INTRODUCCION
Efeso, en los días del apóstol Pablo era capital de la provincia romana de Asia llamada consulado (ancipatíkí). Fue una de las tres ciudades más grandes del Mediterráneo oriental, junto con Antioquía en Siria y Alejandría en Egipto. Se encontraba a menos de cinco kilómetros del mar, junto al río Kaistro, que en época romana era navegable desde la orilla del mar hasta la ciudad.
Esta ciudad fue visitada por primera vez por Pablo cuando venía de Corinto, hacia el final de su segunda gira apostólica. Entró en la sinagoga y habló con los judíos que estaban allí. No se quedó en Éfeso por mucho tiempo, pero después de dejar allí a Aquila y Priscila, se fue a Jerusalén, y de allí bajó a Antioquía (Hechos 10:22).
En su tercera gira más apostólica, Pablo llegó a Éfeso y extendió su estadía por tres años completos. Sin embargo, debido al gran éxito de su predicación allí, despertó el odio del platero Demetrio y de muchos artesanos, porque sus intereses se vieron afectados. Esto se debe a que los compradores paganos de las estatuíllas o ídolos de plata del templo de Artemisa de Éfeso, que fabricaban y comercializaban, eran cada vez menos. Por eso hubo una gran contienda, en la que se puso en peligro la vida del Apóstol (Hch. 9, 23-40).
Al final de su tercer viaje apostólico, debido a que Pablo tenía prisa por subir a Jerusalén y no quería demorarse en el camino, cuando llegó a Mileto invitó a los ancianos de la Iglesia de Éfeso a que fueran allí. A ellos se dirigió luego en su muy importante discurso que está registrado en Hechos (20, 18-36).
Esta epístola fue escrita por el apóstol Pablo en Roma, cuando estuvo preso durante su primer encarcelamiento y hacia el final del mismo, es decir, en el 62 d.C. Y debido a que en esta epístola no figura una despedida al final, tal como acostumbraba a hacer Pablo en todas sus epístolas, pero también en algunos de los manuscritos antiguos la frase "en Éfeso" no se menciona en el prefacio, por lo que muchos jóvenes asumieron que el Apóstol la escribió como una especie de circular y la envió a Éfeso, para que circulara con el cuidado de la Iglesia de Éfeso por más Iglesias, como por ejemplo la de Laodicea, Hierápolis, Pérgamo, Mileto y otras regiones de Frigia.
EPISTOLA A LOS EFESIOS
CAPITULO 1
Vers. 1-2. Preámbulo.
* Se sobreentiende que esta gracia es siempre increada y proviene de Dios
Vers. 3-14. Pablo agradece a Dios por Su obra redentora.
3. Que Dios sea bendito y glorificado, al cual nuestro Señor Jesús Cristo tiene como Padre en cuanto a su naturaleza divina, y Dios en cuanto a la humana; porque nos ha transmitido toda bendición espiritual, la cual nos ha regalado a través de Jesús Cristo desde el cielo, para llevarnos hacia el cielo.
4. Y nos dio estas bendiciones según la elección que hizo sobre nosotros para unirnos con Cristo. E hizo esta elección sobre nosotros antes de que tuviese lugar el mundo, con el objetivo de que cuando llegase el tiempo de ser creados y de vivir en la tierra, fuésemos santos e impecables ante él.
5. Y en su amor nos predestinó para ser adoptados y convertirnos en hijos suyos por medio de Jesús Cristo, según la bondadosa voluntad que tiene para que seamos salvados,
6. para que sea así alabada y glorificada la grandeza de su gracia y de sus donaciones, con la cuales
nos ha agraciado a través de su hijo Amado.
7. Y realmente es grande y gloriosa su gracia, ya que con nuestra unión y nuestra comunión con su Hijo adquirimos la liberación por su sangre, la cual dio como redención y obtención de nuestra libertad. Y así recibimos el perdón
de los pecados, según las riquezas de su gracia.
8. Y nos dio tan rica esta gracia suya, de modo que se desborde y abunde sobre nosotros toda sabiduría, para conocerle a Él y a sus Misterios, y con toda prudencia, para organizar sabiamente los asuntos de esta vida nuestra pasajera.
9. Y nos hizo sabios y sensatos dándonos a conocer su voluntad, que estaba oculta y no podíamos conocerla por nosotros mismos; porque lo había prediseñado él sólo, de acuerdo a su bondadosa voluntad que tenía para salvar al hombre, y lo tenía oculto en el fondo de su amor.
10. Objetivo de este plan era la preparación de su casa, es decir de su Iglesia. Esta preparación y economía se cumpliría con el cumplimiento de los tiempos establecidos, y vendría el tiempo adecuado para unir todo en la persona de Cristo, llevandolo todo a la comunión con Él; es decir los ángeles en el cielo y los hombres en la tierra, que debido a sus pecados estaban completamente separados del mundo celestial. E hizo esta unión por medio del mismo Cristo.
