lunes, 1 de abril de 2024

La Osía María de Egipto (+530)

Versos (1 de abril):

"Hace mucho tiempo que fue llevado su espíritu, y su carne pereció; la tierra ahora esconde los huesos muertos de María".
El primero de abril, María murió rezando en el desierto.

En un sencillo y rápido instante de conversión espiritual, su vida entera cambió para siempre. La sorprendente historia de lo que le pasó a la Venerable (Osía) María de Egipto –una prostituta común quien eventualmente llegó a ser una de las más santas y obedientes en la historia de la Iglesia Cristiana–
comienza con un incidente supremamente dramático ocurrido ante un icono de la Siempre Misericordiosa y Bienaventurada Virgen. 
Sucedió en la Ciudad Santa de Jerusalén alrededor del año 482 d.C., según la mayoría de historiadores de ese período. 
Esta mujer de la gran ciudad de Alejandría en Egipto y que tenía 29 años estaba parada –en ese memorable día- delante del icono de la Bienaventurada Theotokos. La joven mujer había venido a Jerusalén movida por la curiosidad; tenía deseos de visitar los Lugares Santos y experimentar por ella misma el supuesto poder espiritual de lugares tan renombrados como el Monte Calvario y el Jardín de Getsemaní.
 
 
 





 
Ella estaba segura de que no le habrían de impactar - pues ella no creía en el Santo Evangelio o en los principios de la Santa Iglesia. Ciertamente su propósito en realizar este viaje era probarse a ella misma que los lugares santos no tenían poder de influenciar a los pecadores. Con la intención de burlarse de la fe se jactaba de haber obtenido el costo de su pasaje seduciendo a otros peregrinos en la ruta y luego cobrándoles fuertes cantidades por sus favores sexuales. 
Antes de salir de Alejandría María había llevado una vida disoluta en la cual ella intercambiaba su cuerpo por dinero el que le permitía comprar sus joyas opulentas y vestidos carísimos. Sin embargo ella disfrutaba su estilo de vida lujurioso optado voluntariamente - y algunas veces rechazaba el pago completamente, lo que revela al punto al cual la habían llevado sus bajos instintos. Cruel e insensible pasó muchas noches borracha y envuelta en orgías con hombres que la deshonraban con total impunidad. 
 
 
 






 
 

Luego de haber llegado a Jerusalén, María comenzó a visitar los lugares santos. En una bien conocida iglesia Cristiana en el centro de la ciudad ella siguió un impulso repentino. En un solo instante, por razones que ella misma no podía explicar, decidió que quería venerar una de las reliquias más santas de la ciudad: la Honorable Cruz en la cual el Señor había sostenido Su último aliento. El impulso de María fue espontáneo e inesperado –desde que ella se había ganado la vida en los últimos diecisiete años en Alejandría como una prostituta nunca había malgastado su tiempo en una oración inútil. 
Nacida en Egipto en el año 453, según la mayoría de historiadores de la Iglesia, María se escapó de su casa cuando tenía doce años de edad. Terminó viviendo en las calles de Alejandría, la capital cosmopolita, donde muy pronto se convirtió en una depravada buscadora de placeres. 
Debido a su dudoso pasado María estaba comprensiblemente sorprendida cuando sintió repentinamente el anhelo de entrar a la iglesia en Jerusalén y rezar ante la Cruz de Cristo, quien supuestamente había muerto por sus pecados. Pero ella era una criatura de impulsos -quien frecuentemente actuaba movida por su intuición… la cual en este momento le decía que necesitaba rezar en la presencia de la Santa Cruz. 
 
 







 
 
 
 
Moviéndose rápidamente, antes de que pudiera tener tiempo para cambiar de parecer, la joven mujer caminó al interior del vestíbulo de la iglesia y se preparo para confrontarse con una de las más preciosas reliquias en toda la Cristiandad. 
Pero entonces tuvo una gran sorpresa. Sus pies parecían no funcionar. Una y otra vez trató de dejar el vestíbulo y entrar al cuerpo principal de la iglesia solo para descubrir que se encontraba totalmente paralizada. Con un pánico creciente entendió que alguna fuerza misteriosa estaba bloqueando su camino hacia la iglesia. Sorprendida y aterrorizada miró hacia arriba desde el suelo –y se encontró viendo directamente hacia la amorosa mirada de un icono de la Bienaventurada Virgen. En su desesperación ella le pidió su permiso para entrar a los sagrados recintos… al tiempo que le confesaba a la Virgen que había llevado una vida de inmundicia moral y pecado rampante. Rezando silenciosamente sintió que se quemaba por un terrible dolor al tiempo que prometía reformar su vida… si sólo se le permitía entrar en la presencia de Su Santa Cruz.
 
