Archimandrita Atanasio de Mitilene. Los Padres de la Iglesia. Introducción.

MEMORIA DE LOS 318 PADRES TEOFOROS DEL I CONCILIO ECUMENICO EN NICEA DE CONSTANTINOPLA


[De la serie de Homilías de los Domingos. Fecha de la homilía: 19-06-83]


Hoy queridos nuestra Iglesia celebra la memoria de los 318 padres teoforos que formaron parte del I Concilio Ecuménico en Nicea de Constantinopla. Para que comprendamos el papel de los Padres dentro del espacio de la Iglesia deberemos entender algunas cosas, las cuales pueden realmente ser nuestra guía, algo indispensable y porque todavía no podemos permanecer sin su presencia. Exactamente por este motivo debemos conocer muy bien su papel dentro de este espacio de la Iglesia.

Para que lo
comprendamos, tomemos como guía el condaquio de los santos padres del I Concilio Ecuménico:


Κοντάκιον. Ἦχος πλ. δ’.

Τῶν Ἀποστόλων τὸ κήρυγμα, καὶ τῶν Πατέρων τὰ δόγματα, τῇ Ἐκκλησίᾳ μίαν τὴν πίστιν ἐσφράγισαν· ἣ καὶ χιτῶνα φοροῦσα τῆς ἀληθείας, τὸν ὑφαντὸν ἐκ τῆς ἄνω θεολογίας, ὀρθοτομεῖ καὶ δοξάζει, τῆς εὐσεβείας τὸ μέγα μυστήριον.


Condaquio. Tono 8 (plagal del 4º)

La Predicación de los Apóstoles y las doctrinas de los Padres confirmaron la única Fe en la Iglesia. Y vestida con la vestidura de la verdad tejida con la teología de lo alto, divide y glorifica justamente el gran misterio de la piedad.




Este gran misterio de la piedad es el cristianismo, es la iglesia, es la salvación, es la redención, es lo que nos ha traído Cristo, es el misterio de la divina providencia. Este gran misterio de la piedad, como dice el apóstol Pablo, la predicación de los apóstoles y las doctrinas de los Padres confirmaron, reafirmaron la única Fe en la Iglesia.

De modo que vemos que junto a la predicación de los Apóstoles está la doctrina de los Padres. Y que los Padres de la Iglesia son los continuadores genuinos de los Apóstoles de la Iglesia. Porque tanto los unos como los otros, sirven a la verdad de la Iglesia. O para ser aún más amplio: sirven a la tradición de la Iglesia, que es la verdad de la Iglesia. A esto sirven exactamente tanto los apóstoles como los Padres de la Iglesia.


Son muchos los que no entienden el papel y la importancia de los Padres. Precisamente por esto mismo queridos destacamos estos puntos. Los Apóstoles expresaron sus predicaciones dentro de las Epístolas y del Evangelio. Porque esta es la predicación de los Apóstoles, es la predicación de Cristo, es la verdad de Cristo. La verdad de Cristo de modo divinamente inspirado se registró por escrito en este Evangelio. Pero este Evangelio ahora ha de ser entendido.


Es conocido que, a través de los siglos que pasan, no es posible nunca que puedan las generaciones entender el Evangelio como es debido. Incluso en el tiempo en que fue escrito el Evangelio, existía la necesidad de una interpretación. Para que entendáis esto, fijaros en la Constitución, la Constitución del Estado, la cual no es otra cosa que verdades políticas, hitos políticos en base a los cuales se mueven las leyes. ¿Cómo ahora, atención, entenderemos las leyes? Interpretando correctamente la Constitución.

Muchas veces decimos que "esta ley es anticonstitucional", porque se opone a una norma de la Constitución. Entonces lo que es la Constitución para la comprensión de las leyes, y necesitamos la interpretación de la Constitución, así exactamente es también la Santa Escritura. Es una constitución, y para entender esta constitución de la revelación divina, necesitamos la interpretación de los Padres. Porque así como en el estado no interpreta cada ciudadano la Constitución y sus leyes, sino determinadas personas expertas, conocedoras de las cosas, interpretan la Constitución y las leyes. Los jueces por ejemplo, abogados reconocidos… Así también aquí, los que interpretarán el Evangelio de modo genuino son los Padres. 