11. Por medio de él, es decir de Cristo, también nosotros fuimos escogidos como por sorteo, sin esforzarnos. Pero si esta elección nuestra tuvo lugar sin esperarla nosotros, no era sin embargo fortuita ni desonocida para Dios. Fuimos predeterminados y elegidos de acuerdo al plan preeterno de Dios, quien todo lo hace conforme al libre juicio y decisión de su voluntad,
12. a fin de que seamos los que alabemos su glorificada bondad, nosotros los judíos cristianos, que teníamos desde antes fijadas nuestras esperanzas en Cristo el Mesías.
13. Pero también vosotros que entonces érais idólatras, con vuestra unión y comunión con Cristo, habiendo oído las palabras de la predicación que es la misma
verdad, es decir la gozosa anunciación de vuestra salvación, y habiendo creído en él, habéis sido sellados con el sello del Espíritu Santo, conforme a las promesas de Dios.
14. Y el Espíritu Santo es el compromiso que nos fue dado como garantía de nuestra herencia. Y esta herencia del reino eterno nos será dada, para que sea liberado el pueblo que pertenece a Cristo y es propiedad suya, para que sea alabada su gloria.
Vers. 15-23. Agradecimiento y súplica de Pablo por los Efesios.
15. Debido entonces a que también vosotros estáis incluidos en el pueblo de Cristo, por esta causa también yo, como habiendo oído la fe que tenéis en el Señor Jesús, y de vuestro amor que mostrais sin excepciones a todos los cristianos,
16. no ceso de dar gracias a Dios por vosotros ni de hacer memoria de vosotros en mis oraciones.
17. Y pido en ellas, que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el
Padre al que pertenece la gloria, que os dé carisma espiritual de sabiduría y de revelación de las verdades divinas, para que seáis iluminados y recibáis en la medida de lo posible un perfecto conocimiento de su bondad y de su infinita grandeza.
18. Pido que ilumine los ojos de vuestra alma, para
que sepáis cuáles y cuántos son los bienes que esperamos y que Dios nos llamó a disfrutarlos, y cuál es el rico esplendor de la gloria que Dios estableció como herencia de los santos.
19. Y para que sepáis también cuán enormemente e inimaginablemente grande es su poder, con el cual nos refuerza y nos ayuda a nosotros que creemos. Es este poder proporcional a la energía de su omnipotencia,
20. la cual reveló operante en Jesús Cristo, cuando le resucitó de los muertos
y le estableció a su diestra arriba en los lugares celestiales.
21. Le estableció a mucha mayor altura que las órdenes angelicales, por encima de todo principado y autoridad y poder y señorío,
y sobre todo nombre que es honrado no sólo en este mundo, sino también en el futuro.
22. Y todo lo sometió bajo sus pies. Y a él que tanto elevó, le hizo Cabeza y lider supremo, por encima de todo lo existente dentro de ella.
23. Esta Iglesia
es su cuerpo, la plenitud de Cristo como hombre. La plenitud de Cristo, quien como Dios todo lo llena cubriendo todas sus necesidades, que proporciona a cada creación lo que le es necesario.
CAPITULO 2
Vers. 1-10. La antigua vida del pecado conduce a la muerte. Cristo da nueva vida.
1. Dios hizo por nosotros lo que también hizo por vosotros. Es decir vospotros estábais espiritualmente muertos a causa de las transgresiones y de los pecados,
2. en los cuales anduvisteis en otro tiempo, cuando vivíais la vida corrupta de este mundo, acorde a la voluntad del príncipe que gobierna desde las extensiones del aire a los hombres carnales; es decir del
espíritu malvado que ahora opera sobre los que se resisten a la voluntad de Dios.
3. Entre estos indisciplinados incluso nosotros los judíos todos vivimos y nos comportamos en
otro tiempo según los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de nuestra naturaleza pecadora y
de nuestras oscurecidas mentes. Y éramos entonces por nuestra corrupta naturaleza y por nuestro mismo nacimiento merecedores de la ira divina, tal como el resto.
4. Pero Dios, que es rico en misericordia, debido a su gran
amor, con el cual nos amó,
5. y aunque todavía estábamos espiritualmente muertos debido a nuestras transgresiones, nos dio vida espiritual
juntamente con Cristo. Por la gracia de Dios habéis sido salvados, y no con vuestros logros.
6. Y nos resucitó junto con Cristo y nos hizo
sentarnos con él en los lugares celestiales. Y esta resurrección y elevación nuestra tuvo lugar mediante nuestra unión con Jesús Cristo.
7. Tanto nos benefició Dios entonces, para mostrar en los interminables siglos venideros las inconcebibles
riquezas de su gracia con la bondad que mostró sobre nosotros mediante Cristo Jesús.
