martes, 10 de octubre de 2023

San Paulino, obispo de York (+644)

A mediados de los años 400, los anglosajones paganos invadieron Gran Bretaña, empujando a los británicos cristianos hacia el norte y el oeste hacia Cornualles, Gales, Escocia e Irlanda. 

En 597 un grupo de monjes encabezados por San Agustín de Canterbury, con la ayuda y bendición del Papa Gregorio Magno (el Dialoguista), llegó al sureste de Inglaterra, al reino de Kent, y comenzó a evangelizar a la gente allí, con considerable éxito.

En 601 llegó un segundo grupo de monjes, incluido Paulino (nacido alrededor de 584), junto con vasos sagrados, manteles de altar y otros ornamentos para iglesias, vestiduras para sacerdotes, reliquias de los apóstoles y mártires y muchos libros; decretando por cartas del Papa Gregorio que cuando los países del norte recibieran la fe, York debería ser nombrada sede metropolitana, de la misma manera que Canterbury. En algún momento después de 616, Edwin, el rey pagano de Northumbria (la región al norte del río Humber, aproximadamente el barrio norte de Inglaterra), pidió la mano en matrimonio de Ethelburga, la hermana del rey de Kent. Le dijeron que una princesa cristiana no podía casarse con un pagano, pero él prometió que ella sería libre de practicar su religión y que él escucharía a los predicadores cristianos y consideraría seriamente convertirse él mismo en cristiano. Ante esto, Ethelburga accedió a casarse con él y se fue al norte en 625, llevándose como capellán al monje Paulinus, quien fue consagrado obispo a tal efecto por el arzobispo Justus de Canterbury.

 

 







Edwin escuchó la predicación de Paulinus durante muchos meses y finalmente consultó a sus asesores. Coifi, el sumo sacerdote de la religión pagana, aconsejó adoptar el cristianismo, ya que dijo que la religión pagana no había resultado satisfactoria. Otro noble estuvo de acuerdo y dijo: "La vida es como un salón de banquetes. Adentro hay luz, fuego, calor y festejos, pero afuera está frío y oscuro. Un gorrión entra volando por una ventana en un extremo, vuela a lo largo del salón, y afuera a través de una ventana en el otro extremo. Así es la vida. Al nacer emergemos de lo desconocido, y por un breve tiempo estamos aquí en esta tierra, con una buena cantidad de comodidad y felicidad. Pero luego volamos por la ventana en el otro extremo, hacia el frío, oscuro y desconocido futuro. Si la nueva religión puede iluminar esa oscuridad para nosotros, entonces sigámosla". Los otros ancianos y consejeros del rey dieron un consejo similar, y así en 627 el rey y muchos de sus principales hombres fueron bautizados.

El rey fue bautizado por el obispo Paulinus en York el domingo de Pascua de 627, junto con su hijo Osfrid, a quien tuvo con una ex esposa. La ceremonia se realizó en una iglesia de madera, levantada a toda prisa. Posteriormente, el rey Edwin comenzó uno de piedra, que fue terminado por San Oswald. 

 

 

 

 

Beda se da cuenta de que las iglesias y fuentes aún no se han construido lo suficientemente espaciosas para las multitudes que acudían en masa para recibir el bautismo, San Paulino, cuando el rey residía entre los Deiri, bautizó en el río Swale, cerca de Cataract, donde se encontraba el palacio del rey. Entre los bautizados por Paulinus estaban Hilda, más tarde abadesa fundadora de Whitby Abbey, y la sucesora de Hilda, Eanflaed, la hija de Edwin. Como el único obispo romano en Inglaterra, Paulino también consagró a otro misionero gregoriano, Honorio, como arzobispo de Canterbury después de la muerte de Justo, en algún momento entre 628 y 631.


Siguieron otras conversiones y la Iglesia en Northumbria floreció. Sin embargo, seis años más tarde, el rey Edwin fue derrotado y asesinado por Cadwallon de Gales y Penda de Mercia en la batalla de Hatfield Chase. Paulinus dejó a su diácono James a cargo de lo que quedaba de la Iglesia allí y llevó a la reina Ethelburga y sus hijos de regreso a Kent en barco. Allí, el anciano Paulino recibió el obispado de Rochester, que ocupó hasta su muerte el 10 de octubre de 644, después de haber sido obispo durante diecinueve años, dice Beda (Paulino se sentó primero ocho años en York, del 625 al 633, y luego once en Rochester, del 633 al 644, en total diecinueve años y tres meses). Bede describe a Paulinus como "un hombre alto de estatura, un poco encorvado, con cabello negro y rostro delgado, nariz ganchuda y delgada, su aspecto tanto venerable como imponente".

