San Eutimio el Confesor, Obispo de Sardis (+840)

Versos:
"Estás delante de Cristo, tres veces bendito Eutimio, has alcanzado la plenitud de la alegría incesante". 
En este día conmemoramos a nuestro Santo Padre Eutimio, Obispo de Sardis y Confesor, o deberíamos decir, el Hieromártir.


Este santo nació durante el reinado de Constantino e Irene (780-797). Al principio brilló como una estrella en su conducta solitaria. Más tarde, cuando se convirtió en obispo, refutó por su autoridad los iconómacos heréticos en el Segundo Sínodo de Nicea, es decir, el Séptimo Sínodo Ecuménico (787). 

 

 

 

 

Ubicación de Sardes en Anatolia.

 

 
 

 

Al ver que se mantenía firme, los emperadores lo enviaron como embajador en varias embajadas. Como Nikephoros Staurakios tomó la autoridad imperial en 802, y vivió su vida sin ley, el Santo lo reprendió. Por lo tanto, fue exiliado a Pantelaria (en Trapani de Sicilia, Italia) en Occidente, junto con otros obispos ortodoxos.

 

 

Desde entonces hasta el momento de su confesión, fue un período de veintinueve años, durante el cual el tres veces bendecido no pudo atender su Metrópolis ni sentarse en su sede. Cuando los emperadores que tenían el poder fueron expulsados de dentro, y el bestial Leo el Armenio se convirtió en emperador, en 813, entonces el Santo fue traído del exilio y fue interrogado por él si veneraba a los íconos sagrados. 

 

 

Debido a que el Santo aplicó su audacia habitual y anatematizó al emperador mientras estaba frente a él, el tirano se enfureció y exilió al Santo a Assos, que también se llama Apollonia, y se encuentra cerca de Adramyttion.
Después de que el malvado Leo fue asesinado con un cuchillo, el renombrado Eutimio fue retirado del exilio por el sucesor del emperador, Miguel el Tartamudo, en 820. Por él fue instado a no venerar a los iconos sagrados. 

 

 

 

El Santo derribó al tirano con sus palabras, como si fueran truenos, y con una voz fuerte gritó: "Los que no veneran a nuestro Señor Jesucristo circunscrito en un icono, que sean anatema". Por esto, el Santo fue azotado y exiliado nuevamente a Akritas, que se encuentra al borde del Mar Negro, y también se conoce como Kavo Akritas.

 

 

 

Allí lo encerraron en una prisión oscura. Más tarde, sus cuatro extremidades fueron atadas, y fue azotado durante mucho tiempo con pieles de vaca crudas. De sus muchas heridas insoportables, el Santo se hinchó como un odre de vino y vivió solo otros ocho días. Así, firme en su valentía, entregó su alma santa en manos de Dios, brillando en su muerte de una manera extraña más que el sol. 

 

 

NOTAS:

* Sus reliquias fueron mantenidas con gran honor en Constantinopla hasta su caída ante los otomanos en 1453. Fueron llevadas a Cherson en Crimea y transportadas en secreto por ciertos comerciantes cuyo barco quedó encallado milagrosamente en Hele en el Mar Negro de Asia Menor. Las reliquias fueron transferidas al santuario de una iglesia, donde despedían una hermosa fragancia y realizaban todo tipo de milagros. 
En 1922, cuando la población griega de Asia Menor fue expulsada, los nativos de Hele se llevaron el cráneo del Santo con ellos. Cuando los refugiados llegaron al Pireo, construyeron una magnífica iglesia dedicada a San Eutimio para consagrar su cráneo, y es la única iglesia dedicada a este Santo. Allí, el Santo también se conmemora desde 1964 el domingo de los Santos Padres del Séptimo Sínodo Ecuménico, que se celebra entre el 11 y el 17 de octubre. 
San Gerasimos Mikragiannanites compuso un oficio divino en su honor.