martes, 5 de diciembre de 2023

El Venerable Sabas, el Santificado (+532)

Versos: 

"Antiguamente tu alma estaba unida a Dios desde atrás, ahora Sabas, te paras delante de Él".
El quinto, Sabas fue admitido en las cámaras divinamente dulces.

El quinto de este mes [diciembre], conmemoramos a nuestro Venerable Padre Sabas el Santificado.

Fue un renombrado Patriarca y maestro brillante de los monjes. Por el hecho de que desde lo más profundo su propia alma era humilde, entendió exactamente lo que un monje necesita aprender de modo que pueda perfeccionar se vida espiritual y llegar a ser un adorador completamente devoto del Dios Todopoderoso.
Como mentor talentoso, usaría sus conocimientos, arduamente ganados, para diseñar las reglas espirituales y las líneas maestras de la meditación que han ayudado a conducir a los monjes de la Santa Ortodoxia a través de su culto diario durante los quince siglos pasados.
 




El Venerable Sabas, el Santificado. 5 de Diciembre.



 
 
Por encima de todo, el Venerable Sabas el Santificado (426-532 d.C.), les enseñó a los jóvenes bajo su cargo la importancia de llevar una vida sencilla, frugal (moderado en la comida y en la bebida), sin ostentaciones y centrada exclusivamente en el servicio al Evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios. 
Un episodio particular en la vida de este inmensamente influyente monje, así como diplomático patriarca, nos muestra cuán dedicado se encontraba en alentar la ascética y las aspiraciones a la abnegación en todos aquellos que  escogían el camino monástico como una manera de ser en este mundo.
Este episodio inusual comenzó de manera casi inocente… en una tarde de verano en una de las siete “lavras” (o monasterios) que San Sabas había fundado durante su vida. 

 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
En esa tranquila tarde, un joven monje llamado Santiago había recibido el encargo de preparar la cena para los huéspedes del monasterio. Luego de haber cocinado y servido un plato que contenía frijoles, este buen monje se dio cuenta que la olla aún tenía una cantidad considerable de “sobras”. Sin pensar en lo que estaba haciendo, el ocupado cocinero arrojó los frijoles sobrantes por la ventana de la cocina hacia una zanja cercana.
Sin embargo de lo que el “desperdiciador de frijoles” no se había dado cuenta es que San Sabas se encontraba en ese momento meditando en la torre que flanqueaba la casa de huéspedes del monasterio – y que había observado cómo se arrojaban los restos de la olla. Asegurándose de que nadie lo viera, el padre espiritual de los monjes salió y recogió rápidamente los frejoles que habían sido desechados.
 










Algunos días después de este incidente, San Sabas invitó a este mismo Padre Santiago a cenar. La comida transcurrió sin contratiempos y cuando los dos habían terminado su comida, el fundador del monasterio miró calmadamente a su huésped y sonrió.
“Perdóneme Padre Santiago,” disculpándose en palabras como éstas, “si lo que he cocinado no le ha sido satisfactorio.”
El Padre Santiago agitó su cabeza. “Por el contrario Santo padre, he estado muy complacido. Debo confesarle que nunca había probado algo tan delicioso y tan bien cocinado ¡por muchos años!”
Ahora fue San Sabas quien sonrió. “¿Entonces le gustó? Que bueno. ¿Usted sabe de dónde han salido esos frijoles?”
“¿Esos deliciosos frejoles que usted ha servido? ¿De dónde han salido?”
“¡Son las mismas que usted arrojó a la zanja algunos días atrás!”
Por supuesto que fue un momento cómico… pero también subrayó la filosofía personal y el código de conducta que hizo de San Sabas a uno de los más renombrados patriarcas y educadores de monjes en la historia de Santa Iglesia Ortodoxa. 
 




Santos Antonio, Eutimio y Sabas el Santificado
-1766 d.C- Nueva Skete, Monte Athos




 
Ciertamente, recordando el episodio de “los frejoles desechados,” es fácil de entender como este famoso Padre de la Iglesia pudo ser capaz de compilar el primer libro de reglas y oraciones –el Orden de los Servicios (conocido como el Typicon de Jerusalén)– en ser usado para la regulación de la vida en los monasterios ortodoxos.
Durante sus más de 80 años de vida como monje, este gran hombre santo aprendería tan bien la solitaria disciplina de su llamado que eventualmente sería nombrado por el Patriarca de Jerusalén, como el líder (o "archimandrita") de todos los monjes que habitaban en el desierto de Palestina.
Casi al final de sus santos 94 años de vida en esta tierra, este Venerable Padre de la Iglesia realizaría un invalorable servicio viajando a Constantinopla en dos importantes y cruciales misiones diplomáticas (con el Emperador Bizantino Anastasio y San Justino el Grande), que ayudarían a preservar los principios de la fe Ortodoxa contra la creciente herejía.
 
