viernes, 9 de agosto de 2024

El Apóstol Matías (+63)

Versos:
"Saliendo, Judas fue levantado por la soga. Entrando, Matías fue levantado por la madera".
En el noveno, el divino Matías fue izado en la madera.

Era un terrible dilema. Los Doce Apóstoles habían perdido uno de los suyos al poco tiempo de la Crucifixión de Cristo –lo habían perdido debido a una acción traicionera y desastrosa que los había dejado entumecidos por el horror.
El nombre del traicionero era Judas Iscariote, él fue quien guió a los soldados al lugar en que se encontraba el Salvador con el fin de que fuese arrestado.
El traidor recibió treinta piezas de plata en recompensa por su acción calamitosa. Posteriormente, ese mismo día, Cristo entregó su vida en la cruz... y Judas vio lo que había hecho. 
Atrapado por la desesperación arrojó el dinero ensangrentado y se ahorcó... un acto nihilista de desesperación espiritual que probablemente lo condenó para siempre, al mismo tiempo que creó un lugar vacío en la mesa de los Doce Apóstoles Originales.
 
 
 



Elección del nuevo Apóstol sustituyente de Judas Iscariote
                              


 
 
 
Cuando los once discípulos restantes se sentaron una vez más para reflexionar sobre su futuro, la primera tarea que enfrentaron fue la de llenar el espacio vacío en la mesa. ¿Quién tomaría el lugar que había pertenecido a Judas? Luego de largas discusiones, los atribulados discípulos decidieron que dos fieles seguidores de Jesús estaban perfectamente calificados para ser el nuevo Apóstol número Doce: Matías, un joven serio y entusiasta de Belén en Palestina; y José, conocido como Barsabas (algunas veces referido como “Justo”). 
Ambos eran excelentes candidatos para la posición: honestos, valientes, humildes y al mismo tiempo piadosos. ¿Pero quién de los dos era el más digno de recibir el nombramiento? 
Luego de discutir largamente este asunto los discípulos decidieron dejar que el Señor Dios decidiera sobre esto: “echarían suertes” con la finalidad de identificar al Apóstol número Doce. 
 
 
 
 







 
 
Tal como se relata en los Hechos de los Apóstoles, la selección se inició con una oración al Señor pidiéndole su consejo: 
“«Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido, para ocupar en el ministerio del apostolado el puesto del que Judas desertó para irse adonde le correspondía.» Echaron suertes y la suerte cayó sobre Matías, que fue agregado al número de los doce apóstoles. (Hechos 1, 24-26).
La suerte cayó sobre el celoso Matías, quien ya había sido escogido por los Originales Doce (Apóstoles) para ser parte de “Los Setenta” –el mayor número de discípulos que habían recibido la misión de llevar el Santo Evangelio de Jesucristo hasta los confines de la tierra. 
 
 
 






 
 
Matías, quien pertenecía a la tribu de Judá y que había estudiado las Sagradas Escrituras en Jerusalén con San Simeón (también conocido como el “Receptáculo de Dios”), estaba emocionado al saber de su elección. En los años previos, mientras seguía a Jesús alrededor de Galilea, Matías había sentido una gran admiración al haber presenciado los milagros y el poder sanador del Señor. Ahora se le permitía unirse a los Apóstoles Originales y a servir al Santo Evangelio de Jesús por el resto de su vida. 
Luego de haber recibido el Espíritu Santo en Pentecostés con los otros Apóstoles, el entusiasta Matías sería enviado a proclamar la Buena Nueva con un gran gozo en su corazón. En los años siguientes proclamaría al mundo el amor que el Hijo de Dios tenía por todos los hombres y que la salvación que su amor eterno había hecho posible se debía al sacrificio de la Crucifixión. 
 
 




El Apostol Matías recibiendo una de sus numerosas torturas.






