Libro de Oraciones para Ocasiones Especiales: Amor a Jesucristo. Para que dirija nuestro corazón hacia su amor

 

AMOR A JESUCRISTO, para que dirija nuestro corazón hacia su amor.

 
+En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 
+Santo Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal: ten piedad de nosotros. (3 veces) 

 
+Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

 
+Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras dolencias por tu Nombre.

 
+Señor, ten piedad. (3 veces) 

 
+Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén

 
+Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

 
+Por las oraciones de nuestros santos padres, oh Señor Jesucristo, Dios nuestro: ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.

 

 
+¡Oh! Theotokos y virgen, alegrate llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre las mujeres y bendito es el fruto de vientre, porque has dado a luz al Salvador de nuestras almas. (3 prostraciones)

+ Oh Bautista de Cristo, a todos nosotros recuérdanos,  para que seamos liberados de nuestras iniquidades, pues a ti te es dada la gracia de interceder por nosotros. (Apolitiquio -tono 5- San Juan Precursor y Bautisa)
 
+Tu vida piadosa bien vivida, como una vasija del Espíritu, honorable, brillabas, Arsenio inspirado por Dios. Dotado de la gracia de los milagros, rápidamente envías ayuda a todos. Suplica, Bendito Padre, a Cristo nuestro Dios, que nos conceda Su gran misericordia. (Apolitiquio -tono 3- San Arsenio de Capadocia)
 
 
 
 

 
 
 
Venid, adoremos y postrémonos ante Dios, nuestro Rey.  
Venid, adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.  
Venid, adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios. 
 
 
Salmo 138
 

1 Señor, tú me has examinado y conocido.

2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;

Has entendido desde lejos mis pensamientos.

3 Has escudriñado mi andar y mi reposo,

Y todos mis caminos te son conocidos.

4 Pues aún no está la palabra en mi lengua,

Y he aquí, oh Señor, tú la sabes toda.

5 Detrás y delante me rodeaste,

Y sobre mí pusiste tu mano.

6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;

Alto es, no lo puedo comprender.

7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu?

¿Y a dónde huiré de tu presencia?

8 Si subiere a los cielos, allí estás tú;

Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

9 Si tomare las alas del alba

Y habitare en el extremo del mar,

10 Aun allí me guiará tu mano,

Y me asirá tu diestra.

11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán;

Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.

12 Aun las tinieblas no encubren de ti,

Y la noche resplandece como el día;

Lo mismo te son las tinieblas que la luz.

13 Porque tú formaste mis entrañas;

Tú me hiciste en el vientre de mi madre.

14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;

Estoy maravillado,

Y mi alma lo sabe muy bien.

15 No fue encubierto de ti mi cuerpo,

Bien que en oculto fui formado,

Y entretejido en lo más profundo de la tierra.

16 Mi embrión vieron tus ojos,

Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas

Que fueron luego formadas,

Sin faltar una de ellas.

17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!

¡Cuán grande es la suma de ellos!

18 Si los enumero, se multiplican más que la arena;

Despierto, y aún estoy contigo.

19 De cierto, oh Dios, harás morir al impío;

Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.

20 Porque blasfemias dicen ellos contra ti;

Tus enemigos toman en vano tu nombre.

21 ¿No odio, oh Señor, a los que te aborrecen,

Y me enardezco contra tus enemigos?

22 Los aborrezco por completo;

Los tengo por enemigos.

23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;

Pruébame y conoce mis pensamientos;

24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,

Y guíame en el camino eterno.

 

 
Evangelio
 
Según San Juan, 14 (15-24); 15 (9-10)
 

15 Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. 19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. 20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. 22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? 23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 


 
 
Komposkini 
 
"Señor Jesucristo, ten piedad de mí" y "San Arsenio de Capadocia, intercede por nosotros" (según la guía del padre espiritual)



Apolytikion (tono 2º)

Oh Apóstol, amado de Cristo nuestro Dios, siempre pronto a defender a los indefensos. Él, que te permitió apoyar tu cabeza sobre su pecho, escucha tu reverente intercesión. Implórale a Él, oh Teólogo, para que disperse la persistente nube de paganidad y ruega por nosotros por Su paz y  Su gran misericordia.
 
 
 
 
+Por las oraciones de nuestros santos padres, oh Señor Jesucristo, Dios nuestro: ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.