jueves, 21 de diciembre de 2023

Santos Mártires Juliana y otros 630 con ella (+304)

Versos: 
A Juliana:"El adorno de Juliana es la espada, porque le trajo una espléndida corona". 
El día veintiuno la bella Juliana fue decapitada.
A los quinientos mártires: "He aquí quinientos decapitados Campeones de los mártires de Nicomedia".A las ciento y treinta mujeres mártires: "Cinco veces veinte cabezas son llevadas ante la espada, junto con tres veces diez mujeres mártires"


Esta gloriosa mártir vivió durante el reinado del emperador Maximiano (286-305 d.C.). Nació en Nicomedia de padres adinerados paganos. Al escuchar la predicación del Evangelio, se convirtió a Cristo con todo su corazón y comenzó a vivir en estricta observancia de los mandamientos del Señor. Cierto senador, llamado Eleusio, era su prometido. Para librarse del pecado (II Cor. 6:14-7:1), Juliana le dijo: "Cuando te conviertas en exarca, te permitiré que se celebre el matrimonio". Le dijo esto pensando que no sería probable que el joven alcanzase tan alta posición; mas él comenzó a trabajar en el asunto, y a través de adulaciones y sobornos consiguió el puesto de exarca de Nicomedia.

 






Juliana entonces le reveló que era cristiana, y que no podía casarse con él a menos que aceptase su fe, diciendo: «¿De qué nos aprovecharía estar unidos en el cuerpo, mas separados en el espíritu?» Eleusio estaba exasperado, y la denunció ante el padre de la joven. Su enfurecido padre se mofó de ellá y la azotó, entregándola entonces al exarca para que la torturase. El exarca la quitó la ropa, y ordenó a dieciséis soldados que azotaran su cuerpo. Luego, suspendiéndola de sus cabellos, sus costados fueron quemados con hierros candentes. Habiendo sido arrancado todo su pelo y su cuerpo lleno de quemaduras, después fue arrojada al fuego. A continuación le atravesaron sus muslos con una barra de hierro candente, y uniendo sus brazos a los lados, la arrojaron a la cárcel toda herida y desangrándose. 









Mas el Señor la sanó en la prisión, y Juliana se presentó ante el exarca sana y sin heridas. Luego fue echada dentro de un horno ardiente, pero el fuego no la consumió. Viendo esta maravilla, muchos creyeron en Cristo el Señor: 500 hombres y 130 mujeres se convirtieron. El exarca los condenó a muerte a todos, ordenando que fuesen degollados con la espada, entrando así sus almas al Paraíso. Regocijándose en espíritu, Juliana se dirigió a su verdugo, oró a Dios de rodillas, y agachó su cabeza. Fue decapitada, y su alma entró al reino de luz de Cristo en el año 304 d. C. 







El juicio de Dios pronto cayó sobre Eleusio: mientras navegaba, naufragó y cayó a las aguas. No halló su muerte en ellas, sino que nadó hasta una isla donde fue atacado y devorado por unos perros.
La Santa Juliana tenía dieciséis años cuando estaba comprometida con Eleusio, y dieciocho cuando se casó con Cristo. Su Sinaxis* se celebra en el templo dedicado a ella, junto al de Santa Eufemia, en el distrito de Petrion de Constantinopla. 



Santa Juliana la Virgen Mártir de Nicomedia y los que estaban con ella.
 
Por San Nicolás Velimirovich.

Esta gloriosa virgen y mártir nació en Nicomedia de padres paganos. Al escuchar la predicación del Evangelio, se volvió a Cristo con todo su corazón y comenzó a vivir en observancia exacta de los mandamientos del Señor. Eleusio, un senador, era su prometido. Para rechazarlo, Juliana le dijo que se casaría con él solo si él se convertía en el eparca de esa ciudad. Ella le sugirió esto, pensando que este joven nunca alcanzaría una posición tan alta. Sin embargo, Eleusio lo intentó, y mediante adulación y soborno, alcanzó el puesto de Eparca de Nicomedia. 