Matías narraría esta extraordinaria historia a lo largo de Judea y en países tan lejanos como Etiopía, en donde arriesgó su vida frecuentemente en sus luchas contra los adoradores de ídolos quienes estaban bastante dispuestos a asesinarlo por sus creencias.
Una y otra vez el gentil y humilde Matías escapó de esos atentados en contra de su vida. En los parajes remotos y montañosos de la región de Macedonia (posteriormente parte de Turquía y ahora una región de Grecia) fue arrojado a prisión por los paganos y luego conminado a que desobedeciera su fe en Jesucristo. Cuando se negó a cumplir su pedido sus verdugos anunciaron el castigo: Le quemarían los ojos con un metal al rojo vivo. Pero justo en el momento en que sus captores se dirigieron hacia él con la finalidad de cumplir su amenaza sucedió un hecho extraordinario: El santo, repentinamente, se volvió invisible y caminó por entre sus captores hacia la libertad, sin haber sido tocado por ellos. 
 
 




El Apóstol Matías. 9 de Agosto.





Había sido un escape muy difícil. Sin embargo esta fue solo una de las múltiples ocasiones en las cuales Matías sería salvado de la muerte por la gracia de Dios Todopoderoso. Durante otro encuentro cercano con el peligro, algunos años después, fue capturado y sentenciado a muerte por envenenamiento... él bebería la poción y permanecería inmune... al mismo tiempo que curaba a otros prisioneros Cristianos que habían quedado ciegos debido al brebaje venenoso. 
Pero el destino final de Matías como mártir de Cristo ya había estado escrito en las estrellas desde el principio de los tiempos... y cuando regresó a predicar nuevamente en Palestina, se encontró con su destino final. Arrestado por el Sumo Sacerdote Ananías –el mismo clérigo corrupto que había asesinado a Santiago, el Hermano del Señor, arrojándolo desde el techo del templo de Jerusalén– Matías fue arrastrado hasta la corte y culpado del peor crimen que se pueda imaginar: sedición contra los gobernantes Judíos de la Ciudad Santa. 
 
 








 
 
Interrogado implacablemente por el Sanedrín se negó a abjurar de su fe por lo que rápidamente fue condenado a muerte.
Una vez que la sentencia fue leída en la corte, Matías fue llevado a los terrenos de la prisión en donde fue apedreado hasta morir. Pero el hecho de asesinar a este gentil y humilde hombre no fue suficiente para el Sumo Sacerdote –quien también ordenó que le cortaran la cabeza con un hacha... con la finalidad de enviar un mensaje a los ocupantes Romanos de la ciudad. (Dado que decapitar a un traidor era el método Romano de castigo capital, el Sumo Sacerdote tenía la esperanza de mostrar a sus gobernantes colonizadores que Matías también había sido culpable de preparar una revuelta en contra de la autoridad de Roma).
El Gran Mártir Matías murió en Jerusalén en el Año 63 de Nuestro Señor luego de aceptar gozosamente su destino como el de uno que muere por Jesucristo. Su vida ha inspirado maravillosamente a los Cristianos por cerca de 20 siglos, debido a que estaba lleno de gozo y satisfacción en el Señor. Seguramente, esta fue la razón por la cual “tuvo lugar” la elección de Matías en ese grandioso y glorioso día cuando fue elegido para ser uno de los Doce Originales. Su más grande triunfo fue que permaneció fiel – desde el principio– a la llamada de Jesús: “Sígueme.” 
 



La tumba del Apóstol Matías 

Según el Sinaxario, se nos informa brevemente del apóstol Matías:

"Después de que Judas por transgresión cayó de su apostolado (Hechos 1: 25), y colgándose de la desesperación terminó su vida con una muerte miserable y vergonzosa (Mateo 27:5), entonces, para que no falte el número de los Doce, todos los discípulos se reunieron en un lugar después de la Ascensión del Salvador (el número de hombres y mujeres era de 120), y eligieron a dos hombres de entre ellos, José, llamado Barsabas, que también se llamaba Justus, y Matías, y les pusieron en medio de entre ellos. Luego oraron a Dios y echaron suertes, "y la suerte cayó sobre Matías, y fue contado con los once Apóstoles" (Hechos 1: 15-26). 
 
