martes, 6 de agosto de 2024

La Transfiguración de Nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo

El sexto día de este mes conmemoramos la Divina Transfiguración de nuestro Señor, Dios y Salvador Jesucristo.* 
 
Versos:
Tabor fue glorificado sobre todas las regiones de la tierra, cuando contempló la naturaleza de Dios brillando en gloria.
Cristo cambió Su forma humana el día seis.
 
 
Del Sinaxario para la Fiesta de la Transfiguración
 
El sexto día del mes de agosto, la Santa Iglesia celebra con suma alegría la conmemoración de la Divina Transfiguración de nuestro Señor, Dios y Salvador Jesucristo. Esto es lo que ocurrió. Puesto que Cristo había hablado mucho con sus discípulos sobre los peligros y la muerte, y sobre su propio sufrimiento, y sobre la matanza de sus discípulos, y los primeros estaban en la vida presente y cerca, mientras que los bienes eran una cuestión de esperanza, queriendo, para asegurarles la vista y para mostrar la clase de gloria con la que había de venir, los llevó aparte a un monte alto y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandecía como el sol, y su vestido era blanco como la luz; y se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Él.

Se llevó a esos tres solos, porque eran superiores al resto. Porque Pedro mostró su superioridad amándolo muchísimo; pero Juan por ser sumamente amado por él; y Santiago porque pudo beber la copa de la cual habló el Señor. Presentó a Moisés y a Elías para corregir las conjeturas incorrectas que las multitudes hacían sobre él. Porque como algunos decían que era Elías, pero otros que era Jeremías, trajo a los principales discípulos para que vieran la diferencia entre los siervos y el Maestro; y para que aprendieran que Él era Quien tenía todo poder tanto en la muerte como en la vida.

A Él sea la gloria y el poder por los siglos. Amén.
 
 


 
La Transfiguración de Cristo

Del libro "Una Nube de Testigos", por su Santidad Obispo de Jableh, Siria, + Demetri Khoury
 

El llevó consigo tres de los Doce Apóstoles; esos tres serían testigos de uno de los espectáculos más conmovedores y dramáticos en toda la historia de la humanidad.
El los llevó a la cima una montaña, a una poderosa cima localizada a 1842 pies (unos 560 metros) por encima del Mar de Galilea –y ahí se mostró de manera breve, con un vistazo parcial de la extraordinaria gloria del Dios Todopoderoso.
“Transfigurándose” brevemente El mismo permitió que seres humanos ordinarios experimentasen por un momento lo que sería el Cielo, de acuerdo al pensar de muchos historiadores de la Santa Iglesia.
Para los tres Apóstoles que  acompañaron a Jesús a la cima del Monte Tabor (sólo a algunos kilómetros del pueblo de Nazaret), presenciar la Transfiguración del Hijo de Hombre sería un acontecimiento inolvidable. Parados juntos bajo las estrellas titilantes a estos tres discípulos se les permitiría ser testigos de una visión momentánea de la Santísima Trinidad, que manifiesta la Infinita y Eterna Presencia del Dios Viviente.  
 
 
 










Aconteció en el tercer año de la predicación de Cristo entre las escarpadas colinas de la antigua Palestina. Fue ese el lugar que el Señor escogió para darle a la humanidad un símbolo permanente de esperanza, así como una emocionante manifestación de la inefable majestad del Infinito.
Sabiendo que su Pasión se encontraba cerca –Su muerte agonizante en la Cruz de la redención– y que rompería el corazón de Sus discípulos, el Santo Redentor aparentemente optó por proveerles con un brillante vistazo de la gloria que lo rodearía a El para siempre, una vez que haya sucedido su Resurrección y se haya reunido con su Padre en el Cielo.  
 
