Versos:
"Alejandro fue visto como el disco del sol, decapitado por Cristo, la gloria del sol" (25 de febrero).
"La espada cortó la cabeza de un hombre sagrado, uniendo la sangre con el sacerdocio". (13 de mayo)
"El corte de la cabeza fue como un barco a toda velocidad, llevándose a Alejandro de esta vida". (14 de Mayo)*
El Santo Mártir Alejandro era de Cartago, pero algunos sostienen que vino de Pozzuoli, Italia. Cuando alcanzó la mayoría de edad se convirtió en soldado y sirvió en el regimiento del tribuno Tiberio en Roma.
Cuando tenía dieciocho años, el emperador romano Maximiano Hércules (286-305) emitió un edicto para que todos los ciudadanos fueran al templo de Júpiter fuera de la ciudad en un día determinado para ofrecer un sacrificio.
El tribuno Tiberio reunió a sus soldados y les ordenó ir a este festival, pero Alejandro, criado desde la infancia en la fe cristiana, se negó y dijo que no ofrecería sacrificio a los demonios. Tiberio informó al emperador Maximiano que había un soldado en su regimiento que era cristiano. Los soldados fueron enviados inmediatamente para arrestar a Alejandro.
Alejandro estaba dormido, pero un ángel le despertó y le advirtió de su inminente martirio, diciendo que estaría con él durante este tiempo. Cuando llegaron los soldados, Alejandro salió a recibirlos. Su rostro brillaba con una luz tan brillante que los soldados cayeron al suelo cuando lo vieron. El Santo los reprendió y les dijo que cumplieran sus órdenes.
"Alejandro fue visto como el disco del sol, decapitado por Cristo, la gloria del sol" (25 de febrero).
"La espada cortó la cabeza de un hombre sagrado, uniendo la sangre con el sacerdocio". (13 de mayo)
"El corte de la cabeza fue como un barco a toda velocidad, llevándose a Alejandro de esta vida". (14 de Mayo)*
El Santo Mártir Alejandro era de Cartago, pero algunos sostienen que vino de Pozzuoli, Italia. Cuando alcanzó la mayoría de edad se convirtió en soldado y sirvió en el regimiento del tribuno Tiberio en Roma.
Cuando tenía dieciocho años, el emperador romano Maximiano Hércules (286-305) emitió un edicto para que todos los ciudadanos fueran al templo de Júpiter fuera de la ciudad en un día determinado para ofrecer un sacrificio.
El tribuno Tiberio reunió a sus soldados y les ordenó ir a este festival, pero Alejandro, criado desde la infancia en la fe cristiana, se negó y dijo que no ofrecería sacrificio a los demonios. Tiberio informó al emperador Maximiano que había un soldado en su regimiento que era cristiano. Los soldados fueron enviados inmediatamente para arrestar a Alejandro.
Alejandro estaba dormido, pero un ángel le despertó y le advirtió de su inminente martirio, diciendo que estaría con él durante este tiempo. Cuando llegaron los soldados, Alejandro salió a recibirlos. Su rostro brillaba con una luz tan brillante que los soldados cayeron al suelo cuando lo vieron. El Santo los reprendió y les dijo que cumplieran sus órdenes.
De pie ante Maximiano, Alejandro confesó audazmente su fe en Cristo y se negó a adorar a los ídolos. Dijo que no le tenía miedo al emperador ni a sus amenazas. El emperador trató de persuadir al joven con promesas de honores, pero Alejandro se mantuvo firme en su confesión y denunció al emperador y a todos los paganos. Y al igual que el Protomártir Esteban, miró hacia arriba y vio al Señor Jesús Cristo a la diestra del Padre Celestial.
Maximiano remitió a Alejandro al tribuno Tiberio, que estaba siendo enviado a Tracia para perseguir a los cristianos allí. Tiberio ató a Alejandro una pesada piedra a sus pies, luego lo ató a un palo de madera y lo hizo azotar sin piedad y a arrancarle tiras de piel.
Después de estos terribles tormentos, transfirieron al mártir encadenado a Marcianópolis de Tracia. En ese momento, un ángel le contó a la madre de Alejandro, Pimenia, el martirio de su hijo, y ella lo acompañó y lo alentó. En el camino, Alejandro estuvo sujeto a diversos castigos, mientras que mantuvo un ayuno completo durante cuarenta días.
Lo sometieron a tortura ante los ojos de su madre y obligaron al prisionero a caminar detrás del carro de Tiberio.
