martes, 6 de febrero de 2024

Santos Barsanufio y su discípulo Juan el Profeta

Versos:
A Barsanufio: "De la tierra fue reunido el cuerpo de Barsanufio,y entró en la tierra, su madre".
A Juan: "Eres justo, oh nuestro Juan, nombrado así, por tu maestro amigo".


Barsanufio el Gran Anciano pasó 50 años de su vida sólo en una celda monástica. Estaba tan determinado a permanecer sólo con Dios que  no permitía la visita de nadie. Cuando un monje compañero solicitaba hablar con él, su pedido era negado  de manera muy educada. Cuando el abad del monasterio  buscó tener un breve encuentro con este extraordinario asceta, el monje lo rechazó.
En diferentes ocasiones aún  cuando era solicitado por obispos se les decía: “Sin  ánimo de ofender, pero el hermano Barsanufio no  puede reunirse con usted; está ocupado en su oración  solitaria.” 
Con toda seguridad el Santo Padre Barsanufio,  el Gran Anciano, fue uno de los ascetas más dedicados en la larga historia de la Santa Iglesia. Mientras vivía en  el conocido monasterio Palestino de Abba Seridos (cerca de Gaza) durante los primeros años del  Siglo Sexto, este monje nacido en Egipto, siguió un  régimen muy sencillo.  El primer día de  la semana el encargado  de las compras del  monasterio le llevaría  tres pequeñas hogazas  de pan y una jarra con  agua. Estos objetos  serían colocados detrás  de la puerta de la celda  del asceta. El monje  agradecería con una  breve inclinación.  Prefiriendo el silencio a hablar, este abnegado devoto pasaría algunas veces hasta cuatro o cinco años sin proferir una simple palabra. 
 
 




"Ο ΑΓΙΟΣ ΒΑΡΣΑΝΟΥΦΙΟΣ", [O Ayios Barsanufios]
SAN BARSANUFIO



 
 
Lentamente los pasos del monje encargado  resonarían en la distancia. El monje volvería su rostro  hacia la pared y continuaría su diálogo con el  Todopoderoso.
Este proceso continuaría sin interrupción  día tras día, roto sólo por algunos períodos en los  cuales el monje se recostaba en el suelo de piedra para  dormir muy brevemente.  Una semana más tarde, casi con una precisión de minutos, el encargado volvería del refectorio… trayendo  tres nuevas hogazas de pan y otra jarra con agua.  Sorprendido, el encargado se daría cuenta de que el  hombre en la celda ni siquiera había tocado la mitad del  pan.
No es mucho lo que se conoce de los primeros  años del Santo Padre San Barsanufio, ya que él raramente habló con ellos. Nació en Egipto alrededor del año 620 y en su juventud se convirtió al Santo Evangelio de Jesucristo entrando al monasterio en el  cual practicaría severamente y en paz su austera fe.  Durante sus primeros años en Palestina se puso  bajo la supervisión del hábil anciano Marcellus. De este  gran maestro aprendió algunos de los hábitos que serían  frecuentes en su estilo de vida ascético –comer muy  poco, ocuparse en el trabajo arduo y dormir solamente unas pocas horas cada noche.  Tras haber dominado las reglas  fundamentales del monaquismo, deambuló por el  desierto colindante viviendo solamente de lo que le ofrecía la tierra. El sol lo quemaba sin misericordia  durante el día; en la noche se acostaba en el suelo y  tiritaba fuertemente por el frío. Comía plantas salvajes  que crecían en los riscos ventosos y en los estrechos  barrancos que rodeaban esa región de Gaza. Tuvo visiones místicas y peleó contra demonios bajo la dura y  brillante luz del mediodía. 
 
 
 


Santos Barsanufio y Juan el Profeta, su discípulo



 
 
 
Después de varios años de esta vida como ermitaño  el santo Padre Barsanufio regresó al mundo de los  hombres. Vestido con andrajos harapientos, tenía una  barba polvorienta y enredada. Su rostro, golpeado por el  clima, parecía como si estuviera hecho de cuero viejo. Pero su espíritu se encontraba fresco, joven y vivo… y  cuando apareció en el reconocido Monasterio de Abba Seridos (ubicado en Thawatha en la región de Gaza), el  gran maestro se mostró gozoso de darle la bienvenida a  casa. 
Lo que sucedió a continuación fue un notable  ejemplo de abnegación monástica dado que el Santo Padre Barsanufio creó un nuevo estándar de aislamiento y auto mortificación durante los siguientes  treinta años. Ciertamente la dedicación de la vida de  este monje fue tan intensa que frecuentemente resulta  difícil de entender.  

En una ocasión, por ejemplo, cuando el hermano  de este gran monje llegó al monasterio y pidió hablar  con él, el asceta respondió enviándole una nota escrita:  “Mi hermano es Jesús; si tú desprecias el mundo  y te vuelves monje, entonces tú eres mi hermano.”
Una y otra vez, mientras se sucedían los años, este extraordinario hombre de Dios maravillaría a todos  aquellos que vivían con él en comunidad. En un  incidente que se describe frecuentemente él había aceptado ayudar a componer un libro con 850  respuestas sobre la vida religiosa, el ascetismo y otros  temas. (Ese volumen es conocido en nuestros días como "Respuestas" y ha llegado a ser un clásico de la Santa  Iglesia.) 
 





"GOD IS LOVE, AND WHOEVER ABIDES IN LOVE 
ABIDES IN GOD, AND GOD ABIDES IN HIM."(1 Jn. 4,16)
"NO ONE HAS SEEN THE FATHER, EXCEPT THE SON 
AND HE TO WHOM THE SON HAS REVEALED HIM." (Jn.1,18).