8. Y es realmente inconcebible la riqueza de la gracia de Dios. Porque con su gracia habéis sido salvados por medio de la fe. Y esta salvación vuestra por la fe no proviene de vosotros, sino que es don de Dios.
9. No habéis sido salvados por vuestras obras, para que nadie tenga el derecho de jactarse.
10. Porque como hombres, pero sobretodo como cristianos renacidos, somos obra suya, que fuimos creados para permanecer unidos con Jesús Cristo y para hacer buenas obras, para las cuales nos preparó Dios, de modo que marchemos y vivamos con ellas el resto de nuestras vidas.
Vers. 11-22. Dios por medio de Jesús Cristo unió a los gentiles y a los judíos en una Iglesia
* A los de las naciones, a los no judíos, a los idólatras.
11. Y debido a que Dios nos hizo nuevas creaciones para buenas obras, por eso acordaos vosotros los gentiles que no habéis hecho en vuestro cuerpo circuncisión y por eso con menosprecio los judíos os llamaban "prepucios", mientras que ellos tenían por jactancia llamarse circuncisión -aunque su circuncisión era carnal, ya que se hacía con mano humana-
12. recordad entonces vosotros que en aquel tiempo no teníais ninguna relación con el Mesías Cristo. Estábais distanciados del régimen teocrático de Israel y extraños de los pactos, que tenían como contenido principal la promesa de Dios sobre Cristo el Salvador. No teníais entonces ninguna esperanza para la bienaventurada vida futura y no conocíais al verdadero Dios, viviendo en el mundo como si no tuviéseis Dios.
13. Pero ahora, teniendo comunión con Jesús Cristo, vosotros que en otro tiempo estabais lejos de Dios y de sus pactos, habéis sido hechos cercanos por la sangre del sacrificio por crucifixión de Cristo.
14. Os habéis acercado a Dios y a sus pactos por la sangre de Cristo, porque él es nuestra paz. Él hizo los dos mundos enfrentados, el Judaísmo y el Nacionalismo*, uno sólo. Él derribó y abolió el muro que creaba la fracción de la ley que se levantaba entre los dos pueblos y los separaba
15. Es decir abolió la enemistad entre los dos pueblos, ya que anuló con su sangre la ley de los mandamientos, la cual, aunque contenía ordenanzas, no daba sin embargo la gracia para la aplicación y el cumplimiento de estas ordenanzas. Y abolió la ley, de modo que uniendo a los dos pueblos con él, crear un nuevo hombre, una nueva humanidad, y traer así paz entre ellos.
16. Y con su muerte por crucifixión reconciliar también a los dos pueblos con Dios, unidos ahora en un cuerpo, habiendo matado antes la enemistad con su muerte.
17. Y viniendo Jesús a la tierra, predicó el jubiloso mensaje de paz a vosotros los gentiles, que estabais lejos de Dios, y a nosotros los judíos, que estábamos cerca.
18. Porque él nos llevó a los "dos" pueblos por medio del "un" Espíritu Santo, cerca del Padre. A través de Cristo tuvo lugar nuestro acercamiento a Dios.
19. De todo esto entonces obtenemos la conclusión de que ya no sois extraños ni ciudadanos provisionales en el reino de Dios, sino que sois conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.
20. Y como piedras vivas habéis construido sobre el cimiento. Y este cimiento son los apóstoles y los profetas, y la piedra angular, la cuña que sostiene y mantiene toda la construcción, es el mismo Jesús Cristo.
21. Sobre él entonces y a través de él, Cristo, toda la construcción de la Iglesia se une armoniosa y sólidamente, y aumenta, para ser un templo santo, como lo quiere el Señor.
22. Con vuestra unión con el Señor también vosotros construís junto con los otros fieles para convertiros en templo y morada, en el cual habitará Dios con su Espíritu.
CAPITULO 3
Vers. 1-13. El servicio de Pablo en el misterio de la salvación de los gentiles.
1. Debido entonces a que ya no sois extraños sino miembros de la familia de Dios, por eso yo Pablo, que estoy prisionero a causa de Jesús Cristo, debido a mi acción para que seáis salvados vosotros los gentiles, suplico y ruego a Dios por vosotros.
2. Estoy prisionero como apóstol vuestro, autorizado para predicar el Evangelio a las naciones. En relación a esto, no os quedará ninguna duda, si ciertamente habéis oído hablar de la sabia manera en que fue utilizada la gracia de Dios para llamarme a la autoridad apostólica. Esta gracia me fue dada para vosotros.
3. Hablo del sabio modo que Dios utilizó para que yo fuese apostol vuestro. Porque él por revelación me mostró la verdad que hasta entonces estaba oculta, es decir la verdad de que serían salvados también los gentiles y se convertirían en miembros de la familia de Dios, como os he escrito anteriormente con pocas palabras.
