EPISTOLA A LOS EFESIOS

INTRODUCCION (Por P. Trempelas)

Efeso, en los días del apóstol Pablo era capital de la provincia romana de Asia llamada consulado (ancipatíkí). Fue una de las tres ciudades más grandes del Mediterráneo oriental, junto con Antioquía en Siria y Alejandría en Egipto. Se encontraba a menos de cinco kilómetros del mar, junto al río Kaistro, que en época romana era navegable desde la orilla del mar hasta la ciudad.

Esta ciudad fue visitada por primera vez por Pablo cuando venía de Corinto, hacia el final de su segunda gira apostólica. Entró en la sinagoga y habló con los judíos que estaban allí. No se quedó en Éfeso por mucho tiempo, pero después de dejar allí a Aquila y Priscila, se fue a Jerusalén, y de allí bajó a Antioquía (Hechos 10:22).

En su tercera gira más apostólica, Pablo llegó a Éfeso y extendió su estadía por tres años completos. Sin embargo, debido al gran éxito de su predicación allí, despertó el odio del platero Demetrio y de muchos artesanos, porque sus intereses se vieron afectados. Esto se debe a que los compradores paganos de las estatuíllas o ídolos de plata del templo de Artemisa de Éfeso, que fabricaban y comercializaban, eran cada vez menos. Por eso hubo una gran contienda, en la que se puso en peligro la vida del Apóstol (Hch. 9, 23-40).

Al final de su tercer viaje apostólico, debido a que Pablo tenía prisa por subir a Jerusalén y no quería demorarse en el camino, cuando llegó a Mileto invitó a los ancianos de la Iglesia de Éfeso a que fueran allí. A ellos se dirigió luego en su muy importante discurso que está registrado en Hechos (20, 18-36).

Esta epístola fue escrita por el apóstol Pablo en Roma, cuando estuvo preso durante su primer encarcelamiento y hacia el final del mismo, es decir, en el 62 d.C. Y debido a que en esta epístola no figura una despedida al final, tal como acostumbraba a hacer Pablo en todas sus epístolas, pero también en algunos de los manuscritos antiguos la frase "en Éfeso" no se menciona en el prefacio, por lo que muchos jóvenes asumieron que el Apóstol la escribió como una especie de circular y la envió a Éfeso, para que circulara con el cuidado de la Iglesia de Éfeso por más Iglesias, como por ejemplo la de Laodicea, Hierápolis, Pérgamo, Mileto y otras regiones de Frigia.




EPISTOLA A LOS EFESIOS


Saludos

CAPITULO 1

1. Pablo, apóstol de Jesús Cristo con la voluntad de Dios, a los santos, los cuales están en Efeso, y son fieles en Cristo Jesús; 

2. gracia y paz sea con vosotros de nuestro Dios Padre y del Señor Jesús Cristo.


Doxología 

3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús Cristo, quien nos bendijo en Cristo con toda bendición espiritual en lo celestial,


4. según nos escogió en él antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e impecables ante él,


5. en amor habiéndonos predestinado para ser hijos suyos por medio de Jesucristo, según la complacencia de su voluntad,


6. para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos dotó excelentemente en el Amado.


7. Por él tenemos la redención por su sangre, el perdón de pecados, según las riquezas de su gracia,


8. la cual en abundancia nos donó con toda sabiduría y prudencia,


9. y nos dio a conocer el misterio de su voluntad según su beneplácito, *

* Y nos hizo sabios y sensatos dándonos a conocer su voluntad, que estaba oculta y no podíamos conocerla por nosotros mismos; porque lo había prediseñado él sólo, de acuerdo a su bondadosa voluntad que tenía para salvar al hombre, y lo tenía oculto en el fondo de su agapi. (P. Trempelas)


10. la cual preparó él mismo para que fuese cumplida con el cumplimiento de los tiempos, de modo que todo, lo celestial y lo terrenal, se uniesen en Cristo;



11. por él nos convertimos en herederos, nosotros que fuimos predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,


12. a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.


13. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, la gozosa anunciación de vuestra salvación, y habiendo creído en él, os habéis unido con Cristo y habéis sido sellados con el Espíritu Santo, 


14. el cual Dios prometió y el constituye las arras de nuestra herencia hasta la redención del pueblo que Dios adquirió, para alabanza de su gloria.