 











Nacido en la pequeña villa de Mutalaska, en la provincia Romana conocida como Capadocia (una provincia del Asia Menor que en la actualidad forma parte de Turquía), San Sabas era descendiente de una familia exitosa y adinerada. Sin embargo, prontamente, el dinero de su familia podría tener la capacidad de hundir las aspiraciones del joven dentro del círculo vicioso en el que encontraban sus familiares y que le disgustaban tanto –por lo que, en su hambre por una vida solitaria como religioso contemplativo, los dejó, prometiéndose que nunca volvería a permitirse verse envuelto “por las cosas de este mundo.”
A la temprana edad de los ocho años el joven Capadocio probó su primer trago amargo de la crueldad que gobierna este mundo caído. Su padre Juan, un oficial militar, fue destacado a servir en una guarnición en Egipto partiendo con su esposa Sofía y dejando al niño bajo el cuidado de un tío. 
 





Iglesia de San Sabas en Rodia de Heraklion, Creta





Pero su nueva familia muy pronto cayó en una disputa de dinero con otro de los hermanos de Juan –a tal punto que su vida se hizo tan insoportable que el joven dejó la casa con la finalidad de entrar en el cercano Monasterio de San Flavián.
Desgastado por el mundo exterior así como por sus feos conflictos el joven se encontró feliz en el mundo solitario de los monjes contemplativos. A la edad de 18 años, ansioso por experimentar la vida en los grandes monasterios de Palestina viajó a la clausura en Passarion (Jerusalén), el que estaba dirigido por San Eutimio el Grande y su colega y amigo de toda la vida el renombrado Theoktistos. En muy pocos meses el siempre perceptivo Eutimio pudo predecir que el joven recién llegado llegaría a ser algún día un muy bien reconocido maestro de monjes –y que él mismo establecería una “lavra” (monasterio).
San Eutimio fue un verdadero visionario. 
 





Monasterio de la Gran Laura de San Sabas, en Belén, Palestina





 
Pero el camino para llegar a esa predominancia sería largo y difícil para el determinado y apasionado joven de Capadocia. Luego de la muerte de su mentor San Sabas se retiraría del Monasterio para vivir en una cueva aislada en donde pasaría los siguientes cinco años de su vida como un ermitaño solitario. Durante este tiempo llegó a perfeccionar de tal manera su vida espiritual que comenzó a atraer discípulos que le rogaban que los formase en la misma disciplina monástica para la mayor gloria del Dios Todopoderoso. No pasó mucho tiempo hasta que el número de sus estudiantes fue tan grande que se sintió obligado a construir una Iglesia para ellos, así como una serie de celdas monásticas, en las cuales ellos podrían poner en práctica sus principios espirituales.
 





 
 



Cuando falleció el padre del monje, su madre regresó con él en busca de guía –y no pasó mucho tiempo antes de que la apasionada prédica de su hijo la convenciera
para iniciar una nueva vida como monja. Con una celda propia, ella vivió una vida santa como asceta contemplativa hasta el día de su muerte.
Mientras tanto San Sabas continuaba buscando la perfección en su propia vida interior. Tal como lo han afirmado muchos comentaristas a través de los siglos, tuvo que batallar furiosamente contra inmisericordes demonios que buscaban destruir su fe y deshacer todas sus buenas obras. En un evento recordado en el Monte Castellium, tuvo una gran batalla contra las fuerzas de la oscuridad –pero en la que finalmente él prevaleció estableciendo otro monasterio en la cumbre de este risco ventoso.
Durante las siguientes décadas, San Sabas fundaría siete de estos complejos para los monjes. 
 





Sus Santas Reliquias, en el Gran Lavra. Fueron robadas por los Cruzados, 
pero regresaron de modo milagroso al monasterio en 1965, tras la 
aparición del santo al papa, al cual dijo "que quería regresara su casa".





