Versos
"Sabel, Manuel e Ismael eran persas por la raza,
Por oficio sin embargo eran Mártires por la espada."
El día diecisiete los tres hermanos fueron decapitados por
la espada.
Los santos mártires Manuel, Sabel e Ismael, hermanos de
nacimiento, descendían de una ilustre familia persa. Su padre, pagano seguidor
de la religión del zoroastrismo, era adorador del fuego, mientras que su
madre era cristiana. Ella y un sacerdote piadoso llamado Enikos se
encargaron de su educación y de su formación cristiana.
Cuando llegaron a la edad adulta, los hermanos entraron en
el servicio militar. Hablando en nombre del emperador persa Alamundar, fueron
sus emisarios al concluir un tratado de paz con el emperador Juliano el
Apóstata (361-363).
Para ello fueron a Constantinopla y Juliano los recibió con
el debido honor y les mostró su favor. Durante el tiempo de su estancia, vieron
al emperador Juliano* ofreciendo sacrificios a los ídolos en medio de la
procesión.
Este espectáculo les causó una gran tristeza, expresando su
descontento con el estado, cuyo líder era responsable de tal
irreverencia. Algunos que estaban allí les escucharon, y fueron
denunciados ante el emperador Juliano. Este anuló el tratado y encarceló a los
embajadores de un país extranjero como si fuesen unos delincuentes
comunes. En el interrogatorio les dijo
que si despreciaban a los dioses que él adoraba, sería imposible alcanzar una
paz o un acuerdo entre los dos lados.
Los santos hermanos respondieron que
fueron enviados como emisarios de su emperador por cuestiones de estado, y no
para discutir sobre "dioses". Ordenó a los tres persas que negaran a
Cristo, ellos respondieron, que se habían negado a sí mismos hace mucho tiempo,
y estaban listos para derramar su sangre por Jesús, a quien habían
entregado su alma. Al ver su firmeza de fe, el emperador ordenó que los
hermanos fueran torturados.
Golpearon a los santos mártires, luego clavaron sus manos y
pies a los árboles. Más tarde, les clavaron puntas de hierro en sus cabezas y
les colocaron astillas afiladas bajo las uñas de las manos y de los pies.
Durante todo el tiempo de la tortura, oraron a Dios como agradecimiento por
ello: "¡Oh, dulce Jesús, estos tormentos son dulces por tu amor!" Un
ángel de Dios se les apareció, les consoló y les quitó todo dolor.
Finalmente, los santos mártires fueron decapitados. Juliano
ordenó quemar sus cuerpos, pero de repente hubo un terremoto. La tierra se
abrió y los cuerpos de los santos mártires desaparecieron en el abismo. Después
de dos días de fervorosa oración de los cristianos, la tierra devolvió los
cuerpos de los santos hermanos, de los cuales surgió una dulce fragancia.
Muchos paganos, testigos del milagro, llegaron a creer en Cristo y fueron
bautizados.
Los cristianos enterraron reverentemente los cuerpos de los
santos mártires Manuel, Sabel e Ismael en el año 362. Desde entonces, las
reliquias de los santos han sido glorificadas con milagros.
Cuando se enteró del asesinato de sus emisarios y de que
Julian estaba marchando contra él con un vasto ejército, el emperador persa
Alamundar reunió a su ejército y se dirigió hacia la frontera de su dominio.
Los persas vencieron al ejército en una gran batalla, y Juliano el Apóstata fue
asesinado por el santo Gran Mártir Mercurio (24 de noviembre).
Treinta años más tarde, el piadoso emperador Teodosio el
Grande (+ 397) construyó en Constantinopla una iglesia en honor a los santos
mártires, y San Germán, patriarca de Constantinopla (12 de mayo), escribió
un Canon en memoria y alabanza de los santos hermanos.
NOTA:
* En algunos sinaxarios se hace referencia a que fue en la
ciudad de Calcedonia donde vieron a Juliano
Apolitiquio tono 3º (MODELO: . "Τὴν ὡραιότητα", [Tin oreótita] "Por la Hermosura")
Ἀπολυτίκιον (Κατέβασμα) Ἦχος γ’. Τὴν ὡραιότητα.
Ὡς ἐννεάριθμον, τοῦ Λόγου σύνταγμα, ἐχθρῶν τᾶς φάλαγγας, κατετροπώσαντο, Ἴσαυρος Φήλιξ σὺν αὐτοίς, Ἐρμείας καὶ Περεγρίνος, ἅμα Ἰννοκέντιος, Μανουὴλ καὶ Βασίλειος, Ἰσμαὴλ ὁ ἔνδοξος, καὶ Σαβὲλ ὁ μακάριος' διὸ καὶ τὰ βραβεῖα τῆς νίκης, εὗρον ὡς Μάρτυρες Κυρίου.
Έτερον Ἀπολυτίκιον Ἦχος δ´. Ταχύ προκατάλαβε
Οἱ Μάρτυρες σου Κύριε, ἐν τῇ ἀθλήσει αὐτῶν, τὸ στέφος ἐκομίσαντο τῆς ἀφθαρσίας, ἐκ σοῦ τοῦ Θεοῦ ἡμῶν· σχόντες γὰρ τὴν ἰσχύν σου, τοὺς τυράννους καθεῖλον· ἔθραυσαν καὶ δαιμόνων τὰ ἀνίσχυρα θράση. Αὐτῶν ταῖς ἱκεσίαις Χριστὲ ὁ Θεός, σῶσον τὰς ψυχὰς ἡμῶν.
Otro apolitiquio tono 4º. Ven rápido
Tus mártires, oh Señor, en su valeroso concurso por ti
recibieron como premio las coronas de la incorrupción y la vida de Ti, nuestro
Dios inmortal. Porque ya que poseían tu fuerza, derribaron a los tiranos y
destruyeron totalmente la presunción sin fuerza de los demonios. Oh Cristo
Dios, por sus oraciones, salva nuestras almas, porque eres misericordioso.
Κοντάκιον Ἦχος β’. Τὰ ἄνω ζητῶν.
Τῇ πίστει Χριστοῦ, τρωθέντες παμμακάριστοι, καὶ τούτου πιστῶς, πιόντες τὸ ποτήριον, τὰ Περσῶν σεβάσματα, καὶ τὸ θράσος εἰς γῆν κατεβάλετε, τῆς Τριάδος ἰσάριθμοι, πρεσβείας ποιοῦντες, ὑπὲρ πάντων ἡμῶν.
Condaquio tono 2º. Buscando lo superior
Traspasados en tu corazón con fe en Cristo, oh
bienaventurados, bebisteis de su copa con fe, y arrojasteis al suelo toda la
imprudencia de los persas y su idolatría de jactancia; interceded por todos
nosotros, igual en número a la Trinidad.
Fuente: saint.gr, synaxarion.gr, Prologos de Ohrid Nikolas Velimirovic