Oración por el conocimiento de Dios

15. Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,


16. no ceso de dar gracias a Dios por vosotros, cuando en mis oraciones hago memoria de vosotros,


17. y pido que os dé el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, espíritu de sabiduría y de revelación para que le conozcáis profundamente,


18. y que ilumine los ojos de vuestro corazón, para que sepáis cuál es la esperanza, la cual está unida a su llamada, y cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, 


19. y cuán grande es su poder sobre nosotros los fieles, la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación de su enérgico poder,


20. la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y estableciéndole a su diestra en los lugares celestiales,


21. sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que es nombrado, no sólo en este mundo, sino también en el venidero.


22. Y todo lo sometió bajo sus pies, y a él le hizo Cabeza por encima de todos en la iglesia,


23. la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

 




CAPITULO 2

La salvación por la gracia de Dios

1. Y a vosotros que estábais muertos debido a vuestros delitos y pecados,


2. en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, siguiendo al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,


3. entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.


4. Pero Dios, que es rico en misericordia por su gran amor, con el cual nos amó,


5. aunque estábamos muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),


6. y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,


7. para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.


8. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no proviene de vosotros, sino que es don de Dios;


9. no por obras, para que nadie pueda jactarse. 


10. Porque somos obra suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.*

* Porque todos somos obra suya, renaciendo y siendo reconstruidos  una y otra vez en Jesucristo y con Cristo Jesús como principio, para hacer las buenas obras que Dios había preparado desde el principio del mundo, para caminar con ellas durante nuestra vida. (imgap.gr)




Los gentiles y los judíos unidos en la iglesia

11. Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, los llamados incircuncisos por la llamada circuncisión, que es realizada en la carne con mano humana,  


12. en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y siendo ateos en el mundo.


13. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.


14. Porque él es nuestra paz, que unió las dos partes, derribando la pared intermedia de separación, es decir la enemistad,


15. aboliendo por su carne la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo, de las dos partes, un nuevo hombre y traer la paz y la reconciliación


16. con Dios con las dos partes en un cuerpo mediante la cruz, a través de la cual mató las enemistades.


17. Y cuando vino, os predicó el jubiloso mensaje de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca


18. porque por él tenemos los dos entrada por un mismo Espíritu al Padre.


19. Así que ya no sois extranjeros ni ciudadanos provisionales de la iglesia, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,


20. porque habéis sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, del cual Jesús Cristo es la piedra angular,  


21. sobre la cual toda la construcción es ensamblada y aumenta para ser un templo santo en el Señor. 


22. En el cual vosotros también sois juntamente edificados, para convertiros en morada de Dios con el Espíritu.

 



CAPITULO 3

La misión de Pablo de la revelación del misterio de Dios.

1. Por eso yo Pablo, el prisionero de Jesús Cristo para vosotros los gentiles,


2. habiendo oído sobre el plan de la gracia de Dios, que me fue dada para con vosotros, *

* Soy vuestro apóstol particular. Y, por supuesto, seréis informados del milagroso modo con el que fui llamado al oficio apostólico por la gracia de Dios, que me fue dada específicamente para serviros a vosotros los gentiles. (imgap.gr)


3. es decir que por revelación me fue dado a conocer el misterio, como os he escrito anteriormente con pocas palabras,


4. mediante las cuales podéis, si las leéis, comprender cómo percibo el misterio de Cristo, 


5. el cual en otras generaciones no fue dado a conocer a los hombres, como ha sido revelado ahora a sus santos apóstoles y a sus profetas por el Espíritu:


6. Que los gentiles son herederos junto con vosotros y han sido incorporados y hechos copartícipes de sus promesas en Cristo a través del evangelio, 


7. del cual fui hecho servidor de acuerdo al don de la gracia de Dios, la cual me fue dada por la actuación de su poder. 


8. A mí el más pequeño de todos sus santos me fue dada esta gracia, de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo,


9. y de iluminar a todos en cuanto a cuál es el plan secreto que estaba oculto antes de todos los siglos en Dios, el cual todo lo creó mediante Jesús Cristo, 


10. para que sea conocida ahora por los principados y por las potestades celestiales, a través de la Iglesia, la multiforme sabiduría de Dios,   


11. conforme al propósito eterno que llevó a cabo mediante Jesús Cristo nuestro Señor,


12. por quien tenemos la valentía y nos dirigimos con certeza a través de la fe hacia él.


13. Por eso os ruego que no perdáis el valor ante las tribulaciones que sufro por vosotros, las cuales son vuestra gloria y jactancia.  



Oración por la comprensión del evangelio

14. Por este motivo me arrodillo en oración al Padre de nuestro Señor Jesús Cristo,


15. de quien cada género en los cielos y en la tierra toma el nombre*

* De quien todas las órdenes angélicas de los cielos y todas las tribus de la tierra recibieron su existencia y denominación. (imgap.gr)    


16. para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder por su Espíritu en vuestro hombre interior;


17. para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en la agapi,


18. para que podáis entender junto con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,


19. y que conozcáis la agapi de Cristo, que sobrepasa al conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.