Maximiano remitió a Alejandro al tribuno Tiberio, que estaba siendo enviado a Tracia para perseguir a los cristianos allí. Tiberio ató a Alejandro una pesada piedra a sus pies, luego lo ató a un palo de madera y lo hizo azotar sin piedad y a arrancarle tiras de piel.
Después de estos terribles tormentos, transfirieron al mártir encadenado a Marcianópolis de Tracia. En ese momento, un ángel le contó a la madre de Alejandro, Pimenia, el martirio de su hijo, y ella lo acompañó y lo alentó. En el camino, Alejandro estuvo sujeto a diversos castigos, mientras que mantuvo un ayuno completo durante cuarenta días.
Lo sometieron a tortura ante los ojos de su madre y obligaron al prisionero a caminar detrás del carro de Tiberio.
En Marcianópolis, sus atormentadores le pusieron antorchas de fuego en la cara y le arrastraron a través de zarzas, pero permaneció ileso. La valiente Pimenia les pidió a los soldados que la dejaran ir con su hijo, y ella lo alentó a sufrir tormentos por Cristo. Los soldados se asombraron de la fuerza estoica del mártir y se dijeron unos a otros: "¡Grande es el Dios de los cristianos!"
El ángel se le apareció varias veces al mártir, fortaleciéndolo. Por la noche, un temible Ángel se le apareció a Tiberio con la espada en la mano y le ordenó al tribuno que se apresurase a ir Bizancio, ya que el fin del Mártir se acercaba. Tiberio se apresuró en su camino.
En la ciudad de Filipópolis, Tiberio volvió a intentar que Alejandro adorase a sus ídolos en presencia de los dignatarios de la ciudad, reunidos para este evento. En este juicio, Alejandro se mantuvo firme.
Mientras el viaje continuaba, Alejandro dio fuerza a los soldados debilitados por la sed, pidiéndole al Señor que les proporcionara un manantial de agua. También el mártir rezó bajo un árbol, pidiendo fuerza en sus sufrimientos, y la fruta y las hojas de este árbol recibieron un poder curativo.
El ángel se le apareció varias veces al mártir, fortaleciéndolo. Por la noche, un temible Ángel se le apareció a Tiberio con la espada en la mano y le ordenó al tribuno que se apresurase a ir Bizancio, ya que el fin del Mártir se acercaba. Tiberio se apresuró en su camino.
En la ciudad de Filipópolis, Tiberio volvió a intentar que Alejandro adorase a sus ídolos en presencia de los dignatarios de la ciudad, reunidos para este evento. En este juicio, Alejandro se mantuvo firme.
Mientras el viaje continuaba, Alejandro dio fuerza a los soldados debilitados por la sed, pidiéndole al Señor que les proporcionara un manantial de agua. También el mártir rezó bajo un árbol, pidiendo fuerza en sus sufrimientos, y la fruta y las hojas de este árbol recibieron un poder curativo.
En un lugar llamado Burtodexion, el Santo nuevamente se encontró con su madre Pimenia, quien cayó llorando a sus pies. El santo mártir le dijo: "No llores, madre mía, porque pasado mañana, el Señor me ayudará a que terminen los problemas".
En la ciudad de Drizipara de Asia Menor, Tiberiano impuso la pena de muerte al Santo. El santo mártir dio gracias al Señor por haberle dado la fuerza para soportar todos los tormentos y para aceptar el martirio. El soldado que se suponía debía llevar a cabo la ejecución pidió el perdón del Santo, y durante mucho tiempo no pudo levantarse para elevar su espada, ya que vio ángeles esperando para tomar el alma del mártir.
El santo oró y le pidió a Dios que ocultara a los ángeles, ya que él quería ir al Señor. Sólo entonces fue cortada la bendita cabeza del santo. Su cuerpo fue arrojado a un río, pero fue recuperado por cuatro cristianos. Pimenia tomó los restos de su hijo martirizado y los enterró reverentemente cerca del río Ergina.
Las curaciones comenzaron a tener lugar en la tumba de San Alejandro. Poco tiempo después, el santo mártir se apareció a su madre en un sueño, en el cual la consoló y le dijo que pronto ella también sería transportada a las moradas celestiales. Sobre su tumba se construyó una iglesia. En 591, los Avaros invadieron la ciudad. Quemaron la basílica y destruyeron las reliquias del mártir saqueando su carcasa de plata.
En la ciudad de Drizipara de Asia Menor, Tiberiano impuso la pena de muerte al Santo. El santo mártir dio gracias al Señor por haberle dado la fuerza para soportar todos los tormentos y para aceptar el martirio. El soldado que se suponía debía llevar a cabo la ejecución pidió el perdón del Santo, y durante mucho tiempo no pudo levantarse para elevar su espada, ya que vio ángeles esperando para tomar el alma del mártir.