 






 
 
 
 
Para los atónitos apóstoles, ellos tres habían sido unos sencillos pescadores antes de tomar su vida como discípulos de Cristo, los electrizantes acontecimientos en la cima del Monte Tabor deben de haber sido, al mismo tiempo inspiradores y aterradores. Igualmente descorazonadores, sin lugar a dudas, fue el enorme sentido de responsabilidad que deben de haber sentido... sabiendo que el Santo redentor los había escogido para ser los únicos seres humanos testigos de Su Gloria Eterna e Infinita. 
Pero Jesús, según escritos posteriores de los Padres de la Iglesia, había escogido a Sus testigos cuidadosamente –quienes frecuentemente habían sido señalados como los tres favoritos y más cercanos del Señor durante Su tiempo de predicación y de curaciones en Palestina. Entre los tres discípulos en el Monte Tabor estaba Pedro, quien había sido nombrado así por Cristo (la palabra de raíz Griega que forma su nombre significa “La Piedra”), y también los dos hermanos pescadores, Santiago y Juan, a quienes el Santo Redentor había puesto -de manera afectuosa- el sobrenombre de “Boanerges”, lo que se traduce del Arameo, lenguaje que Jesús hablaba, como “Los Hijos del Trueno.” 
 
 
 










Jesús amaba a los tres profundamente, según los Padres de la Iglesia, y cuando los guió a la cima del gran promontorio, se detuvo inmóvil ante ellos por algunos momentos. Atónitos ellos observaron como tomaba lugar una extraordinaria transfiguración... como el ser humano en que ellos habían llegado a confiar y amar se transformaba en un vaso de luz brillante.
Posiblemente la descripción más vívida de este momento supremamente importante sería la que nos provee posteriormente San Mateo (17, 2) en el Nuevo Testamento:
“Su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.” Pasmados, los tres Apóstoles difícilmente podían creer lo que sus ojos veían. Pero las extraordinarias apariciones recién habían comenzado; algunos momentos después presenciaron al Señor entablar una animada conversación con los Profetas del Antiguo Testamento Moisés y Elías.
 
 

 


                             



 
 
 
Profundamente afectados por el miedo y el asombro, San Pedro finalmente se las arregló para hablar en voz alta:
“«Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»” (San Mateo 17, 4). 
Ni bien hubo hecho su pedido el Gran Apóstol, desaparecieron los ancianos profetas para ser reemplazados por una profunda Voz que venía del cielo:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.»”  (Mateo 17, 5)
Atónitos y aterrados, los tres Apóstoles se derrumbaron y con el rostro en tierra hasta que el Señor se acercó a ellos y los consoló: “«Levantaos, no tengáis miedo.»” (Mateo 17, 7). Posteriormente los cuatro descendieron lentamente de la montaña, mientras Jesús tomaba las precauciones debidas asegurándose que ellos no hablasen sobre estos eventos milagrosos sino hasta después de Su muerte y resurrección.
 
 
 




Transfiguración del Señor. Monasterio Pokrovsky
en Súzdal, Rusia. 1ª mitad del s. XVI 






La bella historia de lo que sucedió en el Monte Tabor esa noche ha sido muy bien contada por San Mateo en algunas líneas muy cortas del Capítulo 17:
Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.» Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: «Levantaos, no tengáis miedo.» Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo.
Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.»  (Mateo 17, 1-9) 
 








 
Por más de 20 siglos los Cristianos alrededor del mundo han recibido un gran consuelo y esperanza de esta brillante historia de la Transfiguración. En ese momento de Amor Supremo, Cristo le promete a toda la humanidad que la Vida Eterna y la Visión Beatífica de la Grandeza y la Majestad de Dios Todopoderoso son, de lejos, más poderosas que la muerte. 
 




LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR DIOS Y SALVADOR JESUCRISTO 

San Nicolás Velimirovich
 

En el tercer año de su predicación, el Señor Jesús Cristo a menudo hablaba a sus discípulos acerca de Su pasión inminente, pero al mismo tiempo de Su gloria después de su sufrimiento en la Cruz. Para que su pasión inminente no debilitara totalmente a sus discípulos y que nadie se alejara de Él, Él, el Todo-Sabio, quería mostrarles parcialmente su gloria divina ante su pasión. Por esa razón, se llevó a Pedro, Santiago y Juan con él y, con ellos, salió de noche al Monte Tabor y allí se transfiguró delante de ellos: "Y su rostro resplandeció como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve" (Mateo 17: 2). Aparecieron junto a Él, Moisés y Elías, los grandes profetas del Antiguo Testamento. Y al ver esto, sus discípulos quedaron asombrados. Pedro dijo: "Señor, es bueno para nosotros estar aquí: si quieres, haremos aquí tres tabernáculos; uno para ti, uno para Moisés y otro para Elías" (Mateo 17: 4). 
 
 
 







 
 
Mientras Pedro todavía hablaba, Moisés y Elías se marcharon y una nube brillante cubrió al Señor y a sus discípulos y llegó una voz desde la nube que decía: "Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia; escuchadle" (Mateo 17: 5). Al escuchar la voz, los discípulos cayeron al suelo sobre sus caras como si estuvieran muertos y permanecieron así, temerosos, hasta que el Señor se acercó a ellos y les dijo: "Levantaos, no tengáis miedo." (Mateo 17: 7).
¿Por qué el Señor llevó solo a tres discípulos al Tabor y no a todos? Debido a que Judas no era digno de contemplar la gloria divina del Maestro, a quien traicionaría, y el Señor no quería dejarlo a él (Judas) solo al pie de la montaña para que el traidor no justificara su traición. . ¿Por qué nuestro Señor se transfiguró en una montaña y no en un valle? Para enseñarnos dos virtudes: el amor al trabajo y los pensamientos divinos. Porque subir a las alturas requiere trabajo y altura representa las alturas de nuestros pensamientos, es decir, los pensamientos divinos. 
 
 






 
 
 
¿Por qué nuestro Señor se transfiguró en la noche? Porque la noche, en lugar del día, es más adecuada para la oración y los pensamientos santos y porque la noche, por su oscuridad, oculta toda la belleza de la tierra y revela la belleza de los cielos estrellados.
¿Por qué aparecieron Moisés y Elías? Para destruir el error de los judíos, que creían que Cristo fuera uno de los profetas; Elías o Jeremías o algún otro, y es por eso que aparece como un Rey por encima de los profetas y es por eso que Moisés y Elías aparecen como sus siervos. Hasta entonces, nuestro Señor manifestó su poder divino muchas veces a los discípulos, pero en el monte Tabor manifestó su naturaleza divina. Esta visión de Su Divinidad y la escucha del testimonio celestial acerca de Él como el Hijo de Dios, debía servir a los discípulos en los días de la pasión del Señor, para el fortalecimiento de una fe inquebrantable en Él y su victoria final.
 
 
 








HIMNO DE ALABANZA. LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR DIOS Y SALVADOR JESUCRISTO

Allí, donde Israel derrotó a Sisar
También condescendió, el Rey Celestial
Oración, para ir y para las vigilias nocturnas,
La gloria de Su Transfiguración, para manifestarse,
Y la fe de sus seguidores, para confirmar
En la victoria eterna de Él, el vencedor.
Allí, la luz divina de sí mismo, liberó
Disipa la espesa oscuridad e ilumina el Tabor;
La luz, durante mucho tiempo, que en sí mismo contenía
Desde el cual, al mundo, se dispensa un poco cada vez
Abundantes rayos, ahora liberados,
Rayos jubilosos, dulces rayos.
El resplandor de la humanidad, para revelar al cielo,
A la tierra y a los hombres, la Verdad Divina.
Que el firmamento, su Representante vea,
Que la tierra reconozca a Dios, el Salvador. 
 
