martes, 12 de diciembre de 2023

San Espiridón el Milagroso, Obispo de Tremitunte en Chipre (+348)

El doce de este mes, Memoria de nuestro Venerable Padre Teóforo* Espiridón, el Milagroso.
"Aunque el milagroso Espiridón haya dormido, sus milagros aún no han cesado".
En el duodécimo de este mes, Espiridón partió de esta vida.

 

Este santo floreció durante los años de los reinados de los emperadores Constantino el Grande (306-337) y
su hijo Constancio (337-361). Vivió pacíficamente en la isla de Chipre como un simple pastor. Según su inteligencia, era un hombre sencillo; y según su corazón, humilde.
Practicaba obras de amor hacia el prójimo, la mansedumbre, daba limosnas y cultivaba todas las virtudes. Como el Patriarca Abraham, era hospitalario con todos los que llegaban a su casa, atendiendo a cada invitado como si se tratase del propio Cristo que había venido a visitarlo.
Jamás un pobre o un necesitado se fueron de su casa sin haber recibido consuelo a su dolor.
Espiridón ponía su dinero en una caja, la cual siempre dejaba abierta y disponible a todos, sin preocuparse si estaba llena o vacía, o si los que metían la mano en ella merecían o no su ayuda. Vivió como un casto y piadoso esposo, y Dios le concedió una hija llamada Irene. Después de unos años su esposa murió, y libre ya de los cuidados de la carne, su única preocupación era crecer en la virtud y aumentar los dones eternos de la Gracia.
 




"ST. SPYRIDON", San Espiridón



 
Su estilo de vida le trajo un no deseado renombre en la isla por lo que, cuando el obispo del pequeño pueblo de Trimos, cercano a Salamina murió, los fieles escogieron unánimemente a Espiridón para que le sucediese, convirtiéndose así en pastor del rebaño espiritual de Cristo. A pesar de tal dignidad, el humilde pastor conservó su acostumbrado estilo de vida: llevaba la misma ropa pobre, andaba siempre a pie, ayudaba en los campos y cuidaba su rebaño como antes. Unos ladrones nocturnos irrumpieron en su majada pensando en huir con sus ovejas, pero quedaron adheridos al lugar por una fuerza invisible. Cuando Espiridón los encontró a la mañana siguiente temprano, avergonzadamente confesaron su fechoría. Movido por la compasión, los libró de sus ataduras invisibles y los conminó a vivir honestamente desde aquel momento; pero antes que se fueran les dio dos ovejas -como compensación, les dijo sonriente, por el sufrimiento de su larga noche de vigilia.
Exigente consigo mismo, Espiridón siempre estaba lleno de compasión hacia sus hermanos, y demostró un gran conocimiento de sus debilidades. Por ejemplo interrumpía un ayuno sin vacilación, si lo consideraba necesario para darle consuelo a un caminante. Como Cristo el Buen Pastor, él estaba siempre listo a dar su vida por sus ovejas espirituales para que pudieran pastar en los prados de la gracia. Su mansedumbre, humildad y simplicidad encontraron tal favor con Dios, que éste le permitió realizar innumerables milagros para salvación y consuelo de su Iglesia.
 
 




 Fresco en pared con el icono de San Espiridón. 



 
 
Cuando la isla de Chipre fue aquejada por una terrible sequía que amenazaba ser mensajera de hambre, los cielos se abrieron ante la oración de San Espiridón, y Dios envió una bondadosa lluvia sobre la tierra que dio sus frutos en el momento adecuado. Algunos hombres ricos habían acumulado grandes cantidades de maíz en sus graneros, pensando especular con la escasez y obtener grandes ganancias, pero por la oración del celoso obispo sus graneros se derrumbaron, y él liberó a la isla del hambre distribuyendo el grano equitativamente entre la gente. 
Otra vez, para ayudar a un pobre, convirtió una serpiente en oro, de modo similar a lo que había hecho Moisés en el desierto (Núm. 21:9); pero una vez que la ayuda surtió efecto, restauró a la criatura a su estado normal para que el favor divino no diera ocasión a la codicia. Un día, mientras se dirigía apresuradamente a liberar a un hombre condenado a muerte, encontró el camino bloqueado con un torrente infranqueable, entonces le ordenó al agua que se detuviera, cruzando así por el lecho seco del río.
Espiridón tenía poder sobre la muerte, porque vivió en Cristo mediante las santas virtudes, y Cristo actuó en él a través del Espíritu Santo. Cuando una pobre mujer bárbara puso suplicante a sus pies el cuerpo inerte de su hijo, él le devolvió la vida al niño. 
Ante la súbita muerte de su amada hija Irene, rechazó todo pensamiento de consuelo humano para sí y no le pidió al Señor que la resucitara; pero, a causa de cierta mujer que le había confiado su fortuna** para que se la guardase, el santo obispo se paró ante su tumba para preguntarle a la muchacha muerta dónde lo había guardado, y ella le respondió.
 
