Lo que sabemos de nuestro Venerable Padre Gabriel nos viene de los escritos de Cirilo de Escitópolis, específicamente de la Vida de San Eutimio, donde está escrito lo siguiente:
"El gran Eutimio mismo no quería convertir su lugar en una casa cenobítica o incluso en una laura; cuando la gente acudía a él deseando renunciar al mundo, los enviaba al bienaventurado Theoktistos en el monasterio de abajo, como hacía con los que deseaba hacer alguna ofrenda. Pero cuando Dios decidió hacer este lugar habitado, envió primero de los tres hermanos en la carne, que eran de origen Capadocio y criados en Siria, y preeminentes en todo conocimiento espiritual: Kosmas, Crisipo y Gabriel. Estos hombres le rogaron quedarse con él, pero él no los aceptaba; tres cosas se lo impedían: su amor por la soledad, su juventud y el hecho de que Gabriel era un eunuco de nacimiento. Esa noche, sin embargo, tuvo una visión de alguien que le decía: 'Acepta a estos hermanos, ya que Dios los ha enviado, y deja de repeler a los que desean ser salvos'. Al oír esto, el santo los aceptó y le dijo a Kosmas, el mayor de ellos:
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| Monasterio de San Esteban en Jerusalén |
"Mira, he actuado como Dios me ha mandado. Pero ten cuidado de no dejar que tu hermano menor se acerque a mi celda, porque a causa de la guerra de los enemigos, no es correcto que se encuentre un rostro femenino en un laura. En cuanto a ti, no creo que te quedes aquí mucho tiempo, ya que estás destinado a convertirte con el tiempo en pastor de la Iglesia de Escitópolis '".
Más adelante leemos:
"Un domingo santo, Eutimio estaba ofreciendo el sacrificio a Dios, mientras Domiciano estaba de pie a la derecha del altar sosteniendo el abanico litúrgico (hexapterygon). Mientras realizaba la anáfora, Terebón el Sarraceno, que estaba de pie cerca del altar con las manos descansando sobre los rieles del santuario, de pronto vio descender fuego del cielo, que se extendía sobre el altar como un velo y ocultaba al gran Eutimio y al bendito Domiciano, permaneciendo allí desde el comienzo de la doxología del Trisagio hasta su finalización.
Este milagro salvo los que están dentro del fuego y Terebón y también el hermano de Crisipo, Gabriel, el eunuco de nacimiento, que después de veinticinco años había avanzado por primera vez en la iglesia, como me relató Abba Kyriakos el anacoreta, quien recibió un relato preciso de esto de Telebon y Gabriel ". (Terebón, como laico, estaba de pie en el nártex. Gabriel, como eunuco, había permanecido, hasta entonces, en el porche con mujeres y niños, debido a su rostro sin barba).
Después de que la emperatriz Eudocia construyera el monasterio del Protomártir Esteban, leemos lo siguiente:
"Mientras tanto, la bendita Eudocia, convocando a los hermanos del guardián de la Cruz que estaban en la laura del gran Eutimio, los ordenó sacerdotes de la Santa Iglesia de la Resurrección; tomando a Gabriel bajo su protección, lo nombró superior del Venerable Monasterio del Santo Protomártir Esteban, mientras que Crisipo alcanzó la eminencia en la Santa Resurrección y dejó muchos escritos dignos de plena aprobación ".
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| Lugar del martirio del Primer Mártir San Esteban, en el Monasterio |
En el año 460, la emperatriz Eudocia buscó reunirse con San Eutimio, "para beneficiarse de su oración y enseñanza", sin embargo, debido a que Eutimio no aceptaba visitantes femeninas, Eudocia le envió a Gabriel para que le hiciera la solicitud. Eutimio respondió a Eudocia a través de Gabriel que porque ella pronto reposaría en el Señor, no debería preocuparse por verlo, sino por prepararse para su muerte, y recordarlo después de su partida, que el Señor también lo recibiría en paz. Entre las cosas que hizo para prepararse para su muerte fue consagrar la Iglesia del Protomártir Esteban, asignarle un gran ingreso y poner a Gabriel a cargo de toda la administración.
Más tarde se nos dice lo siguiente de San Gabriel:
"Gabriel continuó durante veinticuatro años como sacerdote de la Santa Resurrección y superior de San Esteban. Se construyó una pequeña ermita en la ladera oriental del venerado cerro de la Santa Ascensión; solía retirarse de allí desde la despedida de la santa Teofanía y vivir en soledad hasta el Domingo de Ramos, siguiendo la tradición de nuestro santo padre Eutimio. A los ochenta años, convertido en obrador de milagros, murió en esta misma ermita durante el tiempo de Cuaresma y fue enterrado allí. Muy estudioso, había aprendido a hablar y escribir con precisión en latín, griego y siríaco ". También se nos dice que asistió al funeral de San Eutimio.
Fuentes consultadas: johnsanidopoulos.com, koschristof.blogspot.com.
