miércoles, 25 de septiembre de 2024

Osía Efrosina y su padre Pafnucio de Egipto (s.V)

Versos:

A Eufrosina: "De una manera varonil escondiste tu feminidad, Eufrosina, y secretamente viste al Maestro que ve".
En el vigésimo quinto Eufrosina fue sometida a la muerte.

A Pafnucio: "Abatiendo la carne Pafnucio,
Vivió en el Espíritu, y es visto como una gran luz".

Osía Efrosina vivió en los años de Teodosio el Menor (410-450 d.C.) y era hija única. Su padre Pafnucio era el más rico de Alejandría y junto con su esposa se distinguían por su fuerte creencia en Dios. A los doce años, Eufrosina se quedó sin madre, y su padre se dedicó con mayor atención al cuidado de su hija. Cuando Efrosina cumplió 18 años, su padre quería que se casase con un joven de la alta clase social.

Pero el alma de Eufrosina había conocido el amor divino. La boda y todas las condecoraciones le eran obstáculo para dedicarse regularmente a la limosna y al servicio al prójimo. 
Por esto un día, tras repartir sus bienes entre los pobres, se fue a escondidas de casa. Como amaba la forma de vida monástica fue a un monasterio masculino disfrazada de hombre. 
 
 
 








Allí la recibieron, pues buscando como fuese esconderse de su padre Pafnucio se cortó el pelo, y la pasaron por un eunuco. Habiendo alcanzado lo que deseaba, luchó con mucho trabajo y con una oración intensa e incesante. Allí recibió el nombre de Esmáragdos (del gr. "Σμάραγδος") y todos los monjes se sorprendieron de su lucha espiritual y del servicio que fácilmente ofrecía a todos. 

Y de este modo vivió en el monasterio 38 años. Al final de su vida se reencontró con su padre en el monasterio. Solo cuando su vida llegaba a su fin reveló que era una mujer y no un hombre. En el momento en que la Santa se estaba muriendo, ella le vio, diciéndole las siguientes palabras: "Oh padre". Cuando su padre la reconoció, y debido a la gran alegría que recibió, por haber sido hecho digno de ver a su hija, cayó al suelo. ¿Qué más podría hacer, desde el momento en que escuchó esas palabras alegres? ¿Y por ser digno después de treinta y ocho años de búsqueda y añoranza de su hija? 
Con esto, ella entregó su espíritu en las manos de Dios, alegre y contenta por las cosas buenas que recibió por sus luchas y trabajos. 
 
 



Santa Efrosina en sus últimos momentos siendo visitada por su padre Pafnucio



 

Así, habiendo sido encontrado digno de ver a su anhelada hija, dejó su tierra y  todas las cosas del mundo, y con tanto celo y deseo
por la vida ascética que recibió en su alma, tal como su hija, se convirtió en un monástico. 
Por lo tanto, él ahora sería su sucesor y heredero, no solo del lugar donde ella vivía, sino también de su modo de vida, es decir, del monasterio y de las virtudes de su hija, y siendo el padre de un niña tan bendita, partió hacia el Señor con alegría.
De este modo Eufrosina nos recuerda las palabras de las Santas Escrituras, que nos dicen: "enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente " (Tito, 2,12).
 
 






 
 
 
Santa Eufrosina como modelo para nuestras vidas

Por el protopresbítero p. George Papavarnavas
 

La vida de Santa Eufrosina es admirable y su forma de vida poco común. Ella es un modelo de valentía espiritual, pureza y castidad.

Nacida en Alejandría en el siglo V, era hija única y muy rica. Las riquezas materiales, afortunadamente, no lograron endurecer su alma hasta volverla egoísta y tacaña, como suele suceder, pero se mantuvo benévola y misericordiosa. Sus padres amaban a Dios y amaban a las personas, y lograron darle la verdadera riqueza de su corazón, es decir, inspirar amor a Dios y a las personas.

A los doce años quedó huérfana de madre y su padre mostró mayor celo y diligencia en su educación. Cuando ella cumplió dieciocho años él quiso casarla con un joven de alto estatus social. Pero Eufrosina eligió el camino de la virginidad en Cristo y su decisión fue firme e irreversible. Por eso un día dividió sus bienes entre los pobres y se fue en secreto, para evitar que su padre la descubriera y la obligara a regresar al mundo y casarse contra su voluntad. Se cambió de ropa y vivió en un monasterio masculino, cambiando también su nombre a Smaragdos. Vivió en un monasterio masculino durante treinta y ocho años sin que nadie supiera su secreto.
 
