jueves, 11 de abril de 2024

Santo Hieromártir Antipas, Obispo de Pérgamo (+92 d.C.)

El Santo Hieromártir vivió durante los años del emperador Dometiano (81-96 d.C.). Era contemporáneo de los Santos Apóstoles, los cuales le ordenaron Obispo de la Iglesia de Pérgamo, cuando estaba exiliado en la isla de Patmos junto con San Juan Evangelista el Teólogo.

En el Libro del Apocalipsis (o de la Revelación) , San Antipas es llamado  por el Apostol Juan sacerdote y mártir (Ap. 2, 12-13);
"La epístola al obispo de Pérgamo. (Con breve intepretación por P. Trempélas):
 
12. Y al obispo de la Iglesia de Pérgamo escribe: Esto dice aquel que tiene la espada aguda de dos filos.
 
13. Conozco bien tus obras y el centro idólátra donde habitas. Allí está fijado el trono del satanás. Y mantienes sólidamente la confesión de mi nombre y no has negado mi fe incluso ni en los días en que fue condenado Antipas, mi testigo fiel, que fue asesinado en vuestra ciudad, donde habita el satanás."
 
 









Como principal sacerdote (del gr."αρχιερέας", [arjieréas]) de la Iglesia de Pérgamo, condujo a su rebaño humano en cada virtud y devoción. Siendo obispo de Pérgamo y con ya avanzada edad, fueron a por él los idólatras, a quienes se les presentaron demonios y les dijeron que no podían habitar en aquel lugar debido a Antipas.
Por eso fue llevado al gobernador y fue forzado con violencia a negar a Cristo, y a ofrecer sacrificios a los ídolos. Todos los esfuerzos del gobernador por obligar al santo a adorar a los ídolos fueron en vano. Le decía que lo más antiguo tiene mucho más valor que todo lo que había aparecido recientemente, lo cual no tiene ningún valor. Que la religión del estado, la idolatría, es antigua, y creció con los siglos y tiene muchos seguidores, por eso es mucho más importante que la creencia en Cristo, la cual apareció poco antes, y tenía muy pocos creyentes. 
 
 







 
Ante tal argumento del gobernante, el santo respondió con la historia de Caín. Le dijo que el asesinato de Caín a Abel, aunque es mucho más antiguo, provocó y provoca la repulsa de una infinita cantidad de personas  y ningún hombre piadoso lo envidia. El representante se enfureció tanto ante la respuesta de Antipas, que ordenó que le arrojaran en el fuego dentro de un buey de bronce, donde terminó su vida, en el año 92 d.C.
 
 
 

San Antipas de Pérgamo. 

Por Nikolai Velimirovich. (De los Prólogos de Ohrid).

Antipas se menciona en el Libro de la Revelación como: "Antipas, mi fiel testigo, que fue martirizado entre ustedes, donde vive Satanás" (Apocalipsis 2:13), es decir, en la ciudad de Pérgamo. Los habitantes de esta ciudad vivían en la oscuridad de la idolatría y en extrema impureza. Eran esclavos de las pasiones. Eran calumniadores, tiranos y practicaban incesto. En otras palabras, ellos eran los siervos de Satanás. Aquí, entre ellos, vivía Antipas, "Como una luz en medio de la oscuridad, como una rosa entre espinas y como oro en el barro". Él, quien capturó y mató a un cristiano, sería considerado bueno y justo. La totalidad de las creencias paganas consistían en adivinar, interpretar los sueños, servir a los demonios y perversión extrema. Asustados de Antipas como del fuego, los demonios se aparecieron a los adivinos en un sueño y confesaron cuán asustados estaban de Antipas y cómo, debido a él, debían irse de esta ciudad.
 