Entendéis entonces queridos míos, que necesitamos los Padres para la correcta interpretación de las Sagradas Escrituras. El tropario (himno de despedida) del día, el cual probablemente es οbra de san Romano el Melodista, dice:


Ἀπολυτίκιον Ἦχος πλ. δ’.

Ὑπερδοξασμένος εἶ Χριστὲ ὁ Θεὸς ἡμῶν, ὁ φωστῆρας ἐπὶ γῆς, τοὺς Πατέρας ἡμῶν θεμελιώσας, καὶ δι’ αὐτῶν, πρὸς τὴν ἀληθινὴν πίστιν πάντας ἡμᾶς ὁδηγήσας, Πολυεύσπλαγχνε δόξα σοι.


Himno de despedida. Tono pl. del 4º


Glorificado eres Tú, oh Cristo Dios nuestro, que estableciste a nuestros Padres como estrellas luminosas sobre la tierra, y por medio de ellos nos guiaste a todos a la verdadera Fe. Oh Misericordioso, la gloria sea para Ti.



Para que veáis que estoy es acorde al espíritu de la Santa Escritura os digo solo que repetidamente en el Antiguo Testamento se hace referencia a la siguiente posición: “Pregunta a tu padre, y te dirá. Preguntad a vuestros padres, y os interpretarán, os dirán. ¿Por qué Dios dice en la ley, la ley antigua, “pregunta a tu padre, o preguntad a vuestros padres y os dirán? ¿Y por qué no dice “tomad cada uno mis palabras o mi ley y empezad a interpretar, cada uno, tal como lo entendáis? ¿sería jamás posible? Tendríamos tantas interpretaciones como temas. Pero aquí, dice “pregunta a tu padre”. ¿Qué significa esto? Significa una tradición. Significa aquello que tu padre recibió de su padre y te lo entregará.


Por lo tanto esta entrega está más allá que la interpretación de cada uno. Y esta entrega no es la verdad, sino la portadora de la verdad. Lleva esta verdad de los Apóstoles y de los Padres. Los padres entonces realmente nos interpretan el Evangelio, el logos de Dios, la Sagrada Escritura, el Apocalipsis (Libro de la Revelación) de un modo correcto, y debemos tenerlos junto con nosotros.

He de deciros además que los padres expresan no solo la doctrina exacta, interpretan correctamente y también viven correctamente, porque el Evangelio también es indicación del modo de vida. No solo verdades reveladas sino indicaciones del modo de vida, de cómo vivir, del modo en que hemos de vivir, y éste utilizando su interpretación.

Hoy, ayer, he oído, que existe una nueva percepción, os lo digo esto como ejemplo, en las catequesis y en los campamentos, de cómo exactamente ha de ser el comportamiento de los catequistas hacia los jóvenes, los cuales, dicen, son oprimidos por la vida dentro de las ciudades, y deben vivir en el campamento un determinado modo de vida. ¿Cuál es este modo de vida? ¿Ahora son oprimidos y antes no? ¿Ahora se entienden y antes no se entendían? ¿Y cómo se entiende ahora? Os lo he puesto como ejemplo para que entendáis que no sólo son las verdades que hacen referencia a Dios, sino las verdades referidas al modo en que viviremos. Y de modo similar si ponemos a las personas a interpretar el Evangelio, cada uno sacará sobre su vida algunas conclusiones. ¿Son correctas? No.


¿Quién es aquel o quiénes son aquellos que vivieron el Evangelio correctamente? Son los Padres. Por lo tanto los Padres son indicadores, no sólo de la verdades teológicas, sino también de las verdades referentes al modo de vida. Por este motivo dos son las características que reúne el Padre de la Iglesia: el correcto dogma (la ortodoxia) y el muy santo modo de vida. Porque son indicadores de estas dos cosas e interpretadores de estos dos cosas: del dogma, es decir de la verdad de la fe, y de la verdad de la vida.

Es, como podéis ver, muy importante, porque son indicadores del puerto del reino de Dios. Nunca llegaremos al reino de Dios, si no tenemos queridos correctos indicadores. Por eso la Iglesia lucha contra las herejías, porque la herejía es desviación de la correcta dirección. Y si un barco no tiene el modo de orientarse para entrar en un puerto, se desviará. Y si el cristiano no tiene el conocimiento exacto sobre las verdades reveladas y de la vida, se desviará, no entrará en el reino de Dios.