 
 



Fortaleza romana en Gonio, Adjara, Georgia


 
 
 
Y así, habiendo tomado el lugar de Judas, Matías cumplió la obra del apostolado y la profecía sobre Judas, que el Espíritu Santo predijo por boca de David: "Y su obispado dejó que otro tomara" (Sal. 108: 7). Después de esto, se dice, Matías predicó el Evangelio en Etiopía y completó su vida allí en el martirio. Según Nicéforo (Historia Eclesiástica., 2, 40), Matías predicó primero el Evangelio en Judea, luego en Etiopía (que se hizo sinónimo de la región de Colchis, ahora en la actual Georgia) y fue crucificado en Colchis. Un marcador colocado en las ruinas de la fortaleza romana de Gonio, conocido como Apsaros en la moderna región georgiana de Adjara, afirma que Matías está enterrado en ese sitio. Sin embargo, esto no es verificable ya que el gobierno georgiano actualmente prohíbe cavar cerca de la tumba tradicional. 
 
 
 


San Matías, Apóstol. (Siglo I).

De las “Vidas de los Santos de A.Butler”

 

Clemente de Alejandría, basándose en la tradición, afirma que San Matías fue uno de los setenta y dos discípulos que el Señor envió a predicar durante su ministerio; Eusebio y San Jerónimo confirman dicha tradición.

Los Hechos de los Apóstoles nos dicen que Matías acompañó al Salvador, desde el Bautismo hasta la Ascensión. Cuando San Pedro decidió proceder a la elección de un nuevo Apóstol para remplazar a Judas, los candidatos, escogidos entre los más dignos, fueron José, llamado Bernabé y Matías. Después de pedir a Dios que dirigiese la elección, los Apóstoles sortearon los dos nombres; la elección recayó sobre Matías, quien pasó a formar parte del grupo de los doce. El Espíritu Santo descendió también sobre él en Pentecostés y Matías se entregó celosamente a su misión. 

 


San Matías Apóstol, 9 de Agosto.




Clemente de Alejandría afirma que se distinguió principalmente por la insistencia con que predicaba la necesidad de mortificar la carne para dominar la sensualidad, y él mismo practicaba esta lección que había aprendido de Jesucristo.

Según la tradición, San Matías predicó primero en Judea y después en otros países. Los griegos sostienen que evangelizó la Capadocia y las costas del Mar Caspio, que sufrió muchas persecuciones y vejaciones de parte de los pueblos bárbaros" donde misionó y obtuvo finalmente la corona del martirio en Cólquida. No existen datos ciertos sobre la forma en que fue martirizado, pero los "Menaia" griegos y otras fuentes legendarias sostienen que fue crucificado. Se dice que su cuerpo estuvo mucho tiempo en Jerusalén y que Santa Elena lo trasladó a Roma.

 

 

3 logos atribuídos al Apóstol Matías

1. Pero el principio de esto es maravillarse de las cosas, como dice Platón en el Teeteto y como dice Matías en las Tradiciones cuando exhorta: "Maravillense de lo que está presente", estableciendo esto como el primer paso hacia el conocimiento más allá de de las cosas.

- Clemente de Alejandría, Stromata 2.9.45.4

2. Dicen que Matías también enseñó esto: "Luchar contra la carne y abusar de ella, sin ceder a ella por el placer indisciplinado, para engrandecer el alma por la fe y el conocimiento".

- Clemente de Alejandría, Stromata 3.4.26.3

 

 





3. Dicen que el apóstol Matías en las Tradiciones dice en cada oportunidad: “Si el prójimo de un elegido peca, el elegido peca. su vida para que no pecara".

- Clemente de Alejandría, Stromata 7.13.82.1

Información sobre las Tradiciones de Matías

Las Tradiciones de Matías, quizás también conocidas como el Evangelio de Matías, se conocen solo a partir de unas pocas citas proporcionadas por Clemente de Alejandría.

Jon B. Daniels escribe (The Anchor Bible Dictionary, v. 4, p. 644):

"La extensión y el género de las Tradiciones de Matías son inciertos. Las citas de Clemente son breves oraciones exhortativas (Strom. 2.9.45; 3.4.26; 7.13.82). Pero si Strom. 4.6.35 se deriva de la misma fuente ", entonces el trabajo también puede haber contenido algún material narrativo sobre Jesús. Las citas no son abiertamente gnósticas, pero según Clemente (Strom. 7.17.108) las enseñanzas de Matías fueron utilizadas por basilideanos y quizás otros grupos gnósticos. Según Hipólito (Haer 7.20.1) Basílides y su hijo Isidoro afirmaron haber aprendido de Matías 'palabras secretas', que había recibido en enseñanza privada del Salvador.

