viernes, 29 de diciembre de 2023

Santos Infantes (14.000) asesinados por orden de Herodes

Versos:
"Por una espada los bebés de las madres fueron asesinados prematuramente, por el enemigo del Bebé que creó a los bebés".

El veintinueve de este mes [diciembre], conmemoramos a los Santos Infantes asesinados por Herodes, que suman catorce mil.

Antes que el primer mártir Cristiano (el bienaventurado San Esteban) fuera asesinado por abrazar el Santo Evangelio del Hijo de Dios, más de 14.000 infantes o niños pagarían con sus vidas debido a la ira insana derramada sobre ellos por parte de un rey celoso. El asesinato de estos inocentes, que tomó lugar muy poco después del nacimiento del Santo Redentor en Belén y se ha perpetuado como uno de los crímenes más repulsivos en la historia del Cristianismo.
Esto aconteció después de que el Rey Herodes – el gobernante Judío de Palestina bajo la autoridad del Imperio Romano– decidió el asesinato de todos los niños con el fin de eliminar la vida de quien, según lo habían anunciado los profetas, emergería como “el Rey de los Judíos.” Las muertes de estos 14.000 infantes ocurrieron luego de que un grupo de reyes sabios venido de tierras lejanas (los “Magos”) notaron la presencia de una nueva estrella en los cielos. Cuando consultaron a sus adivinos sobre esta extraña aparición les fue dicho que significaba la inminente llegada del Salvador Judío quien cambiaría al mundo… y que la misteriosa nueva estrella los guiaría hacia el lugar de Su nacimiento.
 










Los Magos salieron inmediatamente en búsqueda del Santo Niño siguiendo la estrella durante algunos meses hasta llegar a Belén, el cual llegaría a ser el lugar del nacimiento del Señor Jesús. Pero cuando el orgulloso y vanidoso Rey Herodes se enteró de su misión se llenó de ansiedad. ¿Cómo podría prevenir el levantamiento de este nuevo rey y evitar ser destronado por él en el futuro? Con la esperanza de identificar al bebé y luego matarlo en secreto, Herodes a los Magos que se apresurasen para informarle del paradero de la criatura tan pronto como ellos lo hubieran localizado.
Los Hombres Sabios accedieron con ese plan – luego de que Herodes les asegurase que también él quería sólamente adorar al Niño- pero un Ángel del Señor llegó hasta ellos para advertirles que no debían revelar la ubicación del recién nacido. Luego de haberse encontrado con la Bienaventurada Theotokos y su Niño en Belén, los Magos tomaron una ruta distinta de regreso a sus tierras… dejando al cada vez más desasosegado Herodes asumir que ellos no habían sido capaces de encontrar al futuro Rey de los Judíos.
Cuando el salvaje rey descubrió que había sido engañado explotó en cólera. Rápidamente ordenó que todo infante varón menor de dos años, en Belén y en sus alrededores, fuese asesinado inmediatamente. 
 










Con la esperanza de que el Santo Niño sea eliminado rápidamente en su asolada, Herodes observaba impasiblemente como miles de niños eran arrancados inmisericordemente de los brazos de sus madres y asesinados en el lugar donde se encontraban. La matanza  fue devastadora, y para muchos de los que la presenciaron fueron llevados casi al grado de locura por la completa brutalidad con que fue realizada. Mientras que algunos de los indefensos niños fueron atravesados por las espadas, otros fueron arrojados contra las paredes o las piedras. Algunos fueron pisoteados, mientras que otros fueron atravesados por lanzas, al tiempo que otros fueron cortados por la mitad. Incapaces de salvar a sus hijos, las madres gritaban y se arrancaban los cabellos. De ese modo se cumplió la profecía de Jeremías –la predicción por la cual un día en Rama (ubicada cerca de Belén) se escucharían los sonidos de “llanto y lamentaciones.”
Los acontecimientos que tomaron lugar durante esos terribles días son difíciles de imaginar. 






"Η ΒΡΕΦΟΚΤΟΝ'ΙΑ", [I Brefoktonía]
LA MATANZA DE LOS NIÑOS





Escribiendo posteriormente sobre ellos, el gran San Juan Crisóstomo describió la escena con una angustia inimaginable: “Las madres les rogaban a los asesinos, ‘¿por qué destrozan a nuestros hijos? ¿Qué ofensas han cometido en contra de ustedes o de vuestro rey?’ Pero los soldados se encontraban demasiado ocupados con su espeluznante tarea como para replicar. Nada podía calmar a las mujeres quienes se encontraban en frenesí y gritaban con cada vez mayor desesperación, ‘¡Misericordia! ¡Misericordia! ¿Acaso ustedes no tienen madres? ¿Acaso ustedes no tienen esposas? ¿No se avergüenzan de que nuestros pechos no tengan a quién alimentar? Tengan compasión de nosotros; mátennos a nosotros antes que a nuestros pequeños hijos.
¡No podemos soportar el verlos destrozados! ¡Tomen primero nuestras vidas! ¡Humedezcan vuestras espadas con nuestra sangre! Si estos niños han cometido algún error llévennos a la muerte a nosotros también.’’’ “El frenesí de esas mujeres iba más allá de cualquier vergüenza quienes rasgaron sus vestiduras en pedazos, golpeaban sus pechos con piedras y con sus puños, arañaron sus rostros, se arrancaron los cabellos mientras gritaban al cielo ‘Oh Señor y maestro, ¿qué han hecho nuestros niños para merecer semejante crueldad? Tú los creaste y el Rey ha destrozado la obra de Tus manos; Tú nos diste a nuestros hijos y el nos los ha quitado. ¿Qué ganamos habiendo dado a luz a nuestros hijos si ellos habían sido destinados a esta carnicería?’”

