Traducido:"De tus virtudes, oh Jacinto como piedra,
Estabas lleno de brillantez mientras tu sangre corría".
"Mi comida es hacer la voluntad del Señor,
Jacinto de comida declarado limpio".
En el tercero, Jacinto murió de maldita hambre.
San Jacinto (del gr. "Υάκινθος", [Yákinzos]) el
Chamberlán (del gr. "κουβικουλάριος", [Kubikularios],
cubiculario o chamberlán, camarero del palacio imperial, específicamente en el
comedor del Emperador Trajano), procedía de Cesarea de Capadocia y vivió
durante el reinado del emperador Trajano (98-117 d.C.). Era un hombre de
actitud excepcional y realizaba sus deberes en el palacio de la mejor manera
posible. Era atento y se cuidaba de no contaminarse de la opulencia del
palacio.
Una vez, durante el tiempo de un festival pagano, el
emperador Trajano estaba festejando en un templo junto con sus compañeros,
comiendo la comida ofrecida a los ídolos, pero el joven Jacinto, después de
haber permanecido en el palacio, se encerró en una pequeña habitación y rezó
fervientemente al Señor Jesucristo.
Uno de los sirvientes escuchó las palabras de oración. Le contó al emperador que Jacinto, a quien se le confió una posición imperial,
no honraba a los dioses romanos, sino que estaba orando en secreto a Cristo.
Después de que fue denunciado por ser un cristiano ante el
emperador, fue instado por él a comer de la carne contaminada ofrecida como
sacrificio a los ídolos. Incapaz de persuadirlo, Jacinto no dudó en confesar
delante del emperador que él era cristiano. Trajano se sorprendió y dijo que
era un desagradecido, dada la confianza y la reputación que le estaba ofreciendo el
palacio.
Entonces Jacinto, cómodamente y con seguridad, respondió:
"Si la gratitud es una virtud, rey, ¿qué apología daré si niego a mi Salvador Cristo, quien derramó su sangre para mí, quien me regaló la fe, la esperanza y el amor, que me da puerto en las tempestades del alma, consuelo en las tristezas, seguridad ante las olas y coraje ante las pruebas, y quien me reserva la participación eterna en Su reino y gloria?"
Trajano, turbado ante las palabras de Jacinto, ordenó que su
cuerpo fuese azotado y después llevado a prisión, sin darle ningún tipo de alimento,
pero poniendo delante de él carnes que eran ofrecidas como sacrificio a los
ídolos para que comiera.
El comer alimentos utilizados como sacrificio a los ídolos estaba prohibido en el cristianismo, y el joven Jacinto consideraba que comer esos alimentos era una negación de su fe cristiana.
El emperador ordenó a los guardias de la prisión que no le dejaran ni un bocado de pan limpio, para que se viera obligado a comer la comida sacrificada a los ídolos. Pero el valiente atleta de Cristo ni siquiera quiso probarlos, en cambio permaneció durante cuarenta días sin comer.
En el trigésimo octavo día, uno de los guardias, que llevaba la
carne ofrecida a los ídolos, vio ángeles junto al mártir, vistiéndolo con un
atuendo brillante y colocándole una corona sobre su cabeza. Finalmente, en el
cuadragésimo día, fue vencido por su hambre, y entregó su alma a Cristo,
recibiendo de él la corona del martirio.
Se dice que San Jacinto tenía doce años cuando murió de
hambre en la prisión (aunque otros dicen que tenía veinte) en Roma, y que después su cuerpo fue trasladado de regreso a su nativa Cesarea.
Un
cuerpo identificado como suyo se conserva y venera en la iglesia abadía de la
antigua abadía cisterciense de Fürstenfeld, en Baviera (Alemania), de la cual
la iglesia es la única estructura sobreviviente. En Creta se le considera el
santo patrón de los amantes, al igual que San Valentín en Occidente.
NOTA:
* La memoria de este mismo Santo, junto con la de San Diomedio, por algunos santorales, se repite innecesariamente el 3 de junio.
* La memoria de este mismo Santo, junto con la de San Diomedio, por algunos santorales, se repite innecesariamente el 3 de junio.
Apolitiquio tono 4º (MODELO: “Ταχύ προκατάλαβε” [Tají
prokatálabe], “Se adelantó rápidamente”)
Ἀπολυτίκιον (Κατέβασμα) Ἦχος δ’. Ταχὺ προκατάλαβε.
Ὡς Λίθος ὑάκινθος, τῆς Ἐκκλησίας Χριστοῦ, ἀστράπτεις τοὶς πέρασι, ταὶς τῶν χαρίτων αὐγαίς, παμμάκαρ Ὑάκινθε, σὺ γὰρ ὁμολογία, πυρσωθεῖς εὐσέβειας, ἔλαμψας ἐν ἀθλήσει, τὴ τοῦ Λόγου μιμήσει, ἐντεῦθεν καταφαιδρύνεις, τοὺς σὲ γεραίροντας.
Apolitiquio tono 4º
Κοντάκιον Ἦχος δ’. Ἐπεφάνης σήμερον.
Ὑακίνθῳ σήμερον, ἐξ ὑακίνθων, ἀμαράντων πλέξωμεν, στέφανον πάντες οἱ πιστοί, μεγαλοφώνως κραυγάζοντες, Χαίροις μαρτύρων, τὸ κλέος Ὑάκινθε.
Condaquio tono 4º
Vengan, oh fieles, hagan hoy una corona de jacintos no
marchitados, por el Mártir Jacinto, y
clamemos a él: Alégrate, oh Jacinto, gloria de los mártires.
Fuentes consultadas: saint.gr, synaxarion.gr, diakonima.gr