4. Según entonces lo que os escrito, podéis percibir, cuando lo leáis, cuán perfectamente conozco la verdad que me reveló Dios para la salvación también de los fieles por medio de Cristo.
5. Esta verdad era misterio en otras épocas y generaciones, y no fue dado a conocer a los hombres, como lo ha revelado ahora el Espíritu Santo a sus santos apóstoles y a los cristianos profetas:
6. Es decir que el Espíritu Santo ha revelado que los gentiles junto los judíos que han creído son coherederos y están unidos en un cuerpo, y participan en la promesa de Dios. Y las naciones adquieren estos derechos debido a que tienen comunión y unión con Jesús Cristo, la cual tiene lugar mediante su fe en el Evangelio.
7. Y yo he sido hecho servidor de este Evangelio de acuerdo al don* que me ha otorgado la gracia de Dios. Y para que me fuese dado este don*, ha actuado dentro de mí el poder de Dios, la cual de perseguidor me ha transformado en apóstol.
* don: aquí significa regalo.
8. A mí el más pequeño de todos los cristianos me fue dada esta gracia, es decir la de evangelizar anunciando a los gentiles la insondable riqueza de las bendiciones y de los bienes que Cristo nos ha traído, una riqueza superior a todo entendimiento.
9. Y me fue dada la gracia para iluminar y para mostrar a todos cuál es la nueva situación y gestión que ha hecho Cristo ofreciendo la salvación a todos los hombres. Esta gestión era un misterio, una verdad desconocida y oculta desde el principio antes de todos los siglos en Dios, el cual todo lo creó mediante Jesús Cristo.
10. Y se mantenía oculta, para ser mostrada ahora la sabiduría de Dios a través de la Iglesia a los principados y por las potestades celestiales, que se muestra de muchas y variadas formas,
11. Y se ha convertido ahora en conocida, conforme al propósito eterno que realizó Dios y se llevó a cabo mediante Jesús Cristo nuestro Señor.
12. Por este nuestro Señor tenemos la valentía y podemos acercarnos con el convencimiento de que no nos rechazará; y esto es porque creemos en el Señor Jesús.
13. Debido entonces a que es grande el misterio de vuestra llamada y grande la misión que me asignó Dios, por eso os ruego que no os revolucionéis y no perdáis el valor ante las tribulaciones que sufro por vosotros. Porque estas tribulaciones mías son para vosotros gloria, ya que por vosotros Dios entrega a los apóstoles a tribulaciones y encarcelamientos.
Vers. 14-21. Pablo reza por que sean perfeccionados los fieles y conozcan el tamaño del amor de Dios.
14. Debido exactamente entonces a que no sois ya extraños sino miembros de la familia de Dios y construcción divina, me arrodillo en oración al Padre de nuestro Señor Jesús Cristo,
15. de quien cada género en los cielos y en la tierra toma el nombre de la tribu y de su género
16. Y le ruego cálidamente para que os dé, conforme a la riqueza de su glorificada e infinita perfección, de modo que por su Espíritu os llenéis de fuerza dentro de vosotros, en vuestro hombre interior,
17. para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones.
18. Y que permanezcáis con el amor profundamente arraigado y cimentado, para que podáis entender junto con todos los cristianos cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura de la condescendencia y de la misericordia de Cristo,
19. y que conozcáis en la práctica el amor con que os ha amado, el cual sobrepasa cada límite y medida del conocimiento humano. Y entonces sentiréis un mayor agradecimiento hacia Dios, lo amaréis más cálidamente y os dedicaréis más a él. Y así seréis llenos de la abundancia de los dones y de las perfecciones que emanan de él.
20. A Dios entonces, que tiene el poder de hacer por nosotros infinitamente mayor más de lo que nosotros pedimos o que podemos hacer con nuestro cerebro, y hacerlo según el poder que actúa dentro de nosotros, para nuestra santificación y para nuestra salvación,
21. a él sea la gloria en la Iglesia, la cual ha sido construidansobre el cimiento de Jesús Cristo y está unida a él, por
todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.
CAPITULO 4
Vers. 1-16. La unidad en la Iglesia y los carismas del Espíritu Santo
1. De acuerdo entonces con esto que os he escrito antreriormente, os ruego yo que estoy preso por el nombre Señor, que andéis y que viváis de modo digno de la llamada de lo alto que Dios os ha hecho.
2. Os ruego entonces que viváis con toda humildad y mansedumbre, con transigencia y paciencia. Tolerando con amor cada unos los defectos del otro.
3. Solícitos en intentar mantener entre vosotros la unidad mediante la cual os unió el Espíritu Santo, utilizando como unión la paz, la cual os une a todos juntos en uno.
4. Formando un cuerpo, la Iglesia, y un Espíritu vivifica este cuerpo, así como que una es la esperanza de la llamada que recibísteis.
