Versos
"Eugenia fue coronada primero por sus esfuerzos,
Bautizada bañada en tinte por la espada".
En el vigésimo cuarto Eugenia fue ejecutada a espada.
A Basilla: "¿Quién te superará habiendo sido decapitada por la espada, Mártir Basilla de la divina fe sólida?"
A Felipe: "Un cuchillo de dos filos contra el error, Felipe mata con el cuchillo de su boca".
A Protas y Jacinto: "Jacinto y Protas fueron decapitados por la espada, El honor asignado por Dios como primeros mártires".
La Santa Mártir Eugenia vivió en la segunda mitad del siglo tercero después de Cristo. Procedía de Roma y sus padres se llamaban Felipe y Claudia. Tenía otros dos hermanos, Abita y Sergio.
Su padre fue enviado por el emperador Cómodo (180-192 d.C.) a Alejandría para ser prefecto de Egipto y fue allí con toda su familia. Allí Eugenia destacó por su belleza y su buena disposición y estudió según el mejor modo posible, aprendiendo excelentemente la lengua griega y la romana. Muchos jóvenes ilustres buscaron su mano, pero ella no quiso casarse con nadie, porque estaba decidida a preservar su virginidad. Cuando terminó sus estudios, buscando un mayor conocimiento, conoció, gracias a la ayuda de una chica cristiana, con las cartas del Apóstol Pablo. Cuando las leyó, quedó muy impresionada.
"Eugenia fue coronada primero por sus esfuerzos,
Bautizada bañada en tinte por la espada".
En el vigésimo cuarto Eugenia fue ejecutada a espada.
A Basilla: "¿Quién te superará habiendo sido decapitada por la espada, Mártir Basilla de la divina fe sólida?"
A Felipe: "Un cuchillo de dos filos contra el error, Felipe mata con el cuchillo de su boca".
A Protas y Jacinto: "Jacinto y Protas fueron decapitados por la espada, El honor asignado por Dios como primeros mártires".
La Santa Mártir Eugenia vivió en la segunda mitad del siglo tercero después de Cristo. Procedía de Roma y sus padres se llamaban Felipe y Claudia. Tenía otros dos hermanos, Abita y Sergio.
Su padre fue enviado por el emperador Cómodo (180-192 d.C.) a Alejandría para ser prefecto de Egipto y fue allí con toda su familia. Allí Eugenia destacó por su belleza y su buena disposición y estudió según el mejor modo posible, aprendiendo excelentemente la lengua griega y la romana. Muchos jóvenes ilustres buscaron su mano, pero ella no quiso casarse con nadie, porque estaba decidida a preservar su virginidad. Cuando terminó sus estudios, buscando un mayor conocimiento, conoció, gracias a la ayuda de una chica cristiana, con las cartas del Apóstol Pablo. Cuando las leyó, quedó muy impresionada.
Allí dentro no existían teorías ni creencias filosóficas. Sus líneas inspiraban vida y esperanza. Anhelaba con todo su alma convertirse en cristiana, pero mantuvo esto en secreto para sus padres. En aquel periodo, sucedió que los cristianos fueron expulsados de Alejandría por orden del emperador.
Deseando aprender más sobre las enseñanzas cristianas, pidió permiso para visitar una de las propiedades familiares fuera de la ciudad, supuestamente para disfrutar del campo. Salió en compañía de sus dos sirvientes Protos y Jacinto, vestida con ropa de hombre. Ella y sus compañeros se bautizaron en cierto monasterio por el obispo Elías (festeja el 14 de julio), quien se enteró de su venida mediante una visión. La bendijo para desempeñar el ascetismo en el monasterio disfrazado de monje Eugenio.
Cuando, unos años después, falleció el superior del monasterio los monjes pidieron a Eugenia ocupar el lugar. Abriendo el Evangelio, Eugenia leyó: "Quien quiera entre ustedes ser el mayor que sea vuestro sirviente y quien entre ustedes quiere ser el primero que sea vuestro siervo" (Mt. 20: 26-27).
Deseando aprender más sobre las enseñanzas cristianas, pidió permiso para visitar una de las propiedades familiares fuera de la ciudad, supuestamente para disfrutar del campo. Salió en compañía de sus dos sirvientes Protos y Jacinto, vestida con ropa de hombre. Ella y sus compañeros se bautizaron en cierto monasterio por el obispo Elías (festeja el 14 de julio), quien se enteró de su venida mediante una visión. La bendijo para desempeñar el ascetismo en el monasterio disfrazado de monje Eugenio.