Sabéis que este logos de Dios nos habla de fe exacta. De hecho, (en el Libro de los Hechos de los Apóstoles, cap. 18, 24-28), se refiere a Apolos que era exacto en su enseñanza, excepto en un determinado punto. Y le recibieron Priscila y Aquilas, y le enseñaron, escuchad la frase, está en (el libro de) los Hechos (de los Apóstoles) más exactamente. Es decir, lo exacto, no aproximadamente, tal como nos movemos en nuestra época interpretando el Evangelio, y aplicándolo en nuestras vidas, aproximadamente. Más exactamente, dice, que la enseñanza exacta, de Apolos (“y enseñaba diligentemente”), enseñaban Priscila y Aquilas, tiene mucha importancia.  

Diríamos también que el concepto de los Padres no se limita sólamente a sus escritos. Existe la percepción, y es buena esta percepción, de que se llaman Padres a los que escribieron obras, como san Basilio el Grande, san Juan Crisóstomo, san Gregorio el Teólogo,etc.

No. Puede que sólo hayan enseñado y sin embargo son padres de la Iglesia. San Aquileo no escribió nada, formó parte en el I Concilio Ecuménico. San Nicolás no escribió nada. San Espiridón no escribió nada. Y una multitud de auténticos Padres de la Iglesia no escribieron nada. Predicaron de modo ortodoxo, vivieron de modo ortodoxo, con mucha santidad. Son Padres de nuestra Iglesia, y diríamos, junto a san Atanasio, que escribió mucho, está san Espiridón, que no escribió nada. Y el uno tenía formación académica, y el otro no tenía ninguna formación académica. Era pastor, y siendo pastor le tomaron y le hicieron obispo de Tremitunte, y veis que, independientemente de la formación de cada uno, basta con que cada uno tuviese doctrina ortodoxa, ya sea que la escribiese, ya sea que la enseñase oralmente, y vida santa, teniendo así el título, el privilegio, de ser padre eclesiástico… muy grande esto.

He de deciros además que el concepto de los Padres, y esto es un engaño de muchos, no se limita sólo a una época. No podemos decir que tenemos Padres en los cinco primeros siglos o en los ocho primeros siglos y que luego no tenemos Padres. Padres de la Iglesia existen siempre. Aunque según los fieles muchos no lo son, indudablemente, pero Padres existen y existirán en cada época, diría, hasta san Nicodemo del Monte Atos, hasta san Cosme de Etolia, hasta san Nectario de Egina, hasta san Sabas el Nuevo de Calimnos, que es muy reciente (+1948). (Todos estos son Padres de nuestra Iglesia). O escribieron, como san Nicodemo del Monte Atos, o no escribieron, como san Cosme de Etolia.

Veis entonces que la cualidad de Padre de la Iglesia no se limita a una época determinada. Cada época tiene sus Padres que dar. 


Por este motivo hemos de atender mucho a los que vienen al espacio interpretando correctamente, con su enseñanza, con su vida, el logos de Dios, y la presencia de la misma Iglesia . Frente a estos, queridos, tenemos una deuda, una gran deuda, particularmente nosotros los ortodoxos, que tenemos a los Padres de la Iglesia, por una mayoría abrumadora son griegos, y hablaban griego, y escribían -los que escribían- en griego. Para entender nuestra deuda, hemos de adquirir la sagrada costumbre de estudiar, después de la Santa Escritura, a los Padres de la Iglesia, sus obras, lo que escribieron, los que escribieron, su producción es muy rica.

Existen, queridos míos, eruditos profundos que dedican toda su vida, para vergüenza nuestra lo digo, estos eruditos profundos no son griegos y tampoco son ortodoxos. Y estudian un Padre de la Iglesia durante toda su vida. Hombres sabios, profesores de universidad, estudiar durante toda su vida un san Gregorio el Teólogo, un san Gregorio de Nisa, un san Gregorio Palamás, Simeón el Nuevo Teólogo, un Padre durante toda su vida, para que entendáis qué fondo existe, y tenemos una gran producción dentro de estos veinte siglos de obras de los Padres, es decir, principalmente la llamada Patrología Griega. Hemos de empezar a estudiar. He de deciros además, ya que se ha entendido su valor, de que los Padres son traducidos. Tenemos ediciones en nuestra época. Circulan modernas ediciones, en las que por un lado aparece el texto original y en la otra parte la traducción. No puede decir nadie que “yo no entiendo mucho de letras”, o que “no entiendo el griego antiguo para poder leer a los Padres”. Tenemos las traducciones, basta con que comencemos a estudiar a los Padres. También debemos estudiar sus vidas. No solo sus obras, sino también sus vidas. Diría además, que las vidas de los santos, son el estudio de las vidas de los Padres de la Iglesia. Es muy importante esto. no solo lo que escribieron sobre la verdad del Evangelio, sino lo que ellos mismos vivieron dentro de la verdad del Evangelio.