 
 
 
 
 

 


 
En ascetismo y virtud superó con creces a sus compañeros monjes, con el resultado de que todos se maravillaban del modo de vida divino de Smaragdos, y muchos luchaban por emularlo. San Nikodemos el Hagiorita admiraba su forma de vida angelical y escribió: "Le fue concedido brillar entre los hombres por sus virtudes, como una preciosa esmeralda (smaragdos) entre otras piedras. La bienaventurada Eufrosina apareció como una esmeralda (smaragdos). "

A menudo los padres, tal vez por demasiado amor, que ciertamente no está enteramente exento de egoísmo, insisten en imponer a sus hijos sus propias decisiones, para ser beneficiados por ellos. La reacción legítima de los niños, que a veces es dinámica y contiene elementos de exageración, crea conflictos familiares con implicaciones sociales. El verdadero amor está ligado a la libertad y viceversa. Como suele decir Su Eminencia Metropolitana Hierotheos y está escrito en sus libros, el amor sin libertad es una dictadura y la libertad sin amor verdadero es anarquía.

Santa Eufrosina nunca dejó de amar verdaderamente a su padre y de orar por él. Cuando se dio cuenta de que el fin de la vida terrenal estaba cerca, le pidió que lo conociera. Mientras tanto, se había hecho monje en el mismo monasterio sin que se le pasara por la cabeza que encontraría allí a su hija. Durante este encuentro conoció su secreto y su verdadero nombre. Vale la pena señalar que Paphnutios, su padre, también es Santo y que tanto padre como hija celebran su fiesta el mismo día.
 
 
 
 
 
 
Venerable Efrosina
 


 
 
Dentro del monasterio masculino ella hizo una lucha sobrehumana por vivir según Cristo. Tenía que imitar continuamente, pero también se esforzaba mucho para no ser superada en ascetismo y desempeño espiritual por sus compañeros monjes. Y en verdad, como dice el himnógrafo sagrado, ella rechazó las debilidades de una mujer y se volvió varonil, es decir, tenía una mentalidad varonil. De este modo superó las dificultades para vencer las diversas tentaciones y vivir con "la pureza y la castidad incorruptibles, que los hombres corruptibles adquieren con trabajo y sudor" (San Juan del Sinaí).

De hecho, la pureza y la castidad se adquieren con mucho trabajo y sudor. San Juan del Sinaí, en su maravilloso libro llamado “La Escalera”, dedica un capítulo (15) a la pureza y la castidad, donde escribe entre otras cosas:

1. Pureza significa que nos revestimos de la naturaleza angelical. La pureza es la casa anhelada de Cristo y el cielo terrenal del corazón. La pureza es una negación sobrenatural de la naturaleza, lo que significa que un cuerpo mortal y corruptible está rivalizando con los espíritus celestiales de una manera verdaderamente maravillosa.

2. Es puro quien expulsa el amor con amor y quien ha extinguido el fuego material con el fuego inmaterial.

3. Castidad es el nombre común a todas las virtudes.
 
 
 
 
 
 


 


 
4. Es casto quien, incluso durante el sueño, no siente ningún movimiento ni cambio de ningún tipo en su constitución.

5. Es casto quien continuamente ha adquirido perfecta insensibilidad a la diferencia de cuerpos.

6. La regla y límite de la pureza absoluta y perfecta es disponer igualmente hacia los cuerpos animados e inanimados, racionales e irracionales.

Santa Eufrosina nos recuerda, entre otras cosas, que si uno desea y quiere verdaderamente vivir según Cristo, no hay nada en el mundo que pueda disuadirlo. Seguramente encontrará tentaciones y vendrán dificultades, tal vez enfrentadas por personas y situaciones, pero si uno ama verdaderamente la vida espiritual, tendrá paciencia y alcanzará su meta, porque el amor "siempre espera, siempre persevera", e idea caminos increíbles. para expresarse.

Para vivir con pureza y castidad hay que realizar grandes trabajos y derramar mucho sudor. Con su brillante ejemplo, los santos nos aseguran que esta vida, a pesar de sus dificultades, es bonito. Y esconde tales alegrías que al "hombre natural" le resulta imposible siquiera imaginarlas.

Fuente: Ekklesiastiki Paremvasi, "ΟΣΙΑ ΕΥΦΡΟΣΥΝΗ", septiembre de 2002. Traducido del griego al inglés por John Sanidopoulos y al español por el equipo de La Ortodoxia es la Verdad.



NOTA:

En la Vida de los Santos de A. Butler, (Santa Eufrosina, Virgen, 1 de Enero), se dice que "no poseemos ninguna narración auténtica de su vida. Lo que ha llegado hasta nosotros, como "su historia", es una simple réplica de la vida de Santa Pelagia...", "Según esa fábula..."