 
 
Junto con su compañero y vecino de vida contemplativa, Teodosio el Grande, llegaría a ser uno de los grandes líderes y pensadores de la vida monástica en la Santa Iglesia al mismo tiempo que dejó un gran legado de reglas y observancias para la oración y los ritos que hasta ahora se mantienen como el fundamento del culto Ortodoxo, dondequiera que se realice.
Murió en la lavra Palestina que había fundado décadas atrás y que llevaba su nombre. Luego de elegir a su sucesor y permanecer en diálogo silencioso con el Todopoderoso por cuatro días, falleció el 5 de Diciembre de 532 a la edad de 94 años.









¿Qué es lo que podemos aprender de la extraordinaria vida de este legendario monje, quien fue con toda seguridad uno de los más piadosos y humildes adoradores en la historia de la Santa Iglesia Ortodoxa? Posiblemente su más grande lección es la de la humildad – aquella profunda, de auténtica sencillez, que inspiró a San Sabas a asegurarse de no desperdiciar los frijoles luego de la cena vespertina en el Monasterio. 
La vida de este gran santo nos enseña que si somos verdaderamente humildes, Dios Todopoderoso llevará nuestros logros a unas alturas que difícilmente podremos imaginar.




El Venerable Sabas, el Santificado . Menologio Basilio II.




A pesar de que la mayoría de nosotros no estamos llamado a ser ermitaños, el ejemplo de oración de San Sabas, la obediencia a sus superiores y su pensamiento centrado en la preocupación por las cosas de Dios son de gran aliento para todos nosotros. Una y otra vez nos mostró cómo lograr una relación cada vez más profunda con Dios, sin importar la vida que hayamos elegido.
 
 
 
La degradación ecuménica moderna del Synaxarion (Santoral) de los Santos  
 
Por el Archim. Sabas del M.Atos. Homilía realizada el 12-05-2023 por la Fiesta del Venerable Sabas el Santificado
 
 
San Sabas, quien conmemoramos hoy, se distinguió en todas las virtudes y luchó en contra de los heréticos de su época. Junto con San Teodosio el Cenobita (11 de enero) lidiaron contra la terrible herejía del monofisismo, que estaba en apogeo en en su época. Recalcaron que debemos obedecer a los cuatro primeros Concilios Ecuménicos que se habían realizado hasta el momento. De hecho, los llamaban "los Cuatro Evangelios".  Porque las decisiones de los 
Concilios Ecuménicos son equivalentes en valor a la Santa Escritura. Los Concilios Ecuménicos (7) son infalibles y quien transgrede un concilio o uno de sus dogmas o una de sus resoluciones, automáticamente queda fuera de la Iglesia, en tanto que no se arrepienta. 
Hoy en día por desgracia existen los herederos de estos herejes. Hay monofisitas y otros muchos, pero a la cabeza de todos los heráticos están los ecumenistas, los cuales no han degradado solo un dogma, sino todos los dogmas, toda nuestra fe, dado que quieren eliminar todas las herejías y denominarlas a todas "Iglesia". 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
A todo el conjunto de herejías de los infieles, de los herejes, lo llaman iglesias, y buscan eliminar de los Sinaxarios (Santorales) las luchas que los santos hicieron en contra de los herejes. Porque no quieren ni escuchar la palabra herejía, y que la gente no recuerde y no conozca las luchas de los santos en contra de los herejes. Y quitan de los sinaxarios las frases y lo relacionado con las luchas en contra de los herejes. No os extrañéis si léeis en los sinaxarios de San Sabas a quien conmemoramos mañana, que no tengan ninguna referencia a las luchas en contra de los monofisitas de su época.
Cuando leía antes la hermana el Sinaxario, no ha dicho los santos que conmemoramos hoy, porque no están escritos.  Las ediciones más nuevas del Mineon (santoral por meses) no tienen, excepto a San Sabas, a los santos que lucharon contra los papistas en Karyés en el Monte Atos. Aquí tenemos una edición más antigua que tiene al Santo mártir Kosmás "el Protos" (+1280) y los Santos Mártires Athonitas de Karyés con él, que fueron martirizados cuando los Unitas de mentalidad latina o papistas llegaron al Monte Athos. Y que resistieron al Emperador Miguel VIII Paleologos y al Patriarca de mentalidad latina Juan Beco, ortodoxos sólo de nombre, quienen buscaban realizar una falsa unión con los papistas. 
 
