domingo, 19 de noviembre de 2023

El Profeta Abdías (s.IX a.C.)

Fue fiel al Señor y también sumamente valeroso. No temía a nadie excepto al Dios Todopoderoso y no dudó en oponerse a la voluntad de un rey corrupto y a la, aún más corrupta aún, reina.

También ayudó a a salvar a nada menos que a cien santos profetas de Dios como resultado directo de sus valientes acciones. Además de estos logros notables, el santo Profeta Abdías escribió un libro del Antiguo Testamento en el que profetizó la llegada gloriosa del Santo Salvador -un evento que ocurriría novecientos años después de la muerte del profeta. Aunque el valeroso Abdías vivió en un país lejano, su fidelidad y su coraje han mantenido vivo su nombre hasta nuestros días.
El profeta Abdías (cuyo nombre significa "Siervo de Dios ") nació en la villa de Betharam, ubicada cerca de la antigua ciudad palestina de Schechem -que ahora forma parte de la contemporánea Nablus. Noble de cuna aristocrática, Abdías era una figura muy bien vista en la corte real en la que ostentaba el cargo de Administrador Jefe. Por eso cuando su rey -el poderoso Ahab, gobernante supremo del mundo antiguo- se alejó de Dios Todopoderoso y comenzó a adorar a los dioses paganos, Abdías se negó a aceptar el nuevo orden de las cosas.




"Ο ΠΡΟΦΉΤΗΣ ΑΒΔΙΟΎ",
[O Profítis Abdiú]
EL PROFETA ABDÍAS



En vez de ello, arriesgó su vida insistiendo en que la idolatría que veía por todos los lados condenaría, eventualmente, al reino al caos y a la destrucción.
Las profecías de Abdías atrajeron sobre su propia cabeza la ira virulenta del rey Ahab con consecuencias casi fatales. Sin embargo sus problemas se harían mayores cuado decidió defender a Elías, el santo profeta del país, de la violencia de Jezabel, la esposa del rey. Todos estos violentos acontecimientos sucedieron durante el tumultuoso s. IX a.C. en el que los antiguos israelitas luchaban contra su propia idolatría, la cual frecuentemente les llevaba a consecuencias desastrosas.
Como contemporáneo de Elías, Abdías reverenciaba al santo varón. Como el mismo Gran Profeta, Abdías simplemente no podía vivir en un reino que había dado completamente la espalda al Único Dios Verdadero de su tribu.
Lo que siguió fue una lucha de vida y muerte entre las fuerzas de la idolatría pagana -expresada en la adoración a Baal y otros ídolos que habían sido acogidos por Ahab y Jezabel- y las fuerzas de la auténtica fe religiosa, en las personas de Elías y su fiel siervo Abdías. 
Cuando la altanera y arrogante Jezabel ordenó que todos los profetas de su tierra fueran destruidos (debido a su inmenso odio hacia Elías), Abdías, el autor, del libro del Antiguo Testamento, sabía que tenía que encontrar la manera de salvar a estos hombres santos de los soldados sedientos de sangre. Su solución fue astuta y valiente al mismo tiempo. 




EL PROFETA ABDÍAS. Icono latino.



Para proteger a los verdaderos seguidores del Dios de Abraham, Isaac y Jacob, Abdías escondió a cien de ellos en dos cuevas alejadas ubicadas en una región remota del reino. Pero ese fue solo el inicio de la inteligente estrategia del profeta. Una vez que esos santos varones se encontraron seguros en las cuevas, Abdías liquidó su fortuna completamente y usó sus ganancias para comprar alimentos para los refugiados -quienes sobrevivieron por varios años con una dieta de pan y agua (según el Libro III de los Reyes 18,4).
Mientras las huestes de Jezabel registraban día tras día las tierras buscando capturar a sus presas, Abdías los alimentaba y los alentaba con la oración, así como con frecuentes visitas a las cuevas secretas. Y la estrategia funcionó. Después de algunos años los profetas seguían floreciendo y el Santo Elías continuaba pronunciando sus importantes profecías sobre la futura llegada del Hijo de Dios -el redentor que un día salvaría al mundo de la muerte y el pecado con Su propia Crucifixión.
Los santos varones sobrevivieron a una desesperada situación en las cuevas gracias al incansable trabajo de Abdías. Pero en los años posteriores a su rescate se levantó un peligro aún mayor contra la vida del Santo Profeta Elías. El nuevo rey (Okhoziah), quien había reemplazado Ahab, tenía la fuerte determinación de arrestar a Elías y conseguir su cabeza. Para cumplir con esta vil tarea, despachó tres destacamentos de soldados -uno de los cuales estaba bajo las órdenes de Abdías, quien para ese entonces había vuelto a trabajar para el gobierno.
Sin embargo, al tiempo en que los destacamentos galopaban hacia su objetivo, ocurrió un evento inesperado. Sabiendo que las tropas venían de camino, el Santo Profeta Elías invocó al Señor Dios rogándole por su ayuda. Sorprendentemente, un momento después, se levantó una gigantesca columna de fuego que devoró completamente a dos de los regimientos del rey, mientras quedaba a salvo el regimiento comandado por Abdías.




El Profeta Abdías. Menologio de Basilio II.




Cuando Abdías (también conocido por "Avdi") vio este milagro supo que no tenía otra opción. Renunció a su comando militar y se convirtió en un humilde seguidor del Gran Profeta. (Posteriormente Abdías llegaría a ser una voz inspirada por Dios -el Cuarto de los Doce Profetas menores que se encuentran en la Biblia- y quien escribiría un Libro de Profecías en las que se anuncia la gloria futura del Hijo de Dios, el Salvador de la Humanidad).
Enterrado en Samaria, el Santo Profeta Abdías permaneció fiel al Único Dios Verdadero de los Israelitas. Debido a su fidelidad, la Providencia le permitió lograr una tarea extremadamente significativa: proteger a los Profetas, quienes no sólo mantuvieron la fe viva, sino también el predecir la eventual llegada del Salvador Santo y Su Evangelio de Salvación.
De la vida de este Santo Profeta podemos ver claramente como el Todopoderoso recompensa a aquellos quienes trabajan constantemente en Su Servicio -proveyéndoles con la visión, la valentía y la esperanza que se requiere para enfrentar con prontitud aún las más grandes adversidades. 

Apolitiquio tono 4º

Apolitiquio tono 4º

Al celebrar la memoria de Tu profeta Abdías, Oh Señor, te pedimos que a través suyo salves nuestras almas.

Condaquio tono plagal del 4º

Como Profeta divinamente escogido, viste el futuro lejano: que en el Monte Sión nos llegaría la Salvación. Ya que los misterios del Cielo han brillado en tí, mientras te encuentras en el Cielo con los Profetas gozando en Cristo a quien anunciaste, ruégale a El, Oh Abdías, que salve a quienes te honramos con amor.




* Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury.  
*synaxarion.gr  iglesia.info


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