Muy probablemente esto fue como parte de la represión de la rebelión en el Peloponeso en 1769 por parte de los turcos. Su nombre de pila era Demetrio, pero cuando se hizo musulmán se llamó Mustafá.
Dotado de inteligencia y sabiduría, rápidamente se hizo famoso entre los turcos más eminentes del Peloponeso y ascendió al cargo de subprefecto. Sus muchos contactos y productividad también dieron como resultado la adquisición de muchas riquezas y sirvientes.
A pesar de estas riquezas y gloria, estaba profundamente insatisfecho con su situación y su joven credulidad para ser engañado hacia el Islam y deseaba volver a la fe de sus padres. Fue a la ciudad de Trípolis, vendió todas sus posesiones, regresó con sus parientes y fue devuelto a la Iglesia cristiana a través de la confesión, el arrepentimiento y la guía espiritual.
También se afeitó la barba, ya que en ese momento en Trípoli los musulmanes usaban barba y estaba prohibido para los cristianos. Demetrio vivió otros diez años como cristiano devoto.
Su vida cristiana llegó a ser conocida por los turcos, y mientras estaba en Mystra fue reconocido, capturado y llevado al bajá de Trípolis acusado de convertirse de nuevo al cristianismo.
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| Iglesia de San Mitros |
El bajá señaló los muchos beneficios del cargo y la riqueza que le debía a los turcos e hizo muchos intentos para que denunciara su fe, sin embargo, Demetrio se mantuvo firme, declarando que preferiría morir por su fe.
Fue encarcelado y después de unos días, luego de más intentos inútiles de convertirlo, fue acusado de ofender al Islam y ejecutado por decapitación el 28 de mayo de 1794, que era el domingo de Pentecostés.
Sus últimas palabras a sus compañeros cristianos en su ejecución fueron las siguientes: "Soy uno de ustedes. Demetrio es mi nombre. Por lo tanto, rueguen al Señor en mi nombre".
Fue enterrado con honor y respeto por la comunidad cristiana en la Iglesia de San Demetrio el Gran Mártir en Trípolis, que ahora lleva el nombre de San Mitros.
Megalinarion
Hijo selecto de Theisoa, fragante flor blanca de coraje que floreció en Trípolis, a Demetrio cantemos alabanzas.
Fuentes consultadas: saint.gr, johnsanidopoulos.com