 
 
 
Los sacerdotes paganos convocaron a un gran número de personas contra Antipas y comenzaron a interrogarlo y obligarlo a negar a Cristo y a adorar a los ídolos. Antipas les dijo: "Cuando tus supuestos dioses, los señores del universo, me temen a mí, a un hombre mortal, y deben huir de esta ciudad, ¿no reconoces que, por esto, tu fe es una aberración?".
El santo además les habló sobre la Fe de Cristo como la única y verdadera salvadora. Se enfurecieron como bestias salvajes y arrastraron al anciano Antipas al templo de Artemisa, ante el cual se encontraba un buey en bronce. Ellos sobrecalentaron el buey y arrojaron al siervo de Dios dentro de él una vez que estaba al rojo vivo. Desde dentro, San Antipas glorificó a Dios dando gracias, como lo hizo una vez Jonás en el vientre de la ballena o los Tres Jóvenes en el horno de fuego. Antipas oró por su rebaño y por todo el mundo hasta que su alma se separó de su cuerpo debilitado y ascendió entre los ángeles al Reino de Cristo. Murió sufriendo y fue coronado con gloria imperecedera en el año 92 d.C.
 
 
 
 
 
 

 
 
 


HIMNO DE ALABANZA: SAN ANTIPAS

En un buey ardiente como en un templo luminoso.
Antipas, el cristiano, no sufre la soledad:
En su corazón puro, el Señor mora.
Ni el fuego lo quema, ni él se horroriza.
El santo por Cristo lo aguanta todo pacientemente.
Y ora a Cristo desde el fuego, asciende,
Oh, Cristo todopoderoso, rey de todos los siglos,
¡Por estos sufrimientos, cien veces gracias a ti!
Todo en mí que es pecaminoso, que se queme con fuego.
Que yo sea más preciado según el valor celestial.
Oh Salvador, te lo ruego; mi rebaño protege
En esta ciudad, de horrible estiércol!
Que mi sangre los fortalezca en la fe.
Y sus corazones en ti sean fijos.
Y también por los paganos, oh bienaventurado, te ruego.
Libéralos, de una vez por todas, de mentiras demoníacas;
Y por todos los pecadores que ridiculizan tu ley,
Dirígelos a ti, el único a servir.
He aquí, todo está dentro de la autoridad de tu santa voluntad,
Y finalmente, a ti te pido: ¡que sea lo mejor para la Iglesia!



Protector y sanador de enfermedades dentales

San Antipas es el protector y sanador de todos aquellos que sufren de todo tipo de enfermedades de los dientes. San Nicódimo del Monte Atos dice que durante su martirio oró desde lo más profundo de su corazón y entre otras cosas pidió a Cristo lo siguiente: "Todos los que me invocan en sus oraciones, pueden ser aliviados del dolor que sufren y particularmente del dolor insoportable de los dientes". Los santos sanan las enfermedades físicas y psíquicas en nombre del Santo Dios Trinitario mediante su poder. Donde el poder y el conocimiento humano no alcanza, entonces actúa la gracia increada de Dios, porque "lo imposible para los hombres es posible para Dios".
 
 






 
 
Los cristianos ortodoxos no adoramos a los santos, pero los honramos. La adoración se otorga solo al Dios triádico no creado, que actúa a través de Sus santos. En otras palabras, los santos no realizan milagros en el sentido en que los hacen por su propio poder o como si estuvieran dando algo propio, sino que se hacen a través de ellos, ya que son instrumentos y medios por los cuales se nos administra un "regalo para el beneficio de nuestra propia solicitud". Por lo tanto, lo que debe impresionarnos es su vida y modo de ser, lo cual debemos tratar de imitar, y no los milagros, porque para Dios son algo muy simple y que, además, no siempre son buenos para nosotros.
Lo que nos honra como cristianos y también como personas y da sentido a nuestras vidas con implicaciones soteriológicas, es demoler todo tipo de ídolos y ser estables en nuestra fe, lo cual se expresa como confianza y obediencia a Cristo y su Iglesia.
 