 
 




"Ό ΆΓΙΟΣ ΣΠΥΡ'ΙΔΟΝ", [Ó Áyios Espirídon]
SAN ESPIRIDÓN



Su virtud iluminaba los secretos de las conciencias con el resplandor del relámpago, inspirando a los pecadores a confesar sus malas acciones y a comenzar una vida de arrepentimiento. En cierta ocasión, el hombre de Dios lanzó una mirada de compasión sobre una mujer prosituta, quién –al igual que la penitente del Evangelio -cayó a sus pies y los limpió con sus lágrimas mientras confesaba sus pecados. Espiridón la ayudó a levantarse y le dijo: Tus pecados te son perdonados (Lc. 7:48), como si el Salvador mismo estuviera hablando a través de su boca. Entonces, diciéndole que se retirara en paz, él se llenó de alegría como el buen pastor que ha encontrado la oveja que estaba perdida, y llamó a sus amigos y vecinos, diciendo: Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido. (Lc. 15:6)
San Espiridón conocía poco de la sabiduría de este mundo pero era rico en los dones de profecía y de predecir el futuro. Profundo conocedor de las Sagradas Escrituras, una vez avergonzó a un prelado vanidoso que quiso presumir de su elocuencia alterando ciertas palabras del Evangelio demasiado comunes para su gusto.
 



Icono con distintas escenas de su vida.



 
Cuando el piadosísimo Emperador Constantino el Grande convocó el Primer Concilio Ecuménico (325) para dar fin a la condenable herejía de Arrios, Espiridón también se encaminó a Nicea, vestido como un simple pastor, para dar testimonio de la Verdad junto con los santos obispos y confesores y los más ilustres personajes de la época. Durante una de las sesiones, un presumido filósofo arriano desafió a los Ortodoxos a un debate sobre la Santa Trinidad. El humilde pastor de Chipre avanzó entonces y, ante el asombro de todos, demolió los engañosos argumentos de su antagonista y las sutilezas lógicas con la simplicidad y autoridad de sus palabras inspiradas por el Espíritu Santo. No pudiendo refutar su respuesta, el filósofo admitió que lo había convencido; abrazó entonces la Fe Ortodoxa con sinceridad, invitando a su vez a los demás seguidores de Arrio a abandonar las engañosas sendas de la sabiduría humana para encontrar en la Iglesia las fuentes de Agua Viva y el poder del Espíritu.
Después de la muerte de San Constantino, su hijo Constancio, que heredó la parte Oriental del Imperio, mostró cierta inclinación hacia el arrianismo. 
 
 




Sus Santas Reliquias incorruptas



 
Cayó enfermo mientras residía en Antioquía, y a pesar de los esfuerzos de sus médicos, su vida se extinguía; pero entonces tuvo una visión en la que San Espiridón era convocado al palacio. Apenas éste llegó al lado de la cama del Emperador en compañía con su discípulo San Trifilio (12 junio), lo curó de su enfermedad carnal, y le hizo prometer que cuidaría la salud de su alma mediante la fidelidad a la enseñanza Ortodoxa y la misericordia hacia sus súbditos. Regresó a Chipre cargado con oro y riquezas de todo tipo, las que pronto distribuyó.
Estando ya por encima de las cosas mundanas, y con su mirada puesta en los Bienes Venideros, San Espiridón celebraba la Divina Liturgia y los oficios de la Iglesia como si ya estuviese ante el trono de Dios en compañía de los Ángeles y los Santos. Un día, mientras oficiaba en una remota y poco frecuentada Iglesia, se volvió hacia la invisible congregación y dijo: -¡Paz a todos!- y sus discípulos oyeron la respuesta, -y con tu espíritu-, de parte de una multitud de Ángeles que procedieron a acompañar la Divina Liturgia con sus melodías celestiales.
 
