Versos:
"Pablo, que fue estrangulado por el cuello, se jactó, liberando a los que son asfixiados y ahogados por las corrientes".
Por eso, en el sexto, Pablo confiesa a Dios y es estrangulado.
Pequeña introducción histórica: El emperador romano Constancio I Cloro y su esposa Helena eran padres de Constantino I el Grande. Éste, Constantino I el Grande, se casó con Fausta y tuvieron tres hijos: El primero fue Constantino II, el segundo Constancio II y el tercero Constante. En la disputa por gobernar el Imperio romano de Occidente, el tercer hijo Constante asesina al primer hijo Constantino II. Después, el usurpador Magencio, mata al tercer hijo Constante.
No dispuesto a aceptar esto, el segundo hermano, Constancio II, lanzó su ataque contra Magencio. Éste, al enterarse, se suicidó. Constancio II gobernaría después junto con su primo Constancio Galo, pero éste fue asesinado. Entonces se unió a su otro primo, Juliano (351), falleciendo poco después Constancio II.
"Pablo, que fue estrangulado por el cuello, se jactó, liberando a los que son asfixiados y ahogados por las corrientes".
Por eso, en el sexto, Pablo confiesa a Dios y es estrangulado.
Pequeña introducción histórica: El emperador romano Constancio I Cloro y su esposa Helena eran padres de Constantino I el Grande. Éste, Constantino I el Grande, se casó con Fausta y tuvieron tres hijos: El primero fue Constantino II, el segundo Constancio II y el tercero Constante. En la disputa por gobernar el Imperio romano de Occidente, el tercer hijo Constante asesina al primer hijo Constantino II. Después, el usurpador Magencio, mata al tercer hijo Constante.
No dispuesto a aceptar esto, el segundo hermano, Constancio II, lanzó su ataque contra Magencio. Éste, al enterarse, se suicidó. Constancio II gobernaría después junto con su primo Constancio Galo, pero éste fue asesinado. Entonces se unió a su otro primo, Juliano (351), falleciendo poco después Constancio II.
San Pablo era de Salónica. Se convirtió en secretario de
Alejandro, Patriarca de Constantinopla (30 de agosto), fue ordenado diácono y
presbítero, y luego se convirtió en el sucesor de San Alejandro como Patriarca
aproximadamente en el año 337 d.C. Cuando el patriarca Alejandro yacía en su
lecho de muerte, los fieles afligidos le preguntaron que quién lo seguiría como el
pastor principal del rebaño espiritual de Cristo, él dijo: "Si deseáis un
pastor que os enseñe y que brille con virtudes, elegid a Pablo; pero si solo queréis
un hombre adecuado, adornado externamente, elegid a Macedonio". La gente
eligió a Pablo.
Entonces la herejía arriana (creencia no trinitaria que afirma que Jesucristo fue creado por Dios Padre y está subordinado a Él, sosteniendo que el Hijo de Dios no existió siempre, sino que fue creado por Dios Padre) había estallado otra vez en aquella ciudad. Debido a las virtudes de Pablo, su elocuencia en la enseñanza y su celo por la ortodoxia, los arrianos le odiaban y le temían. Muchos de los arrianos, estaban presentes en el Concilio que seleccionaba al nuevo arzobispo de Constantinopla, se rebelaron en contra de su elección. Sin embargo Pablo fue elegido ya que los ortodoxos mantenían la mayoría del Concilio.
El emperador Constancio, gobernador de la mitad oriental del Imperio Romano, quien también era arriano, estaba en Antioquía y no estuvo en Constantinopla para la elección del Arzobispo, por lo que se llevó a cabo sin su consentimiento. A su regreso, convocó un concilio por el que ilegalmente depuso a San Pablo, y el emperador decidió desterrarlo de la capital. En lugar suyo elevó un hereje impío, Eusebio de Nicomedia, al trono patriatcal.
El arzobispo Pablo se retiró a Roma, donde vivían otros obispos ortodoxos también desterrados por Eusebio, entre ellos san Atanasio el Grande.
Provisto de cartas del Papa Julio, Pablo regresó a Constantinopla, y después de la muerte de Eusebio en 342, ascendió nuevamente a su legítimo trono y fue recibido por su rebaño con amor. Mientras tanto, los arrianos eligieron a Macedonio, porque rechazó la consustancialidad del Hijo con el Padre (y además la divinidad del Espíritu Santo). Cuando Constancio, aún en Antioquía, se enteró del regreso de Pablo, envió tropas a Constantinopla para expulsarlo.
