"Romanos sorprendió a todos, y se mantuvo firme en su alegría por ser estrangulado".
"El niño obtuvo por sorteo el seno de Abraham por la espada,y se le ve sentado en consejo con los hijos de Belén".
Romanos ue un diácono piadoso de la Santa Iglesia de Cesarea en Palestina quien se negó a rendirse ante las amenazas en contra de su vida. Luego de soportar muchas humillaciones a manos de los idólatras paganos, finalmente el santo Mártir Romanus se trasladó a Antioquía, en donde se convirtió en ejemplo inspirador para la comunidad Cristiana en virtud a su oración incesante y su prédica elocuente.
"El niño obtuvo por sorteo el seno de Abraham por la espada,y se le ve sentado en consejo con los hijos de Belén".
Romanos ue un diácono piadoso de la Santa Iglesia de Cesarea en Palestina quien se negó a rendirse ante las amenazas en contra de su vida. Luego de soportar muchas humillaciones a manos de los idólatras paganos, finalmente el santo Mártir Romanus se trasladó a Antioquía, en donde se convirtió en ejemplo inspirador para la comunidad Cristiana en virtud a su oración incesante y su prédica elocuente.
Aunque había guardado la esperanza de evitar confrontaciones con los Romanos que odiaban a los Cristianos, habiéndose trasladado a esa ciudad en Asia menor (hoy en día parte de la moderna Turquía), el temeroso de Dios, Romanus, no se escaparía de su destino como mártir. Muy pronto se encontraría nuevamente enfrentado con los gobernantes de este mundo… luego de que el gobernador de la provincia, Asklepiades, anunció sus planes de destruir la Iglesia Cristiana.
San Romanus estaba indignado. Luego de reunir a los Cristianos de la localidad denunció claramente los planes de destrucción.
Gracias a su ardiente prédica en contra de este edicto los ciudadanos se volcaron, en una apasionada oposición, al plan de destruir el lugar sagrado de adoración. Por el momento el enfurecido gobernador no pudo proceder con su malvado proyecto.
Sin embargo no pasó mucho tiempo antes de que Romanus cometiera el error de amonestar abiertamente a un grupo de adoradores paganos durante un festival en la ciudad. Con una audacia atrevida les anunció que esa idolatría era una ofensa a Dios –y llamó a los paganos para que cesen en esa adoración y que abracen el Santo Evangelio de Jesucristo.
El Mártir Romanus, quien había nacido en la región de Cesaréa en Palestina alrededor del año 280 y que había crecido ahí antes de moverse hacia Antioquía, fue arrestado inmediatamente y esta vez no se escaparía de su destino.
El Mártir Romanus, quien había nacido en la región de Cesaréa en Palestina alrededor del año 280 y que había crecido ahí antes de moverse hacia Antioquía, fue arrestado inmediatamente y esta vez no se escaparía de su destino.
Asado lentamente por el Eparca Asklepiades, se negó a acobardarse o doblegarse diciéndole en su cara al orgulloso gobernante: “Los ídolos no son dioses; hasta un niño pequeño podría decirte eso.” Dispuesto a probar su posición, el santo mártir pidió que se trajese a un niño con el fin de hacerle la quemante pregunta: “¿A qué Dios debemos adorar?” El niño, un joven cristiano llamado Barulas, no dudó en su respuesta declarando en voz muy fuerte: “Cristo.”
Por supuesto que el castigo para el joven fue instantáneo: fue brutalmente golpeado y luego decapitado. A pesar de ello su fiel madre, también una piadosa cristiana, lo urgió a mantenerse firme en su fe y a mantener su lealtad al Santo Evangelio. Al final, ella misma lo llevó a su lugar de ejecución.
San Romanus fue torturado aún más severamente. Le cortaron la lengua y lo arrojaron a una celda en prisión.
Luego de soportar inacabables torturas fue estrangulado hasta morir, alrededor del año 305. San Romanus se encontraba ahora entre los que habían partido pero no había sido olvidado. Cuando Santa Elena construyó la supremamente bella Santa Iglesia Ortodoxa en Constantinopla se aseguró de que fuera nombrada en memoria de San Romanos.
Por el hecho de que ellos vivieron y murieron por su fe, sin preocuparse por su propia seguridad personal, estos santos Cristianos viven hoy en un mundo en el cual se encuentran seguros –para siempre- en la gloria de su Señor Jesucristo.Ἀπολυτίκιον. Ἦχος α’. Χορὸς Ἀγγελικός. (Κατέβασμα)
Δυὰς
ἡ εὐκλεής, τῶν κλεινῶν Ἀθλοφόρων, ἐδόξασε λαμπρῶς, τὴν Ἁγίαν Τριάδα, ὁ
Πλάτων ὁ ἔνδοξος, Ρωμανὸς τε ὁ ἔνθεος, ἐναθλήσαντες, καὶ τὸν ἐχθρὸν
καθελόντες, ὅθεν πάντοτε, ὑπὲρ ἠμῶν δυσωπούσι, τὸν μόνον Φιλάνθρωπον.
Apolitiquio tono 4º
Tus Mártires, Oh Señor, lucharon valerosamente por recibir como premio la corona de la vida incorruptible, Dios nuestro e inmortal. Ya que ellos poseían Tú fortaleza fueron capaces de enfrentarse a los tiranos y destruir completamente la débil presunción de los demonios. Oh Cristo Dios, por sus oraciones, salva nuestras almas ya que Tú eres misericordioso.
Κοντάκιον Ἦχος δ’ . Ἐπεφάνης σήμερον.
Ὡς ἀστέρα μέγιστον, ἡ Ἐκκλησία, Ῥωμανὲ πανεύφημε, σὲ κεκτημένη ἀληθῶς, φωταγωγεῖται τοῖς ἄθλοις σου, τὴν φωτοφόρον δοξάζουσα μνὴμην σου. τὸν ἐχθρὸν καθελόντες, ὅθεν πάντοτε, ὑπὲρ ἠμῶν δυσωπούσι, τὸν μόνον Φιλάνθρωπον.
Condaquio tono 4º
Oh Romanos, alabado por todos, ya que la Iglesia te considera como una brillante y majestuosa estrella, ella se encuentra guiada por la luz de sus santos y eleva una oración para glorificar a aquellos de luminosa memoria.
Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury. Fotografía: saint.gr, johnsanidopoulos.com, preguntasantoral.blogspot.com