EPISTOLA A TITO

 INTRODUCCION.  (Por P. Trempelas)


Tito era un cristiano que procedía de los gentiles, y le encontramos como seguidor de Pablo y de Bernabé a Jerusalén. Por entonces allí (es decir alrededor del año 51 d.C.), se celebraba el Concilio Apostólico para resolver la cuestión de si la circuncisión y el resto de preceptos rituales de la ley del Antiguo Testamento eran obligatorias para los cristianos que procedían de los gentiles. 

Dentro de tales circunstancias se encontró Pablo junto con Tito en Jerusalén, y lo siguiente sería que Pablo no consintiese que Tito fuese circundado, tal como afirmaban los judaizantes (Gal. 2, 1-5).

A continuación Pablo le tuvo junto a él como colaborador y le envió repetidas veces a Corinto. A lo largo de su cuarto recorrido apostólico, le dejó en Creta. Desde Creta después el apóstol Pablo continuó su trayectoria para visitar las Iglesias de Asia Menor. Tras dejar a Timoteo en Éfeso, cuando regresó a Roma dirigió a Tito esta epístola. Al final de la epístola le insta a venir a Nicópolis. Y realmente parece que se encontró allí Tito con Pablo, como podemos concluir a partir de alguna información que se encuentra en la II Epístola a Timoteo (4, 10), según la cual, cuando Pablo afrontó en Roma el peligro del martirio, Tito se encontraba en Dalmacia.



EPISTOLA A TITO



CAPITULO 1

Saludos 

1. Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesús Cristo, para guiar a los elegidos de Dios en la fe y el perfecto conocimiento de la verdad, que requiere la piedad, 


2. y la esperanza en la vida eterna que Dios, quien no miente, prometió antes de todos los siglos, 


3. y en el tiempo adecuado manifestó su anuncio por la predicación, el cual me asignó a mí por orden de nuestro Dios Salvador; a Tito, 


4. hijo mío puro en nuestra fe común; gracia, misericordia, paz del Dios Padre y del Señor Jesús Cristo, nuestro Salvador.



Establecimiento de presbíteros. 

5. Para este fin te dejé en Creta, para que enmendases lo incompleto y para que establecieses en cada ciudad prebíteros, tal como yo te dispuse; 


6. *que sea libre de toda acusación, marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes que no estén acusados de despilfarradores, ni sean rebeldes. 

* el presbítero o candidato.


7. Porque el obispo, como servidor de Dios, no ha de tener ninguna acusación, no ser insolente, ni irascible, ni bebedor, ni violento, ni pendenciero, 


8. sino hospedador, benevolente, prudente, justo, devoto, sobrio,  


9. que mantenga firmemente la palabra fiel, tal como fue enseñada, para que también esté en el lugar y pueda exhortar con sana enseñanza y advertir a los que contradicen. 



Falsos maestros.

10. Porque hay muchos insubordinados, charlatanes y embaucadores, sobre todo los que provienen de los judíos, 


11. a los cuales es preciso hacerles callar, porque trastornan familias enteras, enseñando lo no debido, en vista de ganancias deshonestas. 


12. Dijo uno de ellos, profeta suyo: «Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones, ociosos». 


13. Este testimonio es verdadero. Por este motivo, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, 


14. no atendiendo a mitos judaicos, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. 


15. Para los puros todo es puro, pero para los contaminados (en el pecado) y los incrédulos nada es puro; pues hasta su entendimiento y su conciencia están contaminadas. 


16. Confiesan con la boca que conocen a Dios, pero con sus obras lo niegan, siendo hombres abominables, rebeldes, e inservibles para toda buena obra.



   


CAPITULO 2

1. Pero tú predica lo que está de acuerdo con la sana doctrina. 


2. Es decir, que los hombres ancianos sean sobrios, honrados, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia.

 

3. También que las mujeres ancianas sean reverentes en su comportamiento, que  no calumnien, que no sean siervas del vino; que enseñen lo que es bueno 


4. para que se moderen las jóvenes y amen a sus maridos y a sus hijos, 


5. que sean prudentes, puras, cuidadosas de su casa, bondadosas, sumisas a sus maridos, para que el logos de Dios no sea difamado. 


6. Exhorta asimismo a los más jóvenes a que sean prudentes; 


7. muéstrate a tí mismo en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, modestia, 


8. palabra recta, libre de toda acusación, de modo que el adversario se avergüence al no tener nada malo que decir de vosotros. 


9. Los siervos que se sometan a sus amos, que agraden en todo, que no protesten, 


10. que no roben, sino que muestren absoluta y sincera fidelidad, adornen la enseñanza de Dios nuestro Salvador.



Motivaciones cristianas.

11. Porque la gracia de Dios se ha manifestado, la cual salva a todos los hombres, 


12. y nos enseña a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y vivamos en el mundo presente con sobriedad, justicia y piedad, 


13. permαneciendo en nuestra bendita esperanza y la aparición de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesús Cristo, 


14. quien se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar a través de él mismo un pueblo elegido, celoso de buenas obras.


15. Esto habla; exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie ha de menospreciarte.

 



CAPITULO 3

El comportamiento cristiano y su base 

1. Recuérdales que se sometan a los gobernantes y a las autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. 


2. Que no difamen a nadie, que sean pacíficos, indulgentes, mostrando toda mansedumbre hacia todos los hombres. 


3. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los deseos y de diversos placeres, viviendo en malicia y envidia, merecedores de odio y odiándonos unos a otros. 


4. Pero cuando se manifestó la bondad y el amor hacia los hombres de Dios nuestro Salvador, 


5. nos salvó, no por obras de justicia que hayamos hecho nosotros, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 


6. el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesús Cristo nuestro Salvador, 


7. para que justificados por su gracia, viniésemos a ser, conforme a nuestra esperanza, herederos de la vida eterna.


8. Palabra fiel es esta, y estas cosas quiero que consolides, para que los que han creído en Dios intenten ser pioneros en buenas obras. Esto es lo bueno y beneficioso para los hombres,


9. pero evita las cuestiones necias, genealogías, contenciones y discusiones sobre la ley; porque son improductivas y vanas. 


10. Al hombre herético tras una primera y segunda amonestación, déjalo. 


11. Que sepas que alguien así se ha pervertido, peca y así se condena él a sí mismo.  




Mensajes de despedida

12. Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí en Nicópolis, porque allí he decidido pasar el invierno. 


13. A Zenas el jurista, y a Apolos, encamínales con solicitud, de modo que nada les falte. 


14. Que aprendan también los nuestros a ser pioneros en buenas obras en casos de necesidad, para que no sean sin fruto.


15. Te saludan todos los que están conmigo. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros. Amén.