jueves, 17 de octubre de 2024

Oseas, el Santo Profeta (s.VIII a.C.)

Versos:
"Después de unirte a una prostituta, ahora ves, Oh Profeta, un tipo terrenal de Dios como pretendiente de una prostituta".
El diecisiete fue enterrado el cuerpo de Oseas.
 
Vivió 800 años antes que Cristo y profetizó para el pueblo de Israel durante un tiempo terrible y oscuro en la historia. También soportó terribles dificultades en su propia vida – luego de que su amada esposa Gomer lo dejara por un tiempo para vagar por el mundo como una simple prostituta.
Sin embargo el Santo Profeta Oseas – un valiente y obediente siervo de Dios, con una extraordinaria habilidad para predecir el futuro, nunca perdió su esperanza en el Señor.
Tampoco dejó de amar a su esposa errante. De muchas maneras, la historia personal de Oseas, de haber sido herido por una dolorosa traición marital, refleja la historia de su gente, los atribulados Israelitas, quienes pagarían muy caro por una traición similar al Dios de sus Padres.
Sin embargo, a pesar de su amarga decepción Oseas finalizaría su vida como un hombre alegre, habiendo predicho la llegada del Salvador, quien algún día rescataría a la gente que ha caído a través de Su propia muerte sacrificial y su gloriosa Resurrección. De esta manera la propia vida del profeta, turbulenta y dificultosa, reflejaría la promesa del Santo Evangelio, de que un día sanaría los corazones de los hombres –al ofrecer la promesa de la salvación para todos por la amorosa intercesión del Hijo de Dios. 
 
 
 
 


El Profeta Oseas


 
 
 
Nacido alrededor del año 810 Antes de Cristo –de acuerdo a la mayoría de historiadores de la época pre Cristiana- Oseas (cuyo nombre significa “Dios es ayuda”) fue el hijo de Beerí en la tribu de Isacar. Criado y educado en su villa nativa de Balremoth, era todavía un niño cuando el Señor lo escogió para la ardua y siempre riesgosa vida de profeta. Sin embargo Oseas no permitió que su juventud interfiriera con su deber hablando valientemente de las terribles consecuencias que podrían brotar de la idolatría continua e irrespetuosa contra el único y verdadero Dios, de la que estaba siendo testigo en Reino del Norte del antiguo Israel.
Tal como han señalado a lo largo del tiempo muchos estudiosos de la Biblia, el futuro que Oseas había predicho era suficientemente oscuro como para hacer estremecer a quienes lo escuchaban. Las atrevidas predicciones del valiente profeta estaban plagadas de muerte, esclavitud y sufrimiento, reservadas para aquellos idólatras pecadores que se negaban a adorar al Dios Todopoderoso. El tono oscuro de esas predicciones se puede observar claramente el capítulo Cuarto del Antiguo Testamento en el cual el profeta recita airadamente:
"Escuchad la palabra de Yahveh, hijos de Israel, que tiene pleito Yahveh con los habitantes de esta tierra, pues no hay ya fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios en esta tierra; sino perjurio y mentira, asesinato y robo, adulterio y violencia, sangre que sucede a sangre. Por eso, la tierra está en duelo, y se marchita cuanto en ella habita, con las bestias del campo y las aves del cielo; y hasta los peces del mar desaparecen". (Oseas 4,  1-3) 
 
 
 


"HOLY PROPHET HOSEA",
Santo Profeta Oseas




Las profecías de Oseas (contenidas en los 14 capítulos del libro de Oseas del Antiguo Testamento) advertían que debido a que los Israelitas del Reino Norte habían abandonado a su Dios y se encontraban adorando abiertamente becerros de oro y otros ídolos repulsivos, muy pronto serían vencidos por los guerreros Asirios y llevados a una cruel esclavitud.
Tal como la historia lo demostraría posteriormente, las atrevidas profecías de Oseas sobre la inminente catástrofe para Israel y la vecina Samaria (donde vivían muchos Israelitas adoradores de ídolos) fueron bastante exactas. Sin embargo estas lóbregas predicciones no le proporcionaron ningún placer a Oseas – ya que el melancólico profeta estaba muy consciente de las consecuencias de la infidelidad, luego de haber sido traicionado por su pérfida esposa Gomer, la hija de Diblayim.
A Oseas, contemporáneo de los Profetas del Antiguo Testamento Isaías, Miqueas y Amós, (810-720 a.C.) el Todopoderoso le había ordenado casarse con una prostituta –posiblemente para mostrarle lo que sucede cuando un ser humano traiciona la sagrada confianza. 
 







 
 
Una y otra vez, el fiel Profeta, comparó la apostasía de Israel con el comportamiento adúltero de aquellos que transgreden los votos sagrados del Santo Matrimonio. A pesar de ello el adolorido Oseas nunca tuvo un tono vengativo en sus predicciones: sus escritos nos muestran como él sentía compasión, continuamente, por los idólatras de su país natal, aún cuando les pedía que deploren su conducta infiel.
Felizmente la mirada hacia el futuro de este valiente profeta no se concentró exclusivamente en la muerte, la destrucción y la esclavitud. Oseas también habló con mucha frecuencia del gozo de la Buena Nueva que llegaría a su mundo algún día.
Describió el final de los sacrificios sangrientos que dominaban el Antiguo Testamento  -y predijo que un día ellos serían reemplazados por el sacrificio del Santo Redentor, quien daría su vida voluntariamente para liberarnos de la oscuridad. Oseas murió a la edad de 90 años con la plenitud de la paz que procede del entendimiento del poder salvador de un Dios misericordioso y amoroso. 
 
 


Profeta Oseas, Menologio de Basilio II





Al final, el veraz Oseas sería recordado a lo largo de antiguo mundo Palestino por sus profecías de esperanza y por traer al mundo la noticia gozosa del triunfo del Señor Jesucristo. De la misma manera que Cristo vino a la tierra para “rescatar” a los hombres de su condición pecadora, el compasivo Oseas nos contaría en sus escritos de sus esfuerzos por recuperar a su depravada esposa –y aún más el pago de su “rescate” con dinero para traerla a la seguridad de su hogar.
De acuerdo a muchos historiadores y estudiosos de ese período, Oseas fue el primer profeta en utilizar la idea del matrimonio como una metáfora que describe la alianza entre Dios e Israel. Este tema sería repetido una y otra vez en la literatura Bíblica –y nosotros le debemos en parte ese rico legado literario a este atribulado pero compasivo profeta cuya vida nos enseña que Dios siempre está ahí para ofrecer Su misericordia a todos aquellos que desean arrepentirse sinceramente.
 

Himno de despedida tono 2º

Al celebrar la memoria de Tú Profeta Oseas, Oh Señor, Te suplicamos que por su intercesión salves nuestras almas.

Condaquio tono plagal del 4º

Oh Profeta, iniciado por la iluminación divina, fuiste considerado digno del elevado don de la profecía y anunciaste la promesa de la gracia. Oh Oseas, quien ahora te encuentras viviendo en la gloria de Dios, rescátanos a quienes clamamos contigo de todas las formas de adversidad: Alégrate recipiente de la gracia divina.
 
 
 




Fuentes consultadas: saint.gr, synaxarion.gr,  texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, +Demetri Khoury.  

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