Santa Nueva Mártir Anastasia de Atenas
Del Libro "Jóvenes mártires y heroicos. S.Monasterio de Panayía Barnakoba. Ed. Dorida 2011.
Introducción
El martirio de estas dos figuras heroicas, de Santa Anastasia y del joven Nuevo Mártir Cristódulo, a los pies de la Acrópolis en Atenas, fue registrado por el embajador de Francia F. Pouqueville (1770-1838).
Constituye un monumento inmortal de triunfo de cristianos mártires griegos. Una inspiración perpetua y un estímulo a los jóvenes fieles de nuestro siglo, a los cuales intentan, los más jóvenes bárbaros del ateísmo, descristianizar. Han llegado nuestros jóvenes a decir: "¡Estamos asqueados del ateísmo reinante en nuestras escuelas!" (Se excluyen los educadores cristianos fieles y respetuosos)
Nueva Mártir Anastasia, la valiente servidora de los Atenienses.
"Mi Dios es Dios de tu profeta de la mentira."
El embajador de Francia F. Pouqueville fue un testigo ocular de su martirio. Quedó admirado ante su valentía y su coraje, su casta jactancia ante la singularidad y la divina procedencia de la Fe Cristiana.
Con gran vigor interior se mantuvo imperiosa ante el sangriento bárbaro Yusuf Pasha. Ignoró sus amenazas y llamó a su profeta "falso profeta", tal como en realidad es. Y toda esta excelencia, por una joven y humilde sirviente.
Anastasia servía en una casa rica en Atenas. Junto con su señora, la cual tenía dos hijas y un hijo de alrededor de diez años, fueron llevados a la fuerza en el Domingo de Ramos hasta las faldas de la Acrópolis. No le dio tiempo a la familia ir al refugio de la Embajada Francesa.
La madre y sus hijas voceaban desesperadamente, mientras eran llevadas a rastras por los bárbaros. Anastasia caminaba junto a ellos tranquila y con decencia. Las hijas ricas junto con su madre pedían misericordia al turco. En tonces él con hipócrita amabilidad, les propuso que cambiasen su fe, si no querían morir. Finalmente las desdichadas aceptaron. Fueron superadas por su miedo y se hicieron turcas*, como decía el pueblo. No tuvieron la fe y la abnegación necesria. El resultado fue ser encerradas con nombres turcos en los infernados harenes turcos de los musulmanes.
Pero su humilde sirvienta, Anastasia, resistió heroicamente: "Descolocó a los turcos esta fe suya. Su belleza tenía algo imponente y divino", narra el embajador francés. Dijo entonces ella al tirano:
"Mi Dios es Dios de tu profeta de la mentira. Puedes amenzar, su relámpago es más sonoro que las voces enrabietadas de tus guardas. ¡ Mira este cielo, desdichado infiel. Allí habita la Virgen aquella, a la cual veo extender sus manos hacia mí convidándome...¡Salve, Reina de los Ángeles, Estrella matutina, salve! Recibe a tu humilde sierva Anastasia. ¡Pide el bautismo, Veziri!** ¡Niega el engaño!. Pero, lo percibo, he aquí que mi Salvador me llama junto a Él... "
Y diciendo esto la valiente Anastasía durmió en el Señor, antes de que a los verdugos les diese tiempo a tocarla. De este modo, la pobre y humilde Anastasia ganó la riqueza celestial eterna, como Confesora y Mártir de Cristo.
San Cristódulo, el mártir de 14 años de Cristo
F. Pouqueville, aparte de santa Anastasia, hace referencia al mártir de 14 años Cristódulo. También él había sido arrestado aquel Domingo de Ramos de 1823, junto con muchos otros. También él era un muy valiente y resistente niño cristiano griego.
Cando Santa Anastasia entregó su espíritu a Dios, antes de que le tocase el verdugo, el cegado de odio Yusuf, se dirigió al joven Cristódulo, quien lleno de admiración tenía todavía su mirada clavada sobre el mártir y le dijo:
- Desdichado hijo de sacerdote (parece que Cristódulo era hijo de sacerdote y lo sabía el Pasha). ¿Has visto lo que le ha pasado a esta por ofender a mi profeta? ¡Ha sido castigada por él y ha caído muerta! Ponte a temblar, no sea que te pase a ti lo mismo. Por eso glorifica a mi dios y di que "Mohamed es su profeta".
Entonces el intrépido Cristódulo le clavó literalmente su ensoberbecida mirada, y en lugar de responderle, le voceó a la cara la gran verdad:
- ¡Cristo ha resucitado!
El Pasha se extrañó y sin quererlo, admiró la valentía del pequeño. Sus soldados sin embargo se abalanzaron con ira contra el mártir. Le hubiesen matado en auel preciso instante, pero el Pasha se lo impidió. Sin embargo le condenó a recibir 500 latigazos, los cuales rebiría durante catorce días. ¡Tantos como sus años!
