Versos:
"Se demuestra que eres noble y no bárbaro, por el desprendimiento de mirra de tu tumba, oh Padre".
San Bárbaro vivió durante el reinado del emperador Miguel el Tartamudo (820-829). Antiguo ladrón de Arabia, se aventuró con su banda de piratas a Acarnania en Grecia y durante mucho tiempo cometió robos, extorsiones y asesinatos. Los acarnanianos se rebelaron contra estos piratas y los mataron a todos, excepto a Barbaros que escapó.
Pero el Señor, que no desea la muerte de un pecador, lo convirtió en su arrepentimiento. Una vez, cuando Bárbaro estaba sentado en una cueva y contemplaba sus posesiones robadas, la gracia de Dios tocó su corazón.
"Se demuestra que eres noble y no bárbaro, por el desprendimiento de mirra de tu tumba, oh Padre".
San Bárbaro vivió durante el reinado del emperador Miguel el Tartamudo (820-829). Antiguo ladrón de Arabia, se aventuró con su banda de piratas a Acarnania en Grecia y durante mucho tiempo cometió robos, extorsiones y asesinatos. Los acarnanianos se rebelaron contra estos piratas y los mataron a todos, excepto a Barbaros que escapó.
Pero el Señor, que no desea la muerte de un pecador, lo convirtió en su arrepentimiento. Una vez, cuando Bárbaro estaba sentado en una cueva y contemplaba sus posesiones robadas, la gracia de Dios tocó su corazón.
Pensó en lo inevitable de la muerte y reflexionó sobre la multitud de sus actos malvados. Estaba angustiado en su corazón y decidió comenzar su arrepentimiento diciendo: "El Señor no despreció la oración del ladrón que estaba crucificado a su lado. Que me perdone por su inefable misericordia".
Bárbaro dejó todos sus tesoros en la cueva y fue a la iglesia más cercana, dedicada al Gran Mártir San Jorge, en Nisa. Durante la Divina Liturgia, Bárbaros vio ángeles sirviendo con el sacerdote llamado Ioannis Nikopolitou. Luego le preguntó al sacerdote dónde estaban los hombres con los que estaba sirviendo, a lo que el sacerdote respondió que Dios le había concedido una rara visión de los santos ángeles que servían en la Divina Liturgia. Bárbaro no ocultó sus actos malvados del sacerdote, y pidió ser aceptado para el arrepentimiento y el catecismo. El sacerdote le dio un lugar en su propia casa, y Bárbaro lo siguió, andando de rodillas como un animal de cuatro patas, ya que se consideraba indigno de ser llamado hombre.
Bárbaro dejó todos sus tesoros en la cueva y fue a la iglesia más cercana, dedicada al Gran Mártir San Jorge, en Nisa. Durante la Divina Liturgia, Bárbaros vio ángeles sirviendo con el sacerdote llamado Ioannis Nikopolitou. Luego le preguntó al sacerdote dónde estaban los hombres con los que estaba sirviendo, a lo que el sacerdote respondió que Dios le había concedido una rara visión de los santos ángeles que servían en la Divina Liturgia. Bárbaro no ocultó sus actos malvados del sacerdote, y pidió ser aceptado para el arrepentimiento y el catecismo. El sacerdote le dio un lugar en su propia casa, y Bárbaro lo siguió, andando de rodillas como un animal de cuatro patas, ya que se consideraba indigno de ser llamado hombre.
En la casa del sacerdote vivía con el ganado, comía con los animales y se consideraba más malvado que cualquier otra criatura. De hecho, para recordar sus pecados, decidió quedarse por el resto de su vida, atado del cuello, la cintura y las piernas con tres cadenas al igual que ataba a sus víctimas cuando él era un ladrón. Las tres cadenas eran en honor a la Santísima Trinidad.
