SEÑALES DE LOS TIEMPOS

VENERABLE PAÍSIO DEL MONTE ATHOS (1924-1994). SEÑALES DE LOS TIEMPOS

“… Y salió venciendo, y para vencer ”. Apoc. 6:2

El texto que sigue está escrito a mano por San Paísio del Monte Atos.






“Señales de los tiempos”.

Después de la tormenta demoniaca vendrá la calma y el sol divino.

Detrás del espíritu mundano de la “libertad” actual, de la falta de respeto en la Iglesia de Cristo, a los mayores, padres y maestros, que tienen temor de Dios, se esconde esta esclavitud espiritual, el estrés y la anarquía (desorden y confusión), que conducen a la gente a un camino sin salida, a la destrucción corporal y psíquica.
Entonces detrás también del perfecto sistema de la “tarjeta de servicios”, la seguridad del ordenador, se oculta la dictadura mundial, la exclavitud del anticristo. Apoc. de Juan 13, 16-18:
  
Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente.






Y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.
Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre.Y su número es seiscientos sesenta y seis.” 
San Andrés de Cesarea escribe lo siguiente: “Sobre el infame nombre del anticristo. Y la precisión del voto, así como el resto sobre él escrito, el tiempo también revela la experiencia de los espiritualmente sobrios…… pero la divina gracia no quería que el nombre del corrupto y destructivo fuera registrado en la Santa Biblia. Pero uno puede encontrar, por razones de ejercicio, encontrar mucho….”. 
San Andrés de Cesarea, explicación del Apocalipsis de Juan, págs. 341-42, cap. 58






 
Pero lo extraño, que muchas personas espirituales, aunque dan sus interpretaciones y explicaciones, temen también ellos la recogida-clasificación de datos, cuando deberían preocuparse espiritualmente y ayudar a los cristianos con la buena intranquilidad, y fortificarles en la fe, que sientan el divino consuelo.
¡Y sin embargo! ¿No les intranquilizan todos estos acontecimientos? ¿Por qué no ponen aunque sólo sea un punto de desconfianza en las interpretaciones de sus cerebros? ¿Y si colaboran con el anticristo con el sellado, cómo (no) van a arrastrar a otras almas a la perdición?
Esto quiere decir: “…para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos” (Marcos 13,22).








Serán engañados los que lo interpreten con el cerebro.

A pesar de que las señales están muy claras; “la bestia”, en Bruselas con el 666 ha absorbido a todas las naciones en el ordenador. La tarjeta, la identidad (carnet), la introducción al sellado, ¿qué muestran?
Tristemente en la radio solo escucharemos qué tiempo tendremos.
¿Qué nos dirá el Cristo? “¡Hipócritas!, sabéis distinguir las señales del cielo, mas las señales de los tiempos no podéis.” (Mat. 16, 3)
Entonces después de la tarjeta, y la identidad (D.N.I.), la “clasificación”, para avanzar vilmente hacia el sellado, dirán continuamente en la televisión que “alguien ha cogido la tarjeta de tal, le ha quitado todo el dinero del banco”.








Por otro lado, publicitarán “el sistema perfecto”, el sellado (grabado) en la mano o en la frente con rayos láser, que no será percibido exteriormente, con el 666 el nombre del anticristo.
Por desgracia, muchos “determinados intelectuales”, cubrirán (la verdad) a sus hijos espirituales como si fuesen niños pequeños, para que, hipotéticamente, no se preocupen. “No importa esto, no es nada, es suficiente ¡con que creáis interiormente! Y aunque veamos al apóstol Pedro que exteriormente negó a Cristo, y fue una negación, éstos niegan el Santo sello de Cristo que les fue dado en el Santo Bautismo. “Sellados con el carisma del Espíritu Santo”, recibiendo y aceptando el sello-grabado del anticristo, dicen, que tienen dentro de ellos a Cristo.  






Esta lógica por desgracia tenían también algunos “gnósticos”, en los años de los Santos Mártires, que intentaban inculcar a los mártires señalados, como hace referencia el Gran Basilio en su logos sobre el mártir Gordio: “… muchos intentaban convencer al mártir para negar a Cristo sólo con su palabra, pero que mantuviese la fe con el alma, con la disposición interior, porque Dios no da importancia a la lengua sino a la disposición”. Pero el mártir Gordio era fuerte y respondió: “no es admisible que el lenguaje creado por Cristo sea utilizado en contra de Cristo…”
Además durante Decio, se buscaba bajo orden que confesasen la religión de los idólatras, y todos los cristianos que declaraban, y que ofrecían sacrificios a los ídolos, recibían un certificado, y se libraban del martirio. 





No sólo éstos eran negadores de Cristo, sino también los que daban dinero a los idólatras en su comité, y recibían el certificado, sin hacer ninguna negación, los llamados “lapsi”, y a éstos nuestra Iglesia los consideraba apostatas y “peptokotes” (caídos).
Y aunque tenemos tantos ejemplos, como el realizado por San Teodoro, que conmemoramos cada año en el Sábado de la primera semana de la Gran Cuaresma. Julián el Apóstata, sabiendo que los cristianos se limpiaban mediante el ayuno sobretodo la primera semana de la santa cuaresma, que nosotros desde entonces la llamamos semana limpia, recordando lo que entonces ellos negaron para no contaminarse.*
Gran Libro de las Horas p.446…
Alejarnos de los alimentos ofrecidos como sacrificio es Canon de los Santos Apóstoles. 
Hechos cap. 15. **





A pesar de todo esto a lo que me he referido, se oyen por desgracia una cantidad de estupideces del cerebro, de determinados “gnósticos” actuales: uno dice “aceptaré el sellado con el 666, pero me pondré una Cruz”, y el otro dice “yo aceptaré el sellado en la cabeza con el 666, pero haré también una Cruz en la cabeza…” y una gran cantidad de estupideces parecidas, que piensan que se santificarán con este modo, pero esto son engaños.
Sólo los que admiten santificación, éstos se santifican. Como el agua, acepta santificación, y se convierte en Agua Bendita (Agiasmós). El orín, no admite santificación. La piedra, con milagro se convierte en pan. La impureza, no admite santificación. Por lo tanto, el diablo, el anticristo, cuando está en nuestra identidad (carnet), o en la mano, o en nuestra cabeza, con su símbolo, no se santifican, poniendo una Cruz sobre él.






Tenemos el poder de la Venerable Cruz, el Símbolo Santo, la divina gracia de Cristo, solo cuando nos bastamos con el Santo Sellado del Bautismo, que niega al satanás, y nos sometemos a Cristo, y recibimos el Santo Sellado. El “Sello del Carisma del Espíritu Santo”.
Que Cristo nos dé una buena iluminación. Amén

Monte Athos, celda de Koutloumousianoú, “Panaguda”, Sábado de la Priμera Semana de Cuaresma. 1987.

Con mucho dolor y agapi de Cristo, Monje Paísio. 



Fuente consultada: gerontesmas.com