Desde muy joven, el bendito Jorge amaba la vida monástica, por lo que se fue a pasar su vida en las montañas del Olimpo. Después de emprender muchas luchas, confesó audazmente su fe y piedad ortodoxa durante el reinado de León el Isauriano, quien en el año 716 estaba destruyendo los santos iconos y quemando las reliquias de los santos.
Montaña Olimpo nevada, vista oeste. Grecia. |
Habiendo reprendido por tanto la irreverencia y la impiedad del tirano, y habiendo proclamado la verdadera fe y la veneración de los santos iconos, fue entregado a los tormentos en su profunda vejez, a la edad de noventa y cinco años.
Por último, le cortaron la nariz y le quemaron la honorable cabeza. El renombrado pasó por todas estas pruebas con valentía. Así, después de haber dado gracias a Dios y orado, entregó su alma en las manos de Dios.
Fuentes consultadas: saint.gr, johnsanidopoulos.com