Cuando, unos años después, falleció el superior del monasterio los monjes pidieron a Eugenia ocupar el lugar. Abriendo el Evangelio, Eugenia leyó: "Quien quiera entre ustedes ser el mayor que sea vuestro sirviente y quien entre ustedes quiere ser el primero que sea vuestro siervo" (Mt. 20: 26-27).
Pero tuvo que aceptar ser el superior del monasterio y aceptando este cargo multiplicó sus esfuerzos espirituales. Excepto de sus ex esclavos, todos pensaban que era un monje.
Por su trabajo ascético, Santa Eugenia adquirió el don de la curación. Una vez, una viuda enferma rica llamada Melanthia se dirigió a ella en busca de ayuda, quien la curó persignándola. El diablo hizo que Melania se enojase con Eugenia y la calumniase por acto de violación.
Santa Eugenia fue llevada a juicio ante el prefecto de Egipto (su padre), y se vio obligada a revelar su identidad secreta.
Sus padres y hermanos Abita y Sergio se regocijaron al encontrar a la persona por quien durante mucho tiempo habían sufrido. Melanthia, a su vez, fue castigada por acusar falsamente a la Santa; estando ella en casa, bajó fuego del cielo y quemó su casa con ella y su familia dentro; esto se convirtió en la causa de que muchos se convirtieran a Cristo.
Por su trabajo ascético, Santa Eugenia adquirió el don de la curación. Una vez, una viuda enferma rica llamada Melanthia se dirigió a ella en busca de ayuda, quien la curó persignándola. El diablo hizo que Melania se enojase con Eugenia y la calumniase por acto de violación.
Santa Eugenia fue llevada a juicio ante el prefecto de Egipto (su padre), y se vio obligada a revelar su identidad secreta.
Sus padres y hermanos Abita y Sergio se regocijaron al encontrar a la persona por quien durante mucho tiempo habían sufrido. Melanthia, a su vez, fue castigada por acusar falsamente a la Santa; estando ella en casa, bajó fuego del cielo y quemó su casa con ella y su familia dentro; esto se convirtió en la causa de que muchos se convirtieran a Cristo.
Después todos aceptaron el santo bautismo. Pero Felipe, después de ser denunciado por los paganos, fue despedido de su puesto. Los cristianos alejandrinos lo eligieron como su obispo. El nuevo prefecto, dispuesto a eliminarle, no se atrevió a ejecutar a Felipe abiertamente temiendo la ira de la gente, sino que envió asesinos para matarlo. Golpearon cruelmente a san Felipe mientras oraba, muriendo tres días después. Era el año 261 d.C.
Su esposa, Claudia, fue a Roma con sus hijos, incluída Eugenia, y sus sirvientes. Allí Santa Eugenia continuó con la vida monástica y trajo a muchas mujeres jóvenes a Cristo. Claudia construyó un albergue para vagabundos y ayudó a los pobres. Después de varios años de paz, el emperador Galieno (258-268 d.C.) intensificó la persecución contra los cristianos, y muchos de ellos encontraron refugio con Claudia y Eugenia.
Su esposa, Claudia, fue a Roma con sus hijos, incluída Eugenia, y sus sirvientes. Allí Santa Eugenia continuó con la vida monástica y trajo a muchas mujeres jóvenes a Cristo. Claudia construyó un albergue para vagabundos y ayudó a los pobres. Después de varios años de paz, el emperador Galieno (258-268 d.C.) intensificó la persecución contra los cristianos, y muchos de ellos encontraron refugio con Claudia y Eugenia.
Basilla, una niña huérfana romana de linaje imperial, escuchó acerca de los cristianos y de Santa Eugenia. Ella envió a un servidor de confianza a la Santa pidiéndola que le escribiera una carta explicándola las enseñanzas cristianas. Santa Eugenia envió después a sus amigos sirvientes y compañeros ascetas, Protos y Jacinto, quienes iluminaron a Basilla, y ella aceptó el santo bautismo.