 

 

 San Paulino, obispo de York (+644)

 De las Vidas de los Santos de A. Butler

El Nombre de San Paulino figura en el Martirologio Romano y en los martirologios ingleses. Fue el primer apóstol del reino más poderoso de Inglaterra en su época. Había ido a dicho país como miembro del segundo grupo de misioneros enviados por el Papa San Gregorio l. Cuando el rey de Nortumbría, Edwino, solicitó la mano de Etelburga, la hermana del rey Edbaldo de Kent, prometió respetar la religión de su prometida, San Paulino partió con ella a Nortumbría para encargarse de la nueva misión. El año 625, San Justo, arzobispo de Canterbury, le consagró obispo.

San Paulino sufría atrozmente en medio de aquel pueblo que no conocía a Dios. Su predicación no tuvo éxito al principio, pero Dios escuchó final mente sus oraciones. El rey Edwino se convirtió en la forma en que lo expli caremos en el artículo a él consagrado (12 de octubre), y fue bautizado en York por San Paulino, en la Pascua del año 627. Los dos hijos del primer matrimonio del monarca, así como otros muchos nobles, siguieron el ejemplo de Edwino. La multitud se apretujaba para recibir el bautismo de manos de San Paulino, a orillas del río Swale, en las cercanías de Catterick. 

 

 

 

 

Edwino residía en Yeavering, del Glendale y San Paulino solía bautizar en esa región con el agua del río Glen. En una ocasión pasó ahí treinta y seis días, para impartir instrucción y bautizar al pueblo de día y de noche. El nombre de San Paulino está relacionado con los de las poblaciones de Dewsbury, Easingwold y algunas más. El campo de apostolado del santo fue, sobre todo, el sur de Nortumbría. Cruzó el rio Humbert y evangelizó también a los habitantes de Lindsey, donde bautizó al gobernador de Lincoln y construyó una iglesia. Después de la muerte de San Justo, consagró a San Honorio arzobispo de Canterbury. Asistido por su diácono, Jaime, bautizó a numerosas personas en el río Trent, cerca de Littleborough, según contó a San Beda el abad Deda, que fue uno de los que se bautizaron en esa ocasión. El mismo abad refirió a Beda que Paulino era "un hombre alto, un tanto encorvado, de cabello blanco, rostro alargadoy nariz aguileña, cuya presencia inspiraba veneración y respeto."

El Papa Honorio I envió el palio a San Paulino para designarle metro politano del norte de Inglaterra. El mismo Pontífice escribió al rey Edwino para felicitarle por su conversión: "Hemos enviado palios de metropolitanos a Honorio y Paulino, de suerte que cuando plazca a Dios llamar a sí a uno de ellos, el otro estará autorizado, en virtud de esta carta, a nombrarle un sucesor." 

 

 

 

 

Sin embargo, San Paulino jamás usó el palio en su catedral y, cuan do la carta de Honorio I llegó a Inglaterra, Edwino ya había muerto. En efecto, casi dos años antes de que el Pontífice la escribiese (lo cual demuestra lo difíciles que eran entonces las comunicaciones), los paganos mercianos, encabezados por Penda y reforzados por los bretones cristianos de Gales, inva dieron la Nortumbría y dieron muerte a Edwino. Los invasores destruyeron en gran parte la obra de San Paulino. El santo dejó entonces la diócesis de York a cargo del diácono Jaime y acompañó a Kent a la reina Santa Etelburga, con sus dos hijos y su nieto, en su viaje por mar. Como la sede de Rochester estaba entonces vacante, San Paulino aceptó la invitación para encargarse de administrarla y así lo hizo durante diez años, "hasta que voló al cielo, cargado con el fruto de sus trabajos". Probablemente tenía por lo menos sesenta años cuando partió de York con Santa Etelburga y hubiera sido una temeridad volver a Nortumbría, que estaba entonces en el mayor desorden. San Beda refiere que el fiel Jaime, su vicario, era. un hombre de gran santidad, que instruyó y bautizó a muchas personas "y arrancó muchas presas al viejo enemigo de la naturaleza humana". Cuando se restableció la paz en York Jaime "introdujo en la iglesia el canto romano." San Paulino murió en Rochester, el 10 de octubre de 644; legó su palio a la catedral y una cruz de oro y un cáliz, que había traído de York, a la iglesia de Cristo de Canterbury. Varias diócesis inglesas celebran su fiesta. 



NOTA (A. Butler): 

Nuestra principal fuente es la Historia ecclesiastica de Beda (edic. y notas de Plum mer). Apenas se pueden obtener unos cuantos datos fidedignos de la crónica en verso de Alcuino, de Simeón de Durham y de otros escritores de la época (cf. Raine, History of the Church of York, (Rolls Series). El excelente artículo del canónigo Burton en Catholic Encyclopedia tiene una buena bibliografía. Véase F. M. Stenton, Anglo-Saxon England (1943), pp. 113-116. La inserción del nombre de San Paulino en múltiples calendarios (cf. Stanton, Menology, p. 485), así como las numerosas cruces relacionadas tradicional mente con su nombre que hay en el norte de Inglaterra, demuestran la popularidad del culto del santo

 

 

Fuentes consultadas: johnsanidopoulos.com, Vidas de los Santos de A. Butler Vol. IV, ed. 1964

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