20. Y a Aquel que puede hacer mucho más de todo lo que pedimos o que  pensamos, según el poder que actúa dentro de nosotros,


21. a él sea la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.

 




CAPITULO 4

La llamada de Dios implica unidad 

1. Os exhorto entonces yo el preso por el Señor, que os comportéis dignamente ante la llamada que recibísteis,


2. con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en la agapi,


3. solícitos en mantener la unidad del Espíritu mediante la unión de la paz.


4. Un cuerpo existe y un Espíritu, así como que una es la esperanza de la llamada que recibísteis.  


5. Un Señor, una fe, un bautismo,


6. un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.


7. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.


8. Por lo cual dice, "Cuando subió a las alturas tomó prisioneros y otorgó dones a los hombres". 


9. Y eso de que subió, ¿qué significa, sino que descendió primero a las partes más bajas de la tierra?


10. El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.


11. Y sus dones fueron: que algunos fueran apóstoles, otros profetas, otros evangelistas, otros pastores y maestros,


12. con el fin de formar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,


13. hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y al pleno conocimiento del Hijo de Dios, como hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo,


14. para que ya no seamos infantes, fluctuantes y a la deriva de todo viento de doctrina, dentro del engaño de los hombres, dentro de sus astucias buscando un  engaño sistemático,  


15. sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la Cabeza, Cristo,


16. de quien todo el cuerpo, bien unido y sostenido por los servicios de las articulaciones con las que está formado, y a través de las adecuadas acciones de cada miembro, tiene lugar el crecimiento del cuerpo con el objetivo de su propia edificación en el amor.



La antigua y la nueva vida

17. Entonces esto os digo, y testifico en el Señor, que no os comportéis ya como lo hacen  los otros gentiles, conforme a los vanos pensamienos de su entendimiento,  


18. con su intelecto oscurecido, enajenados de la vida de Dios por la ignorancia que los domina a causa del endurecimiento de sus corazones, 


19. los cuales, habiéndose hecho insensibles, se entregaron a sí mismos a la lascivia, para obrar desenfrenadamente toda clase de impureza.


20. Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,


21. si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.


22. Debéis despojaros del viejo hombre de vuestra anterior manera de vivir, el cual es depravado por los deseos engañosos,


23. y renovaros en el espíritu de vuestro nus* y entendmiento,

* Nus (del gr. "Nους"): Ojo espiritual del alma


24. y vestiros del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad verdaderas.



Pautas para una nueva vida

25. Por tanto, desechad la mentira y hablad la verdad cada uno con su compañero porque somos miembros el uno del otro. 

 

26. Airaos y no pequéis. Que el sol no se ponga sobre vuestro enojo,  

    

27. ni deis lugar al diablo.

 

28. El que robaba, que no robe más; antes bien, que se esfuerce y obre el bien con sus propias manos, para que tenga para ofrecer a quien tiene necesidad. 


29. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la edificación cuando exista la necesidad y beneficiar a los oyentes.


30. Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.


31. Toda amargura, enfado, ira, vocerío y maledicencia, estén lejos de vosotros, junto con toda malicia.


32. Y sed buenos los unos con los otros, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, así como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo.

 




CAPITULO 5

1. Convertíos entonces en imitadores de Dios como hijos amados 


2. y cοmportaos con amor, así como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio fragante a Dios.


3. Pero la fornicación y toda inmundicia o codicia no sea ni mencionadas entre vosotros, como debe ser entre santos,


4. ni obscenidades, ni necedades, ni jocosidades, las cuales no son convenientes, sino más bien agradecimientos a Dios. 


5. Porque sabed esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, es decir idólatra, no tiene herencia en el reino de Cristo y Dios.


6. Que nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.


7. No tengáis, pues, nada en común con ellos,


8. porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; comportaos como hijos de luz


9. -porque el fruto del Espíritu se manifiesta en toda bondad, justicia y verdad-,


10. buscad lo que es agradable al Señor,


11. y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas,


12. porque lo que hacen ellos en oculto solo mencionarlo alguien ya es vergüenza.


13. Mas todo lo que es revelado por la luz se hace manifiesto, y todo lo que es manifiesto tiene luz*

* Pero tras el control, estas obras que se hacen en secreto son reveladas. Es decir, se hace conocido su vergonzoso carácter y sus desastrosas consecuencias. Y los bien dispuestos son corregidos. Dejan ya de hacer estas cosas y trabajan de ahora en adelante abiertamente. Porque todo lo que no teme el control y no se dificulta en revelarse es luz. (P. Trempelas)


14. Por lo cual dice, Despiértate, tú que duermes y resucita de los muertos, y Cristo te iluminará.


15. Atended entonces cómo os comportáis exactamente, no como imprudentes sino como sabios,


16. aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.