 








REFLEXIÓN

¿Por qué nuestro Señor no manifestó su gloria divina en Tabor ante todos los discípulos en lugar de ante tres de ellos? Primero, porque Él mismo dio la Ley por boca de Moisés: "En boca de dos testigos o en boca de tres testigos, se establecerá el asunto" (Deuteronomio 19:15). Por lo tanto, tres testigos son suficientes. Estos tres testigos representan tres virtudes principales: Pedro la fe, porque fue el primero en confesar su fe en Cristo como el Hijo de Dios; Santiago la esperanza, porque, con esperanza en la promesa de Cristo, fue el primero que dio su vida por el Señor, siendo el primero en ser asesinado por los judíos; Juan la agapi (amor cristiano desinteresado), porque se reclinó en el seno del Señor y permaneció debajo de la Cruz del Señor hasta el final. Dios no es llamado el Dios de muchos, sino el Dios de los elegidos. "Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob" (Éxodo 3: 6). 
 
 








Dios a menudo valoraba a un hombre fiel más que a una nación entera. Por lo tanto, en muchas ocasiones, quiso destruir a toda la nación judía, pero debido a las oraciones del justo Moisés, salvó a esa nación para que viviese. Dios escuchó más al fiel Profeta Elías que a todo el incrédulo reino de Acab. Debido a las oraciones de un hombre, Dios salva pueblos y personas. Así, la ciudad pecaminosa de Ustiug debía ser destruida por Así, la ciudad pecaminosa de Ustiug sería destruida por el fuego y el granizo si no hubiera sido salvada por las oraciones del único y justo hombre en ella, San Procopio, el "loco en Cristo" (8 de julio).





EL MILAGRO EN EL MONTE TABOR EL DIA DE LA TRANSFIGURACION DEL SALVADOR
 

En cada fiesta dedicada al Señor y Soberano tenemos una gran alegría, donde quiera que se celebre. Pero en la Tierra Santa esta es multiplicada. Allí te sientes como si volases entre las nubes. Algunas veces no sabes que te pasa, sis te encuentras en la tierra o en el cielo. Y esto no me pasa solo a mí, sino a todos aquellos que participan en estas fiestas. Junto con la llegada de la Santa Luz en la Pascua, una de las fiestas más grandes es la Transfiguración del Señor.
En el Monte Tabor cada 6 de Agosto se presenta un fenómeno maravilloso y una fuerza invisible, lo cual en ninguna otra iglesia del mundo se puede ver, excepto si lo revela el Dios a nivel personal.  Allí, en la noche del  5 al 6 de Agosto, durante la Divina Liturgia, frente a miles de creyentes y no creyentes baja sobre la santa montaña una nube.
Los que no creen dicen que es un fenómeno meteorológico. Pero esta nube es bastante distinta a las nubes normales que bajan por la mañana sobre nuestras montañas.
 
 
 


Monte Tabor






Empezando la vigilia, se ve en la cumbre de la montaña, hacia Nazaret, dentro de la oscuridad de la noche, un color anaranjado. Esto se mueve verticalmente hacia la iglesia y se queda allí como una lengua naranja, hasta las 0:00-1:00, a una distancia considerable del  Monte Tabor.
Y cuando comienza la Divina Liturgia, especialmente en el momento del Himno Querúbico, viene la nube hacia la montaña, y empieza a adquirir diversas formas, y a separarse de la nube  partes redondas o algo más alargadas, y toman la forma de pájaros o de ángeles y vienen sobre la cúpula de la iglesia.
Las palabras son pobres para describir lo que sientes cuando estas partes, suaves como algodón, vienen y las tocas con tus manos y lo sientes en tu cara. Quieres subir sobre esta nube e irte, como si no te interesase nada más.
Al mismo tiempo, un aroma maravilloso como de incienso se expande por el aire, pero no es incienso. Es una combinación de aroma árboles orientales mezclados con incienso. 
 