Directamente le aplicaron la primera parte del castigo, mientras que al mismo tiempo le instaban a negar a Cristo. En lugar de otras respuestas, el pequeño cantaba himnos a Cristo.
El martirio continuó durante 14 días. Y el pequeño griego no paraba de decir a los verdugos:
- ¡Mi cuerpo os podrá pertenecer a vosotros, pero mi alma a Dios, al cual nunca abandonaré, ni tampoco a la Virgen María!
Pasados los 14 días, el Yusuf Pashá expulsó humillantemente a Cristódulo, llamándole perro. Y el pequeño mártir se fue de la prisión, llevándose consigo las prendas roídas y llenas de sangre de muchos mártires, mediante las cuales tendrían lugar muchas curaciones milagrosas.
El embajador francés F. Pouqueville admiraba especialmente la juventud cristiana griega, representada en la persona del pequeño Cristódulo. Admirémosle nosotros también, pidiendo sus intercesiones para que Cristo lleve a la actual juventud griega, y la de todo el mundo, a la virtud y a la salvación.
Antigua imagen de Patras, con el castillo al fondo |
Santos Nuevos Mártires Anastasia y Cristódulo
Del Synaxario de www.pemptousia.gr
Fueron martirizados en Patras*** el 3 de abril de 1821 (Domingo de Ramos)
Con el comienzo de la revolución de 1821, también se creó una situación deplorable en Patras. Una madre con sus dos hijas y su hijo, una familia adinerada, intentaban huir a la Embajada de Francia para salvarse. No lo consiguieron. Fueron capturados por los turcos y llevados ante Yusuf Pashá. Suplican, se arrodillan, suplican, el Pashá es inquebrantable. La única solución para evitar la muerte es el desalojo. Lloran, lloran, amenazan, tiemblan ante la muerte. Eventualmente niegan a Cristo y se unen al harén del Pashá.
Su criada, Anastasia, una niña humilde, también se ve obligada a negarse, pero se resiste y responde a las sugerencias del Pashá:
- "Mi Dios es el Dios de vuestro falso profeta. Puedes amenazar, su relámpago resuena más fuerte que los gritos de ira de tus guardias. Mira al cielo, increíblemente cree, ahí es donde vive la Virgen. Extiende sus brazos hacia mí. La veo. Qué dulce es su sonrisa, me invita, -Ven, paloma mía-. Salve, Reina de los Ángeles. Disfruta de la estrella de la mañana. Acepta a tu humilde esclava, Anastasia. Bautiza, Veziris, niega el error. Lo siento, mi Salvador me llama a él...".
Diciendo esto, entrega su alma, antes de que los verdugos logren infectarla y matarla.
"¡Se me ha escapado!" Grita entonces Yusuf Pasha y acercándose a Cristódulo, un niño de catorce años allí presente, que era el hijo de un sacerdote, le dice:
"Mi profeta ya ha golpeado, como tú mismo has notado, a esta desgraciada que no tuvo miedo de maldecir su nombre. Tenemos miedo de que tengas el mismo destino que ella. Di lo que digo: -¡Aláh es mi dios, y Mahoma es su profeta!".
En lugar de otra respuesta, el niño vocea:
"¡Cristo ha resucitado!"
Yusuf Pasha: "Mahoma es mejor".
Cristódulo: "¡Solo Cristo ha Resucitado!"
Yusuf Pasha:"¡Te masacraré como en una tragedia!"
Cristódulo: "¡Cristo ha resucitado!" …
Entonces los soldados presentes se precipitaron contra él con furia. El Pasha ordena que se le perdone, pero luego le condena a una pena de quinientos latigazos, que se distribuirían en un período de catorce días. Inmediatamente recibe los primeros latigazos, mientras le instan a negar a Cristo; sin embargo él glorifica a Cristo. La tortura se repite durante los próximos catorce días. En las exhortaciones a su negación, el Santo repite:
"Vosotros podréis tener mi cuerpo pero mi alma le pertenece a Dios, a quien nunca abandonaré, ni a la Virgen María".
Cumplido el tiempo y cumplida la sentencia, Yusuf lo despidió con desprecio, diciendo a sus soldados:
"Mahoma no quiere a este perro cristiano. Su resistencia es prueba suficiente. Dejémosle ir".
El mártir de Cristo partió y al cabo de un rato entregó su alma santa en las manos de su Señor, para recibir la corona del atleta.
Sus ropas rasgadas y manchadas de sangre se convirtieron en un tesoro mediante el cual recibían milagros los cristianos.
Su memoria se celebra en Patras el martes de Diakainisimo o Semana después de Pascua.
NOTAS:
* Traducción literal: "La cobardía venció y se hicieron turcas"
** Veziri era probablemente su señora.
*** Como se puede observar, ciertas informaciones varían respecto de una fuente a otra.
Fuentes consultadas:
- Libro "Jóvenes mártires y heroicos. S.Monasterio de Panayía Barnakoba. Ed. Dorida 2011.
- www.pemptousia.gr/2011/06/i-agii-neomartires-anastasia-ke-chr/
- antexoume.wordpress.com