El santo oró y le pidió a Dios que ocultara a los ángeles, ya que él quería ir al Señor. Sólo entonces fue cortada la bendita cabeza del santo. Su cuerpo fue arrojado a un río, pero fue recuperado por cuatro cristianos. Pimenia tomó los restos de su hijo martirizado y los enterró reverentemente cerca del río Ergina.
Las curaciones comenzaron a tener lugar en la tumba de San Alejandro. Poco tiempo después, el santo mártir se apareció a su madre en un sueño, en el cual la consoló y le dijo que pronto ella también sería transportada a las moradas celestiales. Sobre su tumba se construyó una iglesia. En 591, los Avaros invadieron la ciudad. Quemaron la basílica y destruyeron las reliquias del mártir saqueando su carcasa de plata.
Martirio del Santo. |
Sobre sus tres distintas fechas de conmemoración.
En los Sinaxarios griegos, la fiesta principal del Santo es el 25 de febrero, mientras que en los eslavos es el 13 de mayo. Sin embargo, en los griegos el 13 de mayo se honra a un mártir conocido como San Alejandro, Obispo de Tiberias, aunque no hay detalles sobre su vida, pero se le dan Versos Iámbicos (iniciales honoríficos). Se cree que a lo largo de los siglos hubo cierta confusión, y la conmemoración de San Alejandro se dobló, de modo que una sede episcopal de Tiberias (Israel) fue sustituida por el nombre del tribuno Tiberio.
Para aumentarar la confusión, el 14 de mayo en el sinaxario griego se conmemora a un mártir conocido como San Alejandro, quien fue martirizado en Kentoukellai, que es un lugar desconocido. La biografía de este último es muy similar a la de San Alejandro que se conmemora el 25 de febrero, aunque se le da más detalles. Por lo tanto, en realidad se conmemora en los tres días en santoral griego, pero solo en un día en el eslavo: el único día común es el 13 de mayo.
Se hace referencia a que partes de sus reliquias están en el Monasterio de San Serafín Sarov en la localidad italiana de Pistoya.
Apolitiquio tono 4º
Como astro resplandeciente has aparecido, no oscurecido por el mundo, pregonando con tus rayos a Cristo, el Sol de Justicia, Alejandro, portador de la pasión, y has extinguido toda vanidad, concediéndonos luz. Intercede sin cesar por todos nosotros.
Fuentes consultadas: saint.gr, diakonima.gr, synaxarion.gr, hristos-imparatul-slavei.blogspot.com, pravoslavie.ru, Sinaxario de San Nicodemo el Athonita de los Doce Meses del Año- vol. II- Ed. Domos 2005.
En los Sinaxarios griegos, la fiesta principal del Santo es el 25 de febrero, mientras que en los eslavos es el 13 de mayo. Sin embargo, en los griegos el 13 de mayo se honra a un mártir conocido como San Alejandro, Obispo de Tiberias, aunque no hay detalles sobre su vida, pero se le dan Versos Iámbicos (iniciales honoríficos). Se cree que a lo largo de los siglos hubo cierta confusión, y la conmemoración de San Alejandro se dobló, de modo que una sede episcopal de Tiberias (Israel) fue sustituida por el nombre del tribuno Tiberio.
Para aumentarar la confusión, el 14 de mayo en el sinaxario griego se conmemora a un mártir conocido como San Alejandro, quien fue martirizado en Kentoukellai, que es un lugar desconocido. La biografía de este último es muy similar a la de San Alejandro que se conmemora el 25 de febrero, aunque se le da más detalles. Por lo tanto, en realidad se conmemora en los tres días en santoral griego, pero solo en un día en el eslavo: el único día común es el 13 de mayo.
Se hace referencia a que partes de sus reliquias están en el Monasterio de San Serafín Sarov en la localidad italiana de Pistoya.
Santo Mártir Alejandro de Drizipara de Tracia. Menologio Basilio II. |
Apolitiquio tono 4º
Tu mártir Alejandro, Señor, por sus tribulaciones ha recibido de ti la corona de la incorrupción, Dios nuestro, porque por tu potencia ha derrotado a los tiranos, y ha vencido las afrentas impotentes de los demonios. por sus intercesiones, salva nuestras almas.
Condaquio tono 2º
Fuentes consultadas: saint.gr, diakonima.gr, synaxarion.gr, hristos-imparatul-slavei.blogspot.com, pravoslavie.ru, Sinaxario de San Nicodemo el Athonita de los Doce Meses del Año- vol. II- Ed. Domos 2005.