 
 
 
 

 
 
 
Y estos santos mártires, con San Kosmás "el Protos" a la cabeza, se resistieron a todos ellos y al Patriarca Juan Beco, quien también era de mentlidad latina (papista). 
San Kosmás fue ahorcado, mientras que los otros fueron decapitados a espada, por sus supuestos hermanos, quienes "con mucho amor cabiarían, incluso con la muerte, a quienes se resistiesen a la herejía". Y hoy sucede lo mismo, si alguien habla, sea sacerdote, sea obispo,  es perseguido por los actuales herederos de Beco. 
Por eso hemos de estar preparados y tener un firme espíritu ortodoxo en nosotros, espíritu de lucha y de testimonio. Porque nunca debemos dejar que nuestra Iglesia sea sometida al Papa y a todos estos herejes, porque eso quieren el Diablo y sus instrumentos, que se pierda la Iglesia (Católica y Apostólica) Ortodoxia y que sea una sola Gran Religión, en cuya mezcla no exista ya la palabra herejía, donde todo valga, todas las llamadas creencias y todas sean consideradas como salvadoras.  
 
 
 
 
 
Santa Laura de San Sabas en Jerusalén

 
 
 
 
 
Esto, por desgracia, lo dicen también ahora nuestros representantes principales. Hemos de desmentir todo esto y decir la verdad, oponiéndonos y diciendo que el único camino es la Ortodoxia, la única Fe verdadera es la Iglesia (Católica y Apostólica) Ortodoxa y que el único modo de conocer al Dios verdadero y salvarnos es Cristo, el Cristo Ortodoxo, tal como lo creen los Ortodoxos, y no el tergiversado Cristo que es un Cristo inexistente, tal como lo creen los papistas llamados católicos romanos, los protestantes, los evangelistas, que son vástagos de los protestantes, y los monofisitas y los nestorianos, todos estos que son denominados por los Santos Padres como heréticos.
Digo a propósito la fiesta que tenemos hoy de los mártires del Monte Atos, el santo mártir Kosmás "el Protos" y todos los que se oponiéndose fueron martirizados, y han sido del todo borradas, por supuestos ortodoxos, la memoria de los Padres de los modernos synaxarios. Yo fui al Monte Atos hace unos años a Kariés y lo dije. No sé si hicieron algo...   Esto es grave, borran las memorias de los santos para que pasar más facilmente las herejías a la gente.

Espero que San Sabas nos (ayude a) santificarnos a todos, pues estando el ya santificado, nos inspire con su ejemplo. Y os pedimos a vosotros también, que habéis venido aquí para rezar todos juntos, os lo agradezco, y realizar liturgia en honor a San Sabas, y os pido también que recéis por el monasterio y por la higumeni y por las hermanas y por mí, para que agradezcamos todos a Dios y ser dignos de su Reino. Muchos años y benditos. 
 
Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo Dios Nuestro, ten piedad de nostros y sálvanos. Amén.
 
 
 
          
 
 


Servicio de la Fiesta de San Sabas: Maitines  (griego)  

 
 
 
 
 

 
 
Ἀπολυτίκιον Ἦχος α’. Τῆς ἐρήμου πολίτης.
 
Tῶν ὁσίων ἀκρότης καὶ ἀγγέλοις ἐφάμιλλος ὡς γὰρ ἡγιασμένος ἐδείχθης ἐκ παιδός, Σάββα ὅσιε. Οὐράνιον γὰρ βίον ἀπελθῶν, πρὸς ἔνθεον ζωὴν χειραγωγεῖς διὰ λόγου τε καὶ πράξεως ἀληθοῦς, τοὺς πίστει ἐκβοῶντας σοι. Δόξα τῷ δεδοκότι σοι ἰσχύν, δόξα τῷ σὲ στεφανώσαντι, δόξα τῷ ἐνεργοῦντι διὰ σοῦ πᾶσιν ἰάματα.


Apolitiquio tono 1

Santificado desde la juventud, Oh venerable Sabas, fuiste una cumbre de justicia igual a los Ángeles. Llevaste una vida celestial y guiaste a tu rebaño a la piedad con palabras y hechos. Y claman a ti con fe: Gloria al que te ha fortalecido; Gloria al que te ha coronado; Gloria a Aquel que por medio de ti obra sanidades para todos.
 
