Después de la muerte de su esposa, San Teódoulo dio su riqueza de 550 litros (unos 11.000 kg.) de oro a los pobres y se convirtió en monje. Renunció a su puesto porque no quería dejarse distraer por vanas preocupaciones mundanas. Viajó a Edesa y vivió en la cima de un pilar durante treinta años, sin comer nada excepto una vez a la semana el Cuerpo y la Sangre de Cristo junto con el "antídoro".
En un momento le vino la idea de preguntarse quién vivía una vida de virtud igual a él. Recibió una respuesta divina cuando escuchó una voz que decía que era igual a Cornelio el Mimo, que trabajaba en un teatro en Damasco y llevaba el nombre de Pandouros. Inquietado por esto, fue a Damasco para buscar a Cornelio el Mimo.
Al encontrarlo, Teódulo se postró a sus pies y le preguntó por su forma de vida. Cornelio respondió que era un pecador sin ninguna virtud. Insistiendo en que de lo dijera, Teódulo le suplicó una vez más. Cornelio luego respondió que una vez fue un mimo que viajaba con actores y bailarines hasta que se dio cuenta de que era un gran pecador. Siendo condenado por el Juicio Final lo dejó todo para vivir una vida pura y lo dio todo a los pobres.
No satisfecho con esto, Teódoulo le preguntó a Cornelio que le contara más. Cornelio luego le dijo que una vez hubo una mujer rica que se casó con cierto hombre. Como el marido era pródigo, gastó toda su fortuna y la de la mujer. Sus deudas eventualmente lo llevaron a la cárcel y su esposa no tenía el dinero para alimentarlo. Mendigaba dinero, pero como era hermosa, corría un gran peligro. Fue entonces cuando Cornelio la conoció y se enteró de su historia. Cuando le preguntó por su deuda, ella dijo que eran 400 monedas de oro. Teniendo sólo 230 monedas de oro, fue y vendió lo que pudo, incluso su mejor ropa, para recaudar las 400. Al darle el dinero, pudo liberar a su marido. Al escuchar esta historia, Teódoulo glorificó a Dios y regresó satisfecho para subir a su columna.
San Teódulo el Estilita partió hacia el Señor alrededor del año 440.
