Santos Mártires Tirso, Leucio y Calínico de Bitinia.
Por San
Nicolás Velimirovich.
Los santos Tirso y Leucio eran ciudadanos honorables de
Cesarea de Bitinia, siendo el primero bautizado y el segundo catecúmeno
cristiano.
Vivieron a mediados del s.III, durante la época del emperador Decio.
Procedían de la región de Bitinia de Asia Menor y vivían en Cesarea.
Pertenecían todos a distinguidas familias. Tenían un carácter humilde y
amaban a Dios "en amor sincero" ( II Cor. 6,6). Es decir, con un amor
real libre de hipocresía.
Por eso evitaban el ruido de la publicidad, aunque sin
embargo eran por todas partes conocidos a causa de sus vidas llenas de caridad.
Calínico, sin
embargo, era un sacerdote pagano. Cuando el heredero del emperador Decio,
Cumbricius, un cruelísimo fanático idólatra, comenzó a torturar y asesinar sin
piedad a cristianos, el intrépido Leucio apareció ante él y, reprochándole,
dijo: "¿Por qué has librado una guerra contra tu propia alma, Oh
Cumbricius?"
|
Santo Mártir Tirso |
También fue azotado y encarcelado. La mano
invisible de Dios lo curó de sus heridas, abrió la puerta de la prisión y lo
sacó de allí. Tirso fue inmediatamente a Phileas, el obispo de Cesarea, para
ser bautizado por él.
Después de su bautismo, fue nuevamente capturado y
torturado, pero soportó las torturas, llevándolas como en un sueño y no en la
realidad. Por el poder de su oración, muchos ídolos cayeron. El sacerdote
pagano Calínico, al ver esto, se convirtió a la fe cristiana, y tanto él como
Tirso fueron condenados a muerte. Calínico fue decapitado, y colocaron a Tirso
en un ataúd de madera para cortarlo por la mitad. Sin embargo, el poder de Dios
no lo permitiría, y la sierra no pudo cortar la madera.
|
"ΜΑΡΤΎΡΙΟΝ ΤΩΝ ΑΓΊΩΝ ΘΎΡΣΟΣ ΚΑΙ ΛΕΎΚΙΟΣ", [Martírion ton Ayíon Zírsos ke Léfkios] MARTIRIO DE LOS SANTOS TIRSO Y LEUCIO |
Entonces San Tirso se
levantó del ataúd y oró a Dios, dándole gracias por las torturas, y entregó
pacíficamente su alma a su Señor.
A finales del siglo IV, el emperador Flavio construyó una
iglesia a San Tirso cerca de Constantinopla y colocó sus reliquias sagradas en
ella. El Santo se apareció en una visión a la Emperatriz Pulquería y la
aconsejó enterrar las reliquias de los Cuarenta Mártires (9 de marzo) junto a
las suyas.
HIMNO DE ALABANZA
Conocíais la fe, reconocísteis a Cristo,
Dísteis vuestros cuerpos para salvar vuestras almas:
Por esto vuestros nombres brillan en los cielos,
Y un fuego insaciable brilla en la Iglesia.
Héroes inmortales, rueguen por nosotros,
Que las nubes pecaminosas se aparten de nosotros.
Bendiro Leucio y noble Tirso, Gloriosos Calínico y digno
Filemón,
y los otros que sufrieron tormentos graves-
Ahora sois ciudadanos de un universo mejor.
|
Los santos mártires Tirso, Leucio y Calínico de Bitinia. Menologio de Basilio II. |
Oh bellos faros, rueguen por nosotros;
Mártires de Dios, oren por la Iglesia.
Conocísteis el amor, una posesión celestial,
La tierra no lo sabía, ni siquiera su verdadero nombre;
Lo vísteis completamente en el Hijo de Dios,
En el signo de la crucifixión y en su frente ensangrentada.
Ahora, estáis cerca de Dios y contempláis Su rostro.
Cubran nuestros pecados sus oraciones.