 
 
 
Έτερον Ἀπολυτίκιον Ἦχος πλ. δ’.
 
Ταῖς τῶν δακρύων σου ῥοαῖς, τῆς ἐρήμου τὸ ἄγονον ἐγεώργησας· καὶ τοῖς ἐκ βάθους στεναγμοῖς, εἰς ἑκατὸν τοὺς πόνους ἐκαρποφόρησας· καὶ γέγονας φωστήρ, τῇ οἰκουμένῃ λάμπων τοῖς θαύμασι, Σάββα Πατὴρ ἡμῶν Ὅσιε, Πρέσβευε Χριστῷ τῷ Θεῷ, σωθῆναι τὰς ψυχὰς ἠμῶν.


Otro apolitiquio tono 4 pl.

Con los arroyos de tus lágrimas cultivaste la aridez del desierto; y por tu trabajo dedicado diste fruto al ciento por uno; y fuiste luminaria, haciendo brillar este mundo con los milagros, Oh Sabas nuestro Padre justo.
 
 
 
 
 
Κοντάκιον Ἦχος πλ. δ’. Τῇ ὑπερμάχῳ.
 
Ὡς ἀπὸ βρέφους τῷ Θεῷ θυσία ἄμωμος, προσενεχθεὶς δι᾽ ἀρετῆς, Σάββα μακάριε, τῷ σε πρὶν γεννηθῆναι ἐπισταμένῳ· ἐχρημάτισας Ὁσίων ἐγκαλλώπισμα, πολιστής τε τῆς ἐρήμου ἀξιέπαινος· διὸ κράζω σοι, Χαίροις Πάτερ ἀοίδιμε.


Contaquio tono 4 pl.

Oh bienaventurado Sabas, quien fueras ofrecido desde la infancia a través de la virtud, como un sacrificio puro y sin mancha hacia Dios; quien desde tu nacimiento lo conociste verdaderamente, siempre fuiste un adorno de los justos
Santos, Oh venerado fundador de ciudades en el desierto. Aquí nos dirigimos a ti, oh bien reconocido Padre.
 
 
 
 
Μεγαλυνάριον
 
Ὤφθης ὑποτύπωσις καὶ κανών, θεοφόρε Σάββα, ὡς τοῦ Πνεύματος θησαυρός, Ὁσίων Πατέρων, ῥυθμίζων καὶ ἰθύνων, πρὸς κλῆρον ἀφθαρσίας τοὺς πειθομένους σοι.

Ὁ Οἶκος
 
Σοφίας ὑπάρχων βλάστημα, Σάββα Ὅσιε, παιδιόθεν ἐπόθησας Σοφίαν τὴν ἐνυπόστατον· ἣ συνοικήσασά σοι, ἀπὸ γῆς σε ἐχώρισε, καὶ πρὸς ὕψος ἀνήγαγεν, ἐξ ἀΰλων ἀνθέων πλέξασα στέφανον, καὶ τῇ σῇ ἐπιθεῖσα ἡγιασμένῃ κάρᾳ θεόφρον· ᾧπερ κεκοσμημένος, ἐξιλέωσαι τὸ Θεῖον, τοῦ δοθῆναί μοι σοφίαν λόγου ἐπαξίως, ὅπως ἀνυμνήσω τὴν ἁγίαν σου κοίμησιν, ἣν ἐδόξασε Χριστὸς ὁ Θεὸς ἡμῶν· διὸ καὶ ἡμεῖς κράζομέν σοι· Χαίροις Πάτερ ἀοίδιμε.

Κάθισμα Ἦχος α’. Τὸν τάφον σου Σωτὴρ.
 
Τὸν βίον εὐσεβῶς, ἐπὶ τῆς γῆς ἐκτελέσας, δοχεῖον καθαρόν, σὺ τοῦ Πνεύματος ὤφθης, φωτίζων τοὺς ἐν πίστει σοι, προσιόντας Μακάριε· ὅθεν αἴτησαι, τὸν σόν Δεσπότην φωτίσαι, τὰς ψυχὰς ἡμῶν, τῶν ἀνυμνούντων σε Σάββα, θεόφρον Πατὴρ ἡμῶν.

 







Fuente: * Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury.  *es.123rf.com *johnsanidopoulos.com *oca.org *