Luego, Juliana le reveló que era cristiana y que no podía casarse con él hasta que él abrazara su Fe, diciendo: 
"¿Qué nos beneficia estar unidos físicamente pero divididos espiritualmente?" Amargado por esto, Eleusio la denunció a su padre. 
El padre enfurecido la despreció, la golpeó y luego la entregó al eparca para ser torturada. El eparca ordenó que la golpearan severamente, y que luego la encerraran en prisión, toda herida y sangrienta. Sin embargo, el Señor la curó en prisión, y ella apareció ante el eparca en perfecto estado. Entonces la arrojó a un horno encendido, pero el fuego no la quemó. Al ver este milagro, muchos creyeron en Cristo Dios. Quinientos hombres y ciento treinta mujeres se convirtieron. El eparca los condenó a muerte a todos y ordenó que todos fueran decapitados. Así sus almas entraron al Paraíso.







Entonces el juez malvado condenó a la santa Juliana a ser decapitada. Con un espíritu alegre, Juliana salió al lugar de ejecución, rezó a Dios de rodillas y apoyó la cabeza en el tarugo. Su cabeza fue cortada y su alma fue a la luz eterna del Reino de Cristo en el año 304. El castigo de Dios rápidamente cayó sobre Eleusio: mientras navegaba en el mar, su barco se rompió y cayó al agua. No encontró la muerte en el agua, pero nadó hacia una isla, donde fue destrozado y devorado por los perros.


Una reflexión sobre su vida

Quien suba al Reino de Cristo debe encontrar obstáculos, y estos obstáculos son numerosos y variados. Especialmente peligrosos son los males de los demonios. Por lo tanto, cada hombre celoso de la vida espiritual debe ser especialmente cauteloso y no aceptar cada visión brillante del otro mundo como una revelación divina. Que incluso el demonio puede aparecer como un ángel de luz se muestra en la vida de la Santa Mártir Juliana. 
Cuando esta santa virgen yacía en prisión, el diablo se le apareció con una luz angelical, y él le aconsejó que ofreciera sacrificios a los ídolos para poner fin a sus torturas. 






La asustada Juliana preguntó: "¿Quién eres?" El diablo respondió: "¡Soy un ángel de Dios! Dios está muy preocupado por ti. Por lo tanto, me envió el mensaje de que debes someterte al eparca, para que tu cuerpo no sea destruido por el dolor; el Señor es amable y te perdonará por la debilidad de tu cuerpo herido". La mártir se horrorizó con estas palabras. Confundida, se echó a llorar en oración a Dios, pidiéndole que revelara quién había hablado con ella. Entonces una voz del cielo llegó a ella: "Sé valiente, Juliana, estoy contigo; te doy autoridad y poder sobre el que vino a ti, y solo de él descubrirás quién es". 







Y el diablo fue obligado y forzado a reconocer que él era el mismo que había engañado a Eva en el Paraíso, que le había dicho a Caín que matara a Abel, a Herodes que matase a los hijos de Belén, a los judíos que apedreasen a Esteban, a Nerón que crucificase a Pedro boca abajo y que decapitase a Pablo, y demás.
Por lo tanto, esta santa virgen, ceñida con el poder de Dios, no se dejó engañar por el espíritu maligno, pero lo derrotó con sus oraciones atentas y ardientes a Dios.




Martirio de San Juliana y los otros 630. Menologio Basilio II.



NOTA:

* Sinaxis, del gr. "Σύναξις", [Sínaxis]) reunión de los fieles con el fin de honrar especialmente la memoria de un Santo, o personas soberanas de los grandes acontecimientos religiosos, con un servicio especial y una himnología especial, en un lugar indicado.


Apolitiquio tono 4º

Apolitiquio tono 4º

Novia íntegra y venerable portadora del trofeo, estás casada con el Logos del Padre Inmortal, oh gloriosa Juliana; por haber despreciado sabiamente a tu novio mortal, te esforzaste más allá de la naturaleza para destruir a la serpiente. Y ahora te deleitas en las alegrías de tu Novio.

Condaquio tono 1º

Eras una virgen hermosa y una mártir herida por el amor divino. Fuiste llevado a la cámara nupcial celestial, donde rezaste por los que te honran.






Fuente: saint,gr, pentapostagma.gr, diakonima.gr

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