17.  Por tanto, no seáis insensatos, sino comprended cuál es la voluntad del Señor.


18. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay dispedio,  


19. antes bien llenos del Espíritu y hablad entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;


20. agradeciendo siempre a Dios y Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesús Cristo,


21. y someteos los unos a los otros con temor de Dios.




Vida familiar cristiana

22. Las mujeres, obedeced a vuestros maridos, como al Señor,*

* Las mujeres someteos (obedeced) a vuestros maridos, como si mostráseis este sometimiento al Señor, quien pide que las mujeres se sometan a sus maridos. (P. Trempelas) 


23. porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es Cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.*

* Porque el hombre es cabeza y autoridad de la mujer, así como Cristo es cabeza y autoridad de la Iglesia, pero Cristo es al mismo tiempo el salvador del cuerpo de la Iglesia, es decir, de todos los fieles sin excepción.


24. Así que, como la iglesia está sometida a Cristo, así también las mujeres lo estén a sus maridos en todo.


25. Los maridos, amad a vuestras mujeres. Como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,


26. para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua, por el logos,* 

*es decir, mediante el santo bautismo, según el cual se dice la santa invocación "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". (imgap.gr)

es decir, mediante el santo bautismo, el cual es acompañado de la locución de la invocación. (P. Trempelas)


27. a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.


28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama,*

* ya que constituyen el mismo cuerpo. (imgap.gr)


29. porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,


30. porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.


31. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.


32. Este misterio es grande; mas yo lo explico, que se refiere a Cristo y a la iglesia.


33. Pero vosotros también, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo, y la mujer respete a su marido.




CAPITULO 6

1. Los hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es lo correcto. 


2. Honra a tu padre y a tu madre, este es el primer mandamiento que es acompañado por promesa:


3. para que te vaya bien, y tengas larga vida sobre la tierra.


4. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos con la enseñanza y la enmienda del Señor.


5. Los siervos, obedeced a vuestros señores de este mundo con temor y pavor, con la sinceridad de vuestro corazón, como a Cristo;


6. no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, que realizan la voluntad de Dios con sus corazones


7. sirviendo con buena disposición, como si sirviéseis al Señor y no a los hombres.


8. Sabéis que cada uno, lo bueno que haga, lo recibirá de nuevo del Señor, sea siervo o sea libre.


9. Y vosotros, los señores, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, porque debéis saber que también vosotros tenéis Señor en los cielos, y no existen en él preferencias en cuanto a personas.


La armadura de Dios

10. Finalmente, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el estado de su poder.*

* La admonición por lo tanto que me queda por daros, hermanos, es: fortaleceos con el poder y la fuerza que os da vuestra comunión con el Señor y que surge de su todopoderosa potencia. (P. Trempelas)


11. Revestíos con la armadura de Dios, para que podáis resistir ante las estratagemas del diablo.


12. Porque no es nuestra lucha contra sangre y carne, sino contra los principados, las potestades, los gobernadores de este mundo tenebroso, con los espíritus malvados en los cielos. 


13. Por tanto, revestíos con la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo cumplido todo, estar firmes.


14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestíos con la coraza de justicia;


15. en vuestros pies calzado para estar listos para el jubiloso anunciamiento de la paz.


16. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, para que con él podáis apagar todas las flechas con fuego del maligno,


17. y tomad el casco de la esperanza de la salvación, y la espada del Espíritu, es decir el logos de Dios;


18. Persistid en la oración y en la súplica, orantes siempre en Espíritu y con este fin estando espiritualmente despiertos con completa perseverancia y súplica por todos los santos,


19. y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra, para dar a conocer con mucho coraje el misterio del evangelio,


20. por el cual, atado con cadenas, desempeño labor de embajador. Orad para que pueda hablar de ello con coraje, tal como es debido.


Epílogo

21. Y para que sepáis vosotros también mis noticias de cómo van mis cosas y lo que hago, os lo dará todo aconocer Tíquico, el amado hermano y fiel servidor del Señor, 


22. a quien os lo envío precisamente para esto, para que tengáis noticias mías y os fortalezca. 

 

23. La paz sea con los hermanos, y la agapi con fe de Dios Padre del Señor Jesús Cristo.


24. Que la gracia sea con todos que aman a nuestro Señor Jesús Cristo con agapi indestructible. Amén