάνητον, μάρτυς,
δέδωκάς σου τὸ σῶμα τῇ σεμνῇ Ἀγλαΐᾳ· ἐξ οὗ τῷ κόσμῳ πηγάζει ῥώσις καὶ
ἔλεος.
Apolitiquio tono 4º
Seguiste fielmente a los mártires y confesaste a Cristo ante los incrédulos, oh Bonifacio. Le diste tu cuerpo a la modesta Aglais, como un tesoro imperecedero: las curaciones y la misericordia fluyen de él para el mundo.
Apolitiquio tono 4º
Seguiste fielmente a los mártires y confesaste a Cristo ante los incrédulos, oh Bonifacio. Le diste tu cuerpo a la modesta Aglais, como un tesoro imperecedero: las curaciones y la misericordia fluyen de él para el mundo.
Κοντάκιον Ἦχος δ’. Ἐπεφάνης σήμερον.
Ἱερεῖον ἄμωμον, ἐθελουσίως, σεαυτὸν προσήγαγες, τῷ ἐκ Παρθένου διὰ σέ, τεχθῆναι μέλλοντι Ἅγιε, στεφανηφόρε σοφὲ Βονιφάτιε.
Condaquio tono 4º
Te ofreciste a ti mismo como un sacrificio irreprochable, oh sabio portador de la corona, a Aquel que está a punto de nacer de una Virgen por tu bien, Oh Bonifacio.
Condaquio tono 4º
Te ofreciste a ti mismo como un sacrificio irreprochable, oh sabio portador de la corona, a Aquel que está a punto de nacer de una Virgen por tu bien, Oh Bonifacio.
Fuente: saint.gr, crkvkalendar.com, diakonima.gr, pemptousia.com