 
 



San Espiridón el Milagroso, Menologio de Basilio II, s.X.



 
Al final de una larga vida vivida con la inefable compañía del Espíritu Santo, San Espiridón entregó su alma en paz a Dios el 12 de diciembre de 348, a la edad de setenta y ocho años, animando por última vez a los que lo rodeaban a seguir a Cristo cargando sobre sí su yugo que es suave y liviano (cf. Mt. 11: 29-30).
Su santo cuerpo se convirtió en una inagotable fuente de milagros y curaciones para los creyentes de Chipre hasta el siglo VII, cuando fue trasladado a Constantinopla para salvaguardarlo de la invasión árabe, descansando en la Catedral de Santa Sofía. Después que la ciudad cayó en poder de los turcos, sus preciosas reliquias fueron trasladadas secretamente a Corfú (1456), donde permanecen desde entonces, milagrosamente incorruptas. Numerosos milagros se han realizado a través suyo tanto para personas particulares como para toda la población, liberándolos de la epidemia del cólera y de la invasión extranjera, por lo que San Espiridón es considerado el principal protector de Corfú.


Nota:

* Teoforo, del griego "θεοφόρος", [Zeofóros], portador -del Espíritu- de Dios.
** Según otras fuentes no fue su fortuna sino "un valioso recipiente". 



Primer santo sínodo ecuménico, el milagro de san Espiridón

 
 


 
Ἀπολυτίκιον Ἦχος α’. Τοῦ λίθου σφραγισθέντος.
 
Τῆς Συνόδου τῆς πρώτης ἀνεδείχθης ὑπέρμαχος, καὶ θαυματουργὸς θεοφόρε, Σπυρίδων Πατὴρ ἡμῶν· διὸ νεκρᾷ σὺ ἐν τάφῳ προσφωνεῖς, καὶ ὄφιν εἰς χρυσοῦν μετέβαλες· καὶ ἐν τῷ μέλπειν τὰς ἁγίας σου εὐχάς, Ἀγγέλους ἔσχες συλλειτουργούντάς σοι Ἱερώτατε. Δόξα τῷ σὲ δοξάσαντι Χριστῷ· δόξα τῷ σὲ στεφανώσαντι· δόξα τῷ ἐνεργούντι διὰ σοῦ, πᾶσιν ἰάματα.


Apolytikion tono 1º

Fuiste revelado como triunfador del Primer Concilio Ecuménico y como obrador de milagros, portador de Dios, nuestro Santo Padre Espiridón. Por esto llamaste de la tumba a una que se había muerto y convertiste una serpiente en oro; y al cantar tus santas oraciones, los Ángeles servían contigo, santísimo Padre. Gloria al Señor que te glorifico! Gloria a Él que te corono! Gloria al Señor que por medio de ti obra sanidades para todos!
 
 
 
Κοντάκιον Ἦχος β’. Τὰ ἄνω ζητῶν.
 
Τῷ πόθῳ Χριστοῦ τρωθεὶς, Ἱερώτατε, τὸν νοῦν πτερωθείς, τῇ αἴγλῃ τοῦ Πνεύματος, πρακτικὴ θεωρία, τὴν πρᾶξιν εὗρες θεόπνευστε, θυσιαστήριον θεῖον γενόμενος, αἰτούμενος πᾶσι θείαν ἕλλαμψιν.


Kontakion en el segundo tono 2º

Le diste alas a tu mente con el fuego del Espíritu, herida por el amor a Cristo. Tu trabajo práctico fue la práctica de la contemplación, oh inspirado Espiridón. Te convertiste en un altar divino, implorando iluminación para todos.
 

 




Fuentes consultadas: saint.gr, diakonima.gr, johnsanidopoulos,com(foto), cristoesortodoxo.com, "Συναξαριστής της Ορθοδόξου Εκκλησίας" Αποστολική Διακονία, "Aγιολόγιο της Ορθοδοξίας" Χριστού Δ. Τσολακίδη

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