 
 
Para poder publicar el libro, el cual compuso  con la ayuda de su amigo de toda la vida y compañero monje Juan, el Santo Padre Barsanufio comenzó dictando sus respuestas a las preguntas de Juan para el  santo monje, el Abad Seridos, a gran velocidad. Pero cuando este último protestó de que le era imposible escribir ante tan rápido hablar y que le debería permitir  tomar papel y lápiz para “escribir” las respuestas  mientras el Santo las pronunciaba, el devoto egipcio Barsanufio lo sorprendió rechazando esa sugerencia… mientras  insistía en que el Espíritu Santo ayudaría al Abad Seridos a recordar perfectamente cada palabra.
“Anda y escríbelas,” le dijo el gran Santo a su  asustado superior, “y no tengas miedo. Has de saber que  si yo digo innumerables palabras para que escribas, el  Espíritu Santo no permitirá que escribas una sola palabra  más o menos de las que yo he dicho… aunque tú lo quisieras, pero guiará tu mano escribiéndolas de manera  correcta y en perfecto orden.” 
Un parangón de fe y humildad, el gran Santo Padre Barsanufio, el Anciano, entregó su espíritu en el año 563 d.C., tras haber visitado Jerusalén como invitado de Pedro, el Patriarca de Jerusalén. Tal como se esperaba, este inimitable monje no sólo predijo su propia muerte…  sino que la pospuso por algunos días para ayudar a un nuevo superior de un monasterio a gobernar de la mejor  manera a sus monjes.  La vida del Santo Padre Barsanufio nos provee  una maravillosa muestra del trabajo de la gracia del Dios  Todopoderoso en la vida de Sus devotos monjes. 
Bendecido y protegido por sus bendiciones celestiales,  San Barsanufio fue capaz de soportar todo tipo de pruebas físicas. Y en vez de quejarse de esas numerosas auto  privaciones… se regocijó en ellas. 
Juan, el Santo Profeta, fue el amigo y compañero del Santo Padre Barsanufio durante la última parte de sus primeros años como monje en Palestina. Ambos  hombres permanecieron fieles mutuamente por el resto de sus vidas durante el s. VI bajo el reinado del  gran Emperador Justiniano.  Junto con su amigo y compañero monje, Juan  daría forma a un gran don para la Santa Iglesia  componiendo las Respuestas – un libro de sabiduría que describe elocuentemente las observancias de todos aquellos que profesan el Santo Evangelio de Jesucristo.
 
 




Las Santas Reliquias de San Barsanufio fueron llevadas
en el s.IX a Oria, en Italia
.  



 
 
Como un joven monje que había vivido sólo por algún tiempo en el desierto y que había practicado estrictas formas de ascetismo, a Juan se le había  concedido la capacidad de conocer el futuro. En algún  momento, alrededor del año 525, comenzó a describir  los misterios del Reino de los Cielos y a predecir el futuro de la Santa Iglesia en la tierra. Fueron tan claras  sus predicciones que eventualmente recibió el honor de  ser llamado “Juan el Profeta.”  La vida de este monje humilde y profeta del desierto –junto con el libro “Respuestas” del que es coautor  con su fiel amigo– continúa consolando e  inspirando a todos aquellos que buscan encontrar paz y  plenitud en la obediencia al Dios Todopoderoso más que  en las cosas de este mundo.
 
 




 
 



Ἀπολυτίκιον. Ἦχος πλ. α’. Τὸν συνάναρχον Λόγον. 
 
Τὸν ἰσάγγελον βίον πολιτευσάμενοι, Βαρσανούφιε Πάτερ σὺν Ἰωάννῃ ὁμοῦ, τῆς ἀσκήσεως λαμπροὶ ἀστέρες ὤφθητε, καὶ μοναζόντων ὁδηγοί, πρὸς τὴν κρείττονα ὁδόν, ὡς πλήρεις φωτὸς τοῦ θείου, ἐκδυσωποῦντες ἀπαύστως, ἐλεηθῆναι τὰς ψυχὰς ἡμῶν.

 

 

 

Apolitiquio tono 1º

Arpas afinadas y piadosas de los misterios del Santo  Espíritu, hacen sonar dulces himnos de discernimiento que  alivia a aquellos que se encuentran adoloridos; ustedes han  impulsado a los hombres a alejarse del yugo de las pasiones  y a pisar la detestable cabeza de Satán. Por eso piadoso    Barsanufio y sabio Juan, líbrennos a quienes ahora  decimos: Gloria a Aquél que les ha dado la gracia. Gloria a  Aquél que los ha bendecido. Gloria a Aquél que ha salvado  a muchos a través de sus palabras de consejo sagrado.
 
 


Κοντάκιον. Ἦχος γ’. Ἡ Παρθένος σήμερον.

Ἡ δυὰς ἡ ἔνθεος, τῶν θεοφόρων Πατέρων, ἀρετῶν τὰς χάριτας, μυσταγωγοῦσι τοὺς πάντας, μέγας μέν, ὁ Βαρσανούφιος πέλων Γέρων, ἄλλος δέ, ὁ Ἰωάννης ὅσιος Γέρων, οὓς αἰνέσωμεν συμφώνως, ὡς τῆς Τριάδος θείους θεράποντας.  
 
Condaquio tono 3º

 Oh Grandes   Barsanufio y Juan -tu profeta maravilloso- todos  los misterios escondidos de los hombres y la bondad  de Dios ha brillado fuertemente en los espejos limpios de  sus corazones puros; y con los rayos de gracia divina han  alejado las sombras del pecado de las almas de los  hombres; oh Padres, luz del discernimiento, rueguen al  Señor por todos nosotros.  






Fuentes consultadas: *mystagogyresourcecenter.com, *Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury.*saint.gr *synaxarion.gr 
   

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