 
 





 
 
 
Descrito con una ponderosa elocuencia por su eventual biógrafo, el Patriarca de Jerusalén San Sofronio, la secuencia de eventos que se dieron a continuación son maravillosos para considerar. Momentos luego de haber finalizado su oración a la Virgen, la joven mujer se sintió sorprendida al sentir que los lazos invisibles habían comenzado a disolverse. En pocos instantes, con su libertad de movimiento restaurada, fue capaz de entrar en la iglesia y venerar la Honorable Cruz para la alegría de su corazón. Al final, habiendo terminado sus oraciones regresó al vestíbulo para hacer una oración de agradecimiento a la Bienaventurada Theotokos. 
Sin embargo, mientras rezaba, sucedió una cosa extraordinaria; ella escuchó una voz decir claramente: “Si cruzas el Jordán encontrarás la verdadera paz.” ¿Cuál era el verdadero sentido de este pronunciamiento? Boquiabierta, como nunca lo había estado en su vida, María decidió obedecer. Esa misma tarde compró tres hogazas de pan de un vendedor callejero y se dirigió hacia el legendario Jordán, el que cruzó muy pronto, para entrar en el gran desierto. 
 
 







 
 
 
Lo que siguió fue una extraordinaria odisea que duró 48 años durante los cuales la Venerable María deambuló por las vastas arenas comiendo lo que pudiera encontrar y rezando sin interrupción al Dios Todopoderoso. Año tras año ella mantuvo esta forma de vida austera... la que muy pronto llegó a amar. ¿Para qué habría de necesitar de los lujos o los placeres de la carne? Ahora Dios era su centro y ella se encontraba supremamente contenta de vivir para El. 
Luego de muchos años de esta apasionada vida ascética, un día llegó hasta Santa María un reconocido monje-sacerdote del desierto (el término de la Iglesia es “Hieromonje”), el anciano Zosimas, quien se mostró sorprendido de encontrar a una anciana de cabellos blancos deambulando por el desierto. Aún más notable resulta el hecho de que esta aparición aparentaba estar totalmente desnuda. Zosimas trató de interrogarla pero ella huyó. Agitado y resoplando lo mejor que pudo el anciano monje se las arregló para alcanzar a la penitente. Cuando finalmente llegó a su lado ella lo vio desde un arroyo en el cual se había refugiado para que no se pueda ver su cuerpo: 
“Abba, perdóneme por causa de Dios. No puedo mirarlo pues soy una mujer desnuda.” 
 
 
 







 
 
Por supuesto que Zosimas se mostró alarmado por este hecho pero al mismo tiempo tenía suficiente presencia de ánimo como para arrojarle su capa con la cual ella se cubrió rápidamente. Con su modestia, ahora totalmente restaurada, ella le contó rápidamente la historia de su vida y acerca del asombroso milagro que la inspiró a ser una de las pocas mujeres ascetas del desierto. El piadoso anciano la escuchó cuidadosamente y le agradeció a Dios por sus maravillas –al tiempo que accedía a traerle la santa Comunión un año después a ese mismo lugar.
Por supuesto que él mantuvo su promesa… y entonces recibió otra gran sorpresa. Llegando al lugar en el que habían convenido encontrarse esa noche, la vio cruzar el Jordán caminando sobre su superficie bajo el brillo de la luna como si no le importara nada en el mundo. ¿Qué podría decirle? Cruzando también él febrilmente le agradeció nuevamente a su Creador. 
Pero cuando el anciano hombre santo regresó el año siguiente para darle la comunión la encontró muerta en la orilla.
Escrito en la arena, directamente junto a su cabeza, estaba escrito una bella solicitud: “Abba Zosimas, entierre el cuerpo de la humilde María en este lugar; deje que el polvo vuelva al polvo. He muerto el 1 de Abril, la misma noche del sufrimiento salvífico de Cristo, luego de haber recibido la Comunión del Misterio Divino.”   
 