Los demás para saldar nuestra deuda, hemos de adquirir un espíritu patrístico, es decir un espíritu eclesiástico, es decir nous de Cristo. He de deciros aquí que hoy en nuestra época está un poco de moda, aunque como siempre en cada época, algunos lo toman y lo hacen moda, el referirno a nuestros Padres de la Iglesia, y hablar de ellos, pero cómo hablamos. Αdemás los reclutamos y tomamos fragmentos de sus obras para defender distintas posiciones de nuestra vida social, posiciones existenciales, incluso hasta políticas…
¡incluso hasta políticas!

Incluso para defender opiniones políticas, tomamos fragmentos de los Padres de la Iglesia. Esto es un error. Un error muy serio, porque al final nos encontramos fuera del espíritu de los Padres. Tomar un fragmento de san Juan Crisostomo e intentar demostrar que el cristianimo puedes convertirlo en política, esto es un error. Debes leer todo lo de san Juan Crisostomo, ver el marco dentro del cual se mueve, para adquirir su nous (mentalidad), su espíritu, para que entiendas cómo piensa, y entonces descubrirás que todos los padres tienen un mismo  "phronema",* es decir una percepción y mentalidad común.

* Φρόνημα, [frónima] "mente", "espíritu", "pensamiento", "propósito", "voluntad"

Es lo que dice san Lucas el Evangelista en los Hechos de los Apóstoles (4,32), "Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma". Un "phronima", y este "phronima", es el "phronima" de la Iglesia. Es el nous de Cristo. Hemos por lo tanto de adquirir este "phronima" de los Padres. Además debemos, queridos, honrarlos.

Y exactamente esta honra que les demos, porque nuestra Iglesia les honra por estos motivos que hemos dicho, ¿cómo se expresa? Tal como empiezan exactamente las decisiones del IV Concilio Ecuménico: "Siguiendo a los Santos Padres, decimos esto, lo otro y lo otro...". ¿Qué significa "siguiendo a los Santos Padres", cómo les seguiremos? Tal como Cristo dijo, "el que quiera ser mim discípulo que me siga". ¿Qué significa seguir? ¿Cómo lo entendemos esto? Significa el modo con el que pensaron. El modo con el vivieron, se movieron, este ha de ser también nuestro modo. Esto quiere decir seguir a los Padres de la Iglesia. (24:24)

Queridos míos, si realmente queremos convertirnos en una iglesia viviente, si realmente queremos que reviva dentro de nosotros el Espíritu del Evangelio, como estaba vivo en la antigua Iglesia, deberemos acercarnos de nuevo a la Sagrada Escritura y a los Padres de la Iglesia, estos genuinos interpretadores del logos de Dios, estos genuinos interpretadores del estado evangélico, y allí entenderemos verdaderamente cómo hemos de vivir. Porque muchas palabras tienen lugar en nuestros días. Porque cada vez se habla de cómo hemos de vivir el Evangelio. Porque el uno le dice al otro, "te haces el cristiano, pero eres hipócrita", y el otro responde, "no, tú eres hipócrita, que piensas que con este modo con que deliberas, eres cristiano". Todo esto queda de lado, cuando tenemos como indicadores a los Padres de la Iglesia que interpretan el logos de Dios. Todo queda de lado. Por eso queridos míos, no nos quedemos en las subjetividades y en nuestras opiniones personales, sino en lo que dice la Iglesia a través de las revelaciones de las bocas de los Apóstoles, es decir la Santa Escritura, y de las bocas de los Padres. 

Y allí encontraremos nuestro camino. 

 

 

VÍDEO ORIGINAL: https://youtu.be/V9d5lweKiWA?si=a0EZ26Eh23-rZHhF   

TEXTO ORIGINAL: https://www.impantokratoros.gr/D31F5AAB.el.aspx  

 

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