El criado de Basilla le dijo a su prometido Pompeyo que su prometida se había convertido en cristiana. Pompeyo se quejó al emperador contra los cristianos por predicar el celibato y denunciar la idolatría. Basilla se negó a contraer matrimonio con Pompeyo, por lo que la mataron con una espada.
Arrastraron a los santos Protos y Jacinto a un templo para hacerles sacrificios a los ídolos, pero justo cuando entraron, el ídolo cayó, destrozándose. Los santos mártires Protos y Jacinto fueron decapitados. También llevaron a Santa Eugenia al templo de Diana por la fuerza, pero ella apenas había entrado, cuando el templo pagano se derrumbó junto con su ídolo.
El criado de Basilla le dijo a su prometido Pompeyo que su prometida se había convertido en cristiana. Pompeyo se quejó al emperador contra los cristianos por predicar el celibato y denunciar la idolatría. Basilla se negó a contraer matrimonio con Pompeyo, por lo que la mataron con una espada.
Arrastraron a los santos Protos y Jacinto a un templo para hacerles sacrificios a los ídolos, pero justo cuando entraron, el ídolo cayó, destrozándose. Los santos mártires Protos y Jacinto fueron decapitados. También llevaron a Santa Eugenia al templo de Diana por la fuerza, pero ella apenas había entrado, cuando el templo pagano se derrumbó junto con su ídolo.
Martirio de Felipe padre de Santa Eugenia, sus compañeros Protos y Jacinto, la niña Basilla, de la Santa Mártir Eugenia y de los que estaban con ellos. Menologio Basilio II, s.X. |
Arrojaron a la santa mártir al río Tíber con una gran piedra atada al cuello, pero la piedra se desató y ella permaneció ilesa. También permaneció ilesa ante fuego al que la sometieron después. Luego la arrojaron a un pozo, donde permaneció diez días. Durante este tiempo, el Salvador se le apareció y le dijo que ella entraría en el Reino celestial el día en que Él nació. Cuando llegó la fiesta radiante de la Natividad del Señor, el verdugo la decapitó con una espada. Después de su muerte, Santa Eugenia se apareció a su madre para predecirle el día de su propia muerte. Como más tarde en esta fecha se empezó a celebrar el Nacimiento de Cristo el día recordatorio de Santa Eugenia se adelanto un día para el día de Nochebuena. Sus reliquias están en Roma en la Iglesia de los Santos Apóstoles.
Ἀπολυτίκιον Ἦχος γ’. Θείας πίστεως.
Θείου Πνεύματος τῇ ὑμνωδίᾳ, φῶς προσέλαβες θεογνωσίας, Εὐγενία Χριστοῦ καλλιπάρθενε· καὶ ἐν ὁσίων χορείᾳ ἐκλάμψασα, ἀθλητικῶς τὸν ἐχθρὸν ἐθριάμβευσας. Μάρτυς ἔνδοξε, Χριστὸν τὸν Θεὸν ἱκέτευε δωρίσασθαι ἡμῖν τὸ μέγα ἔλεος.
Himmo de despedida. Tono 3º. De la fe divina.
En tu alabanza inspirada por el Espíritu Santo, recibiste la luz del conocimiento divino, oh Eugenia, gloriosa virgen de Cristo. Y radiante entre el coro de los venerables, triunfaste sobre el enemigo en tu lucha. Oh, glorioso mártir, ruega a Cristo nuestro Dios que nos conceda su gran misericordia.
Otro himno de despedida. Tono 4º
Tu cordero Eugenia, oh Jesús, te llama en voz alta: Te amo, oh mi novio, Y al buscarte, padezco sufrimiento. En el bautismo fui crucificada para poder reinar en ti, y morí para poder vivir contigo. Acéptame como un puro sacrificio, porque me he ofrecido en el amor. Por las oraciones de ella salva nuestras almas, porque eres misericordioso.
Κοντάκιον Ἦχος δ’. Ἐπεφάνης σήμερον.
Contaquio. Tono 4º. Has aparecido hoy.
Dejaste la gloria del mundo para seguir a Cristo, Manteniendo impecable el brillo de tu alma, ¡Oh, Mártir Eugenia inspirado, digno de toda alabanza!
Fuentes consultadas: saint.gr, pentapostagma.gr, johnsanidopoulos.com, diakonima.gr, oca.org