viernes, 27 de octubre de 2023

Santa Mártir Procla, esposa de Poncio Pilato

Versos:
"El Maestro está a tu lado, Procla, tú que antes estabas al lado de Pilato como su esposa".

Ella aparece por un breve momento en la historia eterna de la Crucifixión, una mujer obsesionada y atormentada por una terrible visión en sus sueños. Ese momento ha sido capturado para siempre en el Evangelio de San Mateo, en el cual se describe cómo la esposa de Poncio Pilatos -la enigmática figura que conocemos como la Mártir Procla-le envió a su esposo una inquietante nota mientras se encontraba sentado juzgando a un "criminal", llamado Jesucristo.
Descrito en el capítulo 27 del Evangelio de San Mateo, la breve pero inolvidable historia de la Mártir Procla se relata como sigue: -Mientras él estaba sentado en el tribunal, le dijo su mujer: "No te metas con este justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños y por su causa"- (Mateo 27,19)
Ella es mencionada también, brevemente, en la Segunda Epístola a Timoteo 4:21: "Eubulus, Pudens, Linus y Claudia envían sus saludos, y así todos los demás cristianos". Registros históricos posteriores han identificado a la esposa de Pilatos como la mujer llamada Claudia Procla. Según lo expresó Orígenes, fue bautizada cristiana. Ella es conocida como Procla o Claudia, o Claudia Procla. Se supone que su nombre antes de convertirse en cristiana era Claudia, mientras que después del bautismo se cambió a Procla. 
La Mártir Procla es reconocida como santa por la Iglesia debido a su papel en el intento de defender al Santo Redentor cotra aquellos que lo perseguían brutalmente,  intentando detener la Crucifixión apelando a la autoridad de su esposo. 
 



"Ή ΑΓΊΑ ΠΡΌΚΟΥΛΑ", [I Ayía Prókula],
SANTA PRÓCULA, también nombrada como
Procla, Prokla, Perpetua o Claudia Prócula.



Mientras los hechos de su biografía no están totalmente claros, una leyenda  popular sugiere que ella escribió una serie de poderosas cartas en las que describía su inquietante sueño ocurrido en las horas previas a la muerte de Cristo. Las cartas fueron descubiertas al finalizar el Siglo Primero en un antiguo Monasterio en Brujas, Bélgica, donde permanecieron desapercibidos por más de 500 años. Luego de haber sido examinadas y verificadas fueron transferidas a las bóvedas de la biblioteca Vaticana.
Las memorias de la Mártir Procla, manuscritas en latín, fueron traducidas al inglés durante la década de 1920 a 1930, por una reconocida erudita americana, Catherina Van Dyke. Expresan enérgicamente que ella había experimentado una visión milagrosa en la noche anterior a la Crucifixión y que ella habría respondido a esta visión celestial haciendo el valiente intento, y sin ningún tipo de ayuda, de prevenir la muerte del Señor. Aunque sus esfuerzos estuvieron condenados al fracaso ella es reverenciada por los cristianos alrededor del mundo por su valiente intento de proteger al Hijo de Dios de la crueldad de sus opresores, durante sus últimas horas sobre la tierra.
Uno solo se puede imaginar el nivel de valentía que debe haber requerido el interrumpir los procedimientos oficiales del Imperio Romano sobre las bases de un sueño amenazador.
Santa Procla, una residente de Judea durante su tiempo como ciudadana romana en Palestina, permanece como una figura misteriosa. Con toda seguridad su alma compasiva ha de haber respondido a los sufrimientos del Hijo de Dios, y su "visión" debe de haber sido de algún modo inspirada por el Padre Celestial, quien estaba a punto de sacrificar a su Hijo Amado -para que los pecados puedan ser perdonados y se asegure la Salvación para todos aquellos que crean.

Apolitiquio tono 4º

Le diste alas a su mente con el conocimiento de Dios, pudiste ver más alla, de las criaturas visibles, buscand al Dios y al Creador de todas las cosas y habiéndolo encontrado, lo recibiste reviviendo en el bautismo. Ya que tu has participado del Árbol de la Vida has permanecido incorrupta para toda la eternidad. Oh, siempre justa Procla.

Condaquio tono 4º

Ofrezcamos nuestra alabanza a Dios nuestro Benfactor, a quien glorificó de gran manera a la venerable y sabia Procla, para que por sus oraciones Dios le conceda a nuestras almas el perdón de sus pecados.






Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury. 

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