 
 
 
 




 
Las Santas Reliquias del Hieromártir Antipas, Obispo de Pérgamo 

En el año 610 d. C., el futuro emperador romano Heraclio hizo quemar el cadáver del emperador Focas en un buey de bronce. Este buey de bronce era el mismo que había sido usado para quemar anteriormente a San Antipas.
San Antipas fue sentenciado a ser quemado vivo en el buey de bronce a la edad de 83 años. Este buey fue donado por el rey Atalo de Pérgamo (241-197 a.C.) en la Acrópolis de la ciudad de Pérgamo como trofeo de la victoria contra los galos. Fue trasladado por los romanos al templo egipcio de Serapis en Pérgamo, quien honró al buey como un animal sagrado. El cuerpo de San Antipas también fue enterrado fuera de la ciudad donde más tarde se construyó una pequeña iglesia en su honor. El emperador Teodosio llevó el buey y las reliquias a Constantinopla.
 
 




Martirio de San Antipas, Obispo de Pérgamo


 
 
Hoy en día las reliquias de San Antipas se pueden encontrar en muchos lugares. Una parte de su cráneo está en Patmos, el Monasterio de San Dionisio en el Monte Atos tiene su brazo derecho, y su mandíbula está en el Monasterio de la Gran Laura en el Monte Atos. Se pueden encontrar más reliquias en lugares como el Fanar en Constantinopla y en la Catedral Metropolitana de Mitilene.
Cabe señalar que las reliquias de San Antipas emanan mirra.
 
 
 
 
 

 
 
Apolitiquio tono 1º  (MODELO "Τῆς ἐρήμου πολίτης", [Tis erimu polítis], "Ciudadano del desierto")
 
 
Ἀπολυτίκιον  (Κατέβασμα) Ἦχος α’. Τῆς ἐρήμου πολίτης.
 
Μυροβλύτην τὸν θεῖον καὶ μαρτύρων τὸν σύναθλον, τὸν πανευκλεῆ ἱεράρχην καὶ Περγάμου τὸν πρόεδρον, τιμήσωμεν Ἀντίπαν οἱ πιστοί, ὡς τάχιστον καὶ μέγαν ἱατρόν, τῆς δεινῆς ὀδόντων νόσου, καὶ πρὸς αὐτὸν ἀπὸ ψυχῆς βοήσωμεν· Δόξα τῷ σὲ δοξάσαντι Χριστῷ, δόξα τῷ σὲ στεφανώσαντι, δόξα τῷ ἐνεργοῦντι διὰ σοῦ πᾶσιν ἰάματα.
 
Apolitiquio tono 1º

El célebre jerarca y el primer prelado de Pérgamo, el concursante de los Mártires y al muy divino emanador de mirra, fieles, vengan a honrar al sabio Antipas, que verdaderamente es un gran y rápido curandero de dientes gravemente afligidos, y lloremos con él con todo nuestro alma. Gloria a Cristo que te ha glorificado. Gloria a Él que te ha coronado. Gloria a Él que hace sanaciones para todos a través de ti. 
 
 
 
 
Κοντάκιον Ἦχος πλ. δ’. Τὴ ὑπερμάχω.
 
Τόν ἱεράρχην καὶ κλεινόν μεγαλομάρτυρα, τὸν πολιοῦχον τῆς Περγάμου τὀν πανάριστον, καὶ κοινοῦ ἐχθροῦ ἀντίπαλον τὸν Ἀντίπαν, κατὰ χρέος εὐφημήσωμεν ἐν ᾄσμασιν, ὡς τοὺς πάσχοντας ὀδόντας θεραπεύοντα, πόθῳ κράζοντες· Xαίροις, Πάτερ τρισόλβιε


Condaquio tono plagal del 4º.

Al jerarca y famoso Gran Mártir del Señor, al más excelente protector de todo Pérgamo, al que derribó a nuestro enemigo común, a Antipas cantemos alabanzas como es debido, porque él sana a los que sufren de dientes afligidos. Clamemos con amor: Alégrate, oh tres veces bendito Padre.
 
 




Fuente: saint.gr, synaxarion.gr, Prologos de Ohrid, rocor.org.au, diakonima.gr. ecclesia.gr, Int. N. Testamento P. Trempelas.


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