El santo Teofilacto (del gr. "θεοφύλακτος", [Zeofílaktos], que significa "protegido por Dios") fue un verdadero hijo del Imperio Bizantino (Romano de Oriente).
Era un producto de la civilización cultural y religiosa altamente desarrollada que emanó de la "reina de las ciudades", Constantinopla. Nacido en la isla griega de Euboia en algún momento entre 1050 y 1060, Teofilacto fue a Constantinopla para estudiar con los mejores maestros de literatura y retórica de su tiempo. Después de su ordenación, sirvió como diácono, ayudando al Patriarca en Hagia Sophia, y pronto ganó renombre como predicador del Evangelio y maestro de la retórica. El emperador Alejo I Comnenos lo nombró tutor de su futuro yerno, el presunto heredero.
Hacia el año 1090, Teofilacto fue enviado a la ciudad macedonia de Ochrid para ser entronizado como arzobispo de la Iglesia búlgara. Ochrid era la capital del reino búlgaro que había sido conquistado por el emperador bizantino Basilio II en 1018. En esta exigente posición en un territorio conquistado en las afueras del Imperio, el santo Teofilacto llevó a cabo concienzuda y enérgicamente sus deberes pastores a lo largo del curso de los próximos veinte años más o menos.
Aunque bizantino por crianza y perspectiva, fue un verdadero padre y arcipreste de la Iglesia búlgara, defendiendo sus intereses y protegiendo su independencia y prerrogativas. Jugó un papel decisivo en la difusión de la cultura bizantina que tuvo lugar entre los eslavos balcánicos en los siglos siguientes. Como estudioso de idiomas, también ayudó al desarrollo de la literatura y la iglesia ortodoxa búlgara nativa, especialmente mediante el uso del antiguo eslavo eclesiástico en los textos bíblicos y litúrgicos.
Contrarrestando la propaganda de los heréticos paulicianos y bogomilos que estaban activos en la región, actuó enérgicamente para proteger a su rebaño ordenando sacerdotes dedicados y educados para enseñar la ortodoxia en el idioma nativo búlgaro. También mostró su preocupación por el pueblo eslavo bajo su cuidado espiritual protestando enérgicamente por las demandas intolerables y extorsionistas de los recaudadores de impuestos enviados desde Constantinopla.
Página de título de una traducción latina del s. XVI de los comentarios bíblicos de Teofilacto |
Soportó muchas acusaciones difamatorias que se hicieron contra él tanto dentro de la Diócesis como en Constantinopla, pero se ganó el respeto y el amor de los fieles que vieron su incansable labor en su favor. Es durante este período de su vida como arzobispo de Bulgaria que escribió su Explicación del Nuevo Testamento y de los Profetas Menores del Antiguo Testamento. Lo hizo a petición de la princesa María, la madre del niño imperial al que había sido tutor anteriormente y que ahora se había convertido en abadesa de un convento. Sus Cartas también datan de esta época, así como otros dos escritos por los que es bien conocido: La Vida de San Clemente de Ochrid y un tratado titulado: Los Errores de los Latinos en Materia Eclesiástica.
Los dos últimos trabajos destacan dos desarrollos de enorme trascendencia para la historia de la Iglesia. El primero es la expansión del cristianismo ortodoxo a las tierras eslavas; porque San Clemente de Ochrid fue discípulo de los Santos. Cirilo y Metodio, quien llevó a buen término en Bulgaria la labor iniciada por sus mentores para llevar la fe ortodoxa a los eslavos en sus propios idiomas. El segundo es el trágico cisma que se produjo entre las mitades oriental y occidental de la Iglesia. El santo Teofilacto escribió su tratado, Los errores de los latinos, sólo unos cincuenta años después del intercambio de anatemas entre Roma y Constantinopla en 1054.
Mientras defiende firmemente la posición doctrinal ortodoxa que rechaza al Filioque, el santo Teofilacto escribe con un tono de moderación poco común en su tiempo, instando a ambos lados a un espíritu de conciliación en materia de costumbres locales.
Se desconoce el año exacto del reposo del santo Teofilacto, pero la última fecha que se puede determinar a partir de sus cartas es 1108. La Iglesia Ortodoxa Serbia, cuya jurisdicción en años posteriores llegó a incluir Ochrid y Macedonia, y otras Iglesias Ortodoxas, conmemora a Teofilacto como santo, el 31 de diciembre.
