Santo Jerarca Leoncio de Radauti en Rumanía

Este santo portador de Dios, Leontie (traducido Leoncio), nació de padres cristianos en la ciudad de Rădăuţi, a principios del siglo XIV.


Desde la infancia, yendo con sus padres a la iglesia, se llenó de un gran amor por la casa de Dios, donde más tarde acudía a diario y escuchaba con toda su atención todo el Oficio Divino, buscando acercarse lo más posible a los santos y a los Misterios de la Santa Iglesia Ortodoxa.
Los padres de la comunidad de la Catedral, al verlo con tanto amor por la casa de Dios y por los Oficios Divinos, lo recibieron en su comunidad, donde el bendito Leontie en todo mostró celo y humildad. Por su vida espiritual se hizo monje, recibiendo el nombre de Lavrentie. Su celo por las necesidades espirituales aumentó. Recibiendo una bendición del abad de la comunidad, fue a una ermita, no lejos de Putna, donde había varios ermitaños.

 

 

 

 

 

 

El metropolitano de Moldavia en ese momento, Iosif Muşat, al enterarse de este hogar del ermita, con una ordenanza fue y consagró la iglesia de esa ermita y, al mismo tiempo, ordenó al piadoso Lavrentie como sacerdote. Más tarde también lo nombró abad ed la comunidad, según su deseo. 
Aquí, en esta piadosa comunidad, el piadoso Daniil Sihastrul también acudió en necesidad espiritual, bajo el mando de su padre espiritual Lavrentie. Al establecer una sede episcopal en Rădăuţi, durante la época de Alejandro el Bueno, no mucho después de la fundación de la Diócesis de Rădăuţi, el piadosa Lavrentie fue llamado a la alta dignidad y responsabilidad de la jerarquía.

 

 

 

 

 

 

Recibiendo la gracia de la jerarquía, por obediencia, deja el lugar de sus actividades de ermitaño. 
Como obispo, nunca cesó sus necesidades espirituales. Ordenó sacerdotes y diáconos, santificó iglesias y vigiló la observancia de las ordenanzas canónicas, protegiendo la preciosidad y el descenso a todas las cosas ordenadas por la Iglesia de Cristo para el beneficio salvador de los pastores de almas.
Después de muchos años de archipastor, sintiéndose débil con su cuerpo, se retiró del trono jerárquico y regresó a su monasterio en la aldea de Laura. Aquí, recibió el gran esquema, tomando el nombre de Leontie, luchando día a día y realmente llevando la vida de un ángel en la carne, hasta su transición a lo eterno.

 

 

 

 

 

 

Sabiendo de antemano el final de su vida terrenal, llamó a todo el consejo para contarles sus últimas historias paternales. Ordenó como abad de este sagrado monasterio a su discípulo más cercano, el piadoso Daniel el Ermitaño, y, bendiciéndolo, durmió en el Señor con la esperanza de la resurrección y la vida eterna. 
Sus creyentes e hijos espirituales vinieron a su tumba recibiendo bendiciones y curaciones de todo tipo de enfermedades. Pronto fue exhumado y llevado a Radauti según los deseos de los fieles. Muchas personas acudían al ataúd con sus reliquias, desde el área circundante e incluso desde grandes distancias, conociendo el don de Dios que fluía abundantemente sobre aquellos que rezaban con fe. 

 

 

 

 

 

 

El recuerdo de sus maravillosas obras ha permanecido de generación en generación hasta nuestros días. El monasterio de la aldea de Laura, donde San Leontie se vio obligado a ser abad del mismo, antes de ser llamado al rango de jerarquía, lleva ahora su nombre. 
Con las oraciones del Santo Jerarca Leontie, Señor Jesucristo, nuestro Dios, ten piedad de nosotros. Amén.

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Fuentes consultadas: doxologia.ro, wikipedia.es