 



El milagro de la Santa Nube en el Monte Tabor, cada 6 de agosto



 
 
Por supuesto aquí se encuentran los que desconfían, diciendo que algún truco han hecho los griegos, o que es algún fenómeno meteorológico. Pero esto se trata de una general declaración de alegría.
Por supuesto, bajando del Tabor después de la vigilia con los griegos, los árabes, los búlgaros, los rusos y los rumanos cantando “Te transfiguraste en la montaña, Oh Cristo nuestro Dios…” no deseas nada más del mundo, y quieres vivir así eternamente.
Pero en este caso, como con el milagro de la Santa Luz, es ofrecido finalmente por el Dios a los que creen, porque como dice la Santa Escritura, “Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado” (Mt. 25,29).
Es decir que el Dios quita de los que tienen poca fe y empiezan a criticar y dudar del Dios, de Su presencia y de Sus acciones. Sin embargo a los que dicen, “Creo; ayuda mi incredulidad” (Mc. 9, 24).
Verdaderamente allí, en el Monte Tabor, entiendes por qué el Apóstol Pedro dijo al Señor que no quería irse de allí.
De verdad, no quieres irte de allí. Todos los eventos cósmicos no valen nada frente a lo que allí sucede.
 
 
NOTA:
 
Probablemente sea una costumbre, y no una herejía, decir el nombre de Jesucristo, en una palabra, en lugar de Jesús Cristo, en dos palabras. Si no es así, y alguien puede explicarlo ortodoxamente, agradeceríamos nos lo aclarase, escribiendo un correo mediante el formulario de la portada. 
 
 
 
   
 

 
 
 
Servicio de Vísperas y de Maitines-Divina Liturgia (En griego. No varía según el año).
 
 

Monte Tabor, dia de la Transfiguracion  (video)
 
 
 
 
 
 
 

 


 
Ἀπολυτίκιον  (Κατέβασμα) Ἦχος βαρύς.
 
Μετεμορφώθης ἐν τῷ ὄρει Χριστὲ ὁ Θεός, δείξας τοῖς Μαθηταῖς σου τὴν δόξαν σου, καθὼς ἠδυναντο. Λάμψον καὶ ἡμῖν τοῖς ἁμαρτωλοῖς, τὸ φῶς σου τὸ ἀΐδιον, πρεσβείαις τῆς Θεοτόκου, φωτοδότα δόξα σοι.

Apolitiquio tono grave

Te transfiguraste en la montaña, Oh Cristo nuestro Dios, enseñándoles a Tus Discípulos Tú gloria para que cada uno de ellos pueda resistir. Brilla sobre nosotros, quienes somos todos pecadores, Tú que eres la luz que nunca termina, a través de las oraciones de la Theotokos. Portador de la Luz, a Ti te sea la gloria.

 
 
 
 
 
 
 
 
Κοντάκιον Ἦχος βαρύς. Αὐτόμελον.

Ἐπὶ τοῦ ὄρους μετεμορφώθης, καὶ ὡς ἐχώρουν οἱ Μαθηταί σου τὴν δόξαν σου, Χριστὲ ὁ Θεὸς ἐθεάσαντο, ἵνα ὅταν σε ἴδωσι σταυρούμενον, τὸ μὲν πάθος νοήσωσιν ἑκούσιον, τῷ δὲ κόσμῳ κηρύξωσιν, ὅτι σὺ ὑπάρχεις ἀληθῶς, τοῦ Πατρὸς τὸ ἀπαύγασμα. 

Condaquio tono grave

En el monte Te transfiguraste y Tus discípulos, en lo máximo que pudieron resistir, observaron Tú gloria, Oh Cristo Dios Nuestro; para que cuando ellos te vieran crucificado, ellos sepan que te entregaste voluntariamente a Tú Pasión y predicaran al mundo que Tú, verdaderamente, eres el reflejo del Padre.







Fuentes consultadas: *Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury.*saint.gr *synaxarion.gr *Prologos de Ohrid, San Nicolás Velimirovich *ekklisiaonline.com *vimaorthodoxias.gr *orthodoxianewsagency.gr 

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