5. Un sólo Señor es; una fe tienen todos los cristianos; un bautismo recibieron todos
6. Un único Dios y Padre de todos es. El gobierna sobre todos como Soberano. Su poder se difunde y actúa a través de todos los miembros de la Iglesia sobre todo su cuerpo. Él habita dentro de todos nosotros.
7. Debemos entonces ser todos uno. Aunque todos los fieles no hemos recibido los mismos carismas, sino distintos y variados. Esta distribución por ningún motivo está permitido que se convierta en causa de división entre los fieles. Porque esta distribución no es fortuita, sino que es realizada por el mismo Cristo. Es decir que él a cada uno de nosotros por separadonos ha dado la gracia divina,
conforme a la medida con sabiduría y justicia utiliza en la distribución de sus dones.
8. Y debido a que el mismo Cristo distribuye los carismas, por eso también dice la Santa Escritura en los salmos: Cuando Cristo con su Ascensión subió a las alturas en el cielo, ató prisioneros a sus enemigos, es decir, a satanás y a la muerte, y otorgó carismas a los hombres.
9. Diciendo entonces la Santa Escritura sobre Cristo que subió, ¿qué otra cosa significa, sino que descendió primero a las partes más bajas de la tierra, dado que se convirtió en hombre y fue crucificado?
10. Cristo que descendió, es el mismo que también subió por
encima de todos los cielos, para llenarlo todo con su presencia y con sus dones.
11. Y él dio distintos carismas y servicios: a unos estableció apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros,
12. con el fin de formar a los cristianos para llevar a cabo la obra del
ministerio, mediante el cual es construido el cuerpo de Cristo,
13. Hasta que todos lleguemos a tener una misma y verdadera fe y perfecto conocimiento del Hijo de Dios y a avanzar espiritualmente, hasta convertirnos en un hombre perfecto; y adquirir la medida de la madurez espiritual y de la perfección de Cristo, es decir a tener sus dones y su perfección espiritual al completo.
14. Para que ya no seamos espiritualmente infantes, fluctuando como las olas, a la deriva de todo viento de doctrina. Y esto que como violento viento provoca inestabilidad entre vosotros y os agita es el fraudulento engaño de las enseñanzas de los hombres engañados, quienes con viles astucias buscan difundir su engaño.
15. Éstos ciertamente enseñan mentiras y engaños. Nosotros sin embargo, permaneciendo fijos en la fe verdadera, que es acompañada por el amor, ascendamos y avancemos espiritualmente, hasta que lleguemos a una altura tal, en que nos asemejemos en todo con aquel que es la cabeza, Cristo.
16. De este Cristo, con la ayuda espiritual que otorga, es encajado y combinado todo el cuerpo de la Iglesia mediante el contacto y la directa comunicación entre todos sus miembros. Y Cristo proporciona esta ayuda suya en relación al grado de la voluntad de cada miembro y en relación a la acción y la obra que cada miembro lleva a cabo. Y así el cuerpo de la Iglesia, estando unido a Cristo y recibiendo de él su ayuda y sus concesiones, lleva a cabo su crecimiento, siendo edificados todos sus miembros y su conjunto con amor.
Vers. 17-24. El antiguo y el nuevo hombre
17. Entonces esto os digo y os pido intensamente como hombre conectado con el Señor: que no os comportéis ya vosotros como lo hacen los otros gentiles, que andan conforme a las falsas y vanas ideas de sus nus*.
* Nus, del gr "νους", parte del alma mediante la cual percibimos.
18. Estos gentiles tienen sus nus oscurecidos y se han distanciado de la vida que tiene y que transmite Dios a los suyos. Y la causa de este oscurecimiento de sus mentes y de su distanciamiento de Dios es la ignorancia que se crea por la depravación y el endurecimiento de sus corazones.
19. Los cuales, habiéndose vuelto indiferentes, no sienten ninguna culpabilidad. Por eso se entregaron a sí mismos al libertinaje, para obrar desenfrenadamente y sin ninguna medida toda clase de impureza.
20. Mas vosotros no habéis sido así enseñados, sobre la persona, la vida y la enseñanza de Cristo, considerando permisibles estas obras.
21. Sí; no habéis aprendido así respecto a Cristo, si, como espero y estoy seguro, habéis oído la verdadera predicación sobre él y os h sido
enseñada la verdad que está en Jesús, viviendo unidos con Él por la fe.
22. Ciertamente habéis sido enseñados a quitaros de sobre vosotros como una vestimenta inmunda el viejo hombre del pecado, tal como se declaraba con la mala conducta que teníais antes de creer y de ser bautizados. Este viejo hombre son las malas e inmorales costumbres de un corazón pecaminoso, la vida impura, la cual continuadamente va a peor y se corrompe entera por los deseos que provoca el engaño del pecado.
