Cuarto Domingo de la Cuaresma, de San Juan el Sinaíta.

Versos:
"Juan, aunque vivo en la carne, estaba muerto.
Vive eternamente, aunque parece un cadáver sin aliento.
Dejó un escrito, en el que muestra una Escalera de Ascensión, el viaje de su propia ascensión".
En el cuarto Domingo de la Gran Cuaresma se conmemora a nuestro Santo Padre Juan, el autor de La Escalera.
Es un tipo de fiesta móvil que se celebra 21 días antes de la Santa Pascua. Su memoria se celebra el 30 de marzo, pero también se celebra hoy, tal vez porque en los monasterios se acostumbra leer La Escalera desde el principio de la Gran Cuaresma.



Se muestra a continuación la lectura del Evangelio del día (Marcos 9, 17,31):

"El niño endemoniado"

(14 Llegaron, entretanto, a los discípulos y vieron un gran gentío que los rodeaba, y escribas que discutían con ellos. 15 Toda esta multitud en cuanto lo vió se quedó asombrada y corrió a saludarlo. 16 Preguntóles: “¿Por qué discutís con ellos?” )

17. Respondióle uno de la multitud: “Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un demonio mudo. 
18 Y cuando se apodera de él, lo zamarrea y él echa espumarajos, rechina los dientes y queda todo rígido. Y pedí a tus discípulos que lo expulsasen, y no han podido”. 
19 Entonces, Él les respondió y dijo: “Oh raza incrédula, ¿hasta cuando habré de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo!”. 
20 Y se lo trajeron. En cuanto lo vió, el espíritu lo zamarreaba (al muchacho); y caído en el suelo, se revolvía echando espumarajos. 
21 Y preguntó al padre: “¿Cuánto tiempo hace que esto le sucede?” Respondió: “Desde su infancia; 





22. y a menudo lo ha echado, ora en el fuego, ora en el agua, para hacerlo morir. Pero si Tú puedes algo, ayúdanos, Y ten compasión de nosotros”. 
23 Replicóle Jesus: “¡Si puedes! ... Todo es posible para el que cree”. 
24 Entonces, el padre del niño se puso a gritar: “¡Creo! ¡Ven en ayuda de mi falta de fe!” 
25 Y Jesús viendo que se aproximaba un tropel de gente, conmino al espíritu diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, Yo te lo mando, sal de él, y no vuelvas a entrar más en él”. 
26 Y, gritando y retorciéndole en convulsiones, salió. Y quedó el niño como muerto, y así muchos decían que había muerto. 
27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó y él se tuvo en pie. 
28 Cuando hubo entrado en casa, los discípulos le preguntaron en privado: “¿Por qué, pues, no pudimos nosotros expulsarlo?” 
29 Les dijo: “Esta casta no puede ser expulsada sino con la oración y el ayuno”

"Segundo anuncio de la Pasión"

30 Partiendo de allí, pasaron a través de Galilea, y no quería que se supiese; 
31 porque enseñó esto a sus discipulos: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo harán morir; y tres días después de su muerte resucitará?”

Notas: 
19. Este reproche de incredulidad es el único que el divino Maestro dirige a sus discípulos. Pero es el más grave. Véase 11, 22 ss. y nota.






Fuentes consultadas: saint.gr, pravoslavie.cl, hsir.org, 
ia800305.us.archive.org, orthmad.gr