NOTAS:
* Estos
tres santos también se conmemoran el 17 de agosto, pero allí el nombre
Calinico es reemplazado por Coronato (Koronatos), una evidente confusión
o error de copia.
|
"Ο ΆΓΊΟΣ ΘΎΡΣΟΣ", [O Ayios Zírsos] SAN TIRSO |
Santos Leucio, Tirso y Calínico, mártires (c. 250 p.c.)
De las "Vidas de los Santos de A.Butler"
EN TIEMPO de
la persecución de Decio, uno de los lugartenientes de este emperador se
presentó en Cesárea de Bitinia para ejecutar el edicto promulgado contra los
cristianos. Leucio, que era uno de los ciudadanos principales de aquel lugar,
se atrevió a reprocharle su ardor por el culto a los ídolos. Inmediatamente fue
por ello castigado con toda suerte de tormentos y, finalmente, decapitado.En el
momento en que el lugarteniente estaba a punto de abandonar la
ciudad, un
célebre atleta llamado Tirso, que había admirado la constancia de Leucio en los
tormentos, se presentó a este oficial y públicamente le reprochó su idolatría.
No pudo tolerar tal audacia el gobernador y, sin más forma procesal, entregó a
Tirso a los verdugos. Pero a lo largo de las torturas infligidas a Tirso, se
produjo toda una serie de prodigios.
La víctima fue conducida a Apamea y, de
allí, a Apolonia. Un gran sacerdote de los ídolos, llamado Calinico, se
convirtió y fue decapitado con otros quince sacerdotes que siguieron su ejemplo.
Al fin, Tirso sucumbió a los diversos suplicios que sucesivamente se le
infligieron. Se debe, sobre todo, a la difusión de su culto, el que estos mártires
hayan sido ilustres. Puede que haya habido una traslación del cuerpo de San Tirso
a Nicomedia, aunque no se puede afirmar con certeza. A fines del siglo IV fue
trasladado de Apolonia a Constantinopla. En occidente, el culto de este santo
se propagó por ambos lados de los Pirineos. El resumen de las Actas muestra que
los tres mártires no murieron el mismo día, sino que Leucio murió primero,
después Calinico y, por último, Tirso. Por eso los nombres están colocados el
18, el 20, el 25 y el 27 de enero en el Martirologio Jeronimiano. En fin, el
redactor del Martirologio Romano adoptó el 28.
Acta
sanctorum, 28 de enero; Quentin, Les martyrologes hist., du Mojen Age, p.191;
Delehaye, Les origines du cuite des martyrs, pp. 69, 102, 191, 223, 274.
Ἀπολυτίκιον Ἦχος γ'. Τὴν ὡραιότητα.
Tὴν
ἑξαστέλεχον μαρτύρων φάλαγγα, ᾀσμάτων ἄνθεσιν ἀνευφημήσωμεν, ὡς
καθαιρέτας τοῦ ἐχθροῦ καὶ στύλους τῆς εὐσεβείας· Θύρσον καὶ Φιλήμονα καὶ
στερρὸν Ἀπολλώνιον, Ἀρριανόν Καλλίνικον καὶ τὸν ἔνδοξον Λεύκιον· αὐτοὶ
γὰρ οὐρανίων χαρίτων κόσμῳ πυρσεύουσι τὴν αἴγλην.
Apolitiquio tono 3º
Con guirnaldas y canciones adornemos a los siete mártires, Tirso, Filemón, y Apolonio, Arianus, Calínico, Apollonia y Leucio gloriosos, porque destruyeron al enemigo y son pilares de la piedad. Juntos brillan en todo el mundo con rayos de gracia celestial.
Κοντάκιον Ἦχος δ’. Ἐπεφάνης σήμερον.
Τοὺς
φωστῆρας ἅπαντες, τῆς Ἐκκλησίας, συνελθόντες σήμερον, ἐν ἐγκωμίοις
ἱεροῖς, ἀνευφημοῦντες ὑμνήσωμεν, ὡς ἀθλοφόρους Χριστοῦ τοῦ Θεοῦ ἡμῶν.
Condaquio tono 4º
Reunámonos hoy y alabemos a las luminarias de la Iglesia, aclamándolos como portadores de trofeos de Cristo nuestro Dios.
Fuentes consultadas: optikonet.com, saint.gr, synaxarion.gr