domingo, 29 de septiembre de 2024

San Teófanes el Misericordioso (c.+400)

Era un hombre extremadamente rico que vivió en la región Palestina de Gaza, y cuya bondad de corazón hizo que usara sus inmensos recursos económicos para ayudar a los pobres.


San Teófanes vivió las Sagradas Escrituras a su plenitud dando a los demás todo aquello que poseía. Desde su juventud fue un hombre de negocios altamente exitoso.
Teófanes el Misericordioso se convirtió al Evangelio del Señor Jesús luego de reflexionar en el mandato de que los ricos deberían vender todo y repartir sus ganancias entre los pobres.
El tomó esa sugerencia de manera literal. Luego de despojarse de todo aquello que poseía se dedicó completamente a alimentar y a vestir a aquellos menos afortunados que él en los lugares más pobres de la ciudad de Gaza. Muy pronto llegó a ser una figura familiar entre aquellos que poblaban las calles –un monje urbano que amaba caminar entre los ciudadanos sufrientes de su región, al tiempo que rezaba y repartía ayuda entre sus compañeros cristianos.
Cuando San Teófanes murió, de una congestión masiva al corazón (conocida también como edema) alrededor del año 400 según los historiadores de ese período, los que se lamentaban se sorprendieron al ver que de su cuerpo brotaban nubes de penetrante mirra.







Aún más destacable fue que muy pronto descubrieron que esa fragancia tenía el poder de sanar a los enfermos. Los residentes de Gaza y de sus alrededores comenzaron a llegar muy pronto a su tumba llevando a sus enfermos y moribundos en busca de la curación, con tal rapidez y efectividad, que esto llegó a ser la base de la leyenda.
Sorprendentemente, este hombre amable y caritativo encontró la manera de seguir ayudando a los demás, aún desde su tumba. Su vida nos provee un maravilloso ejemplo de lo que significa abrazar realmente el Santo Evangelio –viviendo a plenitud el mandato Bíblico de “amar a tú prójimo como a ti mismo.” 



Apolitiquio plagal del 4º

Oh Padre, en ti la imagen fue preservada con exactitud; por haber tomado tú cruz seguiste a Cristo y con tus acciones nos enseñaste a pasar por alto la carne, ya que esta pasa, y atender a nuestra alma, ya que es inmortal. Por eso, Oh santo Padre Teófanes, tu espíritu se regocija con los Angeles.

Condaquio plagal del 4º

Oh Teófanes Padre nuestro, armado con la pureza del alma y manteniéndote firmemente en la oración incesante, como una lanza, venciste a las huestes de los demonios. Intercede sin cesar por nosotros. 






Prologos de Ohrid de S.Nicolas Belimirovic, Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury,  Saint.gr, Synaxarion.gr

Translate