viernes, 25 de octubre de 2024

Tabitá la Misericordiosa, Resucitada de la Muerte por el Apóstol San Pedro

Ella vivió en la ciudad Palestina de Joppe, y fue reverenciada por todos aquellos que la conocieron. Ella es descrita por nadie más autorizado que Los Hechos de los Apóstoles como “rica en buenas obras y en limosnas que hacía” (Hechos 9, 36).

Esta piadosa y caritativa viuda frecuentemente daba para los pobres más necesitados hasta la última moneda de su cartera.
Era una costurera que trabajaba duramente y por largas horas cada día confeccionando abrigos y vestidos para sus vecinos. Esta mujer bondadosa –a la que algunas veces en la Sagrada Escritura y escritos de la Iglesia se le refiere como “Dorcás”- llegaría a ser, eventualmente, la santa patrona de los sastres y las costureras. Pero durante su paso por esta tierra, en los años siguientes en que Jesús había caminado por los mismos lugares, fue muy bien reconocida por la manera en que su corazón bondadoso trataba a todo a aquel que se cruzaba en su camino. 
 
 




"Ο ΑΓ. ΠΈΤΡΟΣ ΑΝΙΣΤΆ ΤΗΝ ΤΑΒΙΘΆ", [O Áyios Pétros Anistá tin Tabizá],
SAN PEDRO RESUCITA A TABITÁ 



 
 
Santa Tabitá (su nombre significa “gacela”), una humilde y fiel discípula de los Apóstoles, estuvo destinada a ser objeto de una curación milagrosa que dejó atónitos e inspirados a todos aquellos que supieron de él. Este notable evento aconteció al final de la vida de Santa Tabitá, durante una época en la que ella se encontraba muy enferma y con la muerte en ciernes, en su nativa Joppe. 
 
Mientras la atribulada viuda yacía impotente en su lecho de enferma, San Pedro, el gran Apóstol de Cristo, se encontraba predicando y sanando a los enfermos en el pueblo cercano de Lida. Al tiempo en que se movía entre las multitudes que se habían tornado a escuchar la Buena Nueva de Jesucristo, uno de sus discípulos se le acercó rápidamente para murmurar en sus oídos que la pobre viuda acababa de fallecer en Joppe a causa de su enfermedad. 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
Con el corazón adolorido y acongojado, los familiares de la viuda habían enviado a San Pedro el siguiente pedido: dirigirse a su casa para consolarlos por la terrible pérdida de su ser amado.
San Pedro aceptó y se dirigió inmediatamente al lugar. Pero cuando llegó a la casa en la que se encontraba el cuerpo de la mujer muerta el poder sanador de Dios Todopoderoso se haría evidente. En primer lugar el Apóstol les pidió a todos los familiares que abandonasen la habitación. Luego se arrodilló en el piso de la humilde vivienda y levantó su voz en oración. Según los Hechos de los Apóstoles (Hechos 9, 40), San Pedro rezó solamente un breve momento.
Y dirigiéndose hacia el cuerpo dijo: «Tabitá, levántate.» 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
Y ella se levantó. En pocos segundos la viuda que estaba muerta abrió los ojos y se puso de pie. Y todos aquellos que se lamentaban, que estaban reunidos afuera de la habitación, solo podían mirar sorprendidos cuando minutos después la vieron caminar entre ellos, completamente curada. 
Esta bella historia en los Hechos de los Apóstoles ha inspirado y consolado por muchas generaciones a los lectores de los Estudios Bíblicos Ortodoxos. Escrito en un estilo simple y directo la narrativa conlleva un profundo sentido de compasión por Santa Tabitá, tal como se lee:
 
 




"Ή ΑΓΊΑ ΤΑΒΙΘΆ Η ΕΛΈΉΜΩΝ", [H Ayía H Eleímon]
SANTA TABITÁ LA MISERICORDIOSA





"Había en Joppe una discípula llamada Tabitá, que quiere decir Dorcás. Era rica en buenas obras y en limosnas que hacía. Por aquellos días enfermó y murió. La lavaron y la pusieron en la estancia superior. Lida está cerca de Joppe, y los discípulos, al enterarse que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres con este ruego: «No tardes en venir a nosotros.» Pedro partió inmediatamente con ellos. 
Así que llegó le hicieron subir a la estancia superior y se le presentaron todas las viudas llorando y mostrando las túnicas y los mantos que Dorcás hacía mientras estuvo con ellas. Pedro hizo salir a todos, se puso de rodillas y oró; después se volvió al cadáver y dijo: «Tabitá, levántate.» Ella abrió sus ojos y al ver a Pedro se incorporó. Pedro le dio la mano y la levantó. Llamó a los santos y a las viudas y se la presentó viva. Esto se supo por todo Joppe y muchos creyeron en el Señor". (Hechos 9, 36-42) 
 




"S.PETRVS", [San Petrus], SAN PEDRO




La noticia de esta milagrosa transformación pronto se hizo eco en toda Palestina y muchos se convirtieron al Santo Evangelio de Jesucristo a causa de esto. 
La vida de esta extraordinaria sierva de Dios nos subraya a todos nosotros el verdadero significado de la proclamación del Evangelio: “Los últimos serán los primeros.” Santa Tabitá fue una humilde costurera quien vivió una vida anónima, pero su corazón amoroso y su caridad hacia aquellos que eran menos afortunados la elevó finalmente al rango más elevado, como una presencia amada y radiante entre los santos de la Santa Iglesia. 
 
 


Apolitiquio tono 1º

Oh Tabitá, tú brillaste con la luz de tus obras e irradiaste gracia. Las muchas limosnas que impartisteis fueron como agua que fluyó sobre la tierra reseca de los necesitados, así como lluvia generosa para los pobres y las viudas. Gloria de Cristo a quien amaste. Gloria a Cristo, al que seguiste como verdadera discípula y cordero sin mancha.

Contaquio tono 2º

Tu serviste al Salvador en santidad gracias a tus obras y acciones, siendo modelo de amor, como Su discípula. Oh Tabitá ensalzamos tu memoria.






Fuentes consultadas: *Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury. Foto: johnsanidopoulos.com, Ιερός Ναός Ευαγγελιστού Λουκά Παρεκκλήσιον "Ιπποκράτειου" Γ.Ν.Α., Αθήνα. 

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