San Teofilacto de Ochrid (o de Bulgaria). 31 de Diciembre. |
Sobre las tentaciones, de "La Guerra Invisible de San Nicodemo del M. Atos"
Por San Teofilacto de Ochrid
Es decir, rogamos para no entrar en tentación, porque dice:
“No nos dejes caer en tentación” (Mt 6,13), y “orad para no caer en tentación”
(Lc 22,40). Esto san Teofilacto de Bulgaria interpretándolo dice que uno se
lance a sí mismo solo en tentaciones es una cosa demoníaca y orgullosa.
Debemos, pues, también antes de la tentación rogar para no caer en ella, y
cuando hemos caído rogar para que no seamos vencidos por ella. Pero no debemos
preocuparnos, inquietarnos y sufrir cuando por casualidad nos ocurren varias
tentaciones y sufrimientos, sino que nos alegremos y agradecemos, tal como nos
dice el Apóstol Santiago: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis
en diversas pruebas y tentaciones, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce
paciencia” (San 1,2). Realmente estando informados que la tentación que
padecemos, sólo molesta por su nombre, es decir, la tentación nos prueba y
reluce la fe y la agapi hacia el Dios, igual que el fuego reluce el
oro al crisol.
Homilía 6 sobre "La Resurrección de los Muertos", por el Yérontas A. Mitilineos: 6.8 ¿Qué es cuerpo espiritual?
Por San Teofilacto de Ochrid
Dice san Teofilacto de Bulgaria (o de Ochrid): El cuerpo que ahora
tenemos es animal, es decir, es gobernado por las fuerzas superiores e
inferiores de la psique, y se vivifica también por las fuerzas físicas o
naturales y de las psíquicas. Pero el cuerpo después de la resurrección, “el
espiritual” tal y como lo llamó san Pablo, no será gobernado ya por la psique,
sino por el Espíritu Santo”. Por eso se llama “espiritual”. Pero atención a
esto: cuando decimos “cuerpo espiritual” no entendemos el inmaterial; esto es
un engaño platónico; sino entendemos que nuestra existencia no es gobernada por
las fuerzas animales, sino que será gobernada y mantenida ya por el Espíritu
Santo. Así, puesto que el cuerpo se ha transformado y convertido en incorruptible
de una manera mística, será mantenido en la incorrupción.
Paraíso e infierno en la Tradición Ortodoxa, p. Georgios Metalinós
El logos para el paraíso y el infierno en el Nuevo
Testamento es muy abundante. Cristo en el Evangelio de Luca dice al ladrón:
“hoy estarás conmigo al paraíso” (Lc 23,43). Pero al paraíso se refiere también
el ladrón, diciendo: “acuérdate de mí Señor… en tu realeza increada”. Porque el
ladrón está en el paraíso, es decir, en la realeza increada, según san
Teofilacto de Bulgaria. Apóstol Pablo confesará que ya en este mundo, “fue
arrebatado al paraíso y escuchó logos inefables, increados, que no puede
expresar, hablar el hombre” (2Cor 12,3-4)...
Sobre los latinos (católicos romanos) y sus bautismos.
Un extracto de El Pidalion, por San
Nicodimo el Aghiorita.
Pero ahora que ya no son capaces de infligir tales
aflicciones sobre nosotros, como resultado del hecho de que la divina
Providencia nos ha prestado un guardián que, al final, ha doblegado la frente
de esos arrogantes y altivos monstruos, ahora, digo, que la furia del papismo
(también conocido como catolicismo romano, o papado) ya no sirve de nada contra
nosotros, ¿qué necesidad hay ya de ɶconomía? Pues hay un límite para la ɶconomía,
y no es perpetuo e indefinido. Por eso, Teofilacto de Bulgaria dice: “El que
hace cualquier cosa en materia de ɶconomía, lo hace, no como algo simplemente
bueno, sino como algo necesario para el momento” (Comentario a Gálatas 5:11).
“Hemos empleado la ɶconomía de forma suficiente”, dice San Gregorio el Teólogo
en su elogio de Atanasio, “sin adoptar lo que es ajeno o corromper lo que es
nuestro, lo cual nos haría realmente malos ɶcónomos (o pobres administradores
de la ɶconomía)”. Por eso también digo que es realmente una pobre ɶconomía la
que no sirve para convertir a los latinos y nos fuerza a transgredir el rigor
de los sagrados cánones y a aceptar el pseudo-bautismo de los herejes.
Concerniente a los pecados mortales, los pecados perdonables y los pecados de omisión.
Parte I, capítulo 3 del Exomologetarion (Manual de confesión), por San Nicodemo el Agiorita
Ver: Interpretacion Del Evangelio de San Mateo. San Teofilacto
de Bulgaria
Fuentes consultadas: orthodoxwiki.org, johnsanidopolos.com, en.wikipedia.org, logosortodoxo.com, cristoesortodoxo.com, es.scribd.com