 
 


                             



 
Ella había partido. La Venerable María de Egipto murió en el Año 530 de Nuestro Señor a la edad de 77 años. 
Si hubiera alguna otra historia más bella que esta en los anales de la Santa Iglesia que la vida de esta mujer religiosa y sufriente, quien fue salvada por el amor del Dios Todopoderoso de la degradación de su vida confundida, sería muy difícil de encontrar. De muchas maneras, la historia de su vida es la historia del Nuevo Testamento –la apasionada historia de un Salvador misericordioso quien vino a la tierra para salvar a los pecadores por el inmenso amor que El tiene por cada ser humano. El fue quien salvó a María. Ella sufrió. Pero al final su vida fue un poema de alabanza a Dios Todopoderoso.
 

 





 
 
 
Ἀπολυτίκιον Ἦχος πλ. α’. Τὸν συνάναρχον Λόγον.
 
Φωτισθεῖσα ἐνθέως Σταυροῦ τὴ χάριτι, τῆς μετανοίας ἐδείχθης φωτοφανῆς λαμπηδών, τῶν παθῶν τὸν σκοτασμὸν λιποῦσα πάνσεμνε, ὅθεν ὡς ἄγγελος Θεοῦ, Ζωσιμᾶ τῷ ἱερῷ, ὠράθης ἐν τὴ ἐρήμω, Μαρία «Ὅσιε Μῆτερ» μεθ' οὐ δυσώπει ὑπὲρ πάντων ἠμῶν.
 
Apolitiquio tono pl. del 1º. Al Logos coeterno

Iluminada divinamente por la gracia de la Cruz, por el arrepentimiento te mostraste como una lámpara de luz, afligida por las oscuras pasiones, oh muy honrada, cuando el santo Zosimas te vio en el desierto, María "Venerable Madre", ruega con él por nosotros por nuestro arrepentimiento.
 
 
 

Έτερον Ἀπολυτίκιον Ἦχος πλ. δ’.
 
Ἐν σοί Μῆτερ ἀκριβῶς διεσώθη τό κατ᾽ εἰκόνα· λαβοῦσα γάρ τόν σταυρόν, ἠκολούθησας τῷ Χριστῷ, καί πράττουσα ἐδίδασκες, ὑπερορᾷν μέν σαρκός, παρέρχεται γάρ· ἐπιμελεῖσθαι δέ ψυχῆς, πράγματος ἀθανάτoυ· διό καί μετά Ἀγγέλων συναγάλλεται, Ὁσία Μαρία τό πνεῦμά σου.

Otro apolitiquio tono plagal del 4º 


Oh Madre, en ti la imagen fue preservada con exactitud, pues al haber tomado tu cruz seguiste realmente a Cristo y por tus acciones nos enseñaste a ver aquello que está por encima de la carne, ya que ella pasa, para poder fijarnos en el alma que es inmortal. Por eso, Oh justa Madre María, tu espíritu se regocija con los ángeles.
 
 
 
 
Κοντάκιον Ἦχος γ'. Ἡ Παρθένος σήμερον.
 
Ἡ πορνείαις πρότερον, μεμεστωμένη παντοίαις, Χριστοῦ νύμφη σήμερον, τῇ μετανοίᾳ ἐδείχθης, Ἀγγέλων τήν πολιτείαν ἐπιποθοῦσα, δαίμονας, Σταυροῦ τῷ ὄπλῳ καταπατοῦσα, διά τοῦτο βασιλείας, ἐφάνης νύμφη Μαρία πάνσεμνε.

Condaquio tono 3º 


Tú que alguna vez estuviste completamente llena de la fácil corrupción a través del arrepentimiento has llegado a ser la novia de Cristo. Llevaste una vida piadosa como la que llevan los Angeles; con la Cruz sometiste y pisoteaste a los demonios. Dondequiera que estés ahora en el Reino... eres una novia honorable.
 





Fuentes consultadas: *Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury.*saint.gr *synaxarion.gr *diakonima.gr