Santa Fabiola pertenecía a la familia patricia romana de la gens Fabia. Ella había estado casada con un hombre que llevaba una vida tan viciosa que vivir con él era imposible.
Obtuvo el divorcio de él según la ley romana y, contrariamente a las ordenanzas de la Iglesia, entró en una segunda unión antes de la muerte de su primer marido.
En el momento de la estancia de San Jerónimo en Roma (382-84), Fabiola no formaba parte del círculo ascético que se reunía en torno a él. Sólo más tarde, tras la muerte de su segundo consorte, decidió emprender una vida de renuncia y trabajo por los demás. La víspera de Pascua, tras la muerte de su segundo consorte, se presentó ante las puertas de la basílica de Letrán, vestida con ropaje penitencial, e hizo pública penitencia por su pecado, lo que causó gran impresión en la población cristiana de Roma. El Papa la recibió formalmente de nuevo en plena comunión con la Iglesia.
Paula de Roma, su hija Eustoquia y Jerónimo de Estridón. Óleo sobre tela de Francisco de Zurbarán (1638-1640), conservado en la Galería Nacional de Arte de Washington D.C. |
Fabiola ahora renunció a todo lo que el mundo tenía para ofrecerle y dedicó su inmensa riqueza a las necesidades de los pobres y los enfermos. Ella erigió un excelente hospital en Roma, y ella misma atendió a los internos y trató a los ciudadanos rechazados por la sociedad debido a sus "enfermedades repugnantes". Además de esto, dio grandes sumas a las iglesias y comunidades religiosas de Roma y otros lugares de Italia. Todos sus intereses estaban centrados en las necesidades de la Iglesia y el cuidado de los pobres y sufrientes.
Fabiola, reproducción de una obra de Jean-Jacques Henner (1829–1905). |
En el 395 fue a Belén, donde vivió en el hospicio del convento dirigido por Santa Paula y se dedicó, bajo la dirección de san Jerónimo, con el mayor celo al estudio y contemplación de las Escrituras y a los ejercicios ascéticos. Una incursión de los hunos en las provincias orientales del imperio y la disputa que estalló entre Jerónimo y el patriarca Juan II de Jerusalén respecto a las enseñanzas de Orígenes le hicieron desagradable la residencia en Belén y regresó a Roma.
Permaneció, sin embargo, en correspondencia con San Jerónimo, quien a petición suya escribió un tratado sobre el sacerdocio de Aarón y el vestido sacerdotal. En Roma, Fabiola se unió al ex-senador San Pamaquio para llevar a cabo una gran obra de caridad; juntos erigieron en Portus un gran hospicio para los peregrinos que venían a Roma. Fabiola también continuó con sus labores personales habituales en ayuda de los pobres y enfermos hasta su muerte el 27 de diciembre de 399 o 400.
Aunque la práctica de la medicina de Fabiola fue pragmática en la aplicación, su legado ilustra la participación de las primeras mujeres cristianas en el campo de la medicina.
Su funeral fue una maravillosa manifestación de la gratitud y veneración con que el populacho romano la miraba. San Jerónimo escribió una memoria de elogio de Fabiola en una carta a su pariente Oceanus.
Fuentes consultadas: mystagogyresourcecenter.com, adarvegranadino.weebly.com, es.wikipedia.org