viernes, 6 de septiembre de 2024

Santos Mártires Rómulo, Eudoxio, Zenón, Macario y los 1.104 Soldados

Versos: 
A Rómulo, Eudoxio, Zenón y Macario: "Zenón, Eudoxio y Rómulo fueron decapitados, así como también Macario, en un final bendito".
A los 1.104 soldados: "Mil veces,  diez veces diez y cuatro mártires, su fin común se logró con la espada simple".

El fortísimo soldado de Cristo San Rómulo, era mayordomo del emperador Trajano y le servía con tanta fidelidad y diligencia que mereció gozar de toda su confianza. Enviado en cierta ocasión por el emperador a las Galias, para que se enterase por sí mismo del estado de las legiones que allí tenía, y obligase a todos los soldados a sacrificar a los dioses, cumplió su encargo Rómulo con toda lealtad y celo;
mas ni con promesas, ni con amenazas logró vencer la resistencia de muchos soldados que eran cristianos; a todo estaban dispuestos antes a morir que a hacer aquel sacrificio abominable. Era capitán de aquellas tropas Eudoxio, ciudadano romano no menos fiel a la ley de Cristo que al emperador,  había sido ennoblecido con las más altas condecoraciones del imperio; mas no fue todo esto bastante para que obedeciese a sus impías órdenes y desobedeciese a las del verdadero Dios. 
 
 







Así que llegó a los oídos del tirano la obstinación de aquellas tropas, mandó que fuesen trasladadas desde las Galias a Melitina de Armenia, y que en el viaje les hiciesen padecer grandes fatigas y malos tratamientos: los cuales sufrieron aquellos soldados de Cristo, con tan maravillosa fortaleza, que espantado de ella el mismo Rómulo que les afligía, abrió los ojos a la fe arrepintiéndose de lo lo que había hecho. 
Presentándose ante el emperador, le confesó que también él era cristiano, y que todo lo menospreciaba y tenía en poco a trueque de vivir y morir como siervo de Cristo. Se enojó sobremanera el emperador al oír la confesión de su mayordomo; y en castigo de su desacato, que por tal lo tenía, mandó que le cortasen la cabeza y así se ejecutó. 
Tampoco quiso el Señor que perdiesen la corona aquellos invictos soldados, que habían comenzado ya a ganarla negándose a sacrificar a los ídolos, como Rómulo, siendo gentil, les había mandado; y así algunos años después, en tiempo del emperador Maximiano, fueron enviadas nuevas órdenes al prefecto de Melitina para que obligara a todos los soldados de su guarnición a que adorasen los dioses del imperio, condenando a muerte a cuantos se resistiesen a obedecer al mandato imperial. 
 
 



Martirio de los Santos Eudoxio, Zenón, Macario y los 1.104 Soldados. 



 
 
Entonces Eudoxio, que era como se ha dicho capitán de aquélla legión, respondió que sus soldados cristianos de ninguna manera se contaminarían con aquélla sacrílega idolatría, y luego les hizo una fervorosa exhortación diciéndoles que ya que tenían valor, como buenos soldados, para morir en un combate por la esperanza de una victoria incierta y de una recompensa temporal, ¡cuánto más animosos habían de estar para dar la vida por Jesucristo, sabiendo que alcanzaban seguramente mucho más esclarecida victoria, y una recompensa perdurable! 
Esforzados con estas palabras y precedidos por Eudoxio, Zenón y Macario, ofrecieron todos alegremente su cerviz al cuchillo, y en número de mil ciento cuatro, recibieron en un mismo día mismo la corona de su confesión, y la gloriosa corona inmarchitable del martirio.
 

NOTA: 

*En los Santos Monasterios del Monte Atos de la Gran Laura y de Iviron se conserva la cuenta Martirio Griego de San Eudoxio y los otros Mártires.






Fuentes consultadas: saint.gr,  apostoliki-diakonia.gr., pemptousia.gr, Sinaxario de los doce meses del año de de San Nicodemo el Athonita, diakonima.gr

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