Hermógenes, general de caballería de Constancio, se encargó de que expulsaran nuevamente a Pablo. La gente no quería oir hablar de violencia sobre su obispo. Se precipitaron sobre la casa donde estaba el general, le prendieron fuego, le mataron en el acto, le ataron una cuerda a los pies, le sacaron del edificio en llamas y le arrastraron triunfantes por la ciudad. No era probable que Constancio pasara por alto esta rebelión contra su autoridad. Cabalgó a toda velocidad hasta Constantinopla, decidido a hacer que la gente sufriera mucho por su revuelta. Sin embargo, fue encontrado arrodillado con lágrimas y súplicas, y él se contentó con privarlos de la mitad de su cantidad de maíz, pero ordenó que expulsaran a Pablo de la ciudad.
El arzobispo Pablo se retiró a Roma, donde vivían otros obispos ortodoxos también desterrados por Eusebio, entre ellos san Atanasio el Grande.
Provisto de cartas del Papa Julio, Pablo regresó a Constantinopla, y después de la muerte de Eusebio en 342, ascendió nuevamente a su legítimo trono y fue recibido por su rebaño con amor. Mientras tanto, los arrianos eligieron a Macedonio, porque rechazó la consustancialidad del Hijo con el Padre (y además la divinidad del Espíritu Santo). Cuando Constancio, aún en Antioquía, se enteró del regreso de Pablo, envió tropas a Constantinopla para expulsarlo.
Hermógenes, general de caballería de Constancio, se encargó de que expulsaran nuevamente a Pablo. La gente no quería oir hablar de violencia sobre su obispo. Se precipitaron sobre la casa donde estaba el general, le prendieron fuego, le mataron en el acto, le ataron una cuerda a los pies, le sacaron del edificio en llamas y le arrastraron triunfantes por la ciudad. No era probable que Constancio pasara por alto esta rebelión contra su autoridad. Cabalgó a toda velocidad hasta Constantinopla, decidido a hacer que la gente sufriera mucho por su revuelta. Sin embargo, fue encontrado arrodillado con lágrimas y súplicas, y él se contentó con privarlos de la mitad de su cantidad de maíz, pero ordenó que expulsaran a Pablo de la ciudad.
El Santo regresó a Roma, donde san Atanasio también estuvo nuevamente en el exilio.
El Emperador de Occidente, Constante, hermano de Constancio, pero ortodoxo, le escribió una dura carta a su co-gobernador del Este, Constancio, diciendo que que si a Atanasio y a Pablo no se les permitía regresar a sus lugares, él vendría con tropas para restaurarlos él mismo. Entonces Pablo volvió a su trono.
Poco después asesinaron al piadoso Emperador Constante, defensor de la Ortodoxia. Durante un golpe militar en el palacio, enviado por Constancio, desterraron a Pablo de Contantinopla. Debido al amor de la gente por San Pablo, Felipe el Prefecto, que fue enviado por él, se vio obligado a arrestarlo en secreto para evitar una sedición.
En un baño público llamado Zeuxippus, contiguo a un palacio a la orilla del Bósforo, Felipe le pidió al Patriarca Pablo que se reuniera con él, supuestamente para discutir algunos asuntos públicos. Cuando llegó Pablo, le mostró la carta del emperador y ordenó que le llevaran en silencio hasta el palacio por la orilla del agua, le subieran a bordo del barco y le llevaran a Salónica, su ciudad natal. Felipe le permitió visitar Ilírico y las provincias remotas, pero le prohibió volver a pisar el Este.
Pablo fue luego atado con cadenas y llevado a Singara en Mesopotamia, luego a Emesa y finalmente a Cucusus en Capadocia. Aquí lo confinaron en un lugar estrecho y oscuro, y lo dejaron morir de hambre. Después de haber pasado seis días sin comida, fue, para gran decepción de sus enemigos, encontrado vivo. En Cucusus (actual Göksun turco), alrededor del año 350, cuando San Pablo estaba celebrando la Divina Liturgia en la pequeña casa donde estaba prisionero, los arrianos lo estrangularon con su propio omoforion (del gr. "ὠμοφόριον", ornamento litúrgico usado por los obispos ortodoxos); tanto lo temieron incluso en el exilio. Sin embargo, sus enemigos informaron que murió de una enfermedad.
El Emperador de Occidente, Constante, hermano de Constancio, pero ortodoxo, le escribió una dura carta a su co-gobernador del Este, Constancio, diciendo que que si a Atanasio y a Pablo no se les permitía regresar a sus lugares, él vendría con tropas para restaurarlos él mismo. Entonces Pablo volvió a su trono.
Poco después asesinaron al piadoso Emperador Constante, defensor de la Ortodoxia. Durante un golpe militar en el palacio, enviado por Constancio, desterraron a Pablo de Contantinopla. Debido al amor de la gente por San Pablo, Felipe el Prefecto, que fue enviado por él, se vio obligado a arrestarlo en secreto para evitar una sedición.