23. Habéis sido enseñados también a renovaros en cuanto al fondo espiritual e interior de vuestro nus.
24. Y a vestiros del nuevo hombre, el cual es una nueva creación, que fue creada acorde a la voluntad de Dios, para que viváis y os comportéis con justicia hacia los hombres y con dedicación y santidad hacia Dios, es decir, con virtudes que son el fruto de la verdad evangélica.
Vers. 25-32. Pautas para la vida cristiana.
25. Por tanto, desechad de sobre vosotros una vez para siempre la mentira, y cada
uno de vosotros que diga la verdad a su compañero. Porque todos nosotros constituimos un cuerpo y somos entre nosotros miembros el uno del otro.
26. Enojaos sólo por celo puro por la gloria de Dios, y no por motivos egoístas. Y así no pequéis. Y si sucede que os enojáis y discutís entre vosotros, buscad reconciliaros, de modo que el sol no se
ponga sobre vuestro enojo, antes de que llegue la noche.
28. El que roba, que no robe más. Antes bien, que se esfuerce y obre con sus propias manos su honesto sustento, para que tenga para ofrecer a quien tiene necesidad.
29. Ningunas palabras corrompidas salgan de vuestra boca, pero si existe algunas buenas y adecuadas para la edificación cuando exista la necesidad y beneficiar a los oyentes, entonces salgan estas palabras de vuestros labios.
30. Y no entristezcáis con vuestras palabras sucias al Espíritu Santo de Dios, con el
cual fuisteis sellados y señalados como suyos para el día de la segunda venida, cuando todos nosotros consigamos la perfecta redención.
31. Expulsad lejos de vosotros toda amargura y disgusto interior, todo enfado e ira, vocerío y maledicencia contra vuestro compañero, así como toda maldad y perversidad.
32. Y sed serviciales entre vosotros, con corazón condolido, perdonándose el uno al otro, así como también Dios os perdonó a vosotros por medio de Cristo.
CAPITULO 5
Vers. 1-21. Otras pautas para la vida diaria cristiana.
1. Entonces dado que Dios os ha perdonado, convertíos vosotros también en imitadores de Dios como hijos amados
2. Y cοmportaos con amor, así como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros para nuestra salvación como ofrenda y sacrificio a Dios, para que esté ante él este sacrificio fragante.
3. Por eso no deben ser ni siquiera como sencilla palabra mencionadas entre vosotros la fornicación y todo tipo de inmundicia carnal o codicia, como debe ser entre personas que han sido santificadas por el Espíritu Santo y tienen como objetivo permanecer fijos en la santidad.
4. Tampoco encajan entre vosotros los cristianos y no debe hacerse referencia a ellas ni siquiera como palabras las obscenas acciones, ni las charlatanerías, ni las indebidas bromas indecentes. Por el contrario, cuidaos mas bien de decir oracoines de agradecimiento.
5. Cuidaros de todo esto, porque debéis saber bien esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, el cual en esencia es idólatra, dado que la adoración por el dinero absorbe todo su corazón, no tiene ningún derecho de herencia en el reino de Cristo y Dios.
6. Esta es la única verdad. Que nadie os
engañe con palabras vanas y falsas. Porque por estos pecados viene la ira de Dios sobre
los hombres desobedientes e indisciplinados.
7. No os volváis, pues, cómplices de ellos en sus malvadas obras.
8. Pensad qué erais en el pasado. Tanto ha penetrado en vosotros la oscuridad del pecado, que os habéis convertido en oscuridad. Pero ahora que os habéis unido con el Señor sois luz. Comportaos entonces como hijos
de luz; como hombres cuya vida entera es luz, y brillan con su virtud.
9. Debéis entonces, dado que habéis recibido el Espíritu Santo, tener una conducta luminosa. Porque el
fruto que produce el Espíritu en las almas de los hombres que ilumina, se muestra exteriormente con todo tipo de declaración de amabilidad, de justicia y de sinceridad.
10. Y examinad y aprended lo que es agradable al Señor.
11. Y no os convirtáis con vuestro consentimiento en coparticipantes y cómplices en sus oscuras obras del pecado, que no ofrecen ningún fruto beneficioso. En vez de cubrirlas y consentirlas, debéis más bien reprenderlas y sacarlas a la luz, demostrando lo desastrosas que son.
12. Este control (reprensión) e iluminación es obligatoria y beneficiosa. Porque las obras que hacen en oculto estas personas indisciplinadas son tan obscenas, que sólo el hablar alguien de ellas es vergonzoso.
13. Pero tras el control, estas obras que se hacen en secreto son reveladas. Es decir, se hace conocido su vergonzoso carácter y sus desastrosas consecuencias. Y los bien dispuestos son corregidos. Dejan ya de hacer estas cosas y trabajan de ahora en adelante abiertamente. Porque todo lo que no teme el control y no se dificulta en revelarse es luz.