Tradiciones de Matías probablemente se compuso en Egipto en la primera mitad del siglo II. A veces se ha identificado con una obra llamada el Evangelio de Matías, pero hay muy poca evidencia para decidir esta cuestión definitivamente (NTApocr. 1:312). El primer autor en mencionar un Evangelio de Matías es Orígenes (Hom. I. in Lc.), cuya información es repetida por Ambrosio y Jerónimo. Eusebio (Hist. Eccl. 3.25.6) lo menciona junto con los evangelios de Tomás y Pedro. Él los describe como obras que fueron compuestas por herejes, pero que, sin embargo, eran conocidas por la mayoría de los escritores de la Iglesia primitiva. El Evangelio de Matías también se menciona en listas de obras heréticas: el Decretum Gelasianum, el Catálogo de los sesenta libros canónicos y una lista en la Crónica samaritana No. II de libros falsos supuestamente utilizados por cristianos nazarenos. 

 

 

 





Santo Apóstol Matías como modelo para nuestras vidas

Por el Protopresbítero Fr. G. Papavarnanas

 

Cuando Judas Iscariote perdió su lugar entre los Doce Discípulos al traicionar a Cristo y a su vez ahorcarse, entonces la Iglesia decidió elegir y poner en su lugar a otro, para completar el número de los Doce Discípulos.

El modo en que se llevó a cabo esta elección fue descrito por el evangelista Lucas en el primer capítulo de su libro Hechos de los Apóstoles. Él escribe que los Apóstoles nominaron a dos personas, José llamado Barsabás (también conocido como Justo) y Matías. Entonces oraron con estas palabras: "Señor, tú conoces el corazón de todos. Muéstranos a cuál de estos dos has elegido para hacerse cargo de este ministerio apostólico, que Judas dejó para ir a donde le corresponde". Entonces echaron suertes y la suerte recayó sobre Matías, que estaba alistado con los otros once apóstoles.

De la vida y obra del Apóstol Matías sabemos muy poco. En la Synaxaria no hay detalles de su vida. Sin embargo, de lo que leemos podemos entender la magnitud de lo que ofreció, sus labores, sus luchas y su ansiedad por difundir el evangelio.

Antes de ser contado entre los Doce Discípulos, perteneció al coro de los Setenta Apóstoles. Después de su elección fue a Etiopía donde predicó el evangelio. Allí sufrió la persecución y el castigo de los etíopes y completó su vida terrena con una muerte mártir. Después de todo, todos los Apóstoles partieron de esta vida temporal con una muerte mártir, excepto el evangelista Juan el Teólogo que "culminó su vida en paz". Pero incluso él sufrió castigos y persecuciones y acabó muriendo tras ser exiliado.

 

 

 



La gloria de los Santos Apóstoles es su predicación del Evangelio del Amor y todo lo relacionado con él, como el enjuiciamiento, la prisión, el destierro, la flagelación, la desgracia, la humillación, etc.

Se relata en los Hechos de los Apóstoles que los Apóstoles, después de haber sido objeto de agresiones físicas, humillaciones y castigos, continuaban con alegría su trabajo. Y esto porque "fueron hallados dignos de padecer afrenta en el nombre del Señor".

Comentando lo anterior, nos gustaría enfatizar dos puntos:

Primero, que en el caso de la elección del Apóstol Matías se nos muestra claramente la forma en que trabajaron y actuaron los Santos Apóstoles. En todas partes y siempre querían que se cumpliera la voluntad de Dios. Ellos recomendaron a Dios y Él los eligió. Hacen lo humano y dejan lo divino para que Dios actúe, es decir, le dan a Dios el espacio para actuar y revelar Su voluntad. En la Iglesia todo es divino-humano. Dios trabaja y el hombre es un colaborador. No viola la libertad humana, pero tampoco menosprecia la voluntad de Dios.

Usualmente nosotros, que estamos esclavizados por nuestras pasiones, queremos que se haga nuestra voluntad. E incluso cuando nos entregamos a Dios nos atrevemos a que Él nos obedezca para que suceda lo que queremos. Queremos que Dios haga lo humano, que es lo que podemos y debemos hacer, y queremos hacer lo que Dios hará.