En un baño público llamado Zeuxippus, contiguo a un palacio a la orilla del Bósforo, Felipe le pidió al Patriarca Pablo que se reuniera con él, supuestamente para discutir algunos asuntos públicos. Cuando llegó Pablo, le mostró la carta del emperador y ordenó que le llevaran en silencio hasta el palacio por la orilla del agua, le subieran a bordo del barco y le llevaran a Salónica, su ciudad natal. Felipe le permitió visitar Ilírico y las provincias remotas, pero le prohibió volver a pisar el Este.
Pablo fue luego atado con cadenas y llevado a Singara en Mesopotamia, luego a Emesa y finalmente a Cucusus en Capadocia. Aquí lo confinaron en un lugar estrecho y oscuro, y lo dejaron morir de hambre. Después de haber pasado seis días sin comida, fue, para gran decepción de sus enemigos, encontrado vivo. En Cucusus (actual Göksun turco), alrededor del año 350, cuando San Pablo estaba celebrando la Divina Liturgia en la pequeña casa donde estaba prisionero, los arrianos lo estrangularon con su propio omoforion (del gr. "ὠμοφόριον", ornamento litúrgico usado por los obispos ortodoxos); tanto lo temieron incluso en el exilio. Sin embargo, sus enemigos informaron que murió de una enfermedad.
Esto ocurrió en el año 350. En el 381, el emperador Teodosio el Grande solemnemente trasladó las reliquias de San Pablo el Confesor de Cucuso a Constantinopla. Al principio, se conservaron en la Iglesia de Santa Irene,
donde fue ordenado Patriarca, y luego se colocaron en una iglesia dedicada a su
nombre. En el año 1236 fueron trasladadas a la Iglesia de san Lorenzo en
Venecia, donde aún descansan. Sus queridos sacerdotes y notarios, Marciano y
Martirio (25 de octubre), sufrieron poco después de su patriarca.
San Atanasio el Grande, contemporáneo de San Pablo, escribe
brevemente sobre los exilios de San Pablo: "La primera vez desterraron a San Pablo de Constantinopla a Pontos, la segunda vez Constancio le puso grilletes, luego lo encarcelaron en Mesopotamia y de allí lo trasladaron a Emesa. La cuarta vez le trajeron a Cucusos en Capadocia en el desierto de Tauro".
Santo Confesor Pablo, acuérdate ante Dios de nosotros.
Ἀπολυτίκιον. Ἦχος γ’. Αὐτόμελον. (Κατέβασμα)
Θείας πίστεως ὁμολογία, ἄλλον Παῦλόν σε τῇ Ἐκκλησίᾳ, ζηλωτὴν ἐν ἱερεῦσιν ἀνέδειξε· συνεκβοᾷ σοι καὶ Ἄβελ πρὸς Κύριον, καὶ Ζαχαρίου τὸ αἷμα τὸ δίκαιον. Πάτερ Ὅσιε, Χριστὸν τὸν Θεὸν ἱκέτευε, δωρήσασθαι ἡμῖν τὸ μέγα ἔλεος.
Θείας πίστεως ὁμολογία, ἄλλον Παῦλόν σε τῇ Ἐκκλησίᾳ, ζηλωτὴν ἐν ἱερεῦσιν ἀνέδειξε· συνεκβοᾷ σοι καὶ Ἄβελ πρὸς Κύριον, καὶ Ζαχαρίου τὸ αἷμα τὸ δίκαιον. Πάτερ Ὅσιε, Χριστὸν τὸν Θεὸν ἱκέτευε, δωρήσασθαι ἡμῖν τὸ μέγα ἔλεος.
Himno de despedida. Tono 3º. Modelo propio.
Tu confesión de la única Fe divina te mostró a la Iglesia siendo un nuevo Pablo y un zelote entre los sacerdotes, oh santo. La sangre justa de Abel y Zacarías contigo claman juntos al Señor. Venerable Padre, intercede ante Cristo Dios en nuestro nombre para que se nos conceda su gran misericordia.
Κοντάκιον Ἦχος β’. Τὰ ἄνω ζητῶν.
Ἀστράψας ἐν γῇ, ὡς ἄστρον οὐρανόφωτον, τὴν καθολικήν, φωτίζεις Ἐκκλησίαν νῦν, ὑπὲρ ἧς καὶ ἤθλησας, τὴν ψυχήν σου Παῦλε προθέμενος, καὶ ὡς Ζαχαρίου καὶ Ἀβελ τρανῶς, βοᾷ σου τὸ αἷμα πρὸς Κύριον.
Condaquio tono 2º. Buscando lo superior
Brillaste en la tierra, una estrella brillante con luz celestial, y ahora diriges la iluminación sobre toda la Iglesia, en nombre de la cual luchaste, dando tu propia vida, oh Pablo, y como Abel y Zacarías, tu sangre clama más claramente al Señor.
Fuentes: saint.gr, orthodoxwiki.org, mystagogyresourcecenter.com, ancientfaith.com, synaxarion.gr