14. Entonces debido a que realmente con el control viene la corrección sobre todos los bien dispuestos, por eso el Espíritu Santo utiliza el control y clama a cada pecador con la boca de los profetas del Nuevo Testamento: Levántate, tú que duermes el sueño del pecado, y resucita de lοs muertos y de la muerte, a la cual te ha arrojado el pecado. Y Cristo te iluminará.
15. Habéis recibido vosotros también esta iluminación por Cristo. Atended entonces cómo os comportáis exactamente, no como ignorantes o imprudentes, sino como sabios y prudentes.
16. Aprovechad espiritualmente cada oportunidad para atraparla directamente; así se verán vuestra sabiduría y vuestra prudencia. No debéis perder ninguna oportunidad, porque debido al mal que prevalece, los días están llenos de escándalos, y por eso, aunque aunque las oportunidades para el bien son más escasas, los motivos para el mal son mucho mayores.
17. Por eso entonces atended de no volveros insensatos, sino examinad y comprended en cada situación cuál es la voluntad del Señor. Y así, si aplicáis esto en vuestra vida, seréis realmente sabios y prudentes.
18. Y no os
embriaguéis con vino. En el embriagamiento existe degeneración y libertinaje. Llenaros más bien dentro de vosotros de Espíritu Santo
19. Y entonces el entusiasmo divino que llenará vuestros corazones se exteriorizará. Y hablaréis entre vosotros con salmos e himnos y cánticos espirituales. Cantaréis y
alabaréis al Señor, no sólo con vuestra boca, sino con vuestro corazón, que sentirá y participará en vuestras alabanzas.
20. Agradeced siempre por todo al Dios y Padre, no sólo por lo agradable, sino también por lo desagradable, como siervos de nuestro Señor Jesús Cristo.
21. Y mientras que con estas alabanzas vuestras y vuestros agradecimientos realizaréis una obra sagrada hacia Dios, hacia vuestros hermanos tenéis el deber de someteros los unos a los otros con temor de Cristo.
Vers. 22-33. Relaciones y deberes de los cónyuges.
22. Las mujeres someteos a vuestros maridos, como si mostraseis este sometimiento al Señor, quien pide que las mujeres se sometan a sus maridos.
23. Y pide este sometimiento el Señor, porque el hombre es la cabeza y autoridad de la mujer, así como Cristo es cabeza y autoridad de la Iglesia. Pero Cristo además tiene otra particularidad que le distingue: Él es también al mismo tiempo el salvador del cuerpo de la Iglesia.
24. Pero así como la iglesia está sometida a Cristo, así
también las mujeres lo estén a sus maridos, devotos y temerosos de Dios, en todo.
25. Los maridos, amad a vuestras mujeres como
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo a la muerte por ella,
26. para santificarla, habiéndola purificado con el baño del agua, es decir, mediante el santo bautismo, el cual es acompañado de las palabras de invocación.
27. Y así, purificándola y santificándola, poner a la Iglesia gloriosa en su costilla, como una esposa, sin que tenga ninguna mancha, ni arruga, ni nada que la afee, sino que sea santa e impecable.
28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
29. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo cuida y sustenta a la Iglesia.
30. Y cuida el Señor a su Iglesia, porque nosotros que la constituímos, somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos, como Eva provenía de los huesos y de la carne de Adán.
31. Y debido a que esta era la procedencia de Eva y tenía una unión tan estrecha con Adán, por eso, tal como se hace referencia en la Santa Escritura, abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se adherirá a su mujer, y los dos estarán unidos en un cuerpo.
32. Y esta verdad para la Iglesia es un misterio de gran importancia, el cual, aunque era desconocido hasta ahora, nos ha sido revelado por Dios. Y este gran misterio se refiere a la unión espiritual entre Cristo y la Iglesia. Es decir lo que Dios dijo sobre el hombre y la mujer al principio de la creación, lo mismo se cumplió y se hizo realidad con la unión misteriosa de Cristo y de la Iglesia.
33. La unión del hombre con la mujer dentro del matrimonio es sólo imagen de la unión de Cristo con la Iglesia. Esto sin embargo no disminuye las obligaciones de cada hombre hacia su mujer. Al contrario, también cada uno de vosotros que estáis casados, ame a su mujer exactamente igual que se ama a sí mismo. Pero también la mujer que respete y que honre a su marido.
CAPITULO 6
Vers. 1-4. Padres e hijos.
1. Los hijos obedeced a vuestros padres, de acuerdo a la voluntad del Señor. Porque esto es lo correcto.
2. Honra a tu padre y a tu madre. Este mandamiento es el primero de los diez, que es acompañado por promesa de recompensa. Porque a continuación dice la Santa Escritura:
3. para que te vaya bien, y seas afortunado y vivas muchos años en la
tierra.
