domingo, 7 de mayo de 2023

Domingo del Paralítico

Versos: 
"La palabra de Cristo fue fortaleza para el paralítico.
Y solo con esta palabra tuvo lugar su curación".


En este día, el cuarto domingo de Pascua, conmemoramos el paralítico de Betsaida y, más concretamente, celebramos el milagro realizado sobre él.


Este evento se celebra en esta fecha, porque Cristo hizo este

milagro en el tiempo del Pentecostés hebreo. Porque habiendo subido a Jerusalén por la Fiesta, fue a la piscina con cinco bóvedas, que Salomón había construido y que se llamaba la Piscina de las Ovejas, porque fue allí donde solían lavar las entrañas de las ovejas que habían sido sacrificadas en el templo para el sacrificio. La primera persona en entrar, cuando el agua era agitada por un ángel una vez al año, era sanado. 








Cristo encontró en ese lugar a un hombre que había estado enfermo durante treinta y ocho años y que yacía allí, desesperado por encontrar a alguien que lo pusiera en el agua. De esto aprendemos cuán beneficiosas son la resistencia y la paciencia; y dado que Él después nos iba a conceder el bautismo, que limpia todo pecado, Dios dispuso que se hicieran milagros en el Antiguo Testamento a través del agua, de modo que, cuando el bautismo fuese otorgado, pudiera ser aceptado. 
Jesús vino a este paralítico, que se llamaba Jarus, y le pregunto; él explicó su desesperación por encontrar a alguien que lo ayudara. Cristo, sabiendo que había estado soportando esta enfermedad durante tanto tiempo, le dijo: "Levántate, coge tu cama y camina".








Al instante se curó y, tomando su cama sobre sus hombros, no sea que el evento pareciera ilusorio, caminó hasta su casa. Como era Sábado, estaba prohibido por los judíos caminar por la ciudad. Explicó que el que lo había curado, le había dicho que caminase, aunque no sabía quién era Él.
Para cuando la multitud se había reunido en ese lugar, dice el Evangelio, Jesús partió en secreto.
Después de esto, Jesús lo encontró en el templo y le dijo: "He aquí, has sido sanado completamente; no peques más, para que no te venga una cosa peor ”. Algunos dicen, aunque incorrectamente, que Jesús dijo estas palabras, porque este hombre más tarde lo acusaría a Jesús cuando estuviera ante Caifás el Sumo Sacerdote y como resultado, se le otorgaría algo peor que la parálisis, el ser atormentado en el fuego eterno, no solo durante treinta y ocho años, sino para siempre. 




Domingo del Paralítico. Santo Monasterio
 de Stavronikita, Monte Atos




Sin embargo, el Señor demostró que la enfermedad de la parálisis le sucedió a causa de sus pecados.
El paralítico, sabiendo que era Jesús quien lo había sanado, hizo esto conocido ante los judíos. Ellos, persuadidos a defenderse, buscaron matar Cristo, porque supuestamente había quebrantado la ley del Sábado.

Cristo les dijo mucho acerca de esto, manteniendo que es correcto hacer el bien en el día de reposo; y que fue Él quien, siendo igual al Padre, había dicho que uno debía guardar el "Sabbath", y así como su padre había trabajado hasta ahora, también lo hacía Él.
Se debe saber que este paralítico es otro diferente al del paralítico del Evangelio de san Mateo, porque la curación de este último tuvo lugar en una casa, descendido desde el tejado con la ayuda de los hombres, a quien le dijo: "Tus pecados te son perdonados". 










El hombre fue sanado en el pórtico abovedado bajo la fuente, aunque no tenía a nadie que lo ayudara, como el Santo Evangelio dice, pero como el otro paralítico, él finalmente se levantó y tomó su camilla.
Se celebra ahora, porque ocurrió durante la temporada de Pentecostés, al igual que los milagros relacionados con la mujer samaritana y el ciego. Celebramos el Santo Tomás y las Portadores de Mirra en la seguridad de la Resurrección de Cristo de entre los muertos pero celebramos los otros milagros que conducen a la Ascensión, porque se realizaron en diferentes momentos en la temporada del Pentecostés Hebreo y porque San Juan, cuyo Evangelio se lee durante este período, es el único Evangelista que los menciona.
Por tu infinita misericordia, oh Cristo Dios nuestro, ten piedad de nosotros. Amén.










Fuentes consultadas: saint.gr, diakonima.gr, impc.gr, y
outube.com, S.Biblia Straubinger