 




Santos niños (14.000) asesinados por orden
de Herodes. Menologio de Basilio II, s.X.



 
El Venerable San Juan Damasceno también escribió acerca de los lamentos agonizantes de las madres de la siguiente manera: “Con sus cabezas descubiertas y sus manos levantadas hacia Dios, las madres estaban sentadas junto a sus hijos asesinados, experimentando nuevamente los dolores de parto. Arrancándose los cabellos, arrojando polvo sobre ellas mismas y llorando amargamente le pedían al cielo que hiciese de testigo ante tremenda injusticia. Le reprochaban a Herodes como si estuviera presente: ‘¿Por qué razón habéis dado una orden cómo ésta? Tú también eres padre; tú sabes del amor que los padres tienen por sus hijos. ¿Esa estrella te llenó de ira? Si así fue, hubiera sido mejor que desperdicies tus flechas contra el cielo y permitir que de nuestros pechos siga fluyendo la leche. ¿Los hombres sabios te trataron con desdén? Si así fue, entonces debías haber atacado sobre Persia y haber permitido que Belén conserve a sus hijos.”
Finalmente todo había terminado. Más de 14.000 inocentes había muerto; en años posteriores muchos de ellos serían enterrados en la Gruta de la Iglesia de la Natividad en Belén, exactamente debajo del establo en donde el mismo Señor había nacido. Aquí, el Patriarca de Jerusalén, cada 29 de Diciembre, conmemora esas muertes trágicas con unas ceremonias especiales a las que asisten Cristianos de todas las partes.
 




Santas Reliquias de los 14.000 niños asesinados por Herodes.



 
 ¿Y qué fue lo que sucedió con el Rey Herodes? Al final su propia muerte sería mucho más terrible que la de cualquiera de sus víctimas. Luego de haber asesinado al Jefe de los Sacerdotes y los Escribas de entre su propia gente –junto con su hermano, su hermana y su esposa Mariam-, el loco homicida desarrolló una enfermedad terminal (hidropesía) por la cual su piel se iba cayendo mientras los gusanos iban devorando lentamente sus podridas y malolientes carnes. Todo este horror, el asesinato de los 14.000 niños en Belén nos enseña una valiosa lección sobre el alto precio que fue pagado por el Santo Evangelio. Este odioso crimen contra la humanidad fue terrible para aquellos que lo sufrieron así como para las madres que lo soportaron. Ellos son recordados con amorosa ternura en este día. 
Pero en la memoria del trágico destino de estos 14.000 también se nos recuerda que el más alto precio de todos fue pagado por Nuestro Santo Redentor, quien asumió los pecados del mundo entero y pagó por ellos con su propia agonía y muerte en la Cruz.
Venciendo a la angustia y al sufrimiento, el Hijo de Dios resucitó en gloria –habiendo vencido para siempre al pecado y a la muerte.

 
 
 
 
 

 


 
 
Ἀπολυτίκιον  Ἦχος α’. Τὸν τάφον σου Σωτὴρ.
 
Ως θύματα δεκτά, ως νεόδρεπτα ρόδα και θεία απαρχή, και νεόθυτοι άρνες, Χριστώ τω ώσπερ νήπιον, γεννηθέντι προσήχθητε, αγνά Νήπια, την του Ηρώδου κακίαν, στηλιτεύοντα και δυσωπούντα απαύστως, υπέρ των ψυχών ημών.

Apolitiquio tono 1º

Que llegue ante Ti nuestro ruego por la intercesión de estos Santos que han soportado los sufrimientos por Ti, Oh Señor, y sana nuestros dolores, te lo pedimos oh Amigo del hombre.
 
 

Κοντάκιον Ήχος δ'. Επεφάνης σήμερον.
 
Αστήρ Μάγους έπεμψε, προς τον τεχθέντα, και Ηρώδης άδικον, στρατόν απέστειλε κενώς, φονοκτονήσαι οιόμενος, τον εν τη φάτνη ως Νήπιον κείμενον.
 
Condaquio tono 4º

Una estrella envió a los Magos al Niño recién nacido, y Herodes envió a su ejército en vano. Quería asesinar a Aquel que yacía en el pesebre cuando era un bebé.
 
 
 
Κοντάκιον  Ἦχος πλ. β’. Τὴν ὑπὲρ ἡμῶν.

Ἐν τῇ Βηθλεέμ, τεχθέντος τοῦ Βασιλέως, ἐξ Ἀνατολῶν, σὺν δώροις ἥκασι Μάγοι, δι’ ἀστέρως ἐξ ὕψους ὁδηγούμενοι, ἀλλ’ Ἡρώδης ἐκταράσσεται, καὶ θερίζει τὰ Νήπια, ὥσπερ σῖτον ὀδυρόμενος· ὅτι τὸ κράτος αὐτοῦ, καθαιρεῖται ταχύ 
 
Condaquio tono plagal del 2º 

El rey nació en Belén. Los magos vinieron del este con regalos. Habían sido guiados por una estrella. Pero el enojado Herodes cortó a los niños como el trigo, lamentando que su poder fuera destruido.

 
 
Otro contaquio tono plagal del 1º 

Cuando nació el Rey en Belén, desde el Oriente llegaron los Magos con regalos habiendo sido guiados por una Estrella desde lo alto; pero Herodes estaba molesto y segó la vida de los niños como si fuera trigo, ya que se lamentaba anticipadamente que muy pronto se termine su poder.
 
 
 
 



Fuente:  *Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury.  * johnsanidopoulos.com  *saint.gr *synaxarion.gr

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