En el quincuagésimo tercer año de su reinado, el rey Sapor de los persas salió con muchos soldados a un fuerte romano y comenzó a demoler las iglesias de los cristianos, rompiendo los iconos sagrados y santos y quemando con fuego las reliquias de los santos. Fue en este momento que San Heliodoro y Santa Dosa se presentaron ante el rey y reprendieron su impiedad, proclamando la verdadera fe de Cristo (San Heliodoro tenía entonces noventa y cinco años). Debido a ello los bienaventurados sufrieron muchas y diversas torturas, y finalmente, les cortaron la nariz y les quemaron la cabeza. Por lo tanto, los santos agradecieron a Dios, fueron liberardas sus almas y ascendieron coronados a los cielos.*
NOTAS:
* Para más detalles sobre estos santos, y mayores detalles, vea los Hechos de los Mártires de Bezabde. Allí se nos dice que Heliodoro era obispo, y cuando murió nombró a Dosa (Dausa o Dawsa) su sucesor.
** Foto de portada: Persecución bajo Sapor II (mas las Actas de los Mártires de Bezabde (en inglés))
Fuentes consultadas: johnsanidopoulos.com, archive.org. Foto de portada: Persecución bajo Sapo II