martes, 19 de diciembre de 2023

San Anastasio I, Papa de Roma (+ 401)

Anastasio nació en Roma, hijo de Máximo, y sirvió como Papa desde el 27 de noviembre de 399 hasta su muerte el 19 de diciembre de 401. 

Condenó los escritos del teólogo alejandrino Orígenes, cuyas blasfemias le fueron presentadas por el arzobispo Teófilo de Alejandría y Presbítero Eusebio de Cremona (había mostrado a Anastasio una copia de la versión de Rufino del tratado Sobre los primeros principios), poco después de su traducción al latín. Luchó contra estos escritos a lo largo de su papado, y en el año 400 convocó un sínodo para discutirlos. El sínodo acordó que Orígenes no era fiel a la Iglesia Católica Ortodoxa.

En una carta al obispo Simplicianus de Milán, el Papa Anastasio escribió:

     A su señor y hermano Simplicio, Anastasio.

     Se considera correcto que un pastor dedique gran cuidado y vigilancia a su rebaño. Del mismo modo, desde su alta torre, el guardián cuidadoso vela día y noche por la ciudad. Así también, en la hora de la tempestad, cuando el mar es peligroso, el capitán del barco sufre una gran ansiedad por temor a que el vendaval y la violencia de las olas estrellen su barco contra las rocas. Es con sentimientos similares que el reverendo y honorable Teófilo, nuestro hermano y co-obispo, no cesa de velar por las cosas que hacen a la salvación, para que el pueblo de Dios en las diferentes iglesias, al leer a Orígenes, no caiga en terribles blasfemias.

 

 




     Siendo informados, pues, por carta del dicho obispo, informamos a Vuestra Santidad que igualmente nosotros que estamos establecidos en la ciudad de Roma en la cual el príncipe de los apóstoles, el glorioso Pedro, primero fundó la Iglesia y luego por su la fe la fortaleció; con el fin de que ningún hombre, contrariamente al mandamiento, lea estos libros que hemos mencionado, los haya condenado; y he exhortado con fervientes oraciones a la estricta observancia de los preceptos que Dios y Cristo han inspirado a enseñar a los evangelistas. Hemos encargado a los hombres que recuerden las palabras del venerable apóstol Pablo, proféticas y llenas de advertencia: “Si alguno os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema”. Reteniendo, pues, este precepto, hemos dado a entender que todo lo escrito en tiempos pasados por Orígenes que es contrario a nuestra fe, es también por nosotros rechazado y condenado.
     Envío esta carta a su santidad de la mano del presbítero Eusebio, un hombre lleno de fe y amor al Señor. Me ha mostrado algunos capítulos blasfemos que me hicieron estremecer al juzgarlos. Si Orígenes ha presentado otros escritos, debes saber que ellos y su autor son igualmente condenados por mí. El Señor te tenga en custodia, mi señor y hermano merecidamente tenido en honor.


Durante su reinado también animó a los cristianos del norte de África a luchar contra el donatismo. Instruyó a los sacerdotes a ponerse de pie e inclinar la cabeza mientras leían los Evangelios. Entre sus amigos estaban Agustín, Jerónimo y Paulino. Jerónimo habla de él como un hombre de gran santidad, rico en su pobreza. Murió en Roma y finalmente fue enterrado en la Catacumba de Ponciano junto con su hijo, que sería el Papa Inocencio I, probablemente un caso único de un Papa sucedido por su hijo.

 

 

Fuentes consultadas: johnsanidopoulos.com

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