En el libro "Synaxario de los doce meses del año" de San Nicodemo el Atonita, Tomo I, Edit. Dómos, 2005, se puede encontrar su biografía, en la cual dice que "el Synaxarion de Santa Eufrosina estaba compuesto de versos yámbicos, de los cuales fue traducido. Pero el traductor también escribió su Vida logográficamente, el principio, "Arti los cetros romanos". Sobrevive en los monasterios del Monte Atos de la Gran Laura, Ibiron y en otros. 

El enlace a las fuentes consultadas se encuentra al final de la página.
 
 








Ἀπολυτίκιον  [(Κατέβασμα: Audio (descargable)]  Ἦχος πλ. α’. Τὸν συνάναρχον Λόγον.
 
Ὡς παρθένος φρόνιμη καὶ ἀδιάφθορος, κοτηγγυήθης ὁσίως τῷ Ζωοδότῃ Χριστῷ, καὶ προσκαίρων τὴν χλιδὴν ἐμφρόνως ἔλιπες, ὅθεν ἐν μέσω τῶν ἀνδρῶν, ὡς ἀμόλυντος ἀμνάς, ἐξέλαμψας Εὐφροσύνη, καὶ τοῦ Βελίαρ τὰ κέντρα, τὴ πολιτεία σου ἀπήμβλυνας.
 
Apolytikion tono plagal del 1º. Al Logos coeterrno
 
Como virgen prudente e inmaculada, te comprometiste en santidad con el Cristo Dador de Vida, la opulencia efímera  solícitamente abandonaste, y de entre en medio de los hombres, como un cordero inmaculado, brillaste Efrosina, y del aguijón de Belial, tu comunidad liberaste.  *
 
 
 
Ἀπολυτίκιον Ἦχος α’.

Ἐν τῇ ἀσκήσει τὸ θῆλυ ἐκάλυψας, ἐν τῇ κοιμήσει τοὺς πάντας ἐξέπληξας, Εὐφροσύνη ἀνύσασα ἀνδρικῶς, νεᾶνις οὖσα λαμπρά, καὶ ταῖς πρεσβείαις ταῖς σαῖς τῶν κινδύνων ἀπαλλάττεις τοὺς τιμῶντάς σε
 
Apolytikion tono 1º
 
Como asceta, ocultaste tu feminidad, y tu sueño fue un asombro, oh Eufrosina. Como mujer, trabajaste como hombre, y con tus oraciones salvaste a los que te honran.
 
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Ἀπολυτίκιον Ἦχος πλ. δ’.
 
Ἐν σοὶ Μῆτερ ἀκριβῶς διεσώθη τὸ κατ᾽ εἰκόνα· λαβοῦσα γὰρ τὸν σταυρόν, ἠκολούθησας τῷ Χριστῷ, καὶ πράττουσα ἐδίδασκες, ὑπερορᾷν μὲν σαρκός, παρέρχεται γάρ· ἐπιμελεῖσθαι δὲ ψυχῆς, πράγματος ἀθανάτoυ· διὸ καὶ μετὰ Ἀγγέλων συναγάλλεται, Ὁσία Εὐφροσύνη τὸ πνεῦμά σου.
 
Apolytikion plagal del tono 4º
 
La imagen de Dios, fue fielmente conservada en ti, oh Madre. Porque tomaste la cruz y seguiste a Cristo. Con Tus acciones nos enseñaste a mirar más allá de la carne porque pasa, más bien a preocuparnos por el alma que es inmortal. Por tanto, oh Santa Eufrosina, tu alma se regocija con los ángeles.
 
 
 
Κοντάκιον
 
Ἦχος β’. Τὰ ἄνω ζητῶν.
 
Τῆς ἄνω ζωῆς, τυχεῖν ἐπιποθήσασα, τὴν κάτω τρυφήν, σπουδαίως καταλέλοιπας, καὶ σαυτὴν ἀνέμιξας, ἀνάμεσον ἀνδρῶν παναοίδιμε· διὰ Χριστὸν γὰρ τὸν νυμφίον σου, μνηστῆρος προσκαίρου κατεφρόνησας.

Kontakion tono 2º. Buscando lo superior.

Deseando la vida en lo alto y abandonando todos los placeres terrenales, viviste como un hombre entre los hombres, oh santa Eufrosina. Por el bien de Cristo tu Novio, rechazaste el compromiso terrenal.
 
 

Kontakion plagal del tono 4º

Deseando alcanzar la vida en las alturas, tú rechazaste con seriedad todo placer vano y fugaz aquí abajo y viviste entre los hombres como si fueras un hombre, oh afamada Eufrosina, ya que por amor a Cristo tu Esposo abandonaste a un Esposo temporal.



* traducción no profesional
 
 
 
 
 

Fuentes consultadas: saint.gr, diakonima.gr, 
"Synaxario de los doce meses del año" de San Nicodemo el Atonita, Tomo I, Edit. Dómos, 2005, synaxarion.gr
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