4. Y los padres, no aflijáis y no provoquéis a ira ni a enfado a vuestros
hijos. Sino criadlos con cuidado y enseñanza y consejos que son acordes a la voluntad del Señor.
Vers. 5-9. Señores y siervos.
5. Los siervos, obedeced a vuestros señores en la carne con temor y pavor, con la rectitud y la sinceridad de vuestro corazón, como si obedeciéseis a Cristo.
6. Servidles no mediante un falso servicio, que se hace sólo para los ojos, como hacen los que buscan agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, realizando la voluntad de Dios dentro de vuestra alma, con sinceridad y entusiasmo,
7. con interés y con buena disposición, como si sirviéseis al Señor y no a los hombres.
8. Sabéis que cada uno, lo bueno que haga, lo recibirá de nuevo del Señor, sea siervo o sea libre.
9. Y vosotros los señores del mismo modo haced con vuestros siervos. Es decir comportaos con ellos con el mismo espíritu de amor y de buena disposición, con el cual deben serviros ellos también. Evitad las amenazas y las initimidaciones, y mucho más los castigos y los golpes. Es decir comportaos con indulgencia, conociendo que también vosotros tenéis Señor en los cielos, y no existen en él preferencias ni es parcial en cuanto a personas, sino que devolverá a cada uno lo que es justo, sea éste siervo o sea señor.
Vers. 10-20. La batalla contra el diablo y la armadura del cristiano.
10. La admonición por lo tanto que me queda por daros, hermanos, es: fortaleceos con el poder y la fuerza que os da vuestra comunión con el Señor y que surge de su todopoderosa potencia.
11.Vestíos con toda la armadura con que Dios equipa a sus soldados, para que podáis resistir ante lοs viles estratagemas.
12. Porque en realidad no es nuestra lucha contra adversarios como nosotros, con sangre y carne como las nuestras, sino que nuestra lucha y combate, sino contra los principados, las potestades, estas órdenes diabólicas, con los gobernadores de este mundo que dominan a la multitud de los hombres que están hundidos en la oscuridad moral que prevalece en ese mundo. Estamos llamados a luchar contra los seres espirituales que están llenos de maldad y habitan entre la tierra y el cielo.
13. Debido entonces a que la lucha es grande, por eso poneos sobre vosotros y vestiros la armadura que da Dios, para que
podáis resistir en el día en que el malvado os ataque con fuerza. Y habiendo cumplido todos vuestros deberes con exactitud, estar firmes en vuestro puesto, manteniéndolo bien.
14. Estad, pues, firmes, en la alineación de combate. Ceñíos vuestros lomos con la
verdad, de modo que la iluminación de la verdad os dé fuerza espiritual y agilidad. Y vestíos con la coraza de justicia, de modo que seáis indelebles ante cada flecha de injusticia, para no ser arrastrados por ninguna obra injusta contra las personas de vuestro alrededor.
15. Y calzados los pies con el apresto y la disposición para la obra del evangelio, lo cual trae paz al alma, como otros zapatos que hacen más fácil caminar con libertad.
16. Con todo esto, tomad y vestid como otro escudo grande, que os cubra por completo, la fe, con la cual podréis apagar todas las tentaciones cáusticas del maligno, que son como dardos de fuego.
17. Y tomad como otro yelmo la esperanza de salvación, para que, así como el yelmo protege la cabeza del soldado, así los pensamientos buenos y alegres que infunde la esperanza cristiana protejan tu intelecto. Tomad también la espada que da el Espíritu, que es la palabra de Dios.
18. Pero con toda esta armadura que traerás, tu victoria dependerá del poder y la ayuda divinos. Por lo tanto, suplica a Dios con toda clase de oración y petición; y ora en todo momento con la iluminación del Espíritu Santo. Persiste en esta obra de oración y sé vigilante con toda la persistencia y súplica posibles por todos los cristianos.
19. Y orad especialmente por mí, para que Dios me dé sabiduría para hablar apropiada y adecuadamente, para que Dios abra mi boca para dar a conocer con valentía y sin temor la verdad del evangelio, que hasta hace poco estaba oculta, pero que ahora ha sido revelada por Dios.
20. Por esta verdad soy un embajador enviado por Dios. Y como prenda y emblema de este gran oficio, llevo la cadena con la que estoy atado. Oren por mí, para que pueda hablar con valentía sobre el misterio del evangelio, como debo hacerlo.
Vers 21-24. La misión de Tíquico
21. Y para que sepáis vosotros también mis noticias, es decir qué hago, os lo dará todo aconocer
22. Para esto mismo os lo he enviado, para que conozcáis todas nuestras noticias y para que conforte vuestros corazones.
23. Os deseo que el Dios Padre y el Señor Jesús Cristo den a los hermanos paz y amor acompañado de fe.
24 La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesús Cristo con un amor que permanece siempre indestructible y eterno. Amén.