Habiendo recibido la absolución de sus pecados por parte del sacerdote, Bárbaro fue al bosque de Tryfo en Xiromero, del municipio de Etolia-Acarnania, y vivió allí durante dieciocho años, desnudo y sin ropa, sufriendo el frío y el calor. Su cuerpo se ensució y se ennegreció por todas partes.
Habiendo recibido la absolución de sus pecados por parte del sacerdote, Bárbaro fue al bosque de Tryfo en Xiromero, del municipio de Etolia-Acarnania, y vivió allí durante dieciocho años, desnudo y sin ropa, sufriendo el frío y el calor. Su cuerpo se ensució y se ennegreció por todas partes.
Finalmente, Bárbaro recibió una señal de lo alto de que sus pecados le fueron perdonados y que moriría como un mártir. Una vez, unos comerciantes llegaron al lugar donde trabajaba Bárbaro. En la hierba espesa delante de ellos vieron algo moviéndose. Pensando que se trataba de un animal, dispararon varias flechas con sus arcos. Al acercarse, se aterrorizaron al ver que habían herido mortalmente a un hombre. Bárbaro les rogó que no se afligieran. Les habló de su vida y les pidió que relataran lo que había sucedido al sacerdote en cuya casa había vivido. Después de esto, San Bárbaro entregó su espíritu a Dios. El sacerdote, que había aceptado el arrepentimiento del antiguo ladrón, encontró que su cuerpo brillaba con una luz celestial.
Enterró el cuerpo de San Bárbaro en el lugar donde fue asesinado el 23 de junio. Después, una mirra curativa comenzó a fluir de la tumba del Santo, que curó varias enfermedades. En su entierro, una mujer que era ciega desde hacía siete años fue sanada. A partir de entonces se han registrado muchos milagros. Cerca de la tumba hay un manantial del cual muchos fieles se aplican el agua surgiente a diversas heridas para curarse. El patriarca Kallistos de Constantinopla en 1355 y Joseph Bryennios en 1400 nos dicen que los búlgaros eran bautizados en este manantial. Constantine Akropolites dice que su hija fue curada de lepra por San Bárbaro.
En 1571, un soldado veneciano llamado Sklavounos, que participó en la batalla de Lepanto, se enfermó y estuvo cerca de la muerte. Soñó con San Bárbaro, quien le dijo que visitara su tumba para ser sanado. Cuando llegó a la tumba del Santo, veneró sus sagradas reliquias e inmediatamente comenzó a recuperarse. Queriendo honrar al Santo en su tierra natal, decidió traer las reliquias del Santo a Venecia. En su camino, decidió detener su barco en Kerkyra en el pueblo de Potamos. Allí las reliquias del Santo curaron a un niño paralítico de la familia Souvlaki. Sklavounos permitió que muchos de los enfermos en este lugar vinieran a venerar al Santo, y muchos fueron sanados. Para honrar a San Bárbaro, los lugareños cambiaron el nombre de la iglesia de su pueblo de "Fuente Dadora de Vida" ( del gr. "Ζωοδόχος Πηγή") por el de San Bárbaro en honor a este evento, y celebran anualmente la curación del niño paralítico el 15 de mayo. También se celebra el 23 de junio en Kerkyra como "San Bárbaro el Pentapoliti".
La cueva del santo todavía se puede ver en Tryfo de Etolia-Acarnania cerca de su iglesia. Las fuentes dicen que las reliquias del Santo se encuentran en un pequeño pueblo italiano conocido como Villa Barbaro. Las cadenas del Santo se perdieron cuando los otomanos invadieron Xiromero.
Vídeo del pueblo Trifos en Xiromero, del municipio de Etolia-Acarnania
Vídeo del surgiento de las aguas medicinales de San Bárbaro en Trifos
Vídeo del pueblo Trifos en Xiromero, del municipio de Etolia-Acarnania
Vídeo del surgiento de las aguas medicinales de San Bárbaro en Trifos
Fuentes consultadas: saint.gr, synaxarion.gr, diakonima.gr, google.gr/maps, hellenicaworld.com, agrinionews.gr