Debemos señalar aquí que en la elección del Apóstol Matías, se conserva la forma tradicional de elegir un Obispo, que son los sucesores de los Apóstoles.

Segundo, el Apóstol Matías sufrió persecuciones y castigos de parte de los etíopes a quienes amaba y servía. En ese momento se convirtió en un imitador de Cristo, que sirvió al pueblo en todo sentido y fue crucificado por él.

No es fácil servir a la gente. Pastorear ovejas lógicas es un trabajo pesado y doloroso. San Gregorio el Teólogo nos dice que el hombre es difícil de gobernar. Los obreros del evangelio, por supuesto, saben muy bien que Cristo está siempre cerca de ellos para sostenerlos y fortalecerlos.

En el Antiguo Testamento hay un diálogo muy hermoso entre Dios y el profeta Jeremías. Dios eligió a Jeremías como Su Profeta y lo envió a hablar ante Su pueblo y decir todo lo que Él dictara. Sin embargo, presentó su corta edad como un obstáculo. En ese momento los jóvenes no hablaban públicamente, sino solo los mayores. Dios lo tranquilizó y le dijo que no tuviera miedo, porque Él iría a los que Él le enviaría y diría todo lo que Él le mandara decir. Entonces, Dios no le ocultó las dificultades y los peligros que encontrará. De manera característica, dijo que se movería y viviría entre escorpiones que lo picarían y lastimarían. Pero también dijo que no debía tener miedo, que no debía decepcionarse, sino que tuviera valor, porque Él no lo desampararía. Estaría con él para apoyarlo y consolarlo. Es decir, Él promete lo que luego prometerá a Sus Apóstoles, que Él siempre estará con ellos. Por eso los Apóstoles, aun cuando llegaron al punto de estar totalmente frustrados, aun así no se dieron por vencidos. No fueron abrumados por la desesperación, pero con la oración recibieron poder. El Espíritu Santo los fortaleció, los consoló y los llenó de alegría.

La lucha por la transformación de las pasiones y la regeneración interior está íntimamente ligado al tema de la voluntad de Dios en nuestra vida. La crucifixión de nuestra voluntad personal es un sello de autenticidad. Es el sello de Cristo que aleja la agitación y la desesperanza e invita a la alegría existencial, a la paz ya la realización interior.

 
 
 





 
Ἀπολυτίκιον  (Κατέβασμα) Ἦχος γ’. Θείας πίστεως.
 
Θείω Πνεύματι, κεκληρωμένος, συνεπλήρωσας, τῶν Ἀποστόλων, τὴν δωδεκάριθμον φάλαγγα ἔνδοξε, μεθ' ὧν κηρύξας τοῦ Λόγου τὴν κένωσιν, ἐθαυμαστώθης Ματθία Ἀπόστολε. Ἀλλὰ πρέσβευε, δοθήναι τοὶς σὲ γεραίρουσι, πταισμάτων ἱλασμὸν καὶ μέγα ἔλεος.
 
 
 
Έτερον Ἀπολυτίκιον Ἦχος γ’.

Ἀπόστολε ἅγιε Ματθία, πρέσβευε τῷ ἐλεήμονι Θεῷ ἵνα πταισμάτων ἄφεσιν, παράσχῃ ταῖς ψυχαῖς ἡμῶν.

 
Otro apolitiquio tono 3º


Oh Santo Apóstol Matías, intercede ante el Dios misericordioso para que conceda a nuestras almas el perdón por nuestras ofensas. 


 
 
 
Κοντάκιον Ἦχος δ΄. Ἐπεφάνης σήμερον.

Φωταυγὴς ὡς ἥλιος, εἰς πάντα κόσμον, ἐξελθὼν ὁ φθόγγος σου, καταφωτίζει τῶν ἐθνῶν, τὴν Ἐκκλησίαν ἐν χάριτι, θαυματοφόρε, Ματθία Ἀπόστολε. 
 
Condaquio tono 4º

Verdaderamente, tú palabra ha resonado en todo el mundo como un rayo de sol brillante y ha iluminado, por la gracia de la Iglesia, a todas las naciones de la tierra, oh hacedor de milagros, Matías, Apóstol de Cristo. 







Fuentes consultadas: *Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury.*saint.gr *synaxarion.gr

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